LECTURAS BÍBLICAS PARA LA LITURGIA

 

IGLESIA EN MARCHA

EL PAN VIVO DE CADA DÍA

 
PERIPLOS D


LECTURAS DE MARZO 2010

 

Marzo 2010

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1 de Marzo: LUNES – 2ª SEMANA DE CUARESMA.


Dn 9, 4-10 / Sal 78 / Lc 6, 36-38                                                          Morado

6. Primera Lectura: Dn 9, 4-10
Lectura del libro del profeta Daniel
Oré al Señor mi Dios, y le hice esta confesión: “Señor, Dios grande y poderoso, que siempre cumples tus promesas y das pruebas de tu amor a los que te aman y cumplen tus mandamientos: hemos pecado y cometido maldad; hemos hecho lo malo; hemos vivido sin tomarte en cuenta; hemos abandonado tus mandamientos y decretos. No hemos hecho caso a tus siervos los profetas, los cuales hablaron en tu nombre a nuestros reyes, jefes y antepasados, y a todo el pueblo de Israel. Tú, Señor, eres justo, pero nosotros los judíos nos sentimos hoy avergonzados; tanto los que viven en Jerusalén como los otros israelitas, los de cerca y los de lejos, que viven en los países adonde tú los arrojaste por haberse rebelado contra ti. Nosotros, Señor, lo mismo que nuestros reyes, jefes y antepasados, nos sentimos avergonzados porque hemos pecado contra ti. Pero de ti, Dios nuestro, es propio el ser compasivo y perdonar. Nosotros nos hemos rebelado contra ti y no te hemos escuchado, Señor y Dios nuestro, ni hemos obedecido las enseñanzas que nos diste por medio de tus siervos los profetas.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 78
R. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
No nos hagas pagar a nosotros por la maldad de nuestros antepasados; ¡que venga tu ternura pronto a nuestro encuentro, porque estamos abatidos! R.
Oh Dios, Salvador nuestro, ¡ayúdanos, líbranos y perdónanos, por la gloria de tu nombre! R.
Atiende las quejas de los presos, y salva con tu gran poder a los sentenciados a muerte. Y nosotros, que somos tu pueblo, que somos ovejas de tus prados, gracias te daremos siempre, ¡cantaremos tus alabanzas por todos los siglos! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 6, 36-38
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús dijo a sus discípulos: “Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo. No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará. Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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2 de Marzo: MARTES – 2ª SEMANA DE CUARESMA.

Is 1,10.16-20 /Sal 49 / Mt 23,1-12                                                        Morado

6. Primera Lectura: Is 1,10.16-20
Lectura del libro del profeta Isaías
Jefes de Sodoma, escuchen la palabra del Señor; pueblo de Gomorra, oye atentamente lo que nuestro Dios te va a enseñar.
“¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus maldades! ¡Dejen de hacer el mal! ¡Aprendan a hacer el bien, esfuércense en hacer lo que es justo, ayuden al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan los derechos de la viuda!”
El Señor dice: “Vengan, vamos a discutir este asunto. Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, yo los dejaré blancos como la nieve; aunque sean como tela teñida de púrpura, yo los dejaré blancos como la lana. Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que produce la tierra; pero si insisten en ser rebeldes, morirán sin remedio en la guerra.” El Señor mismo lo ha dicho. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 49
R. ¡Yo salvo al que permanece en mi camino!
No te censuro por los sacrificios y holocaustos que siempre me ofreces. No te pido becerros de tu ganado ni machos cabríos de tus corrales. R.
“¿Qué derecho tienes de citar mis leyes o de mencionar mi alianza, si no te agrada que yo te corrija ni das importancia a mis palabras? R.
Todo esto has hecho, y me he callado; pensaste que yo era igual que tú. Pero voy a acusarte cara a cara, ¡voy a ajustarte las cuentas! el que me ofrece su gratitud, me honra. ¡Yo salvo al que permanece en mi camino!” R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 23,1-12
† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: “Los maestros de la ley y los fariseos enseñan con la autoridad que viene de Moisés. Por lo tanto, obedézcanlos ustedes y hagan todo lo que les digan; pero no sigan su ejemplo, porque ellos dicen una cosa y hacen otra. Atan cargas tan pesadas que es imposible soportarlas, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo. Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en anchas tiras, y ponerse ropas con grandes borlas. Quieren tener los mejores lugares en las comidas y los asientos de honor en las sinagogas, y desean que la gente los salude con todo respeto en la calle y que los llame maestros.
“Pero ustedes no deben pretender que la gente los llame maestros, porque todos ustedes son hermanos y tienen solamente un Maestro. Y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo. Ni deben pretender que los llamen guías, porque Cristo es su único Guía. El más grande entre ustedes debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS D
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3 de Marzo: MIÉRCOLES – 2ª SEMANA DE CUARESMA.

Jr 18,18-20 / Sal 30 / Mt 20, 17-28                                                       Morado

6. Primera Lectura: Jr 18,18-20
Lectura del libro del profeta Jeremías 
En aquellos días la gente dijo: “Vamos a preparar un plan para deshacernos de Jeremías. Jamás faltarán sacerdotes que nos instruyan, ni sabios que nos den consejos, ni profetas que nos comuniquen la palabra de Dios. Acusémoslo, para que lo maten. No hagamos caso a nada de lo que dice.”
¡Señor, préstame atención! ¡Oye lo que dicen mis enemigos! ¿Es con el mal como se paga el bien? ¡Ellos han cavado mi sepultura! Recuerda que me he enfrentado contigo para hablarte en favor de ellos, para pedirte que apartaras de ellos tu ira. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 30
R. ¡Señor, ponme a salvo, pues tú eres justo!
¡Sácame de la trampa que me han tendido, pues tú eres mi protector! En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡rescátame, Señor, Dios de la verdad! R.
Puedo oír que la gente cuchichea: “Hay terror por todas partes.” Como un solo hombre, hacen planes contra mí; ¡hacen planes para quitarme la vida! R.
Pero yo, Señor, confío en ti; yo he dicho: “¡Tú eres mi Dios!” Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos, que me persiguen! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 20, 17-28
† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús, yendo ya de camino a Jerusalén, llamó aparte a sus doce discípulos y les dijo: —Como ustedes ven, ahora vamos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros para que se burlen de él, lo golpeen y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
La madre de los hijos de Zebedeo, junto con sus hijos, se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él para pedirle un favor. Jesús le preguntó: —¿Qué quieres?
Ella le dijo: —Manda que en tu reino uno de mis hijos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
Jesús contestó: —Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber el trago amargo que voy a beber yo?
Ellos dijeron: —Podemos.
Jesús les respondió: —Ustedes beberán este trago amargo, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que se les dará a aquellos para quienes mi Padre lo ha preparado.
Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con los dos hermanos. Pero Jesús los llamó, y les dijo: —Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir  y para dar su vida en rescate por una multitud. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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4 de Marzo: JUEVES – 2ª SEMANA DE CUARESMA.

Jr 17, 5-10 / Sal 1 /Lc 16, 19-31                                                           Morado

6. Primera Lectura: Jr 17, 5-10
Lectura del libro del profeta Jeremías
El Señor dice: “Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los hombres y en ellos busca apoyo. Será como la zarza del desierto, que nunca recibe cuidados: que crece entre las piedras, en tierras de sal, donde nadie vive.
“Pero bendito el hombre que confía en mí, que pone en mí su esperanza. Será como un árbol plantado a la orilla de un río, que extiende sus raíces hacia la corriente y no teme cuando llegan los calores, pues su follaje está siempre frondoso. En tiempo de sequía no se inquieta, y nunca deja de dar fruto.
“Nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano. ¿Quién es capaz de comprenderlo? Yo, el Señor, que investigo el corazón y conozco a fondo los sentimientos; que doy a cada cual lo que se merece, de acuerdo con sus acciones.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 1
R. Feliz quien ha puesto su confianza en el Señor.
Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios, sino que pone su amor en la ley del Señor y en ella medita noche y día. R.
Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien! R.
Con los malvados no pasa lo mismo, pues son como paja que se lleva el viento. Por eso los malvados caerán bajo el juicio de Dios y no tendrán parte en la comunidad de los justos. El Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malos lleva al desastre. R.
9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 16, 19-31
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos los días ofrecía espléndidos banquetes. Había también un pobre llamado Lázaro, que estaba lleno de llagas y se sentaba en el suelo a la puerta del rico. Este pobre quería llenarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado.
“Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado. Entonces gritó: ‘¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego.’ Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres. Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar aquí.’
“El rico dijo: ‘Te suplico entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre, donde tengo cinco hermanos, para que les llame la atención, y así no vengan ellos también a este lugar de tormento.’ Abraham dijo: ‘Ellos ya tienen lo escrito por Moisés y los profetas: ¡que les hagan caso!’ El rico contestó: ‘Padre Abraham, eso no basta; pero si un muerto resucita y se les aparece, ellos se convertirán.’ Pero Abraham le dijo: ‘Si no quieren hacer caso a Moisés y a los profetas, tampoco creerán aunque algún muerto resucite.’ ” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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5 de Marzo: VIERNES – 2ª SEMANA DE CUARESMA.

Gn 37, 3-4.12-13a.17b-28 / Sal 104 / Mt 21, 33-43.45-46                Morado

6. Primera Lectura: Gn 37, 3-4.12-13a.17b-28
Lectura del libro del Génesis
Israel quería a José más que a sus otros hijos, porque había nacido cuando él ya era viejo. Por eso le hizo una túnica muy elegante. Pero al darse cuenta sus hermanos de que su padre lo quería más que a todos ellos, llegaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban.
Un día los hermanos de José fueron a Siquem, buscando pastos para las ovejas de su padre. Entonces Israel le dijo a José: —Mira, tus hermanos están en Siquem cuidando las ovejas. Quiero que vayas a verlos.
José fue en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron venir a lo lejos, y antes de que se acercara hicieron planes para matarlo. Se dijeron unos a otros: —¡Miren, ahí viene el de los sueños! Vengan, vamos a matarlo; luego lo echaremos a un pozo y diremos que un animal salvaje se lo comió. ¡Y vamos a ver qué pasa con sus sueños!
Cuando Rubén oyó esto, quiso librarlo de sus hermanos, y dijo: —No lo matemos. No derramen sangre. Échenlo a este pozo que está en el desierto, pero no le pongan la mano encima.
Rubén dijo esto porque quería poner a salvo a José y devolvérselo a su padre; pero cuando José llegó a donde estaban sus hermanos, ellos le quitaron la túnica que llevaba puesta, lo agarraron y lo echaron al pozo, que estaba vacío y seco. Después se sentaron a comer.
En esto, vieron venir una caravana de ismaelitas que venían de Galaad y que traían en sus camellos perfumes, bálsamo y mirra, para llevarlos a Egipto. Entonces Judá les dijo a sus hermanos: —¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano, y después tratar de ocultar su muerte? Es mejor que lo vendamos a los ismaelitas y no que lo matemos, porque después de todo es nuestro hermano.
Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él, y cuando los comerciantes madianitas pasaron por allí, los hermanos de José lo sacaron del pozo y lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Así se llevaron a José a Egipto. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 104
 R. Recuerden las maravillas que hizo el Señor.
Hizo venir hambre a aquella tierra, y les quitó todo alimento. Pero envió delante de ellos a José, al que habían vendido como esclavo. R.
Le lastimaron los pies con cadenas; ¡lo aprisionaron con hierros! La palabra del Señor puso a prueba a José, hasta que se cumplió lo que José había anunciado. R.
El rey, el que gobernaba a mucha gente, ordenó que le dieran libertad; lo nombró amo y señor de su casa y de todo cuanto tenía. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 21, 33-43.45-46
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud esta parábola: “El dueño de una finca plantó un viñedo y le puso un cerco; preparó un lugar donde hacer el vino y levantó una torre para vigilarlo todo. Luego alquiló el terreno a unos labradores y se fue de viaje. Cuando llegó el tiempo de la cosecha, mandó unos criados a pedir a los labradores la parte que le correspondía. Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a otro. El dueño volvió a mandar más criados que al principio; pero los labradores los trataron a todos de la misma manera.
“Por fin mandó a su propio hijo, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo.’ Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el que ha de recibir la herencia; matémoslo y nos quedaremos con su propiedad.’ Así que lo agarraron, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
“Y ahora, cuando venga el dueño del viñedo, ¿qué creen ustedes que hará con esos labradores?”
Le contestaron: —Matará sin compasión a esos malvados, y alquilará el viñedo a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
Jesús entonces les dijo: — ¿Nunca han leído ustedes las Escrituras? Dicen: ‘La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo hizo el Señor, y estamos maravillados.’ Por eso les digo que a ustedes se les quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca la debida cosecha.
Los jefes de los sacerdotes y los fariseos, al oír las parábolas que Jesús contaba, se dieron cuenta de que hablaba de ellos. Quisieron entonces arrestarlo, pero tenían miedo, porque la gente creía que Jesús era un profeta. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL O
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6 de Marzo: SÁBADO – 2ª SEMANA DE CUARESMA.

Miq 7, 14-15.18-20 / Sal 102 / Lc 15, 1-3.11-32                                Morado

6. Primera Lectura: Miq 7, 14-15.18-20
Lectura del libro del profeta Miqueas
¡Cuida, Señor, de tu pueblo, de las ovejas de tu propiedad, que están solas en el bosque, rodeadas de fértiles tierras!
Llévalas, como en tiempos pasados, a los pastos de Basán y Galaad.
Hazles ver maravillas, como en los días en que los sacaste de Egipto.
No hay otro Dios como tú, porque tú perdonas la maldad y olvidas las rebeliones de este pequeño resto de tu pueblo. Tú nos muestras tu amor y no mantienes tu enojo para siempre. Ten otra vez compasión de nosotros y sepulta nuestras maldades. Arroja nuestros pecados a las profundidades del mar. ¡Mantén, Señor, la fidelidad y el amor que en tiempos antiguos prometiste a nuestros antepasados Abraham y Jacob! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 102
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser su santo nombre. Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. R.
Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades, quien libra mi vida del sepulcro, quien me colma de amor y ternura. R.
No nos reprende en todo tiempo ni su rencor es eterno; no nos ha dado el pago que merecen nuestras maldades y pecados. R.
Tan inmenso es su amor por los que lo honran como inmenso es el cielo sobre la tierra. Nuestros pecados ha alejado de nosotros, como ha alejado del oriente el occidente. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 15, 1-3.11-32

† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama se acercaban a Jesús, para oírlo. Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo: —Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Jesús les dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca.’ Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Pocos días después el hijo menor vendió su parte de la propiedad, y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo lo derrochó llevando una vida desenfrenada. Pero cuando ya se lo había gastado todo, hubo una gran escasez de comida en aquel país, y él comenzó a pasar hambre. Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Y tenía ganas de llenarse con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Al fin se puso a pensar: ‘¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores.’ Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre.
“Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo: ‘Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo.’ Pero el padre ordenó a sus criados: ‘Saquen pronto la mejor ropa y vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Vamos a celebrar esto con un banquete! Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.’ Comenzaron la fiesta.
“Entre tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando regresó y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. El criado le dijo: ‘Es que su hermano ha vuelto; y su padre ha mandado matar el becerro más gordo, porque lo recobró sano y salvo.’ Pero tanto se enojó el hermano mayor, que no quería entrar, así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciera. Le dijo a su padre: ‘Tú sabes cuántos años te he servido, sin desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para tener una comida con mis amigos. En cambio, ahora llega este hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro más gordo.’
“El padre le contestó: ‘Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero había que celebrar esto con un banquete y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.’ ” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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7 de Marzo: DOMINGO – 3ª SEMANA DE CUARESMA.

Ex 3, 1-8a.13-15 / Sal 102 / 1 Cor 10, 1-6.10-12 / Lc 13, 1-9         Morado

http://www.webpersonal.net/diesdomini/frames/leccionario/indexgraf_cuarpasc_files/03_cua_c_t.jpg5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios misericordioso, fuente de toda bondad, que nos has propuesto como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia, mira con piedad a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por nuestras culpas y reconfórtanos con tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura:Ex 3, 1-8a.13-15
Lectura del libro del Éxodo
Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián, y un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se llama Horeb. Allí el ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés se fijó bien y se dio cuenta de que la zarza ardía con el fuego, pero no se consumía. Entonces pensó: “¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza.”
Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:—¡Moisés! ¡Moisés!
—Aquí estoy —contestó Moisés.
Entonces Dios le dijo:—No te acerques. Y descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado.
Y añadió:—Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
Moisés se cubrió la cara, pues tuvo miedo de mirar a Dios, pero el Señor siguió diciendo:—Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren. Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de ese país y a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua.
Pero Moisés le respondió:—El problema es que si yo voy y les digo a los israelitas: ‘El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes,’ ellos me van a preguntar: ‘¿Cómo se llama?’ Y entonces, ¿qué les voy a decir?
Y Dios le contestó:—YO SOY EL QUE SOY. Y dirás a los israelitas: ‘YO SOY me ha enviado a ustedes.’
Además, Dios le dijo a Moisés:—Di también a los israelitas: ‘El Señor, el Dios de los antepasados de ustedes, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes.’ Este es mi nombre eterno; este es mi nombre por todos los siglos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 102
R.El Señor es tierno y compasivo.
Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser su santo nombre. Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. R.
Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades, quien libra mi vida del sepulcro, quien me colma de amor y ternura. R.
El Señor juzga con verdadera justicia a los que sufren violencia. Dio a conocer sus caminos y sus hechos a Moisés y al pueblo de Israel. R.
El Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor. Tan inmenso es su amor por los que lo honran, como inmenso es el cielo sobre la tierra. R.

8. Segunda Lectura: 1 Cor 10, 1-6.10-12
Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
No quiero, hermanos, que olviden que nuestros antepasados estuvieron todos bajo aquella nube, y que todos atravesaron el Mar Rojo. De ese modo, todos ellos quedaron unidos a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar. Igualmente, todos ellos comieron el mismo alimento espiritual y tomaron la misma bebida espiritual. Porque bebían agua de la roca espiritual que los acompañaba en su viaje, la cual era Cristo. Sin embargo, la mayoría de ellos no agradó a Dios, y por eso sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.
Todo esto sucedió como un ejemplo para nosotros, para que no deseemos lo malo, como ellos lo desearon.
Ni murmuren contra Dios, como algunos de ellos murmuraron, por lo que el ángel de la muerte los mató.
Todo esto les sucedió a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros, y fue puesto en las Escrituras como una advertencia para los que vivimos en estos tiempos últimos. Así pues, el que cree estar firme, tenga cuidado de no caer. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Lc 13, 1-9
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Por aquel tiempo fueron algunos a ver a Jesús, y le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos hombres de Galilea con la sangre de los animales que ellos habían ofrecido en sacrificio.
Jesús les dijo: “¿Piensan ustedes que esto les pasó a esos hombres de Galilea por ser ellos más pecadores que los otros de su país? Les digo que no; y si ustedes mismos no se vuelven a Dios, también morirán. ¿O creen que aquellos dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé les cayó encima eran más culpables que los otros que vivían en Jerusalén? Les digo que no; y si ustedes mismos no se vuelven a Dios, también morirán.”
Jesús les contó esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, y fue a ver si daba higos, pero no encontró ninguno. Así que le dijo al hombre que cuidaba el viñedo: ‘Mira, por tres años seguidos he venido a esta higuera en busca de fruto, pero nunca lo encuentro. Córtala, pues; ¿para qué ha de ocupar terreno inútilmente?’ Pero el que cuidaba el terreno le contestó: ‘Señor, déjala todavía este año; voy a aflojarle la tierra y a echarle abono. Con eso tal vez dará fruto; y si no, ya la cortarás.’ ” Palabra del Señor.Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo. Respondemos todos: R. Escúchanos, Padre.
Por la Iglesia, para que busque cada día con mayor afán el rostro del Señor, y sus fieles se esfuercen purificarse de sus faltas y pecados, roguemos al Señor. R.
Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar, a fin de que reine entre los pueblos la justicia y la paz, roguemos al Señor. R.
Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor. R.
Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda preservar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios nuestro, que has enviado a tu hijo, rey profeta, para anunciar el Evangelio a los pobres, la libertad a los cautivos y a los ciegos la vista, escucha nuestras súplicas y haz que tu palabra resuene con fuerza en el mundo, y a nosotros nos transforme e instrumentos eficaces de libertad y salvación para todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+Tú que nos has alimentado ya desde esta vida, con el pan del cielo prenda de nuestra salvación, concédenos, Señor, manifestar en todos nuestros actos el misterio de tu Eucaristía. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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8 de Marzo: LUNES – 3ª SEMANA DE CUARESMA.

2 Re 5, 1-15a / Sal 41y 42 / Lc 4, 24-30                                             Morado

6. Primera Lectura: 2 Re 5, 1-15a

Lectura del segundo libro de los Reyes

Había un hombre llamado Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, muy estimado y favorecido por su rey, porque el Señor había dado la victoria a Siria por medio de él. Pero este hombre estaba enfermo de lepra.
En una de las correrías de los sirios contra los israelitas, una muchachita fue hecha cautiva, y se quedó al servicio de la mujer de Naamán. Esta muchachita dijo a su ama: —Si mi amo fuera a ver al profeta que está en Samaria, quedaría curado de su lepra.
Naamán fue y le contó a su rey lo que había dicho aquella muchacha. Y el rey de Siria le respondió: —Está bien, ve, que yo mandaré una carta al rey de Israel.
Entonces Naamán se fue. Tomó treinta mil monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de ropa, y le llevó al rey de Israel la carta, que decía: “Cuando recibas esta carta, sabrás que envío a Naamán, uno de mis oficiales, para que lo sanes de su lepra.”
Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó la ropa en señal de aflicción y dijo: — ¿Acaso soy Dios, que da la vida y la quita, para que este me mande un hombre a que lo cure de su lepra? ¡Fíjense bien y verán que está buscando un pretexto contra mí!
Al enterarse el profeta Eliseo de que el rey se había rasgado la ropa por aquella carta, le mandó a decir: “¿Por qué te has rasgado la ropa? Que venga ese hombre a verme, y sabrá que hay un profeta en Israel.”
Naamán fue, con su carro y sus caballos, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. Pero Eliseo envió un mensajero a que le dijera: “Ve y lávate siete veces en el río Jordán, y tu cuerpo quedará limpio de la lepra.”
Naamán se enfureció, y se fue diciendo: —Yo pensé que iba a salir a recibirme, y que de pie iba a invocar al Señor su Dios, y que luego iba a mover su mano sobre la parte enferma, y que así me quitaría la lepra. ¿No son los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar, mejores que todos los ríos de Israel? ¿No podría yo haber ido a lavarme en ellos y quedar limpio?
Y muy enojado se fue de allí. Pero sus criados se acercaron a él y le dijeron: —Señor, si el profeta le hubiera mandado hacer algo difícil, ¿no lo habría hecho usted? Pues con mayor razón si solo le ha dicho que se lave usted y quedará limpio.
Naamán fue y se sumergió siete veces en el Jordán, según se lo había ordenado el profeta, y su carne se volvió como la de un jovencito, y quedó limpio. Entonces él y todos sus acompañantes fueron a ver a Eliseo. Al llegar ante él, Naamán le dijo: — ¡Ahora estoy convencido de que en toda la tierra no hay Dios, sino solo en Israel! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 41 y 42
R. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida.
Como ciervo sediento en busca de un río, así, Dios mío, te busco a ti. R.
Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo volveré a presentarme ante Dios? R.
Envía tu luz y tu verdad, para que ellas me enseñen el camino que lleva a tu santo monte, al lugar donde tú vives. R.
Llegaré entonces a tu altar, oh Dios, y allí te alabaré al son del arpa, pues tú, mi Dios, llenas mi vida de alegría. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 4, 24-30
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Vino Jesús a Nazaret y dijo: —Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. Verdaderamente, había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país; pero Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero no fue sanado ninguno de ellos, sino Naamán, que era de Siria.
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarlo abajo desde allí. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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9 de Marzo: MARTES – 3ª SEMANA DE CUARESMA.

Dn 3, 25.34-43 / Sal 24 / Mt 18, 21-35                                                 Morado

6. Primera Lectura: Dn 3, 25.34-43
Lectura del libro del profeta Daniel
Azarías, en medio del fuego, empezó a orar y dijo: “Por tu mismo honor, no nos abandones del todo, no deshagas tu alianza con nosotros, no retires de nosotros tu misericordia. Hazlo por Abraham tu amigo, por Isaac tu siervo y por Israel consagrado a ti. Tú les prometiste que harías su descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los granos de arena en la playa del mar. Pero, Señor, hemos venido a ser más pequeños que cualquier otra nación; por nuestros pecados estamos humillados en toda la tierra. Actualmente no tenemos ni rey ni profeta ni jefe, ni holocausto ni sacrificio ni ofrenda, ni incienso ni lugar donde ofrecerte los primeros frutos y encontrar tu misericordia. Pero este sacrificio que te ofrecemos hoy, con corazón afligido y espíritu humillado, acéptalo tú como si fuera un holocausto de carneros y novillos, y de miles y miles de corderos gordos, para que te podamos seguir íntegramente, porque los que confían en ti no quedarán en ridículo. Ahora queremos seguirte de todo corazón, te reverenciamos, queremos agradarte; no nos hagas quedar en ridículo. Trátanos según tu bondad y tu gran misericordia. ¡Líbranos, Señor, por tu maravilloso poder; muestra qué glorioso es tu nombre!” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 24

R. Señor, recuerda tu misericordia.
Muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos; guíame, encamíname en tu verdad, pues tú eres mi Dios y Salvador. R.
Señor, acuérdate del amor y la ternura que siempre nos has manifestado. Señor, acuérdate de mí, por tu gran amor y bondad. R.
El Señor es bueno y justo; él corrige la conducta de los pecadores y guía por su camino a los humildes; ¡los instruye en la justicia! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 18, 21-35

† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Pedro fue y preguntó a Jesús: —Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete?
Jesús le contestó: —No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
“Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: ‘Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.’ Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad.
“Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ‘¡Págame lo que me debes!’ El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.’ Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ‘¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.’ Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.”
Jesús añadió: —Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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10 de Marzo: MIÉRCOLES – 3ª SEMANA DE CUARESMA.

Dt 4, 1.5-9 / Sal 147 / Mt 5,17-19                                                          Morado

6. Primera Lectura: Dt 4, 1.5-9
Lectura del libro del Deuteronomio
Habló Moisés al pueblo, diciendo: “Ahora pues, israelitas, escuchen las leyes y decretos que les he enseñado, y pónganlos en práctica, para que vivan y ocupen el país que el Señor y Dios de sus antepasados les va a dar. Yo les he enseñado las leyes y los decretos que el Señor mi Dios me ordenó, para que los pongan en práctica en el país que van a ocupar. Cúmplanlos y practíquenlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en ustedes hay sabiduría y entendimiento, ya que cuando conozcan estas leyes no podrán menos que decir: ‘¡Qué sabia y entendida es esta gran nación!’ Porque, ¿qué nación hay tan grande que tenga los dioses tan cerca de ella, como tenemos nosotros al Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos? ¿Y qué nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta enseñanza que yo les presento hoy? Así pues, tengan mucho cuidado de no olvidar las cosas que han visto, ni de apartarlas jamás de su pensamiento; por el contrario, explíquenlas a sus hijos y a sus nietos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 147
R. Jerusalén, alaba al Señor.
Jerusalén, alaba al Señor; Sión, alaba a tu Dios. Pues él reforzó los cerrojos de tus puertas y bendijo a tus hijos dentro de la ciudad. R.
Él envía su palabra a la tierra, y su palabra corre a toda prisa. Él produce la nieve como si fuera lana, y esparce la escarcha como si fuera polvo. R.
Él dio a conocer a Jacob, a Israel, su palabra, sus leyes y decretos. No hizo lo mismo con las otras naciones, las cuales nunca conocieron sus decretos. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 5,17-19
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos: “No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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11 de Marzo: JUEVES – 3ª SEMANA DE CUARESMA.

Jr 7,23-28 / Sal 94 / Lc 11, 14-23                                             Morado

6. Primera Lectura: Jer 7, 23-28
Lectura del libro del Profeta Jeremías
El Dios de Israel, dice: “Lo que les ordené a los israelitas fue que me obedecieran; pues así yo sería su Dios y ellos serían mi pueblo. Y les dije que se portaran como yo les había ordenado, para que les fuera bien. Pero no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que tercamente se dejaron llevar por las malas inclinaciones de su corazón. En vez de volverse a mí, me volvieron la espalda. Desde que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, yo les he enviado a ustedes, uno tras otro, a todos mis siervos los profetas. Pero ustedes no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que se portaron aún más tercamente que sus antepasados.
“Tú, Jeremías, diles todas estas cosas, aunque no te hagan caso; grítales, aunque no te respondan. Diles: ‘Esta es la nación que no obedece al Señor su Dios ni quiere ser corregida. La sinceridad ha desaparecido por completo de sus labios.’” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 94
R. Escuchen lo que el Señor les dice.
Vengan, cantemos al Señor con alegría; cantemos a nuestro protector y Salvador. Entremos a su presencia con gratitud, y cantemos himnos en su honor. R.
Vengan, adoremos de rodillas; arrodillémonos delante del Señor, pues él nos hizo. Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo; somos ovejas de sus prados. Escuchen hoy lo que él les dice. R.
“No endurezcan su corazón, como en Meribá; como aquel día en Masá, en el desierto, cuando me pusieron a prueba sus antepasados, aunque habían visto mis obras. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 11, 14-23
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que había dejado mudo a un hombre; y cuando el demonio salió, el mudo comenzó a hablar. La gente se admiró de esto, pero algunos dijeron: “Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.”
Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo.
Pero él, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: “Todo país dividido en bandos enemigos, se destruye a sí mismo y todas sus casas se derrumban una sobre otra. Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su poder? Esto lo digo porque ustedes afirman que yo expulso los demonios por el poder de Beelzebú; pero si es así, ¿quién da a los seguidores de ustedes el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos los condenarán a ustedes. Porque si yo expulso los demonios por la mano de Dios, eso significa que el reino de Dios ya ha llegado a ustedes.
“Cuando un hombre fuerte está bien armado y cuida su casa, lo que en ella guarda está seguro. Pero si otro más fuerte que él viene y lo vence, le quita las armas en que confía, y sus pertenencias, y dispone de ellas.
“El que no está a mi favor, está en contra mía, y el que conmigo no recoge, desparrama.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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12 de Marzo: VIERNES – 3ª SEMANA DE CUARESMA.

Os 14,2-10 / Sal 80 / Mc12,28-34                                                        Morado

6. Primera Lectura: Os 14,2-10
Lectura del libro del profeta Oseas
Esto dice el Señor: ¡Vuélvete, Israel, al Señor tu Dios, tú que caíste a causa de tu pecado! Vuélvanse al Señor llevando con ustedes esta oración: “Perdona toda nuestra maldad y recibe con benevolencia las alabanzas que te ofrecemos. Asiria no puede salvarnos, ni tampoco escaparemos a caballo. Ya no llamaremos ‘Dios nuestro’ a nada fabricado por nosotros mismos, porque solamente en ti, Señor, el huérfano encuentra compasión.”
Dice el Señor: “Voy a curarlos de su rebeldía; voy a amarlos aunque no lo merezcan, pues ya se ha apartado de ellos mi ira. Voy a ser para Israel como el rocío, y él dará flores, como los lirios. Sus raíces serán tan firmes como el monte Líbano; sus ramas se extenderán hermosas como las ramas del olivo, y será su aroma como el de los cedros del Líbano. Israel vivirá de nuevo bajo mi protección; entonces crecerán como el trigo, florecerán como la vid y serán famosos como el vino del Líbano.”
Efraín dirá: “‘¿Qué me importan ya los ídolos?’¡Yo soy quien atiendo y cuido a mi pueblo! Yo soy como un pino siempre verde, y en mí encontrará mi pueblo su fruto.”
Que los sabios y prudentes entiendan este mensaje: Los caminos del Señor son rectos, y los justos los siguen; pero los malvados tropiezan en ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 80
R. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Oí una voz que yo no conocía: “Te he quitado la carga de los hombros, te he aliviado del trabajo duro. En tu angustia me llamaste, y te salvé. R.
Te contesté desde la nube que tronaba; te puse a prueba junto a las aguas de Meribá. Escucha, pueblo mío, mi advertencia; ¡ojalá me obedezcas, Israel! R.
No tengas dioses extranjeros; no adores dioses extraños. Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto. R.
¡Si mi pueblo me hubiera escuchado! ¡Si Israel hubiera seguido mis caminos, Dios alimentaría a su pueblo con lo mejor del trigo, y con miel silvestre apagaría su sed. R.
9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mc 12,28-34
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, uno de los maestros de la ley, se acercó a Jesús y le preguntó: — ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
Jesús le contestó: —El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ Pero hay un segundo: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos.
El maestro de la ley le dijo: —Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: hay un solo Dios, y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios que se queman en el altar.
Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: —No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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13 de Marzo: SÁBADO – 3ª SEMANA DE CUARESMA.

Os 6,1-6 / Sal 50 / Lc 18, 9-14                                                              Morado

6. Primera Lectura: Os 6,1-6
Lectura del libro del profeta Oseas
Esto dice el Señor: ¡En medio de su angustia, me buscarán! Y dirán: “Vengan todos y volvámonos al Señor. Él nos destrozó, pero también nos sanará; nos hirió, pero también nos curará. En un momento nos devolverá la salud, nos levantará para vivir delante de él. ¡Esforcémonos por conocer al Señor! El Señor vendrá a nosotros, tan cierto como que sale el sol, tan cierto como que la lluvia riega la tierra en otoño y primavera.”
Dice el Señor: “¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? El amor que ustedes me tienen es como la niebla de la mañana, como el rocío de madrugada, que temprano desaparece. Por eso los he despedazado mediante los profetas; por medio de mi mensaje los he matado. Mi justicia brota como la luz. Lo que quiero de ustedes es que me amen, y no que me hagan sacrificios; que me reconozcan como Dios, y no que me ofrezcan holocaustos. Palabra de Dios.” Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 50
R. Quiero misericordia y no sacrificios.
Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! R.
Pues tú no quieres ofrendas ni holocaustos; yo te los daría, pero no es lo que te agrada. Las ofrendas a Dios son un espíritu dolido; ¡tú no desprecias, oh Dios, un corazón hecho pedazos! R.
Haz bien a Sión, por tu buena voluntad; vuelve a levantar los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios requeridos, las ofrendas y los holocaustos. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 18, 9-14
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Jesús contó esta parábola para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás: “Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.’ Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!’ Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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14 de Marzo: DOMINGO – 4ª SEMANA DE CUARESMA.

Jos 5, 9a.10-12 / Sal 33/ 2Cor 5, 17-21 / Lc 15, 1-3.11-32             Morado

http://www.webpersonal.net/diesdomini/frames/leccionario/indexgraf_cuarpasc_files/04_cua_c_t.jpg5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fiestas de la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura:Jos 5, 9a.10-12
Lectura del libro de Josué
El Señor le dijo a Josué: “Les he quitado la vergüenza de los egipcios.”
Los israelitas acamparon en Guilgal, y el día catorce del mes, por la tarde, celebraron la Pascua en los llanos de Jericó. Ese mismo día comieron panes sin levadura y trigo tostado, pero al día siguiente comieron ya de lo que la tierra producía. Desde entonces no volvió a haber maná, así que los israelitas se alimentaron aquel año de lo que producía la tierra de Canaán. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R.Recurrí al Señor, y me libró de mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Yo me siento orgulloso del Señor; ¡óiganlo y alégrense, hombres humildes! R.
Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor. Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. R.
Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. R.

8. Segunda Lectura: 2 Cor 5, 17-21

Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: El que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación. Es decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje. Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios. Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Lc 15, 1-3.11-32
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama se acercaban a Jesús, para oírlo. Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo:—Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Jesús les dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca.’ Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Pocos días después el hijo menor vendió su parte de la propiedad, y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo lo derrochó llevando una vida desenfrenada. Pero cuando ya se lo había gastado todo, hubo una gran escasez de comida en aquel país, y él comenzó a pasar hambre. Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Y tenía ganas de llenarse con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Al fin se puso a pensar: ‘¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores.’ Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre.
“Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo: ‘Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo.’ Pero el padre ordenó a sus criados: ‘Saquen pronto la mejor ropa y vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Vamos a celebrar esto con un banquete! Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.’ Comenzaron la fiesta.
“Entre tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando regresó y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. El criado le dijo: ‘Es que su hermano ha vuelto; y su padre ha mandado matar el becerro más gordo, porque lo recobró sano y salvo.’ Pero tanto se enojó el hermano mayor, que no quería entrar, así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciera. Le dijo a su padre: ‘Tú sabes cuántos años te he servido, sin desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para tener una comida con mis amigos. En cambio, ahora llega este hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro más gordo.’
“El padre le contestó: ‘Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero había que celebrar esto con un banquete y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.’” Palabra del Señor.Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos hermanos y hermanas, al Señor, que no desea la muerte del pecador sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente. Respondemos todos: R. Escúchanos, Padre.
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia, y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor. R.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten tentados, y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor. R.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios rico en misericordia, que acoges con el abrazo del perdón a tus hijos que arrepentidos retornan a ti, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras culpas y revístenos con vestiduras de fiesta para que podamos participar en el banquete pascual. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Dios nuestro, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que nuestros pensamientos te sean agradables y te amemos con toda sinceridad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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15 de Marzo: LUNES – 4ª SEMANA DE CUARESMA.

Is 65, 17-21 / Sal 29 / Jn 4,43-54                                                         Morado

6. Primera Lectura: Is 65, 17-21
Lectura del libro del profeta Isaías
Esto dice el Señor: “Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva.
Lo pasado quedará olvidado, nadie se volverá a acordar de ello.
Llénense de gozo y alegría para siempre por lo que voy a crear, porque voy a crear una Jerusalén feliz y un pueblo contento que viva en ella.
Yo mismo me alegraré por Jerusalén y sentiré gozo por mi pueblo.
En ella no se volverá a oír llanto ni gritos de angustia.
Allí no habrá niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no completen su vida. Morir a los cien años será morir joven, y no llegar a los cien años será una maldición.
La gente construirá casas y vivirá en ellas, sembrará viñedos y comerá sus uvas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 29
R. Señor, yo te alabo porque tú me libertaste.
Señor, yo te alabo porque tú me libertaste, porque no has permitido que mis enemigos se burlen de mí; tú, Señor, me salvaste de la muerte; me diste vida, me libraste de morir. R.
Ustedes, fieles del Señor, ¡cántenle himnos!, ¡alaben su santo nombre! Porque su enojo dura un momento, pero su buena voluntad, toda la vida. Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría. R.
Señor, óyeme y ten compasión de mí; Señor, ¡ayúdame! Has cambiado en danzas mis lamentos; ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 4,43-54

† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y siguió su viaje a Galilea. Porque, como él mismo dijo, a un profeta no lo honran en su propia tierra. Cuando llegó a Galilea, los de aquella región lo recibieron bien, porque también habían ido a la fiesta de la Pascua a Jerusalén y habían visto todo lo que él hizo entonces.
Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Y había un alto oficial del rey, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Cuando el oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. Jesús le contestó: —Ustedes no creen, si no ven señales y milagros.
Pero el oficial le dijo: —Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera.
Jesús le dijo entonces: —Vuelve a casa; tu hijo vive.
El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: — ¡Su hijo vive!
Él les preguntó a qué hora había comenzado a sentirse mejor su hijo, y le contestaron: —Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre.
El padre cayó entonces en la cuenta de que era la misma hora en que Jesús le dijo: “Tu hijo vive”; y él y toda su familia creyeron en Jesús.
Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús, cuando volvió de Judea a Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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16 de Marzo: MARTES – 4ª SEMANA DE CUARESMA.

Ez 47, 1-9.12 / Sal 45 / Jn 5,1-3a.5-16                                                Morado

6. Primera Lectura: Ez 47, 1-9.12
Lectura del libro del profeta Ezequiel
En aquellos días, el hombre me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. Luego me hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de agua brotaba por el lado sur de la entrada. El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba ya a la cintura. Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que solo se podía cruzar a nado. Entonces me dijo: “Fíjate bien en lo que has visto.”
Después me hizo volver por la orilla del río, y vi que en las dos orillas había muchos árboles. Entonces me dijo: “Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce. En cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida. En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se caerán nunca, ni dejarán de dar fruto jamás. Cada mes tendrán fruto, porque estarán regados con el agua que sale del templo. Los frutos servirán de alimento y las hojas de medicina. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 45

R. ¡El Señor es nuestro refugio!
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar. R.
Un río alegra con sus brazos la ciudad de Dios, la más santa de las ciudades del Altísimo. Dios está en medio de ella, y la sostendrá; Dios la ayudará al comenzar el día. R.
¡El Señor todopoderoso está con nosotros! ¡El Dios de Jacob es nuestro refugio! Vengan a ver las cosas sorprendentes que el Señor ha hecho en la tierra. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5,1-3a.5-16

† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, los judíos celebraban una fiesta, y Jesús volvió a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: — ¿Quieres recobrar la salud?
El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero.
Jesús le dijo: —Levántate, alza tu camilla y anda.
En aquel momento el hombre recobró la salud, alzó su camilla y comenzó a andar. Pero como era sábado, los judíos dijeron al que había sido sanado: —Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla.
Aquel hombre les contestó: —El que me devolvió la salud, me dijo: ‘Alza tu camilla y anda.’
Ellos le preguntaron: — ¿Quién es el que te dijo: ‘Alza tu camilla y anda’?
Pero el hombre no sabía quién lo había sanado, porque Jesús había desaparecido entre la mucha gente que había allí. Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: —Mira, ahora que ya estás sano, no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor.
El hombre se fue y comunicó a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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17 de Marzo: MIÉRCOLES – 4ª SEMANA DE CUARESMA.

Is 49, 8-15 / Sal 144 /Jn 5,17-30                                                          Morado

6. Primera Lectura: Is 49, 8-15
Lectura del libro del Profeta Isaías
El Señor dice: “Vino el momento de mostrar mi bondad, y te respondí; llegó el día de la salvación, y te ayudé. Yo te protegí para establecer por ti mi alianza con el pueblo, para reconstruir el país, para hacer que tomen posesión de las tierras arrasadas, para decir a los presos: ‘Queden libres’, y a los que están en la oscuridad: ‘Déjense ver.’ Junto a todos los caminos encontrarán pastos, y en cualquier monte desierto tendrán alimento para su ganado. “No tendrán hambre ni sed, ni los molestará el sol ni el calor, porque yo los amo y los guío, y los llevaré a manantiales de agua. Abriré un camino a través de las montañas y haré que se allanen los senderos.” ¡Miren! Vienen de muy lejos: unos del norte, otros de occidente, otros de la región de Asuán. ¡Cielo, grita de alegría! ¡Tierra, llénate de gozo! ¡Montañas, lancen gritos de felicidad! Porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha tenido compasión de él en su aflicción. “Sión decía: ‘El Señor me abandonó, mi Dios se olvidó de mí.’ Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 144
R.El Señor es tierno y compasivo.
El Señor es tierno y compasivo, es paciente y todo amor. El Señor es bueno para con todos, y con ternura cuida sus obras. R.
Tu reino es un reino eterno, tu dominio es por todos los siglos. El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que desfallecen. R.
El Señor es justo en sus caminos, bondadoso en sus acciones. El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5, 17-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Mi Padre siempre ha trabajado, y yo también trabajo.
Por esto, los judíos tenían aún más deseos de matarlo, porque no solamente no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre.
Jesús les dijo: “Les aseguro que el Hijo de Dios no puede hacer nada por su propia cuenta; solamente hace lo que ve hacer al Padre. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo. Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará cosas todavía más grandes, que los dejarán a ustedes asombrados. Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, también el Hijo da vida a quienes quiere dársela. Y el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar, para que todos den al Hijo la misma honra que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre, que lo ha enviado.
“Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y es ahora mismo, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, por cuanto que es el Hijo del hombre. No se admiren de esto, porque va a llegar la hora en que todos los muertos oirán su voz y saldrán de las tumbas. Los que hicieron el bien, resucitarán para tener vida; pero los que hicieron el mal, resucitarán para ser condenados.
“Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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18 de Marzo: JUEVES – 4ª SEMANA DE CUARESMA.

Ex 32,7-14 / Sal 105 / Jn 5,31-47                                                        Morado

6. Primera Lectura: Ex 32, 7-14
Lectura del libro del Éxodo
El Señor le dijo a Moisés: —Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: ‘¡Israel, este es tu dios, que te sacó de Egipto!’
Además, el Señor le dijo a Moisés: —Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.
Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras: —Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: ‘Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra’? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: ‘Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.’
El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 105
R. Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.
En el monte Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro fundido, y lo adoraron: ¡cambiaron al Dios glorioso por la imagen de un buey que come hierba! R.
Olvidaron a Dios, su Salvador, que había hecho grandes cosas en Egipto, que había hecho maravillas en el país de Cam y cosas sorprendentes en el Mar Rojo. R.
Dios habló de destruirlos; pero Moisés, su escogido, se interpuso y calmó el furor de Dios, evitando que los destruyera. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 5, 31-47
† Lectura del Evangelio según san
Jesús dijo a los judíos: —Si yo diera testimonio en favor mío, mi testimonio no valdría como prueba. Pero hay otro que da testimonio en favor mío, y me consta que su testimonio sí vale como prueba. Ustedes enviaron a preguntarle a Juan, y él dio testimonio a favor de la verdad. Pero yo no dependo del testimonio de ningún hombre. Solo digo esto para que ustedes alcancen la salvación. Juan era como una lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron gozar de su luz por un corto tiempo. Pero tengo a mi favor un testimonio más valioso que el de Juan. Lo que yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, comprueba que de veras el Padre me ha enviado. Y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio a mi favor, a pesar de que ustedes nunca han oído su voz ni lo han visto, ni dejan que su palabra permanezca en ustedes, porque no creen en aquel que el Padre envió. Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida.
“Yo no acepto gloria que venga de los hombres. Además, los conozco a ustedes y sé que no tienen el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan; en cambio, si viniera otro en nombre propio, a ese lo aceptarían. ¿Cómo pueden creer ustedes, si reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único? No crean que yo los voy a acusar delante de mi Padre; el que los acusa es Moisés mismo, en quien ustedes han puesto su confianza. Porque si ustedes le creyeran a Moisés, también me creerían a mí, porque Moisés escribió acerca de mí. Pero si no creen lo que él escribió, ¿cómo van a creer lo que yo les digo?” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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19 de Marzo: VIERNES – SAN JOSÉ, ESPOSO DE SANTA MARÍA.

2Sm7,4-5.12-14.16/ Sal88 / Rm 4,13.16-18.22/Mt1,16.18-21.24      Blanco

http://mx.geocities.com/tradicion_mex/San_jose.gif5. Oración Colecta

+ Oremos: Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: 2Sm 7,4-5.12-14.16
Lectura del segundo libro de Samuel
El Señor se dirigió a Natán y le dijo: Ve y habla con mi siervo David, y comunícale que yo, el Señor, he dicho: ‘No serás tú quien me construya un templo para que habite en él. Y que cuando tu vida llegue a su fin y mueras, yo estableceré a uno de tus descendientes y lo confirmaré en el reino. Él me construirá un templo, y yo afirmaré su reino para siempre. Yo le seré un padre, y él me será un hijo. Y cuando cometa una falta, yo lo castigaré y lo azotaré como todo padre lo hace con su hijo. Tu dinastía y tu reino estarán para siempre seguros bajo mi protección, y también tu trono quedará establecido para siempre.’ Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 88
R. Su descendencia será perpetua.
Señor, siempre diré en mi canto que tú eres bondadoso; constantemente contaré que tú eres fiel. Proclamaré que tu amor es eterno; que tu fidelidad es invariable, invariable como el mismo cielo. R.
Hiciste una alianza con David; prometiste a tu siervo escogido: “Haré que tus descendientes reinen siempre en tu lugar.” R.
Él me dirá: ‘Tú eres mi Padre; eres mi Dios, que me salva y me protege.’ R.
Mi amor por él será constante, y mi alianza con él será firme. R.

8. Segunda Lectura: Rm 4,13.16-18.22
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos         
Hermanos: Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que como herencia recibirían el mundo; pero esta promesa no estaba condicionada al cumplimiento de la ley, sino a la justicia que se basa en la fe.
Por eso, para que la promesa hecha a Abraham conservara su valor para todos sus descendientes, fue un don gratuito, basado en la fe. Es decir, la promesa no es solamente para los que se basan en la ley, sino también para todos los que se basan en la fe, como Abraham. De esa manera, él viene a ser padre de todos nosotros, como dice la Escritura: “Te he hecho padre de muchas naciones.”Este es el Dios en quien Abraham creyó, el Dios que da vida a los muertos y crea las cosas que aún no existen.
Cuando ya no había esperanza, Abraham creyó y tuvo esperanza, y así vino a ser “padre de muchas naciones”, conforme a lo que Dios le había dicho: “Así será el número de tus descendientes.” Por eso, Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Mt 1,16.18-21.24
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jacob fue padre de José, el marido de María, y ella fue madre de Jesús, al que llamamos el Mesías.
El origen de Jesucristo fue este: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes que vivieran juntos, se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque su hijo lo ha concebido por el poder del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados.”
Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Oremos, hermanos y hermanas, al Señor y pidámosle que se acuerde de nosotros, obra de sus manos. Respondemos: R. Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que el Señor, que puso en manos de san José el cuidado de su Verbo hecho hombre, asista a los pastores de la Iglesia, en manos de los cuales ha puesto los sacramentos de la gracia, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, derrame el espíritu de oración y de entrega, a fin de que surjan abundantes vocaciones para el servicio de la Iglesia y para la predicación del Evangelio, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que puso la tierra al servicio del ser humano y le dio la misión de cultivarla, conceda a los trabajadores el sustento necesario y una vida digna y feliz, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, venga en auxilio de los emigrantes y de todos los que viven en medio de dudas y tormentos, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Que nos ayude, Señor, la intercesión de san José, esposo de la Madre de Jesús, para que consigamos los bienes que, por nuestra debilidad, no podemos alcanzar. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Señor, protege sin cesar a esta familia tuya que se alegra hoy al celebrar la festividad de san José, y conserva en ella la vida de la gracia que le has comunicado por medio de la Eucaristía. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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20 de Marzo: SÁBADO – 4ª SEMANA DE CUARESMA.

Jr 11, 18-20 / Sal 7 / Jn 7, 40-53                                                          Morado

6. Primera Lectura: Jr 11, 18-20
Lectura del libro del profeta Jeremías
Dijo Jeremías: El Señor me hizo saber que mis enemigos estaban tramando algo malo. Él me abrió los ojos, para que me diera cuenta. Yo estaba tranquilo, como un cordero que llevan al matadero, sin saber que estaban haciendo planes contra mí. Decían: “Cortemos el árbol ahora que está en todo su vigor; arranquémoslo de este mundo de los vivientes, para que nadie vuelva a acordarse de él.”
Pero tú, Señor todopoderoso, eres un juez justo; tú conoces hasta lo más íntimo del hombre. Hazme ver cómo castigas a esa gente, pues he puesto mi causa en tus manos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 7
R. Señor, mi Dios, en ti busco protección.
Señor, mi Dios, en ti busco protección; ¡sálvame de todos los que me persiguen! ¡Líbrame, pues son como leones; no sea que me despedacen y no haya quien me salve! R.
Júzgame conforme a mi honradez; júzgame conforme a mi inocencia. Dios justo, que examinas los pensamientos y los sentimientos más profundos, ¡pon fin a la maldad de los malvados, pero al hombre honrado mantenlo firme! R.
Mi protección es el Dios altísimo, que salva a los de corazón sincero. Dios es un juez justo que condena la maldad en todo tiempo. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 7, 40-53
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, había algunos entre la gente que, cuando oyeron las palabras que Jesús pronunciaba, dijeron: —Seguro que este hombre es el profeta.
Otros decían: —Este es el Mesías.
Pero otros decían: —No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea. La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David, y que procederá de Belén, el mismo pueblo de donde era David.
Así que la gente se dividió por causa de Jesús. Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo.
Los guardianes del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron: — ¿Por qué no lo trajeron?
Los guardianes contestaron: — ¡Jamás ningún hombre ha hablado así!
Entonces los fariseos les dijeron: — ¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o de los fariseos? Pero esta gente, que no conoce la ley, está maldita.
Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús, les dijo: —Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberlo oído para saber qué es lo que ha hecho.
Ellos le contestaron: — ¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea jamás procede un profeta. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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21 de Marzo: DOMINGO – 5ª SEMANA DE CUARESMA.

Is 43,16-21/Sal 125 /Flp 3,8-14/ Jn 8, 1-11                                        Morado

http://www.webpersonal.net/diesdomini/frames/leccionario/indexgraf_cuarpasc_files/05_cua_c_t.jpg5. Oración Colecta
+ Oremos: Ven, Señor, en nuestra ayuda, para que podamos vivir y actuar siempre con aquel amor que impulsó a tu Hijo a entregarse por nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Is 43, 16-21

Lectura del libro del profeta Isaías
El Señor abrió un camino a través del mar, un sendero por entre las aguas impetuosas; hizo salir todo un poderoso ejército, con sus carros y caballos, para destruirlo. Quedaron derribados y no pudieron levantarse; se acabaron como mecha que se apaga.
Ahora dice el Señor a su pueblo: “Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. Me honrarán los animales salvajes, los chacales y los avestruces, porque hago brotar agua en el desierto, ríos en la tierra estéril, para dar de beber a mi pueblo elegido, el pueblo que he formado para que proclame mi alabanza. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 125

R.El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos pareció que estábamos soñando. Entonces nuestra boca y nuestros labios se llenaron de risas y gritos de alegría. R.
Entonces los paganos decían: “¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos!” Sí, el Señor había hecho grandes cosas por nosotros, y estábamos alegres. R.
¡Señor, haz que cambie de nuevo nuestra suerte, como cambia el desierto con las lluvias! Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. R.
Aunque lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre los brazos. R.

8. Segunda Lectura: Flp 3, 8-14

Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses
Hermanos: A nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe. Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, espero llegar a la resurrección de los muertos.
No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús se dirigió al Monte de los Olivos y, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él se sentó y comenzó a enseñarles.
Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer, a la que habían sorprendido cometiendo adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes, y dijeron a Jesús:—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de cometer adulterio. En la ley, Moisés nos ordenó que se matara a pedradas a esta clase de mujeres. ¿Tú qué dices?
Ellos preguntaron esto para ponerlo a prueba, y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les dijo:—Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Y volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse, y los primeros en hacerlo fueron los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, se enderezó y le preguntó:—Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?
Ella le contestó:—Ninguno, Señor.
Jesús le dijo:—Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar. Palabra del Señor.Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos, amados hermanos y hermanas, y pidamos la misericordia del Señor para que, compadeciéndose de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias. Respondemos todos: R. Por misericordia, Señor, escúchanos.
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor. R.
Para que el Redentor del mundo nos consuele a nosotros, sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz y nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios de bondad, que quieres renovar en Cristo el universo entero, contempla nuestra miseria, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras culpas y haz que renazca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva y exultante. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Concédenos, Dios todopoderoso, a cuantos participamos del Cuerpo de tu Hijo, vivir siempre como miembros suyos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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22 de Marzo: LUNES – 5ª SEMANA DE CUARESMA.

Dn 13,41-62 / Sal 22 / Jn 8,12-20                                                        Morado

6. Primera Lectura: Dn 13,41-62
Lectura del libro del profeta Daniel
En aquel tiempo, dos ancianos dieron falso testimonio contra Susana. El pueblo que estaba reunido les creyó, pues eran ancianos del pueblo y además jueces. Así que la condenaron a muerte.
Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas: “¡Dios eterno, que conoces las cosas ocultas, que sabes todo antes de que suceda, tú sabes que estos hombres han declarado falsamente contra mí! ¡Mira que voy a morir, a pesar de no haber hecho ninguna de las cosas que han inventado contra mí estos malvados!”
El Señor escuchó los gritos de Susana. Y mientras la llevaban para matarla, Dios despertó el espíritu santo en un joven que se llamaba Daniel, el cual gritó con todas sus fuerzas:¡Yo no me hago responsable de la muerte de esta mujer!
Todos se volvieron hacia él, y le preguntaron: — ¿Qué significa eso que acabas de decir?
Él se puso en medio de ellos y les dijo: — ¿Son ustedes tan tontos, israelitas, que condenan a una mujer de nuestro pueblo sin averiguar ni examinar bien el asunto? Vuelvan al juzgado, porque lo que estos hombres han declarado contra ella es mentira.
Entonces todo el pueblo volvió rápidamente. Y los otros ancianos le dijeron a Daniel: —Ven, siéntate con nosotros e infórmanos, pues Dios te ha dado el mismo derecho que a los ancianos.
Daniel les dijo: —Separen a buena distancia a los dos viejos, y yo les haré un interrogatorio.
Y los separaron. Entonces mandó llamar a uno y le dijo: —Viejo en años y en maldad, ahora van a recaer sobre ti los pecados que cometiste en otro tiempo, cuando dictabas sentencias injustas condenando a los inocentes y absolviendo a los culpables, a pesar de que el Señor ha dicho: ‘No condenes a muerte al hombre inocente y sin culpa.’ Bueno, si de veras la viste pecar, dinos debajo de qué árbol los viste juntos.
Él respondió: —Debajo de un castaño.
Y Daniel dijo: — ¡Muy bien! Dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Conque debajo de un castaño? ¡Pues el ángel de Dios ya recibió de él la orden de castigarte partiéndote en dos!
Entonces mandó que se llevaran a este y trajeran al otro viejo. Y le dijo: — ¡Hombre de la raza de Canaán, y no de Judá; la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón! Así es como estaban ustedes haciendo con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo, se les entregaban. Pero esta mujer de la tribu de Judá no quiso consentir en la maldad de ustedes. Ahora dime, ¿debajo de qué árbol los sorprendiste juntos?
—Debajo de una encina —respondió él.
Y Daniel dijo: — ¡Muy bien! Tú también dijiste una mentira que va a ser tu perdición. ¿Conque debajo de una encina? ¡Pues el ángel de Dios está esperando, con la espada lista, para dejártela caer encima y rajarte por la mitad! ¡Así va a matarlos a los dos!
Entonces todo el pueblo reunido levantó el grito y bendijo a Dios, que salva a los que confían en él.
Y como Daniel hizo que los dos viejos mostraran por su propia boca que habían declarado falsamente, todos se volvieron contra ellos y les aplicaron el mismo castigo que ellos, en su maldad, pensaban aplicar a Susana: de acuerdo con la ley de Moisés, los mataron. Y así aquel día se salvó la vida de una persona inocente. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 22

R. No temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo.
El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas. R.
Me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. R.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. R.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8,1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús se dirigió al Monte de los Olivos, y al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él se sentó y comenzó a enseñarles.
Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer, a la que habían sorprendido cometiendo adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes, y dijeron a Jesús:—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de cometer adulterio. En la ley, Moisés nos ordenó que se matara a pedradas a esta clase de mujeres.  ¿Tú qué dices?
Ellos preguntaron esto para ponerlo a prueba, y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les dijo:—Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Y volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse, y los primeros en hacerlo fueron los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, se enderezó y le preguntó:—Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?
Ella le contestó:—Ninguno, Señor.
Jesús le dijo:—Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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23 de Marzo: MARTES – 5ª SEMANA DE CUARESMA.

Nm 21,4-9 /Sal 101 /Jn 8, 21-30                                                          Morado

6. Primera Lectura: Nm 21,4-9

Lectura del libro de los Números
Los israelitas salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, dando un rodeo para no pasar por el territorio de Edom. En el camino, la gente perdió la paciencia y empezó a hablar contra Dios y contra Moisés. Decían: — ¿Para qué nos sacaron ustedes de Egipto? ¿Para hacernos morir en el desierto? No tenemos ni agua ni comida. ¡Ya estamos cansados de esta comida miserable!
El Señor les envió serpientes venenosas, que los mordieron, y muchos israelitas murieron. Entonces fueron a donde estaba Moisés y le dijeron: — ¡Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti! ¡Pídele al Señor que aleje de nosotros las serpientes!
Moisés pidió al Señor que perdonara a los israelitas, y el Señor le dijo:—Hazte una serpiente como esas, y ponla en el asta de una bandera. Cuando alguien sea mordido por una serpiente, que mire hacia la serpiente del asta, y se salvará.
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en el asta de una bandera, y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se salvaba. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 101
R. Señor, escucha mi oración, ¡que mi grito llegue a ti!
Señor, escucha mi oración, ¡permite que mi grito llegue a ti! No escondas de mí tu rostro cuando me encuentre angustiado; ¡dígnate escucharme!, ¡respóndeme pronto cuando te llame! R.
Todas las naciones y reyes de la tierra honrarán el nombre glorioso del Señor cuando él reconstruya a Sión y aparezca en su gloria, cuando atienda a la oración del desamparado y no desoiga sus ruegos. R.
Que esto quede escrito para las generaciones futuras, para que alaben al Señor los que aún han de nacer. El Señor miró la tierra desde el cielo, desde su santa altura, para atender los lamentos de los prisioneros y libertar a los condenados a muerte. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 21-30
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Yo me voy, y ustedes me van a buscar, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden ir.
Los judíos dijeron: — ¿Acaso estará pensando en matarse, y por eso dice que no podemos ir a donde él va?
Jesús les dijo: —Ustedes son de aquí abajo, pero yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, pero yo no soy de este mundo. Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.
Entonces le preguntaron: — ¿Quién eres tú?
Jesús les respondió: —En primer lugar, ¿por qué he de hablar con ustedes? Tengo mucho que decir y que juzgar de ustedes, pero el que me ha enviado dice la verdad, y lo que yo le digo al mundo es lo mismo que le he oído decir a él.
Pero ellos no entendieron que les hablaba del Padre. Por eso les dijo: —Cuando ustedes levanten en alto al Hijo del hombre, reconocerán que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; solamente digo lo que el Padre me ha enseñado. Porque el que me ha enviado está conmigo; mi Padre no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a él le agrada.
Cuando Jesús dijo esto, muchos creyeron en él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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24 de Marzo: MIÉRCOLES – 5ª SEMANA DE CUARESMA.

Dn 3, 14-20.91-92.95 / Dn 3 / Jn 8, 31-42                                          Morado

6. Primera Lectura: Dn 3, 14-20. 24-26.28. 49-50
Lectura del libro del profeta Daniel
En aquellos días Nabucodonosor preguntó a Sadrac, Mesac y Abed-negó: — ¿Es verdad que ustedes no adoran a mis dioses ni a la estatua de oro que yo he mandado hacer? ¿Están ustedes dispuestos, tan pronto como oigan la música, a inclinarse ante la estatua que yo he mandado hacer, y adorarla? Porque si no la adoran, ahora mismo serán arrojados a un horno encendido; y entonces, ¿qué dios podrá salvarlos?
—No tenemos por qué discutir este asunto —contestaron los tres jóvenes—. Nuestro Dios, a quien adoramos, puede librarnos de las llamas del horno y de todo el mal que Su Majestad quiere hacernos, y nos librará. Pero, aun si no lo hiciera, sepa bien Su Majestad que no adoraremos a sus dioses ni nos arrodillaremos ante la estatua de oro.
Al oír Nabucodonosor estas palabras, la cara se le puso roja de rabia contra los tres jóvenes. Entonces ordenó que se calentara el horno siete veces más de lo acostumbrado; luego mandó que algunos de los soldados más fuertes de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abed-negó, y que los arrojaran a las llamas del horno. Pero el ángel del Señor bajó al horno para estar con ellos y echó fuera del horno las llamas de fuego, haciendo que el horno quedara por dentro como si soplara un viento fresco. El fuego no los tocó en absoluto ni les causó ningún daño ni molestia.
Entonces Nabucodonosor se levantó rápidamente, y muy asombrado dijo a los consejeros de su gobierno: —¿No arrojamos al fuego a tres hombres atados?
—Así es —le respondieron.
—Pues yo veo cuatro hombres desatados, que caminan en medio del fuego sin que les pase nada, y el cuarto hombre tiene el aspecto de un ángel.
Y diciendo esto, Nabucodonosor se acercó a la boca del horno y gritó: —¡Sadrac, Mesac y Abed-negó, siervos del Dios altísimo, salgan y vengan aquí!
Los tres salieron de entre las llamas.
En ese momento Nabucodonosor exclamó: “¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-negó, que envió a su ángel para salvar a sus siervos fieles, que no cumplieron la orden del rey, prefiriendo morir antes que arrodillarse y adorar a otro dios que no fuera su Dios! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: De Daniel 3
R. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros antepasados, digno de honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito tu nombre santo y glorioso, digno de todo honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres tú, que te sientas en trono de rey, digno de todo honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres tú, que estás sentado sobre querubines y con tu mirada penetras los abismos, digno de honor y de toda alabanza por siempre. R.
Bendito eres en la bóveda del cielo, digno de alabanza y de gloria por siempre. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 8, 31-42
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: —Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Ellos le contestaron: —Nosotros somos descendientes de Abraham, y nunca hemos sido esclavos de nadie; ¿cómo dices tú que seremos libres?
Jesús les dijo: —Les aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado. Un esclavo no pertenece para siempre a la familia; pero un hijo sí pertenece para siempre a la familia. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres. Ya sé que ustedes son descendientes de Abraham; pero quieren matarme porque no aceptan mi palabra. Yo hablo de lo que el Padre me ha mostrado; así también ustedes, hagan lo que del Padre han escuchado.
Ellos le dijeron: — ¡Nuestro padre es Abraham!
Pero Jesús les contestó: —Si ustedes fueran de veras hijos de Abraham, harían lo que él hizo. Sin embargo, aunque les he dicho la verdad que Dios me ha enseñado, ustedes quieren matarme. ¡Abraham nunca hizo nada así! Ustedes hacen lo mismo que hace su padre.
Ellos le dijeron: — ¡Nosotros no somos hijos bastardos; tenemos un solo Padre, que es Dios!
Jesús les contestó: —Si de veras Dios fuera su padre, ustedes me amarían, porque yo vengo de Dios y aquí estoy. No he venido por mi propia cuenta, sino que Dios me ha enviado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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25 de Marzo: JUEVES – ANUNCIACIÓN DE LA ENCARNACIÓN.

Is 7, 10-14 / Sal 39 / Heb 10, 4-10 / Lc 1, 26-38                                   Blanco

 5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo, al encarnarse en el seno de santa María, participara de toda nuestra condición humana, concede a quienes lo reconocemos como Dios y hombre verdadero, participar, por medio de la gracia, de su vida divina. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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6. Primera Lectura: Is 7, 10-14

Lectura del libro del profeta Isaías
El Señor dijo a Ahaz: “Pide al Señor tu Dios que haga un milagro que te sirva de señal, ya sea abajo en lo más profundo o arriba en lo más alto.”
Ahaz contestó: “No, yo no voy a poner a prueba al Señor pidiéndole una señal.”
Entonces Isaías dijo: “Escuchen ustedes, los de la casa real de David. ¿Les parece poco molestar a los hombres, que quieren también molestar a mi Dios? Pues el Señor mismo les va a dar una señal: La joven está encinta y va a tener un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 39

R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no te complaces en los sacrificios ni en las ofrendas de cereales; tampoco has pedido holocaustos ni ofrendas para quitar el pecado. En cambio, me has abierto los oídos. Por eso he dicho: Aquí estoy. R.
Tal como el libro dice de mí. A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío; ¡llevo tu enseñanza en el corazón! R.
En presencia de tu pueblo numeroso he dado a conocer lo que es justo. ¡Tú bien sabes, Señor, que no he guardado silencio! R.
No me he quedado callado acerca de tu justicia; he hablado de tu fidelidad y salvación. Jamás he ocultado tu amor y tu verdad ante tu pueblo numeroso. R.

8. Segunda Lectura: Heb 10, 4-10

Lectura de la carta a los Hebreos
Hermanos: La sangre de los toros y de los chivos no puede quitar los pecados. Por eso Cristo, al entrar en el mundo, dijo a Dios: “No quieres sacrificio ni ofrendas, sino que me has dado un cuerpo. No te agradan los holocaustos ni las ofrendas para quitar el pecado. Entonces dije: ‘Aquí estoy, tal como está escrito de mí en el libro, para hacer tu voluntad, oh Dios.’ ”
En primer lugar, dice que Dios no quiere ni le agradan sacrificios ni ofrendas de animales, ni holocaustos para quitar el pecado, a pesar de que son cosas que la ley manda ofrecer. Y después añade: “Aquí vengo para hacer tu voluntad. Es decir, que quita aquellos sacrificios antiguos y pone en su lugar uno nuevo. Dios nos ha consagrado porque Jesucristo hizo la voluntad de Dios al ofrecer su propio cuerpo en sacrificio una sola vez y para siempre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Lc 1, 26-38
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, donde vivía una joven llamada María; era virgen, pero estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: — ¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo.
María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
—María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios el Señor lo hará Rey, como a su antepasado David, para que reine por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin.
María preguntó al ángel: — ¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar de que es anciana; la que decían que no podía tener hijos, está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible.
Entonces María dijo: —Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Al celebrar hoy el inicio de la salvación del linaje humano, oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre todopoderoso. Respondemos: R. Escúchanos, Señor.
Para que el Hijo de Dios, que se hizo hombre en el seno de María, conceda a los fieles imitar a aquélla que complació con su humildad al Señor y a nosotros nos ayudó con su obediencia, roguemos al Señor. R.
Para que el Verbo de Dios, que al hacerse hombre en el seno de María cumplió las antiguas profecías, realice también, con su encarnación, los anhelos y esperanzas de los pueblos que aún ignoran su presencia, roguemos al Señor. R.
Para que el que enaltece a los humildes y colma de bienes a los hambrientos dé fuerza a los decaídos, consuele a los tristes y conceda su ayuda a los que sufren, roguemos al Señor. R.
Para que el que miró la humillación de María, ponga también sus ojos en nuestra debilidad y haga obras grandes en nosotros, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios nuestro, que escogiste a santa María como Madre del Salvador, escucha las oraciones de tu Iglesia; y haz que, siguiendo su ejemplo y poniendo en ti toda nuestra esperanza, obtengamos los bienes que te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Por medio de esta comunión, fortalece, Señor, nuestra fe y esperanza en Jesucristo, Dios y hombre verdadero, concebido en el seno de santa María, y, por su gloriosa resurrección, haznos partícipes de la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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26 de Marzo: VIERNES – SAN CARLOS DE BRASIL, OBISPO.

1 Pe 5, 1-4.6-10 / Sal 22 / Mt 16, 13-19                                                  Blanco

6. Primera Lectura: 1 Pe 5, 1-4.6-10
Lectura de la primera carta del Apóstol Pedro
Hermanos: Quiero aconsejar ahora a los presbíteros de las congregaciones de ustedes, yo que soy anciano como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo, y que también voy a tener parte en la gloria que ha de manifestarse. Cuiden de las ovejas de Dios que han sido puestas a su cargo; háganlo de buena voluntad, como Dios quiere, y no forzadamente ni por ambición de dinero, sino de buena gana. Compórtense no como si ustedes fueran los dueños de los que están a su cuidado, sino procurando ser un ejemplo para ellos. Así, cuando aparezca el Pastor principal, ustedes recibirán la corona de la gloria, una corona que jamás se marchitará. Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los enaltezca a su debido tiempo. Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle, firmes en la fe, sabiendo que en todas partes del mundo los hermanos de ustedes están sufriendo las mismas cosas. Pero después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios los hará perfectos, firmes, fuertes y seguros. Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión con Jesucristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 22
R. El Señor es mi pastor; nada me falta.
El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas. R.
Me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. R.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. R.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. R.
9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 16, 13-19
† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: — ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Ellos contestaron: —Algunos dicen que Juan el Bautista; otros dicen que Elías, y otros dicen que Jeremías o algún otro profeta.
—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.
Simón Pedro le respondió: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.
Entonces Jesús le dijo: —Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo conociste por medios humanos, sino porque te lo reveló mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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 27 de Marzo: SÁBADO – 5ª SEMANA DE CUARESMA.

Ez 37,21-28 / Jer 31 / Jn 11,45-56                                                      Morado

6. Primera Lectura: Ez 37,21-28
Lectura del libro del profeta Ezequiel
Esto dice el Señor: “Voy a sacar a los israelitas de entre las naciones a donde han ido a parar; los reuniré de todas partes y los haré volver a su tierra. Haré de ellos una sola nación en este país, en los montes de Israel, y tendrán un solo rey. No volverán a estar divididos en dos naciones, ni separados en dos reinos. Tampoco volverán a mancharse adorando ídolos repugnantes ni cometiendo toda clase de pecados. Yo los libraré de todas las infidelidades que han cometido, y los limpiaré de sus pecados. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será el rey y único pastor de todos ellos, y ellos me obedecerán y cumplirán mis leyes y decretos. Vivirán en el país que di a mi siervo Jacob, donde también vivieron sus antepasados. Allí vivirán siempre ellos y sus hijos y todos sus descendientes; y mi siervo David será siempre su jefe. Haré con ellos una alianza para asegurarles una vida tranquila. Será una alianza eterna. Haré que aumenten en número, y para siempre pondré mi santo templo en medio de ellos. Viviré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Cuando mi santo templo  esté para siempre en medio de ellos, las demás naciones reconocerán que yo he escogido a Israel como mi posesión sagrada.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: De Jer 31
R. El Señor nos guarda, como pastor a su rebaño.
“Naciones, escuchen la palabra del Señor y anuncien en las costas lejanas: ‘El Señor dispersó a Israel, pero lo reunirá y lo cuidará como cuida el pastor a sus ovejas.’” R.
El Señor rescató al pueblo de Jacob, lo libró de una nación más poderosa. Vendrán y cantarán de alegría en lo alto de Sión, se deleitarán con los beneficios del Señor. R.
Las muchachas bailarán alegremente, lo mismo que los jóvenes y los viejos. Yo les daré consuelo: convertiré su llanto en alegría, y les daré una alegría mayor que su dolor. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 11,45-57
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho. Pero algunos fueron a ver a los fariseos, y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes reunieron a la Junta Suprema, y dijeron:
— ¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si lo dejamos, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación.
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, les dijo: —Ustedes no saben nada, ni se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que toda la nación sea destruida.
Pero Caifás no dijo esto por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús iba a morir por la nación judía; y no solamente por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos. Así que desde aquel día las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús.
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que salió de la región de Judea y se fue a un lugar cerca del desierto, a un pueblo llamado Efraín. Allí se quedó con sus discípulos.
Faltaba poco para la fiesta de la Pascua de los judíos, y mucha gente de los pueblos se dirigía a Jerusalén a celebrar los ritos de purificación antes de la Pascua. Andaban buscando a Jesús, y se preguntaban unos a otros en el templo: — ¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta o no?
Los fariseos y los jefes de los sacerdotes habían dado orden de que, si alguien sabía dónde estaba Jesús, lo dijera, para poder arrestarlo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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28 de Marzo: DOMINGO – DOMINGO DE RAMOS.

Is 50, 4-7 / Sal 21 / Flp 2, 6-11/ Lc 22, 14-71; 23, 1-56                       Rojo

http://www.webpersonal.net/diesdomini/frames/leccionario/indexgraf_cuarpasc_files/06_ramos_c_t.jpgProcesión con los Ramos
Se reúnen en un lugar conveniente, fuera del Templo.
Queridos hermanos y hermanas: Desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y caridad.
Hoy, cercana ya la noche de Pascua, en comunión con toda la Iglesia, nos reunimos para iniciar la celebración de los misterios de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada a la ciudad santa, para que participando ahora de su cruz, merezcamos un día tener parte en la Resurrección.
Se hace la siguiente oración sobre los Ramos:
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, dígnate bendecir † estos ramos y, a cuantos acompañamos jubilosos a Cristo, nuestro rey y Señor, concédenos reunirnos contigo en la Jerusalén del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

En silencio, rocía con agua bendita los ramos
Luego se proclama el Evangelio de la entrada del Señor.

Lectura del Evangelio según san Lucas (19,28-38)
En aquel tiempo Jesús siguió su viaje a Jerusalén. Cuando ya había llegado cerca de Betfagé y Betania, junto al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:—Vayan a la aldea que está enfrente, y al llegar encontrarán un burro atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo. Y si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle que el Señor lo necesita.
Los discípulos fueron y lo encontraron todo como Jesús se lo había dicho. Mientras estaban desatando el burro, los dueños les preguntaron:—¿Por qué lo desatan?
Ellos contestaron:—Porque el Señor lo necesita.
Y poniendo sus capas sobre el burro, se lo llevaron a Jesús y lo hicieron montar. Conforme Jesús avanzaba, la gente tendía sus capas por el camino. Y al acercarse a la bajada del Monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. Decían:—¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! Palabra del Señor.Gloria a ti Señor Jesús.
Luego se va en procesión hacia el Templo.

5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar a la humanidad el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio, para que, desde ahora participemos en su gloriosa resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Is 50, 4-7
Lectura del libro del profeta Isaías
Isaías dijo: El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento.
Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente.
El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían. El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 21
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas, mueven la cabeza y dicen: “Este confiaba en el Señor; pues que el Señor lo libre. Ya que tanto lo quiere, que lo salve.” R.
Como perros, una banda de malvados me ha rodeado por completo; me han desgarrado las manos y los pies. ¡Puedo contarme los huesos! R.
Se han repartido mi ropa entre sí, y sobre ella echan suertes. Pero tú, Señor, que eres mi fuerza, ¡no te alejes!, ¡ven pronto en mi ayuda! R.
Yo hablaré de ti a mis hermanos, te alabaré en sus reuniones. Ustedes, los que honran al Señor, ¡alábenlo! ¡Glorifíquenlo todos los descendientes de Jacob! ¡Adórenlo todos los descendientes de Israel! R.

8. Segunda Lectura: Flp 2, 6-11

Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses 
Hermanos: Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz.
Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Lc 22, 14.25-34.39-71; 23, 1-54

† Pasión de nuestro  Señor Jesucristo según san Lucas
N. Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. Jesús les dijo:
†. “Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les da el título de benefactores. Pero ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre ustedes como el que sirve.
“Ustedes han estado siempre conmigo en mis pruebas. Por eso, yo les doy un reino, como mi Padre me lo dio a mí, y ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi reino, y se sentarán en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”
N. Dijo también el Señor:
†. —Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.
N. Simón le dijo:
P. Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel, y hasta a morir contigo.
N. Jesús le contestó:
†. —Pedro, te digo que hoy mismo, antes que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces.
N. Luego Jesús salió y, según su costumbre, se fue al Monte de los Olivos; y los discípulos lo siguieron. Al llegar al lugar, les dijo:
†. —Oren, para que no caigan en tentación.
N. Se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y se puso de rodillas para orar. Dijo:
†. “Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
N. En esto se le apareció un ángel del cielo, para darle fuerzas. En medio de su gran sufrimiento, Jesús oraba aún más intensamente, y el sudor le caía a tierra como grandes gotas de sangre.
Cuando se levantó de la oración, fue a donde estaban los discípulos, y los encontró dormidos, vencidos por la tristeza. Les dijo:
†. —¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren, para que no caigan en tentación.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegó mucha gente. El que se llamaba Judas, que era uno de los doce discípulos, iba a la cabeza. Este se acercó a besar a Jesús, pero Jesús le dijo:
†. —Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?
N. Los que estaban con Jesús, al ver lo que pasaba, le preguntaron:
P. —Señor, ¿atacamos con espada?
N. Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Jesús dijo:
†. —Déjenlos; ya basta.
N. Y le tocó la oreja al criado, y lo sanó. Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los oficiales del templo y a los ancianos, que habían venido a llevárselo:
†. —¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos, como si yo fuera un bandido? Todos los días he estado con ustedes en el templo, y no trataron de arrestarme. Pero esta es la hora de ustedes, la hora del poder de las tinieblas.
N. Arrestaron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía de lejos. Allí, en medio del patio, habían hecho fuego, y se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. En esto, una sirvienta, al verlo sentado junto al fuego, se quedó mirándolo y dijo:
P. —También este estaba con él.
N. Pero Pedro lo negó, diciendo:
P. —Mujer, yo no lo conozco.
N. Poco después, otro lo vio y dijo:
P. —Tú también eres de ellos.
N. Pedro contestó:
P. —No, hombre, no lo soy.
N. Como una hora después, otro insistió:
P. —Seguro que este estaba con él. Además es de Galilea.
N. Pedro dijo:
P. —Hombre, no sé de qué hablas.
N. En ese mismo momento, mientras Pedro aún estaba hablando, cantó un gallo. Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: “Hoy, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.” Y salió Pedro de allí y lloró amargamente. Los hombres que estaban vigilando a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban. Le taparon los ojos, y le preguntaban:
P. —¡Adivina quién te pegó!
N. Y lo insultaban diciéndole otras muchas cosas.
Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos de los judíos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, y llevaron a Jesús ante la Junta Suprema. Allí le preguntaron:
P. —Dinos, ¿eres tú el Mesías?
N. Él les contestó:
†. —Si les digo que sí, no me van a creer. Y si les hago preguntas, no me van a contestar. Pero desde ahora el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Dios todopoderoso.
N. Luego todos le preguntaron:
P. —¿Así que tú eres el Hijo de Dios?
N. Jesús les contestó:
†. —Ustedes mismos han dicho que lo soy.
N. Entonces ellos dijeron:
P. —¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de sus propios labios.
N. Todos se levantaron, y llevaron a Jesús ante Pilato. En su presencia comenzaron a acusarlo, diciendo:
P. —Hemos encontrado a este hombre alborotando a nuestra nación. Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y además afirma que él es el Mesías, el Rey.
N. Pilato le preguntó:
P. —¿Eres tú el Rey de los judíos?
N. Contestó Jesús
†.  —Tú lo has dicho.
N. Entonces Pilato dijo a los jefes de los sacerdotes y a la gente:
P. —No encuentro en este hombre razón para condenarlo.
N. Pero ellos insistieron con más fuerza:
P. —Con sus enseñanzas está alborotando a todo el pueblo. Comenzó en Galilea, y ahora sigue haciéndolo aquí, en Judea.
N. Al oír esto, Pilato preguntó si el hombre era de Galilea. Y al saber que Jesús era de la jurisdicción de Herodes, se lo envió, pues él también se encontraba aquellos días en Jerusalén. Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento, porque durante mucho tiempo había querido verlo, pues había oído hablar de él y esperaba verlo hacer algún milagro. Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le contestó nada. También estaban allí los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, que lo acusaban con gran insistencia. Entonces Herodes y sus soldados lo trataron con desprecio, y para burlarse de él lo vistieron con ropas lujosas, como de rey. Luego Herodes lo envió nuevamente a Pilato. Aquel día se hicieron amigos Pilato y Herodes, que antes eran enemigos.
Pilato reunió a los jefes de los sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo:
P. —Ustedes me trajeron a este hombre, diciendo que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no lo he encontrado culpable de ninguna de las faltas de que lo acusan. Ni tampoco Herodes, puesto que nos lo ha devuelto. Ya ven, no ha hecho nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.
N. Pero todos juntos comenzaron a gritar:
P. —¡Fuera con ese! ¡Déjanos libre a Barrabás!
N. A este Barrabás lo habían metido en la cárcel por una rebelión ocurrida en la ciudad, y por un asesinato. Pilato, que quería dejar libre a Jesús, les habló otra vez; pero ellos gritaron más alto:
P. —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
N. Por tercera vez Pilato les dijo:
P. —Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no encuentro en él nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.
N. Pero ellos insistían a gritos, pidiendo que lo crucificara; y tanto gritaron que consiguieron lo que querían. Pilato decidió hacer lo que le estaban pidiendo; así que dejó libre al hombre que habían escogido, el que estaba en la cárcel por rebelión y asesinato, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Cuando llevaron a Jesús a crucificarlo, echaron mano de un hombre de Cirene llamado Simón, que venía del campo, y lo hicieron cargar con la cruz y llevarla detrás de Jesús.
Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban de tristeza por él, lo seguían. Pero Jesús las miró y les dijo:
†. —Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí, sino por ustedes mismas y por sus hijos. Porque vendrán días en que se dirá: ‘Dichosas las que no pueden tener hijos, las mujeres que no dieron a luz ni tuvieron hijos que criar.’ Entonces comenzará la gente a decir a los montes: ‘¡Caigan sobre nosotros!’, y a las colinas: ‘¡Escóndannos!’ Porque si con el árbol verde hacen todo esto, ¿qué no harán con el seco?
N. También llevaban a dos criminales, para crucificarlos junto con Jesús. Cuando llegaron al sitio llamado La Calavera, crucificaron a Jesús y a los dos criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Jesús dijo:
†. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
N. Y los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús. La gente estaba allí mirando; y hasta las autoridades se burlaban de él, diciendo:
P. —Salvó a otros; que se salve a sí mismo ahora, si de veras es el Mesías de Dios y su escogido.
N. Los soldados también se burlaban de Jesús. Se acercaban y le daban a beber vino agrio, diciéndole:
P. —¡Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo!
N. Y había un letrero sobre su cabeza, que decía: “Este es el Rey de los judíos.” Uno de los criminales que estaban colgados, lo insultaba:
P. ¡Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y sálvanos también a nosotros!
N. Pero el otro reprendió a su compañero, diciéndole:
P. —¿No tienes temor de Dios, tú que estás bajo el mismo castigo? Nosotros estamos sufriendo con toda razón, porque estamos pagando el justo castigo de lo que hemos hecho; pero este hombre no hizo nada malo.
N. Luego añadió:
P. —Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar.
N. Jesús le contestó:
†. —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.
N. Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó en oscuridad. El sol dejó de brillar, y el velo  del templo se rasgó por la mitad. Jesús gritó con fuerza y dijo:
†. —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
N. Y al decir esto, murió. Cuando el capitán romano vio lo que había pasado, alabó a Dios, diciendo:
P. —De veras, este hombre era inocente.
N. Toda la multitud que estaba presente y que vio lo que había pasado, se fue de allí golpeándose el pecho. Todos los conocidos de Jesús se mantenían a distancia; también las mujeres que lo habían seguido desde Galilea estaban allí mirando.
Había un hombre bueno y justo llamado José, natural de Arimatea, un pueblo de Judea. Pertenecía a la Junta Suprema de los judíos. Este José, que esperaba el reino de Dios y que no estuvo de acuerdo con lo que la Junta había hecho, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en un sepulcro excavado en una peña, donde todavía no habían sepultado a nadie. Era el día de la preparación para el sábado, que ya estaba a punto de comenzar. Hasta aquí la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Lucas. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Imploremos, hermanos y hermanas, a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó, oraciones y súplicas al Padre, y oremos también nosotros por todos los hombres. Respondemos: R. Escúchanos, Señor.
Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes y pidió perdón por ellos, tenga piedad de los fieles que han caído en el pecado y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor. R.
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros, nos dé sentimientos de contrición y nos admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con su pasión, destruyese el pecado y la muerte y, con su resurrección, nos devolviese la vida y la felicidad, haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

21. Oración después de la Comunión 
+ Padre todopoderoso, que nos has alimentado con esta Comunión, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete; concédenos, Señor, llegar por medio de su Pasión, Muerte y Resurrección a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


PERIPLOS DEL OBISPO
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29 de Marzo: LUNES – SEMANA SANTA.

Is 42, 1-7 / Sal 26 / Jn 12, 1-11                                                             Morado

6. Primera Lectura: Is 42, 1-7
Lectura del profeta Isaías
“Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones.
No gritará, no levantará la voz, no hará oír su voz en las calles, no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Verdaderamente traerá la justicia. No descansará ni su ánimo se quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra. Los países del mar estarán atentos a sus enseñanzas.”
Dios, el Señor, que creó el cielo y lo extendió, que formó la tierra y lo que crece en ella, que da vida y aliento a los hombres que la habitan, dice a su siervo:
“Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano, para que seas instrumento de salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo, luz de las naciones. Quiero que des vista a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo donde viven en la oscuridad.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? R.
Los malvados, mis enemigos, se juntan para atacarme y destruirme; pero ellos son los que tropiezan y caen. R.
Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo. R.
Pero yo estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. ¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor! R.
9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 12, 1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo: —¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?
Pero Judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella. Jesús le dijo: —Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
Muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba en Betania, y fueron allá, no solo para ver a Jesús sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque por causa suya muchos judíos se estaban separando de ellos para creer en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PERIPLOS DEL OBISPO
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30 de Marzo: MARTES – SEMANA SANTA.

Is 49, 1-6 / Sal 70 / Jn 13, 21-33.36-38                                               Morado

6. Primera Lectura: Is 49, 1-6
Lectura del libro del profeta Isaías
Óiganme, países del mar, préstenme atención, naciones lejanas: El Señor me llamó desde antes de que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre.
Convirtió mi lengua en espada afilada, me escondió bajo el amparo de su mano, me convirtió en una flecha aguda y me guardó en su aljaba.
Me dijo: “Israel, tú eres mi siervo, en ti me mostraré glorioso.”
Y yo que había pensado: “He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.”
En realidad mi causa está en manos del Señor, mi recompensa está en poder de mi Dios.
He recibido honor delante del Señor mi Dios, pues él ha sido mi fuerza.
El Señor, que me formó desde el seno de mi madre para que fuera su siervo, para hacer que Israel, el pueblo de Jacob, se vuelva y se una a él, dice así: “No basta que seas mi siervo solo para restablecer las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo haré que seas la luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 70

R. Mi boca contará tu auxilio.
Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Líbrame, ponme a salvo, pues tú eres justo! Dígnate escucharme, y sálvame. R.
Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación! ¡Tú eres mi roca y mi castillo! Dios mío, líbrame de las manos del malvado. R.
Pues tú, Señor, desde mi juventud eres mi esperanza y mi seguridad. Aún estaba yo en el vientre de mi madre y ya me apoyaba en ti. R.
Todo el día anunciaré con mis labios que tú nos has salvado y nos has hecho justicia. ¡Esto es algo que no alcanzo a comprender! Dios mío,  tú me has enseñado desde mi juventud, y aún sigo anunciando tus grandes obras. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 13, 21-33.36-38
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús se sintió profundamente conmovido, y, con toda claridad, dijo a los discípulos: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó: —Señor, ¿quién es?
Jesús le contestó: —Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es.
En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo: —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres.
Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.
Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy.
Simón Pedro le preguntó a Jesús: —Señor, ¿a dónde vas?
—A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.
Pedro le dijo: —Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!
Jesús le respondió: —¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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31 de Marzo: MIÉRCOLES – SEMANA SANTA.

Is 50, 4-9ª/ Sal 68 / Mt 26,14-25                                                           Morado

6. Primera Lectura: Is 50, 4-9a
Lectura del libro del profeta Isaías
Isaías dijo: El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente. El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían. El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo. A mi lado está mi defensor: ¿Alguien tiene algo en mi contra? ¡Vayamos juntos ante el juez! ¿Alguien se cree con derecho a acusarme? ¡Que venga y me lo diga! El Señor es quien me ayuda; ¿quién podrá condenarme? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 68
R. Señor, que tu bondad me proteja en la dificultad.
Por ti he soportado ofensas; mi cara se ha cubierto de vergüenza; ¡soy como un extraño y desconocido para mis propios hermanos! Me consume el celo por tu casa; en mí han recaído las ofensas de los que te insultan. R.
¡Estoy sin ánimo y sin fuerzas! Inútilmente he buscado quien me consuele y compadezca. En mi comida pusieron veneno, y cuando tuve sed me dieron a beber vinagre. R.
Alabaré con cantos el nombre de Dios; lo alabaré con gratitud, Al ver esto, se alegrarán los afligidos y se animará el corazón de los que buscan a Dios; pues el Señor escucha a los pobres y no desprecia a los suyos que están presos. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 26,14-25
† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes y les dijo: — ¿Cuánto me quieren dar, y yo les entrego a Jesús?
Ellos le pagaron treinta monedas de plata. Y desde entonces Judas anduvo buscando el momento más oportuno para entregarles a Jesús.
El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: — ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él les contestó: —Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está cerca, y voy a tu casa a celebrar la Pascua con mis discípulos.’
Los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la cena de Pascua.
Cuando llegó la noche, Jesús estaba a la mesa con los doce discípulos; y mientras comían, les dijo: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: —Señor, ¿acaso seré yo?
Jesús les contestó: —Uno que moja el pan en el mismo plato que yo, va a traicionarme. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.
Entonces Judas, el que lo estaba traicionando, le preguntó: —Maestro, ¿acaso seré yo? —Tú lo has dicho —contestó Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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