LECTURAS BÍBLICAS PARA LA LITURGIA

 

IGLESIA EN MARCHA

EL PAN VIVO DE CADA DÍA

 
PERIPLOS D


LECTURAS DE ABRIL 2011

 

Abril 2011

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1 de Abril: VIERNES – 3ª Semana de Cuaresma


Os 14,2-10 / Sal 80 / Mc 12,28-34                                                            Morado

6. Primera Lectura: Os 14,2-10
Lectura del libro del profeta Oseas
Esto dice el Señor: ¡Vuélvete, Israel, al Señor tu Dios, tú que caíste a causa de tu pecado! Vuélvanse al Señor llevando con ustedes esta oración: “Perdona toda nuestra maldad y recibe con benevolencia las alabanzas que te ofrecemos. Asiria no puede salvarnos, ni tampoco escaparemos a caballo. Ya no llamaremos ‘Dios nuestro’ a nada fabricado por nosotros mismos, porque solamente en ti, Señor, el huérfano encuentra compasión.”
Dice el Señor: “Voy a curarlos de su rebeldía; voy a amarlos aunque no lo merezcan, pues ya se ha apartado de ellos mi ira. Voy a ser para Israel como el rocío, y él dará flores, como los lirios. Sus raíces serán tan firmes como el monte Líbano; sus ramas se extenderán hermosas como las ramas del olivo, y será su aroma como el de los cedros del Líbano. Israel vivirá de nuevo bajo mi protección; entonces crecerán como el trigo, florecerán como la vid y serán famosos como el vino del Líbano.”
Efraín dirá: “‘¿Qué me importan ya los ídolos?’ ¡Yo soy quien atiendo y cuido a mi pueblo! Yo soy como un pino siempre verde, y en mí encontrará mi pueblo su fruto.
Que los sabios y prudentes entiendan este mensaje: Los caminos del Señor son rectos, y los justos los siguen; pero los malvados tropiezan en ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 80
R. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Oí una voz que yo no conocía: “Te he quitado la carga de los hombros, te he aliviado del trabajo duro. En tu angustia me llamaste, y te salvé. R.
Te contesté desde la nube que tronaba; te puse a prueba junto a las aguas de Meribá. Escucha, pueblo mío, mi advertencia; ¡ojalá me obedezcas, Israel! R.
No tengas dioses extranjeros; no adores dioses extraños. Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto. R.
¡Si mi pueblo me hubiera escuchado! ¡Si Israel hubiera seguido mis caminos, Dios alimentaría a su pueblo con lo mejor del trigo, y con miel silvestre apagaría su sed. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mc 12,28-34
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, al ver que Jesús les había contestado bien, uno de los maestros de la ley, que los había oído discutir, se acercó a él y le preguntó:— ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
Jesús le contestó: —El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ Pero hay un segundo: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos.
El maestro de la ley le dijo: —Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: hay un solo Dios, y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios que se queman en el altar.
Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: —No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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2 de Abril: SÁBADO – 3ª Semana de Cuaresma

Os 6,1-6 / Sal 50 / Lc 18, 9-14                                                                  Morado

6. Primera Lectura: Os 6,1-6
Lectura del libro del profeta Oseas
Vengan todos y volvámonos al Señor. Él nos destrozó, pero también nos sanará; nos hirió, pero también nos curará. En un momento nos devolverá la salud, nos levantará para vivir delante de él. ¡Esforcémonos por conocer al Señor! El Señor vendrá a nosotros, tan cierto como que sale el sol, tan cierto como que la lluvia riega la tierra en otoño y primavera.
Dice el Señor: “¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? El amor que ustedes me tienen es como la niebla de la mañana, como el rocío de madrugada, que temprano desaparece. Por eso los he despedazado mediante los profetas; por medio de mi mensaje los he matado. Mi justicia brota como la luz. Lo que quiero de ustedes es que me amen, y no que me hagan sacrificios; que me reconozcan como Dios, y no que me ofrezcan holocaustos.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 50
R. Quiero misericordia y no sacrificios.
Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! R.
Pues tú no quieres ofrendas ni holocaustos; yo te los daría, pero no es lo que te agrada. Las ofrendas a Dios son un espíritu dolido; ¡tú no desprecias, oh Dios, un corazón hecho pedazos! R.
Haz bien a Sión, por tu buena voluntad; vuelve a levantar los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios requeridos, las ofrendas y los holocaustos. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 18, 9-14
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Jesús contó esta parábola para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás: “Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte  de todo lo que gano.’ Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!’ Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS D
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3 de Abril: DOMINGO CUARTO DE CUARESMA

1Sm 16,1b.6-7.10-13a/Sal 22/Ef 5, 8-14/Jn 9,1.6-9.13-17.34-38 Morado

5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fiestas de la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura:1Sm 16, 1b.6-7.10-13ª
Lectura del primer libro de Samuel
El Señor dijo a Samuel: Anda, llena de aceite tu cuerno, que quiero que vayas a la casa de Jesé, el de Belén, porque ya escogí como rey a uno de sus hijos.
Cuando ellos llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: “Con toda seguridad este es el hombre que el Señor ha escogido como rey.”
Pero el Señor le dijo: “No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.”
Jesé presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor.
Finalmente le preguntó: — ¿No tienes más hijos?
—Falta el más pequeño, que es el que cuida el rebaño —respondió Jesé.
—Manda a buscarlo —dijo Samuel—, porque no comenzaremos la ceremonia hasta que él llegue.
Jesé lo mandó llamar. Y el chico era de piel sonrosada, agradable y bien parecido.
Entonces el Señor dijo a Samuel: –Este es. Así que levántate y conságralo como rey. En seguida Samuel tomó el recipiente con aceite, y en presencia de sus hermanos consagró como rey al joven, que se llamaba David. A partir de aquel momento, el espíritu del Señor se apoderó de él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 22
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas. R.
Me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. R.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. R.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. R.

8. Segunda Lectura: Ef 5, 8-14
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz, pues la luz produce toda una cosecha de bondad, rectitud y verdad. Examinen siempre qué es lo que agrada al Señor. No compartan la conducta estéril de los que son de la oscuridad; más bien sáquenla a la luz. Pues hasta vergüenza da hablar de lo que ellos hacen en secreto; pero cuando todas las cosas son puestas al descubierto por la luz, quedan en claro, porque todo lo que se deja poner en claro, participa de la luz. Por eso se dice: “Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 9, 1.6-9.13-17.34-38

† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús vio a su paso a un hombre que había nacido ciego. Entonces Jesús escupió en el suelo, hizo con la saliva un poco de lodo y se lo untó al ciego en los ojos. Luego le dijo:—Ve a lavarte al estanque de Siloé  (que significa: “Enviado”).
El ciego fue y se lavó, y cuando regresó ya podía ver.
Los vecinos y los que antes lo habían visto pedir limosna se preguntaban:— ¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?
Unos decían: —Sí, es él.
Otros decían: —No, no es él, aunque se le parece.
Pero él mismo decía: —Sí, yo soy.
El día en que Jesús hizo el lodo y devolvió la vista al ciego era sábado. Por eso llevaron ante los fariseos al que había sido ciego, y ellos le preguntaron cómo era que ya podía ver.
Él les contestó: —Ese hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo untó en los ojos, y me dijo: ‘Ve al estanque de Siloé, y lávate.’ Yo fui, y en cuanto me lavé, pude ver.
Algunos fariseos dijeron: —El que hizo esto no puede ser de Dios, porque no respeta el sábado.
Pero otros decían: — ¿Cómo puede hacer estas señales milagrosas, si es pecador?
De manera que hubo división entre ellos, y volvieron a preguntarle al que antes era ciego:—Puesto que te ha dado la vista, ¿qué dices de él?
Él contestó:—Yo digo que es un profeta.
Le dijeron entonces:—Tú, que naciste lleno de pecado, ¿quieres darnos lecciones a nosotros? Y lo expulsaron de la sinagoga.
Jesús oyó decir que habían expulsado al ciego; y cuando se encontró con él, le preguntó:— ¿Crees tú en el Hijo del hombre?
Él le dijo: —Señor, dime quién es, para que yo crea en él.
Jesús le contestó: —Ya lo has visto: soy yo, con quien estás hablando.
Entonces el hombre se puso de rodillas delante de Jesús, y le dijo:       —Creo, Señor. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos al Señor, que no desea la muerte del pecador sino que se convierta y viva, pidiéndole que tenga misericordia. Respondemos: R. Escúchanos, Padre.
Que Dios nos aumente la fe y fortalezca nuestra voluntad en esta cuaresma, y nos conceda un verdadero arrepentimiento, roguemos al Señor. R.
Que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que en la fe encuentren el descanso que desea su corazón, roguemos al Señor. R.
Que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor. R.
Que todos perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios rico en misericordia, escucha nuestras oraciones, perdona nuestros pecados y revístenos con vestiduras de fiesta para que podamos participar en el banquete pascual. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Dios nuestro, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que nuestros pensamientos te sean agradables y te amemos con toda sinceridad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


PERIPLOS DEL OBISPO
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4 de Abril: LUNES – 4ª Semana de Cuaresma

Is 65, 17-21 / Sal 29 / Jn 4,43-54                                                              Morado

6. Primera Lectura: Is 65, 17-21
Lectura del libro del profeta Isaías
Esto dice el Señor: “Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Lo pasado quedará olvidado, nadie se volverá a acordar de ello. Llénense de gozo y alegría para siempre por lo que voy a crear, porque voy a crear una Jerusalén feliz y un pueblo contento que viva en ella. Yo mismo me alegraré por Jerusalén y sentiré gozo por mi pueblo. En ella no se volverá a oír llanto ni gritos de angustia. Allí no habrá niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no completen su vida. Morir a los cien años será morir joven, y no llegar a los cien años será una maldición. La gente construirá casas y vivirá en ellas, sembrará viñedos y comerá sus uvas.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 29
R. Señor, yo te alabo porque tú me libertaste.
Señor, yo te alabo porque tú me libertaste, porque no has permitido que mis enemigos se burlen de mí; tú, Señor, me salvaste de la muerte; me diste vida, me libraste de morir. R.
Ustedes, fieles del Señor, ¡cántenle himnos!, ¡alaben su santo nombre! Porque su enojo dura un momento, pero su buena voluntad, toda la vida. Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría. R.
Señor, óyeme y ten compasión de mí; Señor, ¡ayúdame! Has cambiado en danzas mis lamentos; ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 4,43-54
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y siguió su viaje a Galilea. Porque, como él mismo dijo, a un profeta no lo honran en su propia tierra. Cuando llegó a Galilea, los de aquella región lo recibieron bien, porque también habían ido a la fiesta de la Pascua a Jerusalén y habían visto todo lo que él hizo entonces.
Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Y había un alto oficial del rey,  que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Cuando el oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. Jesús le contestó: —Ustedes no creen, si no ven señales y milagros.
Pero el oficial le dijo: —Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera.
Jesús le dijo entonces: —Vuelve a casa; tu hijo vive.
El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: — ¡Su hijo vive!
Él les preguntó a qué hora había comenzado a sentirse mejor su hijo, y le contestaron: —Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre.
El padre cayó entonces en la cuenta de que era la misma hora en que Jesús le dijo: “Tu hijo vive”; y él y toda su familia creyeron en Jesús.
Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús, cuando volvió de Judea a Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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5 de Abril: MARTES – 4ª Semana de Cuaresma

Ez 47, 1-9.12 / Sal 45 / Jn 5,1-3a.5-16                                              Morado

6. Primera Lectura: Ez 47, 1-9.12
Lectura del libro del profeta Ezequiel
En aquellos días, el hombre me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. Luego me hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de agua brotaba por el lado sur de la entrada. El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba ya a la cintura. Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que solo se podía cruzar a nado. Entonces me dijo: “Fíjate bien en lo que has visto.”
Después me hizo volver por la orilla del río, y vi que en las dos orillas había muchos árboles. Entonces me dijo: “Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce. En cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida. En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se caerán nunca, ni dejarán de dar fruto jamás. Cada mes tendrán fruto, porque estarán regados con el agua que sale del templo. Los frutos servirán de alimento y las hojas de medicina. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 45
R. ¡El Señor todopoderoso está con nosotros!
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar. R.
Un río alegra con sus brazos la ciudad de Dios, la más santa de las ciudades del Altísimo. Dios está en medio de ella, y la sostendrá; Dios la ayudará al comenzar el día. R.
¡El Señor todopoderoso está con nosotros! ¡El Dios de Jacob es nuestro refugio! Vengan a ver las cosas sorprendentes que el Señor ha hecho en la tierra. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5,1-3a.5-16
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, los judíos celebraban una fiesta, y Jesús volvió a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: — ¿Quieres recobrar la salud?
El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero.
Jesús le dijo: —Levántate, alza tu camilla y anda.
En aquel momento el hombre recobró la salud, alzó su camilla y comenzó a andar. Pero como era sábado, los judíos dijeron al que había sido sanado: —Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla.
Aquel hombre les contestó: —El que me devolvió la salud, me dijo: ‘Alza tu camilla y anda.’
Ellos le preguntaron: — ¿Quién es el que te dijo: ‘Alza tu camilla y anda’?
Pero el hombre no sabía quién lo había sanado, porque Jesús había desaparecido entre la mucha gente que había allí. Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: —Mira, ahora que ya estás sano, no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor.
El hombre se fue y comunicó a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL O
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6 de Abril: MIÉRCOLES – 4ª Semana de Cuaresma

Is 49, 8-15 / Sal 144 / Jn 5, 17-30                                                      Morado

6. Primera Lectura: Is 49, 8-15
Lectura del libro del Profeta Isaías
El Señor dice: “Vino el momento de mostrar mi bondad, y te respondí; llegó el día de la salvación, y te ayudé. Yo te protegí para establecer por ti mi alianza con el pueblo, para reconstruir el país, para hacer que tomen posesión de las tierras arrasadas, para decir a los presos: ‘Queden libres’, y a los que están en la oscuridad: ‘Déjense ver.’ Junto a todos los caminos encontrarán pastos, y en cualquier monte desierto tendrán alimento para su ganado. “No tendrán hambre ni sed, ni los molestará el sol ni el calor, porque yo los amo y los guío, y los llevaré a manantiales de agua. Abriré un camino a través de las montañas y haré que se allanen los senderos.” ¡Miren! Vienen de muy lejos: unos del norte, otros de occidente, otros de la región de Asuán. ¡Cielo, grita de alegría! ¡Tierra, llénate de gozo! ¡Montañas, lancen gritos de felicidad! Porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha tenido compasión de él en su aflicción. “Sión decía: ‘El Señor me abandonó, mi Dios se olvidó de mí.’ Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 144
R.El Señor es tierno y compasivo.
El Señor es tierno y compasivo, es paciente y todo amor. El Señor es bueno para con todos, y con ternura cuida sus obras. R.
Tu reino es un reino eterno, tu dominio es por todos los siglos. El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que desfallecen. R.
El Señor es justo en sus caminos, bondadoso en sus acciones. El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5, 17-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Mi Padre siempre ha trabajado, y yo también trabajo.
Por esto, los judíos tenían aún más deseos de matarlo, porque no solamente no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre.
Jesús les dijo: “Les aseguro que el Hijo de Dios no puede hacer nada por su propia cuenta; solamente hace lo que ve hacer al Padre. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo. Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará cosas todavía más grandes, que los dejarán a ustedes asombrados. Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, también el Hijo da vida a quienes quiere dársela. Y el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar, para que todos den al Hijo la misma honra que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre, que lo ha enviado.
“Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y es ahora mismo, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, por cuanto que es el Hijo del hombre. No se admiren de esto, porque va a llegar la hora en que todos los muertos oirán su voz y saldrán de las tumbas. Los que hicieron el bien, resucitarán para tener vida; pero los que hicieron el mal, resucitarán para ser condenados.
“Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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7 de Abril: JUEVES – 4ª Semana de Cuaresma

Ex 32, 7-14 / Sal 105 / Jn 5, 31-47                                                          Morado

6. Primera Lectura: Ex 32, 7-14
Lectura del libro del Éxodo
El Señor le dijo a Moisés: —Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: ‘¡Israel, este es tu dios, que te sacó de Egipto!’
Además, el Señor le dijo a Moisés: —Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.
Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras: —Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: ‘Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra’? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: ‘Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.’
El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 105
R. Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.
En el monte Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro fundido, y lo adoraron: ¡cambiaron al Dios glorioso por la imagen de un buey que come hierba! R.
Olvidaron a Dios, su Salvador, que había hecho grandes cosas en Egipto, que había hecho maravillas en el país de Cam y cosas sorprendentes en el Mar Rojo. R.
Dios habló de destruirlos; pero Moisés, su escogido, se interpuso y calmó el furor de Dios, evitando que los destruyera. R.
9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5, 31-47
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Si yo diera testimonio en favor mío, mi testimonio no valdría como prueba. Pero hay otro que da testimonio en favor mío, y me consta que su testimonio sí vale como prueba. Ustedes enviaron a preguntarle a Juan, y él dio testimonio a favor de la verdad. Pero yo no dependo del testimonio de ningún hombre. Solo digo esto para que ustedes alcancen la salvación. Juan era como una lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron gozar de su luz por un corto tiempo. Pero tengo a mi favor un testimonio más valioso que el de Juan. Lo que yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, comprueba que de veras el Padre me ha enviado. Y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio a mi favor, a pesar de que ustedes nunca han oído su voz ni lo han visto, ni dejan que su palabra permanezca en ustedes, porque no creen en aquel que el Padre envió. Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida.
“Yo no acepto gloria que venga de los hombres. Además, los conozco a ustedes y sé que no tienen el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan; en cambio, si viniera otro en nombre propio, a ese lo aceptarían. ¿Cómo pueden creer ustedes, si reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único? No crean que yo los voy a acusar delante de mi Padre; el que los acusa es Moisés mismo, en quien ustedes han puesto su confianza. Porque si ustedes le creyeran a Moisés, también me creerían a mí, porque Moisés escribió acerca de mí. Pero si no creen lo que él escribió, ¿cómo van a creer lo que yo les digo?” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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8 de Abril: VIERNES – 4ª Semana de Cuaresma

Sab 2, 1a.12-22 / Sal 33 / Jn 7, 1-2.10.25-30                                  Morado

6. Primera Lectura: Sab 2, 1a.12-22
Lectura del libro de la Sabiduría
Los necios, razonando equivocadamente se han dicho:
Pongamos trampas al bueno, pues nos es molesto; se opone a nuestras acciones, nos reprocha que no cumplamos la ley y nos echa en cara que no vivamos según la educación que recibimos.
Dice que conoce a Dios, y se llama a sí mismo hijo del Señor.
Es un reproche a nuestra manera de pensar; su sola presencia nos molesta.
Su vida es distinta a la de los demás, y su proceder es diferente. Nos rechaza como a moneda falsa, y se aparta de nuestra compañía como si fuéramos impuros.
Dice que los buenos, al morir, son dichosos, y se siente orgulloso de tener a Dios por padre.
Veamos si es cierto lo que dice y comprobemos en qué va a parar su vida.
Si el bueno es realmente hijo de Dios, Dios lo ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos.
Sometámoslo a insultos y torturas, para conocer su paciencia y comprobar su resistencia. Condenémoslo a una muerte deshonrosa, pues, según dice, tendrá quien lo defienda.
Así piensan los malos, pero se equivocan; su propia maldad los ha vuelto ciegos.
No entienden los planes secretos de Dios, ni esperan que una vida santa tenga recompensa; no creen que los inocentes recibirán su premio. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R. El Señor está cerca de los atribulados.
El Señor está en contra de los malhechores, para borrar de la tierra su recuerdo. El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. R.
El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza. El hombre honrado pasa por muchos males, pero el Señor lo libra de todos ellos. R.
Él le protege todos los huesos; ni uno solo le romperán. Pero el Señor salva la vida a sus siervos; ¡no serán castigados los que en él confían! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 7, 1-2.10.25-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús andaba por la región de Galilea. No quería estar en Judea, porque allí los judíos lo buscaban para matarlo. Pero como se acercaba la fiesta de las Enramadas, una de las fiestas de los judíos.
Pero después que se fueron sus hermanos, también Jesús fue a la fiesta, aunque no públicamente, sino casi en secreto.
Algunos de los que vivían en Jerusalén comenzaron entonces a preguntar: — ¿No es a este al que andan buscando para matarlo? Pues ahí está, hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades creen de veras que este hombre es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.
Al oír esto, Jesús, que estaba enseñando en el templo, dijo con voz fuerte: —¡Así que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! Pero no he venido por mi propia cuenta, sino que vengo enviado por uno que es digno de confianza y a quien ustedes no conocen. Yo lo conozco porque procedo de él, y me ha enviado.
Entonces quisieron arrestarlo, pero ninguno le echó mano porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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9 de Abril: SÁBADO – 4ª Semana de Cuaresma

Jr 11, 18-20 / Sal 7 / Jn 7, 40-53                                            Morado

6. Primera Lectura: Jr 11, 18-20
Lectura del libro del profeta Jeremías
Dijo Jeremías: El Señor me hizo saber que mis enemigos estaban tramando algo malo. Él me abrió los ojos, para que me diera cuenta. Yo estaba tranquilo, como un cordero que llevan al matadero, sin saber que estaban haciendo planes contra mí. Decían: “Cortemos el árbol ahora que está en todo su vigor; arranquémoslo de este mundo de los vivientes, para que nadie vuelva a acordarse de él.”
Pero tú, Señor todopoderoso, eres un juez justo; tú conoces hasta lo más íntimo del hombre. Hazme ver cómo castigas a esa gente, pues he puesto mi causa en tus manos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 7
R. Señor, mi Dios, en ti busco protección.
Señor, mi Dios, en ti busco protección; ¡sálvame de todos los que me persiguen! ¡Líbrame, pues son como leones; no sea que me despedacen y no haya quien me salve! R.
Júzgame conforme a mi honradez; júzgame conforme a mi inocencia. Dios justo, que examinas los pensamientos y los sentimientos más profundos, ¡pon fin a la maldad de los malvados, pero al hombre honrado mantenlo firme! R.
Mi protección es el Dios altísimo, que salva a los de corazón sincero. Dios es un juez justo que condena la maldad en todo tiempo. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio:Jn 7, 40-53
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, había algunos entre la gente que cuando oyeron estas palabras dijeron: —Seguro que este hombre es el profeta.
Otros decían: —Este es el Mesías.
Pero otros decían: —No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea. La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David, y que procederá de Belén, el mismo pueblo de donde era David.
Así que la gente se dividió por causa de Jesús. Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo.
Los guardianes del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron: — ¿Por qué no lo trajeron?
Los guardianes contestaron: — ¡Jamás ningún hombre ha hablado así!
Entonces los fariseos les dijeron: — ¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o de los fariseos? Pero esta gente, que no conoce la ley, está maldita.
Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús, les dijo: —Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberlo oído para saber qué es lo que ha hecho.
Ellos le contestaron: — ¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea jamás procede un profeta. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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10 de Abril: DOMINGO QUINTO DE CUARESMA

Ez 37,12-14 / Sal 129 / Rm 8,8-11 / Jn 11,3-7.17.20-27.33-45    Morado

5. Oración Colecta
+ Oremos: Ven, Señor, en nuestra ayuda, para que podamos vivir y actuar siempre con aquel amor que impulsó a tu Hijo a entregarse por nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Ez 37, 12-14
Lectura del libro del profeta Ezequiel
El Señor dijo a Ezequiel: háblales en mi nombre, y diles: ‘Esto dice el Señor: Pueblo mío, voy a abrir las tumbas de ustedes; voy a sacarlos de ellas y a hacerlos volver a la tierra de Israel. Y cuando yo abra sus tumbas y los saque de ellas, reconocerán ustedes, pueblo mío, que yo soy el Señor. Yo pondré en ustedes mi aliento de vida, y ustedes revivirán; y los instalaré en su propia tierra. Entonces sabrán que yo, el Señor, lo he dicho y lo he hecho. Yo, el Señor, lo afirmo.’ ” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 129
R. Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde el fondo del abismo clamo a ti, Señor: ¡escucha, Señor, mi voz! ¡atiendan tus oídos mi grito suplicante! R.
Señor, Señor, si tuvieras en cuenta la maldad, ¿quién podría mantenerse en pie? Pero en ti encontramos perdón, para que te honremos. R.
Confío en su palabra. Yo espero al Señor más que los centinelas a la mañana. Así como los centinelas esperan a la mañana. R.
Espera tú, Israel, al Señor, pues en él hay amor y completa libertad. ¡Él librará a Israel de toda su maldad!. R.

8. Segunda Lectura: Rm 8, 8-11
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos
Hermanos: Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil no pueden agradar a Dios. Pero ustedes ya no viven según esas inclinaciones, sino según el Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios los ha hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del pecado. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 11, 3-7.17.20-27.33-45
† Lectura del Evangelio según san Juan
Había un hombre enfermo que se llamaba Lázaro, natural de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. Las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: —Señor, tu amigo querido está enfermo.
Jesús, al oírlo, dijo: —Esta enfermedad no va a terminar en muerte, sino que ha de servir para mostrar la gloria de Dios, y también la gloria del Hijo de Dios.
Aunque Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro, cuando le dijeron que Lázaro estaba enfermo se quedó dos días más en el lugar donde se encontraba.
Después dijo a sus discípulos: —Vamos otra vez a Judea.
Al llegar, Jesús se encontró con que ya hacía cuatro días que Lázaro había sido sepultado. Cuando Marta supo que Jesús estaba llegando, salió a recibirlo; pero María se quedó en la casa. Marta le dijo a Jesús: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas.
Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir.
Marta le dijo: —Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último.
Jesús le dijo entonces:—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?
Ella le dijo: —Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.
Jesús se conmovió profundamente y se estremeció, y les preguntó:— ¿Dónde lo sepultaron?
Le dijeron: —Ven a verlo, Señor.
Y Jesús lloró.
Los judíos dijeron entonces: —¡Miren cuánto lo quería!
Pero algunos de ellos decían:—Este, que dio la vista al ciego, ¿no podría haber hecho algo para que Lázaro no muriera?
Jesús, otra vez muy conmovido, se acercó a la tumba. Era una cueva, cuya entrada estaba tapada con una piedra. Jesús dijo: —Quiten la piedra.
Marta, la hermana del muerto, le dijo:—Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días que murió.
Jesús le contestó:— ¿No te dije que, si crees, verás la gloria de Dios?
Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo:—Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado.
Después de decir esto, gritó: — ¡Lázaro, sal de ahí!
Y el que había estado muerto salió, con las manos y los pies atados con vendas y la cara envuelta en un lienzo.
Jesús les dijo:—Desátenlo y déjenlo ir.
Por esto creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos, pidiendo la misericordia del Señor para que, escuche nuestras plegarias. Respondemos todos: R. Por misericordia, Señor, escúchanos.
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento, dé fortaleza y paciencia a los que sufren, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor del mundo nos consuele y nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios de bondad, que quieres renovar en Cristo el universo entero, escucha nuestras oraciones y haz que renazca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva y exultante. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Concédenos, Dios todopoderoso, a cuantos participamos del Cuerpo de tu Hijo, vivir siempre como miembros suyos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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11 de Abril: LUNES – 5ª Semana de Cuaresma

Dn 13,41-62 / Sal 22 / Jn 8,12-20                                                      Morado

6. Primera Lectura: Dn 13,41-62
Lectura del libro del profeta Daniel
En aquel tiempo, dos ancianos dieron falso testimonio contra Susana. El pueblo que estaba reunido les creyó, pues eran ancianos del pueblo y además jueces. Así que la condenaron a muerte.
Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas: “¡Dios eterno, que conoces las cosas ocultas, que sabes todo antes de que suceda, tú sabes que estos hombres han declarado falsamente contra mí! ¡Mira que voy a morir, a pesar de no haber hecho ninguna de las cosas que han inventado contra mí estos malvados!”
El Señor escuchó los gritos de Susana. Y mientras la llevaban para matarla, Dios despertó el espíritu santo en un joven que se llamaba Daniel, el cual gritó con todas sus fuerzas:–¡Yo no me hago responsable de la muerte de esta mujer!
Todos se volvieron hacia él, y le preguntaron: — ¿Qué significa eso que acabas de decir?
Él se puso en medio de ellos y les dijo: — ¿Son ustedes tan tontos, israelitas, que condenan a una mujer de nuestro pueblo sin averiguar ni examinar bien el asunto? Vuelvan al juzgado, porque lo que estos hombres han declarado contra ella es mentira.
Entonces todo el pueblo volvió rápidamente. Y los otros ancianos le dijeron a Daniel:—Ven, siéntate con nosotros e infórmanos, pues Dios te ha dado el mismo derecho que a los ancianos.
Daniel les dijo: —Separen a buena distancia a los dos viejos, y yo les haré un interrogatorio.
Y los separaron. Entonces mandó llamar a uno y le dijo: —Viejo en años y en maldad, ahora van a recaer sobre ti los pecados que cometiste en otro tiempo, cuando dictabas sentencias injustas condenando a los inocentes y absolviendo a los culpables, a pesar de que el Señor ha dicho: ‘No condenes a muerte al hombre inocente y sin culpa.’ Bueno, si de veras la viste pecar, dinos debajo de qué árbol los viste juntos.
Él respondió: —Debajo de un castaño.
Y Daniel dijo: —¡Muy bien! Dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Conque debajo de un castaño? ¡Pues el ángel de Dios ya recibió de él la orden de castigarte partiéndote en dos!
Entonces mandó que se llevaran a este y trajeran al otro viejo. Y le dijo: — ¡Hombre de la raza de Canaán, y no de Judá; la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón! Así es como estaban ustedes haciendo con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo, se les entregaban. Pero esta mujer de la tribu de Judá no quiso consentir en la maldad de ustedes. Ahora dime, ¿debajo de qué árbol los sorprendiste juntos?
—Debajo de una encina —respondió él.
Y Daniel dijo: — ¡Muy bien! Tú también dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Conque debajo de una encina? ¡Pues el ángel de Dios está esperando, con la espada lista, para dejártela caer encima y rajarte por la mitad! ¡Así va a matarlos a los dos!
Entonces todo el pueblo reunido levantó el grito y bendijo a Dios, que salva a los que confían en él.
Y como Daniel hizo que los dos viejos mostraran por su propia boca que habían declarado falsamente, todos se volvieron contra ellos y les aplicaron el mismo castigo que ellos, en su maldad, pensaban aplicar a Susana: de acuerdo con la ley de Moisés, los mataron. Y así aquel día se salvó la vida de una persona inocente. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 22
R.El Señor es mi pastor; nada me falta.
El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas. R.
Me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. R.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. R.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8,12-20
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús se dirigió a la gente, diciendo:–Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.
Los fariseos le dijeron: —Tú estás dando testimonio a favor tuyo: ese testimonio no tiene valor.
Jesús les contestó: —Mi testimonio sí tiene valor, aunque lo dé yo mismo a mi favor. Pues yo sé de dónde vine y a dónde voy; en cambio, ustedes no lo saben. Ustedes juzgan según los criterios humanos. Yo no juzgo a nadie; pero si juzgo, mi juicio está de acuerdo con la verdad, porque no juzgo yo solo, sino que el Padre que me envió juzga conmigo. En la ley de ustedes está escrito que cuando dos testigos dicen lo mismo, su testimonio tiene valor. Pues bien, yo mismo soy un testigo a mi favor, y el Padre que me envió es el otro testigo.
Le preguntaron: — ¿Dónde está tu padre?
Jesús les contestó: —Ustedes no me conocen a mí, ni tampoco a mi Padre; si me conocieran a mí, también conocerían a mi Padre.
Jesús dijo estas cosas mientras enseñaba en el templo, en el lugar donde estaban los cofres de las ofrendas. Pero nadie lo arrestó, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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12 de Abril: MARTES – 5ª Semana de Cuaresma

Nm 21,4-9 / Sal 101 / Jn 8, 21-30                                                             Morado

6. Primera Lectura:Nm 21,4-9
Lectura del libro de los Números
Los israelitas salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, dando un rodeo para no pasar por el territorio de Edom. En el camino, la gente perdió la paciencia y empezó a hablar contra Dios y contra Moisés. Decían: — ¿Para qué nos sacaron ustedes de Egipto? ¿Para hacernos morir en el desierto? No tenemos ni agua ni comida. ¡Ya estamos cansados de esta comida miserable!
El Señor les envió serpientes venenosas, que los mordieron, y muchos israelitas murieron. Entonces fueron a donde estaba Moisés y le dijeron: — ¡Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti! ¡Pídele al Señor que aleje de nosotros las serpientes!
Moisés pidió al Señor que perdonara a los israelitas, y el Señor le dijo:–Hazte una serpiente como esas, y ponla en el asta de una bandera. Cuando alguien sea mordido por una serpiente, que mire hacia la serpiente del asta, y se salvará.
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en el asta de una bandera, y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se salvaba. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 101
R. Señor,¡que mi grito llegue a ti!
Señor, escucha mi oración, ¡permite que mi grito llegue a ti! No escondas de mí tu rostro cuando me encuentre angustiado; ¡dígnate escucharme!, ¡respóndeme pronto cuando te llame! R.
Todas las naciones y reyes de la tierra honrarán el nombre glorioso del Señor cuando él reconstruya a Sión y aparezca en su gloria, cuando atienda a la oración del desamparado y no desoiga sus ruegos. R.
Que esto quede escrito para las generaciones futuras, para que alaben al Señor los que aún han de nacer. El Señor miró la tierra desde el cielo, desde su santa altura, para atender los lamentos de los prisioneros y libertar a los condenados a muerte. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 21-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a la gente: —Yo me voy, y ustedes me van a buscar, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden ir.
Los judíos dijeron: — ¿Acaso estará pensando en matarse, y por eso dice que no podemos ir a donde él va?
Jesús les dijo: —Ustedes son de aquí abajo, pero yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, pero yo no soy de este mundo. Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.
Entonces le preguntaron: — ¿Quién eres tú?
Jesús les respondió: —En primer lugar, ¿por qué he de hablar con ustedes? Tengo mucho que decir y que juzgar de ustedes, pero el que me ha enviado dice la verdad, y lo que yo le digo al mundo es lo mismo que le he oído decir a él.
Pero ellos no entendieron que les hablaba del Padre. Por eso les dijo: —Cuando ustedes levanten en alto al Hijo del hombre, reconocerán que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; solamente digo lo que el Padre me ha enseñado. Porque el que me ha enviado está conmigo; mi Padre no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a él le agrada.
Cuando Jesús dijo esto, muchos creyeron en él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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13 de Abril: MIÉRCOLES – 5ª Semana de Cuaresma

Dn 3, 14-20.91-92.95 / Dn 3 / Jn 8, 31-42                                        Morado

6. Primera Lectura: Dn 3, 14-20.91-92.95
Lectura del libro del profeta Daniel
En aquellos días Nabucodonosor les preguntó a los tres jóvenes: — ¿Es verdad que ustedes no adoran a mis dioses ni a la estatua de oro que yo he mandado hacer? ¿Están ustedes dispuestos, tan pronto como oigan la música, a inclinarse ante la estatua que yo he mandado hacer, y adorarla? Porque si no la adoran, ahora mismo serán arrojados a un horno encendido; y entonces, ¿qué dios podrá salvarlos?
—No tenemos por qué discutir este asunto —contestaron los tres jóvenes—. Nuestro Dios, a quien adoramos, puede librarnos de las llamas del horno y de todo el mal que Su Majestad quiere hacernos, y nos librará. Pero, aun si no lo hiciera, sepa bien Su Majestad que no adoraremos a sus dioses ni nos arrodillaremos ante la estatua de oro.
Al oír Nabucodonosor estas palabras, la cara se le puso roja de rabia contra los tres jóvenes. Entonces ordenó que se calentara el horno siete veces más de lo acostumbrado; luego mandó que algunos de los soldados más fuertes de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abed-negó, y que los arrojaran a las llamas del horno. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: De Daniel 3
R. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros antepasados, digno de honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito tu nombre santo y glorioso, digno de todo honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres tú, que te sientas en trono de rey, digno de todo honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres tú, que estás sentado sobre querubines y con tu mirada penetras los abismos, digno de honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres en la bóveda del cielo, digno de alabanza y de gloria por siempre. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 31-42
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: —Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Ellos le contestaron: —Nosotros somos descendientes de Abraham, y nunca hemos sido esclavos de nadie; ¿cómo dices tú que seremos libres?
Jesús les dijo: —Les aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado. Un esclavo no pertenece para siempre a la familia; pero un hijo sí pertenece para siempre a la familia. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres. Ya sé que ustedes son descendientes de Abraham; pero quieren matarme porque no aceptan mi palabra. Yo hablo de lo que el Padre me ha mostrado; así también ustedes, hagan lo que del Padre han escuchado.
Ellos le dijeron: — ¡Nuestro padre es Abraham!
Pero Jesús les contestó: —Si ustedes fueran de veras hijos de Abraham, harían lo que él hizo. Sin embargo, aunque les he dicho la verdad que Dios me ha enseñado, ustedes quieren matarme. ¡Abraham nunca hizo nada así! Ustedes hacen lo mismo que hace su padre.
Ellos le dijeron: — ¡Nosotros no somos hijos bastardos; tenemos un solo Padre, que es Dios!
Jesús les contestó: —Si de veras Dios fuera su padre, ustedes me amarían, porque yo vengo de Dios y aquí estoy. No he venido por mi propia cuenta, sino que Dios me ha enviado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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14 de Abril: JUEVES – 5ª Semana de Cuaresma

Gn 17, 3-9 / Sal 104 / Jn 8,51-59                                                       Morado

6. Primera Lectura: Gn 17, 3-9
Lectura del libro el Génesis
En aquel tiempo, Abram se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, mientras Dios seguía diciéndole:–Esta es la alianza que hago contigo: Tú serás el padre de muchas naciones, y ya no vas a llamarte Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones. Haré que tus descendientes sean muy numerosos; de ti saldrán reyes y naciones. La alianza que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el Dios de ellos. A ti y a ellos les daré toda la tierra de Canaán, donde ahora vives, como su herencia para siempre; y yo seré su Dios.
Además, Dios le dijo a Abraham: —Pero tú, cumple con mi alianza tú y todos tus descendientes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 104
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo. Recuerden sus obras grandes y maravillosas, y los decretos que ha pronunciado. R.
Ustedes, descendientes de su siervo Abraham; ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos. Él es el Señor, nuestro Dios; ¡él gobierna toda la tierra! R.
Ni aunque pasen mil generaciones se olvidará de las promesas de su alianza, de la alianza que hizo con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8,51-59
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a la gente: Les aseguro que quien hace caso de mi palabra, no morirá.
Los judíos le contestaron: —Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham y todos los profetas murieron, y tú dices: ‘El que hace caso de mi palabra, no morirá.’ ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham? Él murió, y los profetas también murieron. ¿Quién te has creído que eres?
Jesús les contestó: —Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no vale nada. Pero el que me glorifica es mi Padre, el mismo que ustedes dicen que es su Dios. Pero ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería yo tan mentiroso como ustedes. Pero ciertamente lo conozco, y hago caso de su palabra. Abraham, el antepasado de ustedes, se alegró porque iba a ver mi día; y lo vio, y se llenó de gozo.
Los judíos dijeron a Jesús: —Todavía no tienes cincuenta años, ¿y dices que has visto a Abraham?
Jesús les contestó:–Les aseguro que yo existo desde antes que existiera Abraham.
Entonces ellos tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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15 de Abril: VIERNES – 5ª Semana de Cuaresma

Jr 20, 10-13 / Sal 17 / Jn 10,31-42                                                    Morado

6. Primera Lectura: Jr 20, 10-13
Lectura del libro del profeta Jeremías
Puedo oír que la gente cuchichea: “¡Hay terror por todas partes!”
Dicen: “¡Vengan, vamos a acusarlo!”
Aun mis amigos esperan que yo dé un paso en falso.
Dicen:“Quizá se deje engañar; entonces lo venceremos y nos vengaremos de él.”
Pero tú, Señor, estás conmigo como un guerrero invencible; los que me persiguen caerán, y no podrán vencerme; fracasarán, quedarán avergonzados, cubiertos para siempre de deshonra inolvidable.
Señor todopoderoso, tú que examinas con justicia, tú que ves hasta lo más íntimo del hombre, hazme ver cómo castigas a esa gente, pues he puesto mi causa en tus manos.
¡Canten al Señor, alaben al Señor!, pues él salva al afligido del poder de los malvados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 17
R. En el peligro invoqué al Señor y me escuchó.
Tú, Señor, eres mi fuerza; ¡yo te amo! Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador. R.
Mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite. Tú, Señor, eres digno de alabanza: cuando te llamo, me salvas de mis enemigos. R.
La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. La muerte me envolvió en sus lazos; ¡me encontré en trampas mortales! R.
En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mis gritos llegaron a sus oídos! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 10,31-42
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, los judíos tomaron piedras para tirárselas a Jesús, pero él les dijo: —Por el poder de mi Padre he hecho muchas cosas buenas delante de ustedes; ¿por cuál de ellas me van a apedrear?
Los judíos le contestaron: —No te vamos a apedrear por ninguna cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios. Tú no eres más que un hombre, pero te estás haciendo Dios a ti mismo.
Jesús les dijo: —En la ley de ustedes está escrito: ‘Yo dije que ustedes son dioses.’ Sabemos que lo que la Escritura dice, no se puede negar; y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su mensaje. Y si Dios me consagró a mí y me envió al mundo, ¿cómo pueden ustedes decir que lo he ofendido porque dije que soy Hijo de Dios? Si yo no hago las obras que hace mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean en las obras que hago, para que sepan de una vez por todas que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.
Otra vez quisieron arrestarlo, pero Jesús se les escapó.
Regresó Jesús al otro lado del Jordán, y se quedó allí, en el lugar donde Juan había estado antes bautizando. Mucha gente fue a verlo, y decían: —De veras, aunque Juan no hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo de este hombre era verdad.
Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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16 de Abril: SÁBADO – 5ª Semana de Cuaresma

Ez 37,21-28 / Jer 31/ Jn 11,45-57                                                     Morado

6. Primera Lectura: Ez 37,21-28
Lectura del libro del profeta Ezequiel
Esto dice el Señor: “Voy a sacar a los israelitas de entre las naciones a donde han ido a parar; los reuniré de todas partes y los haré volver a su tierra. Haré de ellos una sola nación en este país, en los montes de Israel, y tendrán un solo rey. No volverán a estar divididos en dos naciones, ni separados en dos reinos. Tampoco volverán a mancharse adorando ídolos repugnantes ni cometiendo toda clase de pecados. Yo los libraré de todas las infidelidades que han cometido, y los limpiaré de sus pecados. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será el rey y único pastor de todos ellos, y ellos me obedecerán y cumplirán mis leyes y decretos. Vivirán en el país que di a mi siervo Jacob, donde también vivieron sus antepasados. Allí vivirán siempre ellos y sus hijos y todos sus descendientes; y mi siervo David será siempre su jefe. Haré con ellos una alianza para asegurarles una vida tranquila. Será una alianza eterna. Haré que aumenten en número, y para siempre pondré mi santo templo en medio de ellos. Viviré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Cuando mi santo templo  esté para siempre en medio de ellos, las demás naciones reconocerán que yo he escogido a Israel como mi posesión sagrada.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: De Jer 31
R. El Señor nos guarda, como pastor a su rebaño.
“Naciones, escuchen la palabra del Señor y anuncien en las costas lejanas: ‘El Señor dispersó a Israel, pero lo reunirá y lo cuidará como cuida el pastor a sus ovejas.’” R.
Porque el Señor rescató al pueblo de Jacob, lo libró de una nación más poderosa. “Vendrán y cantarán de alegría en lo alto de Sión, se deleitarán con los beneficios del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y las reses. R.
Las muchachas bailarán alegremente, lo mismo que los jóvenes y los viejos. Yo les daré consuelo: convertiré su llanto en alegría, y les daré una alegría mayor que su dolor. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 11,45-57
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho. Pero algunos fueron a ver a los fariseos, y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes reunieron a la Junta Suprema,  y dijeron:
— ¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si lo dejamos, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación.
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, les dijo: —Ustedes no saben nada, ni se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que toda la nación sea destruida.
Pero Caifás no dijo esto por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús iba a morir por la nación judía; y no solamente por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos. Así que desde aquel día las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús.
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que salió de la región de Judea y se fue a un lugar cerca del desierto, a un pueblo llamado Efraín.  Allí se quedó con sus discípulos.
Faltaba poco para la fiesta de la Pascua de los judíos, y mucha gente de los pueblos se dirigía a Jerusalén a celebrar los ritos de purificación antes de la Pascua. Andaban buscando a Jesús, y se preguntaban unos a otros en el templo: — ¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta o no?
Los fariseos y los jefes de los sacerdotes habían dado orden de que, si alguien sabía dónde estaba Jesús, lo dijera, para poder arrestarlo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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17 de Abril: DOMINGO DE RAMOS

Is 50, 4-7 / Sal 21 / Flp 2, 6-11 / Mt 27,11-54                                        Rojo

Procesión con los Ramos
Se reúnen en un lugar conveniente, fuera del Templo.
Queridos hermanos y hermanas: Desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y caridad.
Hoy, cercana ya la noche de Pascua, en comunión con toda la Iglesia, nos reunimos para iniciar la celebración de los misterios de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada a la ciudad santa, para que participando ahora de su cruz, merezcamos un día tener parte en la Resurrección.
Se hace la siguiente oración sobre los Ramos:
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, dígnate bendecir † estos ramos y, a cuantos acompañamos jubilosos a Cristo, nuestro rey y Señor, concédenos reunirnos contigo en la Jerusalén del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

En silencio, rocía con agua bendita los ramos
Luego se proclama el Evangelio de la entrada del Señor.

Lectura del Evangelio según san Mateo. Mt 21, 1-11
Cuando ya estaban cerca de Jerusalén y habían llegado a Betfagé, al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: —Vayan a la aldea que está enfrente. Allí encontrarán una burra atada, y un burrito con ella. Desátenla y tráiganmelos. Y si alguien les dice algo, díganle que el Señor los necesita y que en seguida los devolverá.
Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo el profeta, cuando escribió: “Digan a la ciudad de Sión: ‘Mira, tu Rey viene a ti, humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga.’ ”
Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. Llevaron la burra y su cría, echaron sus capas encima de ellos, y Jesús montó. Había mucha gente. Unos tendían sus capas por el camino, y otros tendían ramas que cortaban de los árboles. Y tanto los que iban delante como los que iban detrás, gritaban:— ¡Hosanna al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó, y muchos preguntaban: — ¿Quién es este?
Y la gente contestaba: —Es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Luego se va en procesión hacia el Templo.

ramos3a.jpg5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar a la humanidad el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio, para que, desde ahora participemos en su gloriosa resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.Amén.
6. Primera Lectura:Is 50, 4-7
Lectura del libro del profeta Isaías
Isaías dijo: “El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente. El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían. El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 21
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas, mueven la cabeza y dicen: “Este confiaba en el Señor; pues que el Señor lo libre. Ya que tanto lo quiere, que lo salve.” R.
Como perros, una banda de malvados me ha rodeado por completo; me han desgarrado las manos y los pies. ¡Puedo contarme los huesos! R.
Se han repartido mi ropa entre sí, y sobre ella echan suertes. Pero tú, Señor, que eres mi fuerza, ¡no te alejes!, ¡ven pronto en mi ayuda! R.
Yo hablaré de ti a mis hermanos, te alabaré en sus reuniones. Ustedes, los que honran al Señor, ¡alábenlo! ¡Glorifíquenlo todos los descendientes de Jacob! ¡Adórenlo todos los descendientes de Israel! R.

8. Segunda Lectura: Flp 2, 6-11
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses 
Hermanos: Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz.
Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Mt 27, 11-54
† Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús fue llevado ante el gobernador, Poncio Pilato que le preguntó:
P. — ¿Eres tú el Rey de los judíos?
N. Contestó Jesús.
— Tú lo has dicho.
N. Mientras los jefes de los sacerdotes y los ancianos lo acusaban, Jesús no respondía nada. Por eso Pilato le preguntó:
P. — ¿No oyes todo lo que están diciendo contra ti?
N. Pero Jesús no le contestó ni una sola palabra; de manera que el gobernador se quedó muy extrañado. Durante la fiesta, el gobernador acostumbraba dejar libre un preso, el que la gente escogiera. Había entonces un preso famoso llamado Jesús Barrabás; estando ellos reunidos, Pilato les preguntó:
P. —¿A quién quieren ustedes que les ponga en libertad: a Jesús Barrabás, o a Jesús, el que llaman el Mesías?
N. Porque se había dado cuenta de que lo habían entregado por envidia.
Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa mandó a decirle: “No te metas con ese hombre justo, porque anoche tuve un sueño horrible por causa suya.” Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos convencieron a la multitud de que pidiera la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. El gobernador les preguntó otra vez:
P. —¿A cuál de los dos quieren ustedes que les ponga en libertad?
N. Ellos dijeron:
P. —¡A Barrabás!
N. Pilato les preguntó:
P. — ¿Y qué voy a hacer con Jesús, el que llaman el Mesías?
N. Todos contestaron:
P. — ¡Crucifícalo!
N. Pilato les dijo:
P. —Pues ¿qué mal ha hecho?
N. Pero ellos volvieron a gritar:
P. — ¡Crucifícalo!
N. Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que el alboroto era cada vez mayor, mandó traer agua y se lavó las manos  delante de todos, diciendo:
P. —Yo no soy responsable de la muerte de este hombre; es cosa de ustedes.
N. Toda la gente contestó:
P. ¡Nosotros y nuestros hijos nos hacemos responsables de su muerte!
N. Entonces Pilato dejó libre a Barrabás; luego mandó azotar a Jesús y lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio y reunieron toda la tropa alrededor de él. Le quitaron su ropa, lo vistieron con una capa roja y le pusieron en la cabeza una corona tejida de espinas y una vara en la mano derecha. Luego se arrodillaron delante de él, y burlándose le decían:
P. — ¡Viva el Rey de los judíos!
N.  También lo escupían, y con la misma vara le golpeaban la cabeza. Después de burlarse así de él, le quitaron la capa roja, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.
Al salir de allí, encontraron a un hombre llamado Simón, natural de Cirene, a quien obligaron a cargar con la cruz de Jesús.
Cuando llegaron a un sitio llamado Gólgota, (es decir, “Lugar de la Calavera”), le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero Jesús, después de probarlo, no lo quiso beber.
Cuando ya lo habían crucificado, los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús. Luego se sentaron allí para vigilarlo. Y por encima de su cabeza pusieron un letrero, donde estaba escrita la causa de su condena. El letrero decía: “Este es Jesús, el Rey de los judíos.
También fueron crucificados con él dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabezay diciendo:
P. — ¡Tú ibas a derribar el templo y a reconstruirlo en tres días! ¡Si eres Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz!
N. De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos. Decían:
P. —Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. Es el Rey de Israel: ¡pues que baje de la cruz, y creeremos en él! Ha puesto su confianza en Dios: ¡pues que Dios lo salve ahora, si de veras lo quiere! ¿No nos ha dicho que es Hijo de Dios?
N. Y hasta los bandidos que estaban crucificados con él, lo insultaban.
Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó en oscuridad. A esa misma hora, Jesús gritó con fuerza: “Elí, Elí, ¿lemá sabactani?” (es decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”). Algunos de los que estaban allí, lo oyeron y dijeron:
P. —Este está llamando al profeta Elías.
N. Al momento, uno de ellos fue corriendo en busca de una esponja, la empapó en vino agrio, la ató a una caña y se la acercó para que bebiera. Pero los otros dijeron:
P. —Déjalo, a ver si Elías viene a salvarlo.
N. Jesús dio otra vez un fuerte grito, y murió. En aquel momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron y los sepulcros se abrieron; y hasta muchas personas santas, que habían muerto, volvieron a la vida.
Entonces salieron de sus tumbas, después de la resurrección de Jesús, y entraron en la santa ciudad de Jerusalén, donde mucha gente los vio.
Cuando el capitán y los que estaban con él vigilando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que estaba pasando, se llenaron de miedo y dijeron:
P. — ¡De veras este hombre era Hijo de Dios! Hasta aquí la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Mateo. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Imploremos a Jesús, que en la cruz presentó súplicas al Padre, y oremos también nosotros por toda la humanidad. Respondemos: R. Escúchanos, Señor.
Que el Señor, tenga piedad de los pecadores y les conceda el gozo del arrepentimiento, del perdón y de la paz, roguemos al Señor. R.
Para que la sangre de Jesús, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa del mal, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y los conforte, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros y nos haga partícipes de su Reino, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Señor, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con su pasión, muerte y, resurrección, nos diste la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que participemos de los frutos de la cruz de Jesucristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Padre todopoderoso, que nos has alimentado con esta comunión, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete; concédenos, Señor, llegar por medio de su Pasión, Muerte y Resurrección a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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18 de Abril: LUNES – de la Semana Santa

Is 42, 1-7 / Sal 26 / Jn 12, 1-11                                                           Morado

6. Primera Lectura: Is 42, 1-7
Lectura del profeta Isaías
“Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones. No gritará, no levantará la voz, no hará oír su voz en las calles, no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Verdaderamente traerá la justicia. No descansará ni su ánimo se quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra. Los países del mar estarán atentos a sus enseñanzas.”
Dios, el Señor, que creó el cielo y lo extendió, que formó la tierra y lo que crece en ella, que da vida y aliento a los hombres que la habitan, dice a su siervo: “Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano, para que seas instrumento de salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo, luz de las naciones. Quiero que des vista a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo donde viven en la oscuridad.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? R.
Los malvados, mis enemigos, se juntan para atacarme y destruirme; pero ellos son los que tropiezan y caen. R.
Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo. R.
Pero yo estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. ¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 12, 1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo: —¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?
Pero Judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella. Jesús le dijo: —Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
Muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba en Betania, y fueron allá, no solo para ver a Jesús sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque por causa suya muchos judíos se estaban separando de ellos para creer en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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19 de Abril: MARTES – de la Semana Santa

Is 49, 1-6 / Sal 70 / Jn 13, 21-33.36-38                                             Morado

6. Primera Lectura: Is 49, 1-6

Lectura del libro del profeta Isaías
Óiganme, países del mar, préstenme atención, naciones lejanas: “El Señor me llamó desde antes de que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre. Convirtió mi lengua en espada afilada, me escondió bajo el amparo de su mano, me convirtió en una flecha aguda y me guardó en su aljaba. Me dijo: ‘Israel, tú eres mi siervo, en ti me mostraré glorioso.’ Y yo que había pensado: ‘He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.’ En realidad mi causa está en manos del Señor, mi recompensa está en poder de mi Dios. He recibido honor delante del Señor mi Dios, pues él ha sido mi fuerza. El Señor, que me formó desde el seno de mi madre para que fuera su siervo, para hacer que Israel, el pueblo de Jacob, se vuelva y se una a él, dice así: ‘No basta que seas mi siervo solo para restablecer las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo haré que seas la luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.’” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 70
R. Mi boca contará tu auxilio.
Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Líbrame, ponme a salvo, pues tú eres justo! Dígnate escucharme, y sálvame. R.
Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación! ¡Tú eres mi roca y mi castillo! Dios mío, líbrame de las manos del malvado. R.
Pues tú, Señor, desde mi juventud eres mi esperanza y mi seguridad. Aún estaba yo en el vientre de mi madre y ya me apoyaba en ti. R.
Todo el día anunciaré con mis labios que tú nos has salvado y nos has hecho justicia. ¡Esto es algo que no alcanzo a comprender! Dios mío,  tú me has enseñado desde mi juventud, y aún sigo anunciando tus grandes obras. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 13, 21-33.36-38
† Lectura del Evangelio según san Juan
Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido, y añadió con toda claridad: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó: —Señor, ¿quién es?
Jesús le contestó: —Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es.
En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo: —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres. Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.
Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy.
Simón Pedro le preguntó a Jesús: —Señor, ¿a dónde vas?
—A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.
Pedro le dijo: —Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!
Jesús le respondió: —¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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20 de Abril: MIÉRCOLES – de la Semana Santa

Is 50, 4-9a / Sal 68 / Mt 26,14-25                                                       Morado

6. Primera Lectura: Is 50, 4-9a
Lectura del libro del profeta Isaías
Isaías dijo: El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente. El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían. El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo. A mi lado está mi defensor: ¿Alguien tiene algo en mi contra? ¡Vayamos juntos ante el juez! ¿Alguien se cree con derecho a acusarme? ¡Que venga y me lo diga! El Señor es quien me ayuda; ¿quién podrá condenarme? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 68
R. Señor, que tu bondad me proteja en la dificultad.
Por ti he soportado ofensas; mi cara se ha cubierto de vergüenza; ¡soy como un extraño y desconocido para mis propios hermanos! Me consume el celo por tu casa; en mí han recaído las ofensas de los que te insultan. R.
¡Estoy sin ánimo y sin fuerzas! Inútilmente he buscado quien me consuele y compadezca. En mi comida pusieron veneno, y cuando tuve sed me dieron a beber vinagre. R.
Alabaré con cantos el nombre de Dios; lo alabaré con gratitud, Al ver esto, se alegrarán los afligidos y se animará el corazón de los que buscan a Dios; pues el Señor escucha a los pobres y no desprecia a los suyos que están presos. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 26,14-25
† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, uno de los doce discípulos, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes y les dijo: — ¿Cuánto me quieren dar, y yo les entrego a Jesús?
Ellos le pagaron treinta monedas de plata. Y desde entonces Judas anduvo buscando el momento más oportuno para entregarles a Jesús.
El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: — ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él les contestó:–Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está cerca, y voy a tu casa a celebrar la Pascua con mis discípulos.’
Los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la cena de Pascua.
Cuando llegó la noche, Jesús estaba a la mesa con los doce discípulos; y mientras comían, les dijo: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: —Señor, ¿acaso seré yo?
Jesús les contestó: —Uno que moja el pan en el mismo plato que yo, va a traicionarme. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.
Entonces Judas, el que lo estaba traicionando, le preguntó: —Maestro, ¿acaso seré yo? —Tú lo has dicho —contestó Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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21 de Abril: JUEVES – de la Semana Santa

Ex 12, 1-8.11-14/ Sal 115 / 1Cor 11,23-26 / Jn 13,1-15                 Blanco

5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar aquella Cena en la cual tu Hijo único, antes de entregarse a la muerte confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su amor, concédenos alcanzar por la participación en este sacramento la plenitud del amor y de la vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura:Ex 12, 1-8.11-14
Lectura del libro del Éxodo
El Señor habló en Egipto con Moisés y Aarón, y les dijo: “Este mes será para ustedes el principal, el primer mes del año. Díganle a toda la comunidad israelita lo siguiente: El día diez de este mes, cada uno de ustedes tomará un cordero o un cabrito por familia, uno por cada casa. Y si la familia es demasiado pequeña para comerse todo el animal, entonces el dueño de la casa y su vecino más cercano lo comerán juntos, repartiéndoselo según el número de personas que haya y la cantidad que cada uno pueda comer. El animal deberá ser de un año, macho y sin defecto, y podrá ser un cordero o un cabrito. Lo guardarán hasta el catorce de este mes, y ese día todos y cada uno en Israel lo matarán al atardecer. Tomarán luego la sangre del animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa donde coman el animal. Esa noche comerán la carne asada al fuego, con hierbas amargas y pan sin levadura. No coman ni un solo pedazo crudo o hervido. Todo el animal, lo mismo la cabeza que las patas y las entrañas, tiene que ser asado al fuego, y no deben dejar nada para el día siguiente. Si algo se queda, deberán quemarlo. Ya vestidos y calzados, y con el bastón en la mano, coman de prisa el animal, porque es la Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por todo Egipto, y heriré de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a las primeras crías de sus animales, y dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor, lo he dicho. La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo. 
“Éste es un día que ustedes deberán recordar y celebrar con una gran fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 115
R. Señor, Tú has roto los lazos que me ataban. 
¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? ¡Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre! R.
Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman. ¡Oh Señor, yo soy tu siervo! ¡Yo soy el hijo de tu sierva! Tú has roto los lazos que me ataban. R.
En gratitud, te ofreceré sacrificios, e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo. R.

8. Segunda Lectura: 1Cor 11,23-26
Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Yo recibí esta tradición dejada por el Señor, y que yo a mi vez les transmití: Que la misma noche que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo,  que muere en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.” Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa es la nueva alianzaconfirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.” De manera que, hasta que venga el Señor, ustedes proclaman su muerte cada vez que comen de este pan y beben de esta copa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 13,1-15
† Lectura del Evangelio según san Juan
Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la horade que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin. El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?
Jesús le contestó: —Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.
Pedro le dijo: — ¡Jamás permitiré que me laves los pies!
Respondió Jesús: —Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.
Simón Pedro le dijo: — ¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!
Pero Jesús le contestó: —El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.
Dijo: “No están limpios todos”, porque sabía quién lo iba a traicionar.
Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: — ¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Lavatorio de los Pies
Después de la predicación, el que preside comienza a hacer el lavatorio de pies de las doce personas que han sido elegidas para representar a los apóstoles.  Es importante que estas personas representen a toda la Comunidad.  Se les lava el pié derecho y luego el celebrante besa el pie que ha lavado y da un saludo de paz. Mientras tanto, se cantan cantos que se refieran a la caridad y al servicio.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos a Dios Padre, que en Jesucristo su Hijo nos ha amado hasta el extremo. Respondemos todos: R. Te rogamos, Señor, óyenos.
Por la Iglesia, cuerpo de Cristo: para que guarde la unidad en la caridad que quiso para ella Jesucristo, y así el mundo crea. Roguemos al Señor. R.
Por los obispos, los presbíteros y los ministros: que su vida sea como la de Cristo, de servicio a los hermanos. Roguemos al Señor. R.
Por la unión de los cristianos de Oriente y Occidente: para que encontremos la unidad en la Cena del Señor. Roguemos al Señor. R.
Por los gobernantes de todas las naciones: para que sirvan a sus pueblos promoviendo la justicia y la paz. Roguemos al Señor. R.
Por nosotros: para que, siguiendo el ejemplo de Cristo, vivamos el mandamiento nuevo de amar a todos. Roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios, Padre nuestro, que has amado tanto al mundo que entregaste a tu Hijo a la muerte por nosotros, escucha nuestras súplicas y concédenos lo que te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Señor, Tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena instituida por tu Hijo, concédenos participar también del banquete celestial de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


PERIPLOS DEL OBISPO
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22 de Abril: VIERNES – de la Semana Santa

Is 52,13-15; 53,1-12/Sal 30/Heb 4,14-16;5,7-9/Jn 18,1-40;19,1-42  Rojo
Hoy no se celebra la Misa, sino solamente los Oficios especiales. Por eso la Celebración de la Palabra sigue un orden diferente. Normalmente la celebración se hace por la tarde.
Se entra en silencio y lo primero que se hace es la siguiente oración:

5. Oración:
+ ¡Oh Dios!, tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, por medio de su pasión ha destruido la muerte, que, como consecuencia del antiguo pecado, a todos los humanos alcanza. Concédenos hacernos semejantes a él. De este modo, los que hemos llevado grabada, por exigencia de la naturaleza humana, la imagen de Adán, el humano terreno, llevaremos grabada en adelante, por la acción santificadora de tu gracia, la imagen de Jesucristo, el humano celestial. Él que vive y reina, por lo siglos de los siglos. Amén.

6. Primera Lectura:Is 52,13-15; 53,1-12
Lectura del libro del profeta Isaías
Mi siervo tendrá éxito, será levantado y puesto muy alto.
Así como muchos se asombraron de él, al ver su semblante, tan desfigurado que había perdido toda apariencia humana, así también muchas naciones se quedarán admiradas; los reyes, al verlo, no podrán decir palabra, porque verán y entenderán algo que nunca habían oído.
¿Quien va a creer lo que hemos oído?
¿A quién ha revelado el Señor su poder?
El Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca. No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.
Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores.
Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado. Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud.
Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros.
Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan.
Se lo llevaron injustamente, y no hubo quien lo defendiera; nadie se preocupó de su destino. Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los pecados de mi pueblo. Lo enterraron al lado de hombres malvados, lo sepultaron con gente perversa, aunque nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso oprimirlo con el sufrimiento.
Y puesto que él se entregó en sacrificio por el pecado, tendrá larga vida y llegará a ver a sus descendientes; por medio de él tendrán éxito los planes del Señor.
Después de tanta aflicción verá la luz y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos. Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 30
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Ponme a salvo, pues tú eres justo! En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡rescátame, Señor, Dios de la verdad! R.
Soy el hazmerreír de mis enemigos, objeto de burla de mis vecinos, horror de quienes me conocen. ¡Huyen de mí cuantos me ven en la calle! Me han olvidado por completo, como si ya estuviera muerto. Soy como un jarro hecho pedazos. R.
Pero yo, Señor, confío en ti; yo he dicho: “¡Tú eres mi Dios!” Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos, que me persiguen! R.
Mira con bondad a este siervo tuyo, y sálvame, por tu amor. Den ánimo y valor a sus corazones todos los que confían en el Señor. R.

8. Segunda Lectura: Heb 4,14-16;5,7-9
Lectura de la carta a los Hebreos 
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote que ha entradoen el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. Pues nuestro Sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; solo que él jamás pecó.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.
Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escuchó. Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 18,1-5.12-17.19.21.25-19,20.23ª.25-30.34ª.
† Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
N. En aquel tiempo, Jesús salió con sus discípulos para ir al otro lado del arroyo de Cedrón. Allí había un huerto, donde Jesús entró con sus discípulos. También Judas, el que lo estaba traicionando, conocía el lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Así que Judas llegó con una tropa de soldados y con algunos guardianes del templo enviados por los jefes de los sacerdotes y por los fariseos. Estaban armados, y llevaban lámparas y antorchas. Pero como Jesús ya sabía todo lo que le iba a pasar, salió y les preguntó:
— ¿A quién buscan?
N. Ellos le contestaron:
P. —A Jesús de Nazaret.
N. Jesús dijo:
—Yo soy.
N. Los soldados de la tropa, con su comandante y los guardianes judíos del templo, arrestaron a Jesús y lo ataron. Lo llevaron primero a la casa de Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Este Caifás era el mismo que había dicho a los judíos que era mejor para ellos que un solo hombre muriera por el pueblo.
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. El otro discípulo era conocido del sumo sacerdote, de modo que entró con Jesús en la casa; pero Pedro se quedó fuera, a la puerta. Por esto, el discípulo conocido del sumo sacerdote salió y habló con la portera, e hizo entrar a Pedro. La portera le preguntó a Pedro:
P. — ¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
N. Pedro contestó:
P. —No, no lo soy.
N. El sumo sacerdote comenzó a preguntarle a Jesús acerca de sus discípulos y de lo que él enseñaba. Jesús le dijo:
—Yo he hablado públicamente delante de todo el mundo; siempre he enseñado en las sinagogas y en el templo, donde se reúnen todos los judíos; así que no he dicho nada en secreto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que me han escuchado, y que ellos digan de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho.
N. Entre tanto, Pedro seguía allí, calentándose junto al fuego. Le preguntaron:
P. — ¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
N. Pedro lo negó, diciendo:
P. —No, no lo soy.
N. Luego le preguntó uno de los criados del sumo sacerdote, pariente del hombre a quien Pedro le había cortado la oreja:
P. — ¿No te vi con él en el huerto?
N. Pedro lo negó otra vez, y en ese mismo instante cantó el gallo. 
Llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Como ya comenzaba a amanecer, los judíos no entraron en el palacio, pues de lo contrario faltarían a las leyes sobre la pureza ritual y entonces no podrían comer la cena de Pascua. Por eso Pilato salió a hablarles. Les dijo:
P. — ¿De qué acusan a este hombre?
N. Le contestaron:
P. —Si no fuera un criminal, no te lo habríamos entregado.
N. Pilato les dijo:
P. —Llévenselo ustedes, y júzguenlo conforme a su propia ley.
N. Pero las autoridades judías contestaron:
P. —Los judíos no tenemos el derecho de dar muerte a nadie.
N. Así se cumplió lo que Jesús había dicho sobre la manera en que tendría que morir. Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó:
P. — ¿Eres tú el Rey de los judíos?
N. Jesús le dijo:
¿Eso lo preguntas tú por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí?
N. Le contestó Pilato:
P. — ¿Acaso yo soy judío? Los de tu nación y los jefes de los sacerdotes son los que te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
N. Jesús le contestó:
—Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
N. Le preguntó entonces Pilato:
P. — ¿Así que tú eres rey?
P. Jesús le contestó:
—Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan.
N. Pilato le dijo:
P. — ¿Y qué es la verdad?
N. Después de hacer esta pregunta, Pilato salió otra vez a hablar con los judíos, y les dijo:
P. —Yo no encuentro ningún delito en este hombre. Pero ustedes tienen la costumbre de que yo les suelte un preso durante la fiesta de la Pascua: ¿quieren que les deje libre al Rey de los judíos?
N. Todos volvieron a gritar:
P. — ¡A ese no! ¡Suelta a Barrabás!
N. Y Barrabás era un bandido.
Pilato tomó entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús y lo vistieron con una capa de color rojo oscuro. Luego se acercaron a él, diciendo:
P. — ¡Viva el Rey de los judíos!
N. Y le pegaban en la cara. Pilato volvió a salir, y les dijo:
P. —Miren, aquí lo traigo, para que se den cuenta de que no encuentro en él ningún delito.
N. Salió, pues, Jesús, con la corona de espinas en la cabeza y vestido con aquella capa de color rojo oscuro. Pilato dijo:
P. — ¡Ahí tienen a este hombre!
N. Cuando lo vieron los jefes de los sacerdotes y los guardianes del templo, comenzaron a gritar:
P. — ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
N. Pilato les dijo:
P. —Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes, porque yo no encuentro ningún delito en él.
N. Las autoridades judías le contestaron:
P. —Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se ha hecho pasar por Hijo de Dios.
N. Al oír esto, Pilato tuvo más miedo todavía. Entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús:
P. — ¿De dónde eres tú?
N. Pero Jesús no le contestó nada. Pilato le dijo:
P. — ¿Es que no me vas a contestar? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, lo mismo que para ponerte en libertad?
N. Entonces Jesús le contestó:
—No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si Dios no te lo hubiera permitido; por eso, el que me entregó a ti es más culpable de pecado que tú
N. Desde aquel momento, Pilato buscaba la manera de dejar libre a Jesús; pero los judíos le gritaron:
P. — ¡Si lo dejas libre, no eres amigo del emperador! ¡Cualquiera que se hace rey, es enemigo del emperador!
N. Pilato, al oír esto, sacó a Jesús, y luego se sentó en el tribunal, en el lugar que en hebreo se llamaba Gabatá, que quiere decir El Empedrado. Era el día antes de la Pascua, como al mediodía. Pilato dijo a los judíos:
P. — ¡Ahí tienen a su rey!
N. Pero ellos gritaron:
P. — ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!
N. Pilato les preguntó:
P. — ¿Acaso voy a crucificar a su rey?
N. Y los jefes de los sacerdotes le contestaron:
P. — ¡Nosotros no tenemos más rey que el emperador!
N. Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron. Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado “Lugar de la Calavera” (que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, quedando Jesús en el medio. Pilato escribió un letrero que decía: “Jesús de Nazaret, Rey de los judíos”, y lo mandó poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron aquel letrero, porque el lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
—Mujer, ahí tienes a tu hijo.
N. Luego le dijo al discípulo:
—Ahí tienes a tu madre.
N. Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, como Jesús sabía que ya todo se había cumplido, y para que se cumpliera la Escritura, dijo:
—Tengo sed.
Había allí un jarro lleno de vino agrio. Empaparon una esponja en el vino, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús bebió el vino agrio, y dijo:
—Todo está cumplido.
N. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. Hasta aquí la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Juan.

13. Oración de los Fieles: Se hace la siguiente oración universal:
Por la Santa Iglesia: Oremos, hermanos y hermanas, por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la proteja en todo el mundo y nos conceda una vida serena para alabar a Dios Padre todopoderoso.
+ Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu amor para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

– Por el Obispo de Roma: Oremos por el Sucesor de Pedro, para que Dios nuestro Señor, que lo eligió para presidir en la caridad, lo asista y proteja para que se convierta en signo de unidad entre los cristianos.
+ Dios todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las cosas: atiende nuestras súplicas y protege con tu amor al obispo de Roma, para que, según tu voluntad, se pueda convertir en signo y vínculo de unidad entre todos los cristianos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Por el pueblo de Dios y sus ministros: Oremos también por los obispos, presbíteros, diáconos, y por todos los miembros del pueblo Santo de Dios.
+ Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia; escucha nuestras súplicas y concédenos tu gracia para que todos, según nuestra vocación, podamos servirte con fidelidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los catecúmenos: Oremos también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor les ilumine interiormente y les comunique su amor; y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, nuestro Señor.
+ Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia; aumenta en los catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el bautismo a la vida nueva de tus hijos de adopción. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por la unidad de los cristianos: Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo rebaño.
+ Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad; mira con amor a todos los cristianos, a fin de que cuantos están consagrados por un solo bautismo formen una sola familia unida por el amor y la integridad de la fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los judíos: Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a su alianza.
+ Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones a Abrahán y su descendencia; escucha las súplicas de tu Iglesia y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de la redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que no creen en Cristo: Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo,  puedan encontrar el camino de la salvación.
+ Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente agradarte para que encuentren la verdad; y a nosotros, tus fieles, concédenos progresar en el amor fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que no creen en Dios: Oremos también por los que no admiten a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan alcanzar el premio de llegar a él.
+ Dios todopoderoso y eterno, que creaste a los seres humanos para que te busquen, y, sólo al encontrarte hallen descanso; concédenos que, en medio de las adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y estimulados por el testimonio de nuestra vida tengan por fin la alegría de reconocerte como único Dios y Padre de todos los humanos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los gobernantes: Oremos también por los gobernantes de todas las naciones, para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el bien común en un ambiente de paz y libertad.
+ Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos está mover el corazón de los humanos y defender los derechos de los pueblos; asiste a los que gobiernan para que, con tu ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social  y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que se encuentran en alguna tribulación: Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso por todos los que en el mundo sufren las consecuencias del pecado, para que cure a los enfermos, dé alimento a los que padecen hambre, libere de la injusticia a los perseguidos, redima a los encarcelados, conceda volver a casa a los emigrantes y desterrados, proteja a los que viajan y dé la salvación a los moribundos.
+ Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los que lloran y fuerza de los que sufren; lleguen hasta ti las súplicas de quienes te invocan en su tribulación, para que sientan en sus adversidades la ayuda de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Veneración de la Cruz
Si se considera oportuno, después de la oración universal, se puede pasar a venerar la cruz. Si no se considera oportuno, se pasa directamente a la distribución de la comunión. Si se hace la veneración, se procede de la siguiente manera:
Semuestratresveceslacruzycuando se muestra se canta o se dice la siguiente frase:

+ «Miren el árbol de la cruz, del cual estuvo colgada la salvación del mundo».

Todos responden:
R. «Vengan a venerarlo».

Después todos los participantes pasan a besar la cruz, en señal de veneración.

Luego se sigue con la guía a partir del Padre nuestro. (seguir a partir del número 17 del Esquema de Celebración)

21. Oración después de la Comunión 
+ Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este pueblo, que ha celebrado la muerte de tu Hijo con la esperanza de su santa resurrección; venga sobre él tu perdón, concédele tu consuelo, acrecienta su fe y consolida en él la redención eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


PERIPLOS DEL OBISPO
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resucito

23 de Abril: SÁBADO – Vigilia Pascual

Ex 14,15-31;15,1/Ez 36,16-28/ Rm 6,3-11/Sal 117/ Mt 28,1-10    Blanco

La celebración de la Vigilia Pascual, es la más importante de todas las celebraciones cristianas, porque conmemora la resurrección de Jesucristo. Consta de varias partes:
- La bendición del fuego nuevo, encendida del cirio y proclamación de la Resurrección de Cristo.
- Las lecturas del Antiguo Testamento, recordando la Pascua.
- Las lecturas del Nuevo Testamento.
- La bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales.
- La distribución de la Comunión, siguiendo el esquema a partir del No. 13.

ciripasLa bendición del fuego nuevo, encendida del cirio y proclamación de la Resurrección de Cristo.

Se apagan las luces de la iglesia. En un lugar adecuado fuera del templo, se enciende el fuego.
Se hace el siguiente saludo.
– Hermanos: en esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Si conmemoramos así la Pascua del Señor, escuchando su palabra y participando en sus sacramentos, podremos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con él siempre en Dios.
+ Oremos: Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has comunicado el fuego de tu luz: bendice este fuego, y concédenos que la celebración de estas fiestas pascuales encienda en nosotros el deseo del cielo, para que podamos llegar con el espíritu renovado a la fiesta de la eterna luz.

Bendecido el nuevo fuego, un servidor lleva el cirio pascual ante el que preside, y con un punzón graba la cruz en el mismo cirio. Después hace sobre él la letra griega alfa, y debajo la letra omega, y entre los brazos de la cruz los números que expresan el año en curso, mientras dice:
Cristo ayer y hoy. (Traza la línea vertical.)
Principio y fin. (Traza la línea horizontal.)
Alfa. (Traza la letra alfa arriba de la línea vertical.)
Y omega. (Traza la letra omega debajo de la línea vertical.)
Suyo es el tiempo. (Trazaelnúmero “2” en el ángulo superior izquierdo de la cruz.)
Y la eternidad. (Traza el número “0” el ángulo superior derecho.)
A él la gloria y el poder. (Traza número “0” en el ángulo inferior izquierdo.)
Por los siglos de los siglos. Amén. (Traza el “9” en el ángulo inferior derecho.)

Seguidamente, del fuego nuevo se enciende el cirio pascual, diciendo:
La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu.
Después se entra en procesión al Templo, el cirio lo lleva el que preside. Dice o canta al inicio de la procesión, a la entrada al Templo y al llegar al altar la frase:
Luz de Cristo.
Y todos responden: Demos gracias a Dios.
En la entrada del templo todos encienden las velas que llevan, del cirio que se ha bendecido y al llegar al altar, se prenden las luces del templo.
Después, desde el ambón, el que preside u otro ministro elegido, hace la proclamación de la Resurrección, recitando o cantando el Pregón Pascual:

En verdad es justo y necesario, aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del corazón a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán y, derramando su sangre, canceló la condena del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Esta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Esta es la noche en que el fuego esclareció en las tinieblas del pecado.
Esta es la noche en la que, los que creen en Cristo por toda la tierra, son arrancados de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, son restituidos a la gracia y son agregados a los santos.
Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De que nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal redentor!
¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento que Cristo resucitó de entre los muertos.
Esta es la noche de la que estaba escrito: «Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mi gozo». Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos. Amén.

Las lecturas del Antiguo Testamento, recordando la Pascua.

Primera Lectura:Ex 14,15-31; 15,1
Lectura del libro del Éxodo
En aquel tiempo, el Señor le dijo a Moisés:— ¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! Y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los israelitas lo crucen en seco. Yo voy a hacer que los egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el faraón y en todo su ejército, y en sus carros y caballería. Cuando haya mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.
En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos. Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.
Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca, y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: —Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros.
Pero el Señor le dijo a Moisés: —Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería.
Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él. Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.
Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial: Éxodo 15
R. Cantemos al Señor por su victoria.
“Cantaré en honor del Señor, que tuvo un triunfo maravilloso al hundir en el mar caballos y jinetes. Mi canto es al Señor, quien es mi fuerza y salvación. Él es mi Dios, y he de alabarlo; es el Dios de mi padre, y he de enaltecerlo. R.
El Señor es un gran guerrero. El Señor, ¡ese es su nombre! El Señor hundió en el mar los carros y el ejército del faraón; ¡sus mejores oficiales se ahogaron en el Mar Rojo! R.
Cayeron hasta el fondo, como piedras, y el mar profundo los cubrió. Oh, Señor, fue tu mano derecha, fuerte y poderosa, la que destrozó al enemigo. R.
Oh, Señor, llévanos a vivir a tu santo monte, al lugar que escogiste para vivir, al santuario que afirmaste con tus manos. ¡El Señor reina por toda la eternidad!” R.

+ Oremos: Tus antiguos prodigios se renuevan, Señor, también en nuestros tiempos, pues lo que tu poder hizo con las aguas para librar un solo pueblo de la esclavitud del faraón, lo repites ahora por medio del agua del bautismo, para salvar a todas las naciones. Concede a los humanos del mundo entero contarse entre los hijos de Abrahán y participar de la dignidad del pueblo elegido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Segunda Lectura: Ez 36,16-28
Lectura del libro del profeta Ezequiel
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: “Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo sucio y repugnante. Entonces descargué mi ira sobre ellos por los asesinatos que cometieron en el país y por la manera en que lo profanaron adorando a los ídolos, y en castigo de sus malas acciones los dispersé entre los demás países y naciones. Pero en todos los pueblos a donde ellos llegaban, ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: ‘Estos son el pueblo del Señor, pero tuvieron que salir de su país.’ Entonces me dolió ver que, por culpa de Israel, mi santo nombre era profanado en cada nación adonde ellos llegaban.
“Por eso, dile al pueblo de Israel: ‘Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa de ustedes, israelitas, sino por mi santo nombre, que ustedes han ofendido entre las naciones a donde han ido. Yo voy a mostrar ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que ustedes han ofendido entre ellas; cuando yo lo haga, ellas reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. Yo los sacaré a ustedes de todas esas naciones y países; los reuniré y los haré volver a su tierra. Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil. Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos; vivirán en el país que di a sus padres, y serán mi pueblo y yo seré su Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial: De los salmos 41 y 42
R.Tengo sed de Dios, del Dios de la vida.
Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo volveré a presentarme ante Dios? R.
Recuerdo cuando yo iba con la gente, conduciéndola al templo de Dios entre gritos de alegría y gratitud. ¡Qué gran fiesta entonces! R.
Envía tu luz y tu verdad, para que ellas me enseñen el camino que lleva a tu santo monte, al lugar donde tú vives. R.
Llegaré entonces a tu altar, oh Dios, y allí te alabaré al son del arpa, pues tú, mi Dios, llenas mi vida de alegría. R.

+ Oremos: Señor, Dios todopoderoso, poder inmutable y luz sin ocaso, prosigue bondadoso a través de tu Iglesia, sacramento de salvación, la obra que tu amor dispuso desde la eternidad; que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que se renueva lo que había envejecido y que todo se integra en Aquél que es el principio de todo, Jesucristo, nuestro Señor. Él que vive y reina, por lo siglos de los siglos. Amén.

Las lecturas del Nuevo Testamento.

4. Canto del “Gloria a Dios en el cielo”

5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor resucitado, aviva en tu Iglesia el espíritu filial para que, renovados en toda nuestra vida, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

8. Epístola: Rm 6,3-11
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos
Hermanos: ¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.
Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siemprerespecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios. Así también, ustedes considérense muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya, aleluya, aleluya.Del Sal 117
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” R. «Aleluya, aleluya, aleluya».
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. R.

10. Evangelio: Mt 28,1-10
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Pasado el sábado, cuando al anochecer comenzaba el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto hubo un fuerte temblor de tierra, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra que lo tapaba y se sentó sobre ella. El ángel brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Al verlo, los soldados temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres:—No tengan miedo. Yo sé que están buscando a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Vayan pronto y digan a los discípulos: ‘Ha resucitado, y va a Galilea para reunirlos de nuevo; allí lo verán.’ Esto es lo que yo tenía que decirles.
Las mujeres se fueron rápidamente del sepulcro, con miedo y mucha alegría a la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En eso, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas se acercaron a Jesús y lo adoraron, abrazándole los pies, y él les dijo:—No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allá me verán. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se hace una reflexión o predicación a partir de las lecturas de la Sagrada Escritura y de la solemnidad que se celebra.

La bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales

Quien preside junto a toda la asamblea, ora para que el agua sea bendecida:
+ Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que bendiga esta agua, que va a ser derramada sobre nosotros en memoria de nuestro bautismo; y pidámosle que nos renueve interiormente para que permanezcamos fieles al espíritu, que hemos recibido.
Todos extienden la mano y oran:
Señor Dios nuestro, escucha las oraciones de tu pueblo que vela en esta noche santa, en que celebramos nuestra creación y la maravilla aún más grande de nuestra redención; dígnate bendecir esta agua.
La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos con el frescor y la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de la esclavitud y al apagar con ella su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como signo de la nueva alianza que quisiste sellar con los humanos. Y cuando Cristo descendió a ella en el Jordán, renovaste nuestra naturaleza pecadora con el baño del nuevo renacimiento. Que esta agua, Señor, avive en nosotros el recuerdo de nuestro bautismo, y nos haga participar en el gozo de nuestros hermanos bautizados en la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Después se hace la Renovación de las promesas bautismales. Quien preside hace las preguntas y todo el pueblo responde:
+ ¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
R. Sí, renuncio.
+ ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que el pecado no los esclavice? R. Sí, renuncio.
+ ¿Renuncian a Satanás, padre y príncipe del pecado? R. Sí, renuncio.
+ ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
R. Sí, creo.
+ ¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de Santa María Virgen, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? R. Sí, creo.
+ ¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de lo santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? R. Sí, creo.
+ Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia, unidos a Jesucristo, nuestro Señor, para la vida eterna. Amén.

Seguidamente se rocía con el agua bendecida a toda la Asamblea.

Se sigue el esquema a partir del No. 13.

13. Oración de los Fieles
+ Supliquemos, a Cristo, el Ungido de Dios y pidámosle que escuche nuestra oración. Todos respondemos: Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que los obispos y todos los ministros, vivan plenamente conformes a Jesús y sean siempre fieles a la misión que han recibido. R.
Para que el Señor, conceda la conversión a los que por el pecado se han alejado de la Iglesia, roguemos al Señor. R.
Para que los enfermos, experimenten la protección del Señor y sientan mejora en su enfermedad y alivio en sus dolores, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que, con su sangre nos purifica y con su cuerpo nos alimenta, ilumine nuestras mentes para que comprendamos y amemos los misterios que hoy celebramos, roguemos al Señor. R.
+ Señor Jesucristo, ya que nos invitas a participar al altar, imagen del banquete eterno, escucha nuestra oración y haz que podamos ser también tus invitados en al banquete de la Pascua eterna.Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Infúndenos, Señor, tu espíritu de caridad, para que vivamos unidos en tu amor los que hemos participado en este sacramento de la muerte y resurrección de Jesucristo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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24 de Abril: DOMINGO DE PASCUA

Hch 10, 34a.37-43 / Sal 117 / Col 3, 1-4 / Jn 20, 1-9                      Blanco
pascua25. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has abierto las puertas de la vida eterna; concede a quienes celebramos hoy la pascua de resurrección, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura:Hch 10, 34a.37-43
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro comenzó a hablar, y dijo: —Ustedes bien saben lo que pasó en toda la tierra de los judíos, comenzando en Galilea, después que Juan proclamó que era necesario bautizarse. Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con él, y nosotros somos testigos de todo lo que hizo Jesús en la región de Judea y en Jerusalén. Después lo mataron, colgándolo en una cruz. Pero Dios lo resucitó al tercer día, e hizo que se nos apareciera a nosotros. No se apareció a todo el pueblo, sino a nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como testigos. Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó. Y él nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como Juez de los vivos y de los muertos. Todos los profetas habían hablado ya de Jesús, y habían dicho que quienes creen en él reciben por medio de él el perdón de los pecados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. Este es el día del triunfo del Señor, sea nuestra alegría y gozo.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” R.
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. R.

8. Segunda Lectura: Col 3, 1-4
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Colosenses 
Hermanos: Ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 20, 1-9
† Lectura del Evangelio según san Juan 
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. Entonces se fue corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:
—¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Los dos iban corriendo juntos; pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó a mirar, y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas; y además vio que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado, y creyó. Pues todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo. R. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, ha vencido la muerte y el pecado: pidámosle que los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo, roguemos al Señor. R.
A Cristo que, ha hecho renacer a los nuevos hijos de la Iglesia: pidámosle que afirme en ellos los dones que les ha concedido en la Pascua, roguemos al Señor. R.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha abierto las puertas de su reino y ha otorgado la vida nueva: pidámosle por los que sufren, roguemos al Señor. R.
A Cristo que, anunció la alegría a las mujeres y a los apóstoles: pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo, roguemos al Señor. R.
+ Señor Jesucristo, compadécete de este pueblo que ha puesto toda su esperanza en tu resurrección.Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Señor, protege siempre a tu Iglesia con amor paternal, para que, renovada ya por los sacramentos pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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25 de Abril: LUNES – 1ª Semana de Pascua

Hch 2, 14.22-32 / Sal 15 / Mt 28, 8-15                                                Blanco

6. Primera Lectura: Hch 2, 14.22-32
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El día de Pentecostés, Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: “Judíos y todos los que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto y oigan bien lo que les voy a decir.
“Escuchen, pues, israelitas, lo que voy a decir: Como ustedes saben muy bien, Dios demostró ante ustedes la autoridad de Jesús de Nazaret, haciendo por medio de él grandes maravillas, milagros y señales. Y a ese hombre, que conforme a los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado. El rey David, refiriéndose a Jesús, dijo: ‘Yo veía siempre al Señor delante de mí; con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso se alegra mi corazón, y mi lengua canta llena de gozo. Todo mi ser vivirá confiadamente, porque no me dejarás en el sepulcro ni permitirás que se descomponga el cuerpo de tu santo siervo. Me mostraste el camino de la vida, y me llenarás de alegría con tu presencia.’
“Hermanos, permítanme decirles con franqueza que el patriarca David murió y fue enterrado, y que su sepulcro está todavía entre nosotros. Pero David era profeta, y sabía que Dios le había prometido con juramento que pondría por rey a uno de sus descendientes. Así que, viendo anticipadamente la resurrección del Mesías, David habló de ella y dijo que el Mesías no se quedaría en el sepulcro ni su cuerpo se descompondría. Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 15
R. ¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección!
¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección! Yo te he dicho: “Tú eres mi Señor, mi bien. Tú, Señor, eres mi todo; tú me colmas de bendiciones; mi vida está en tus manos. R.
Bendeciré al Señor, porque él me guía, y en lo íntimo de mi ser me corrige por las noches. Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. R.
Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría. Todo mi ser vivirá confiadamente, pues no me dejarás en el sepulcro, ¡no abandonarás en la fosa a tu amigo fiel! R.
Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 28, 8-15
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Las mujeres se fueron rápidamente del sepulcro, con miedo y mucha alegría a la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En eso, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas se acercaron a Jesús y lo adoraron, abrazándole los pies, y él les dijo:—No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allá me verán.
Mientras iban las mujeres, algunos soldados de la guardia llegaron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. Estos jefes fueron a hablar con los ancianos, para ponerse de acuerdo con ellos. Y dieron mucho dinero a los soldados, a quienes advirtieron:—Ustedes digan que durante la noche, mientras ustedes dormían, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo. Y si el gobernador se entera de esto, nosotros lo convenceremos, y a ustedes les evitaremos dificultades.
Los soldados recibieron el dinero e hicieron lo que se les había dicho. Y esta es la explicación que hasta el día de hoy circula entre los judíos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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26 de Abril: MARTES – 1ª Semana de Pascua

Hch 2,36-41 / Sal 32 / Jn 20,11-18                                                     Blanco

6. Primera Lectura: Hch 2,36-41
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El día de Pentecostés, Pedro dijo a los judíos: “Sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este mismo Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.”
Cuando los allí reunidos oyeron esto, se afligieron profundamente, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: Hermanos, ¿qué debemos hacer?
Pedro les contestó: —Vuélvanse a Dios y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así él les dará el Espíritu Santo. Porque esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y también para todos los que están lejos; es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.
Con estas y otras palabras, Pedro les habló y les aconsejó, diciéndoles: — ¡Apártense de esta gente perversa!
Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas. Palabra de Dios. Te alabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 32
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
La palabra del Señor es verdadera; sus obras demuestran su fidelidad. El Señor ama lo justo y lo recto; ¡su amor llena toda la tierra! R.
Pero el Señor cuida siempre de quienes lo honran y confían en su amor, para salvarlos de la muerte y darles vida en épocas de hambre. R.
Nosotros confiamos en el Señor; ¡él nos ayuda y nos protege! ¡Que tu amor, Señor, nos acompañe, tal como esperamos de ti! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 20,11-18
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, María se quedó afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro, y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies. Los ángeles le preguntaron: —Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo: —Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.
Apenas dijo esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era él. Jesús le preguntó: —Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo: —Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo.
Jesús entonces le dijo: — ¡María!
Ella se volvió y le dijo en hebreo: — ¡Rabuni! (que quiere decir: “Maestro”).
Jesús le dijo: —No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos  que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes.
Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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27 de Abril: MIÉRCOLES – 1ª Semana de Pascua

Hch 3,1-10 / Sal 104 / Lc 24,13-35                                                     Blanco

6. Primera Lectura: Hch 3,1-10
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro y Juan fueron al templo para la oración de las tres de la tarde. Allí, en el templo, estaba un hombre paralítico de nacimiento, al cual llevaban todos los días y lo ponían junto a la puerta llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban. Cuando el paralítico vio a Pedro y a Juan, que estaban a punto de entrar en el templo, les pidió una limosna. Ellos lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: —Míranos.
El hombre puso atención, creyendo que le iban a dar algo. Pero Pedro le dijo: —No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Dicho esto, Pedro lo tomó por la mano derecha y lo levantó, y en el acto cobraron fuerzas sus pies y sus tobillos. El paralítico se puso en pie de un salto y comenzó a andar; luego entró con ellos en el templo, por su propio pie, brincando y alabando a Dios. Todos los que lo vieron andar y alabar a Dios, se llenaron de asombro y de temor por lo que le había pasado, ya que conocían al hombre y sabían que era el mismo que se sentaba a pedir limosna en el templo, en la puerta llamada la Hermosa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 104
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
¡Den gracias al Señor! ¡Proclamen su nombre! Cuenten a los pueblos sus acciones. Canten himnos en su honor. ¡Hablen de sus grandes hechos! R.
Siéntanse orgullosos de su santo nombre. ¡Siéntase alegre el corazón de los que buscan al Señor! Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo. R.
ustedes, descendientes de su siervo Abraham; ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos. Él es el Señor, nuestro Dios; ¡él gobierna toda la tierra! R.
Ni aunque pasen mil generaciones se olvidará de las promesas de su alianza, de la alianza que hizo con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 24,13-35
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban hablando de todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quién era. Jesús les preguntó: —¿De qué van hablando ustedes por el camino?
Se detuvieron tristes, y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, contestó: — ¿Eres tú el único que ha estado alojado en Jerusalén y que no sabe lo que ha pasado allí en estos días?
Él les preguntó: — ¿Qué ha pasado?
Le dijeron: —Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso. Aunque algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro, y como no encontraron el cuerpo, volvieron a casa. Y cuentan que unos ángeles se les han aparecido y les han dicho que Jesús vive. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como las mujeres habían dicho, pero a Jesús no lo vieron.
Entonces Jesús les dijo: — ¡Qué faltos de comprensión son ustedes y qué lentos para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?
Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.
Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba a seguir adelante. Pero ellos lo obligaron a quedarse, diciendo: —Quédate con nosotros, porque ya es tarde. Se está haciendo de noche.
Jesús entró, pues, para quedarse con ellos. Cuando ya estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció. Y se dijeron el uno al otro: — ¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?
Sin esperar más, se pusieron en camino y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a sus compañeros, que les dijeron: —De veras ha resucitado el Señor, y se le ha aparecido a Simón.
Entonces ellos dos les contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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28 de Abril: JUEVES – 1ª Semana de Pascua

Hch 3, 11-26 / Sal 8 / Lc 24,35-48                                                      Blanco

6. Primera Lectura: Hch 3, 11-26
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, el paralítico que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan. Toda la gente, admirada, corrió a la parte del templo que se llama Pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver esto, les dijo: “¿Por qué se asombran ustedes, israelitas? ¿Por qué nos miran como si nosotros mismos hubiéramos sanado a este hombre y lo hubiéramos hecho andar por medio de algún poder nuestro o por nuestra piedad? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado el más alto honor a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a las autoridades y a quien ustedes rechazaron, después que Pilato había decidido soltarlo. En vez de pedir la libertad de aquel que era santo y justo, ustedes pidieron que se soltara a un criminal. Y así mataron ustedes al que nos lleva a la vida. Pero Dios lo resucitó, y de esto nosotros somos testigos. Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que ustedes ven y conocen, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que lo ha hecho sanar completamente, como todos ustedes pueden ver.
“Ya sé, hermanos, que cuando ustedes y sus jefes mataron a Jesús, lo hicieron sin saber en realidad lo que estaban haciendo. Pero Dios cumplió de este modo lo que antes había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Mesías tenía que morir. Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que él les borre sus pecados y el Señor les mande tiempos de alivio, enviándoles a Jesús, a quien desde el principio había escogido como Mesías para ustedes. Aunque por ahora Jesucristo debe permanecer en el cielo hasta que Dios ponga en orden todas las cosas, como dijo por medio de sus santos profetas que vivieron en los tiempos antiguos. Moisés anunció a nuestros antepasados: ‘El Señor su Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga, porque todo aquel que no haga caso a ese profeta, será eliminado del pueblo.’
“Y todos los profetas, desde Samuel en adelante, hablaron también de estos días. Ustedes son herederos de las promesas que Dios hizo por medio de los profetas, y son también herederos de la alianza hecha por Dios con los antepasados de ustedes. Pues Dios le dijo a Abraham: ‘Todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.’ Cuando Dios resucitó a su Hijo, lo envió primero a ustedes, para bendecirlos, haciendo que cada uno de ustedes se convierta de su maldad.” Palabra de Dios. Te alabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 8
R. Señor,¡tu nombre domina en toda la tierra!
Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!, Pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él? R.
Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, le diste autoridad sobre tus obras. R.
Lo pusiste por encima de todo: sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 24,35-48
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, los discípulos les contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan.
Estaban todavía hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: —Paz a ustedes.
Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús les dijo: — ¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tóquenme y vean: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que tengo yo.
Al decirles esto, les enseñó las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó: — ¿Tienen aquí algo que comer?
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo aceptó y lo comió en su presencia. Luego les dijo: —Lo que me ha pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.
Entonces hizo que entendieran las Escrituras, y les dijo: —Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas. Y yo enviaré sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Pero ustedes quédense aquí, en la ciudad de Jerusalén, hasta que reciban el poder que viene del cielo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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29 de Abril: VIERNES – 1ª Semana de Pascua

Hch 4, 1-12 / Sal 117 / Jn 21,1-14                                                      Blanco

6. Primera Lectura: Hch 4, 1-12
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquel tiempo, mientras Pedro y Juan estaban hablándole a la gente, cuando llegaron los sacerdotes, con el jefe de la guardia del templo y con los saduceos. Estaban enojados porque Pedro y Juan enseñaban a la gente y decían que la resurrección de los muertos había quedado demostrada en el caso de Jesús. Los arrestaron y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero muchos de los que habían escuchado el mensaje, creyeron; y el número de creyentes, contando solamente los hombres, llegó a cerca de cinco mil.
Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los maestros de la ley. Allí estaban también el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y todos los que pertenecían a la familia de los sumos sacerdotes. Ordenaron que les llevaran a Pedro y a Juan, y poniéndolos en medio de ellos les preguntaron: — ¿Con qué autoridad, o en nombre de quién han hecho ustedes estas cosas?
Pedro, lleno del Espíritu Santo, les contestó: —Jefes del pueblo y ancianos: ustedes nos preguntan acerca del bien hecho a un enfermo, para saber de qué manera ha sido sanado. Pues bien, declaramos ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre que está aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret, el mismo a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó. Este Jesús es la piedra que ustedes los constructores despreciaron, pero que se ha convertido en la piedra principal. En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos salvarnos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R.Den gracias al Señor, porque él es bueno.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” Que digan los que honran al Señor: “El amor del Señor es eterno.” R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. Este es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices! R.
Por favor, Señor, ¡sálvanos! Por favor, Señor, ¡haz que nos vaya bien! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Bendecimos a ustedes desde el templo del Señor. El Señor es Dios; ¡él nos alumbra! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 21,1-14
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a sus discípulos, a orillas del Lago de Tiberias. Sucedió de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, al que llamaban el Gemelo, Natanael, que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos de Jesús. Simón Pedro les dijo: –Voy a pescar.
Ellos contestaron: —Nosotros también vamos contigo.
Fueron, pues, y subieron a una barca; pero aquella noche no pescaron nada. Cuando comenzaba a amanecer, Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no sabían que era él. Jesús les preguntó: —Muchachos, ¿no tienen pescado?
Ellos le contestaron: —No.
Jesús les dijo: —Echen la red a la derecha de la barca, y pescarán.
Así lo hicieron, y después no podían sacar la red por los muchos pescados que tenía. Entonces el discípulo a quien Jesús quería mucho, le dijo a Pedro: — ¡Es el Señor!
Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua. Los otros discípulos llegaron a la playa con la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban a cien metros escasos de la orilla. Al bajar a tierra, encontraron un fuego encendido, con un pescado encima, y pan.
Jesús les dijo: —Traigan algunos pescados de los que acaban de sacar.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la playa la red llena de grandes pescados, ciento cincuenta y tres; y aunque eran tantos, la red no se rompió.
Jesús les dijo: —Vengan a desayunarse.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor. Luego Jesús se acercó, tomó en sus manos el pan y se lo dio a ellos; y lo mismo hizo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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30 de Abril: SÁBADO – 1ª Semana de Pascua

Hch 4,13-21 / Sal 117 / Mc 16,9-15                                                    Blanco

6. Primera Lectura: Hch 4,13-21
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, las autoridades vieron la valentía con que hablaban Pedro y Juan, y se dieron cuenta de que eran hombres sin estudios ni cultura, se quedaron sorprendidos, y reconocieron que eran discípulos de Jesús. Además, el que había sido sanado estaba allí con ellos, y por eso no podían decir nada en contra. Entonces los mandaron salir de la reunión, y se quedaron discutiendo unos con otros. Decían: — ¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Todos los habitantes de Jerusalén saben que han hecho esta señal milagrosa, y no lo podemos negar. Pero a fin de que este asunto no siga corriendo de boca en boca, vamos a amenazarlos, para que de aquí en adelante no hablen del nombre de Jesús a nadie.
Así que los llamaron y les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nada acerca del nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les contestaron: —Juzguen ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en lugar de obedecerlo a él. Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
Las autoridades los amenazaron, pero los dejaron libres. No encontraron cómo castigarlos, porque toda la gente alababa a Dios por lo que había pasado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Yo canto al Señor, que me da fuerzas. ¡Él es mi Salvador! En las casas de los hombres fieles hay alegres cantos victoriosos: “¡El poder del Señor alcanzó la victoria! R.
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! El Señor me ha castigado con dureza, pero no me ha dejado morir. R.
¡Abran las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias al Señor! Esta es la puerta del Señor, y por ella entrarán los que le son fieles. Te doy gracias, Señor, porque me has respondido y porque eres mi salvador. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mc 16,9-15
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Después que Jesús hubo resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. Ella fue y avisó a los que habían andado con Jesús, que estaban tristes y llorando. Estos, al oír que Jesús vivía y que ella lo había visto, no lo creyeron.
Después de esto, Jesús se apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando hacia el campo. Estos fueron y avisaron a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron.
Más tarde, Jesús se apareció a los once discípulos, mientras ellos estaban sentados a la mesa. Los reprendió por su falta de fe y su terquedad, ya que no creyeron a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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