LECTURAS BÍBLICAS PARA LA LITURGIA

 

IGLESIA EN MARCHA

EL PAN VIVO DE CADA DÍA

 
PERIPLOS D


LECTURAS DE MAYO 2012

 

Abril 2012

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1 ABRIL – DOMINGO DE RAMOS


Is 50,4-7 / Sal 21 / Flp 2,6-11 / Mc 14,1-15.47 – ROJO

Procesión con los Ramos
Se reúnen en un lugar conveniente, fuera del Templo.

Hermanos: Desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y caridad.
Hoy, cercana ya la noche de Pascua, en comunión con toda la Iglesia, nos reunimos para iniciar la celebración de los misterios de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada a la ciudad santa, para que participando ahora de su cruz, merezcamos un día tener parte en la Resurrección.

Se hace la siguiente oración sobre los Ramos:

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, dígnate bendecir estos ramos y, a cuantos acompañamos jubilosos a Cristo, nuestro rey y Señor, concédenos vivir contigo en la Jerusalén del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

En silencio, rocía con agua bendita los ramos
Luego se proclama el Evangelio de la entrada del Señor.

Lectura del Evangelio según san Juan. (Jn 12, 12-16)
En aquel tiempo la multitud supo que Jesús iba a llegar a Jerusalén. Entonces cortaron hojas de palmera y salieron a recibirlo, gritando: — ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!
Jesús encontró un burro y montó en él, como se dice en la Escritura: “No tengas miedo, ciudad de Sión; mira, tu Rey viene montado en un burrito.
Al principio, sus discípulos no entendieron estas cosas; pero después, cuando Jesús fue glorificado, se acordaron de que todo esto que le habían hecho estaba en la Escritura y se refería a él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad a Cristo, nuestro salvador, hecho hombre y clavado en una cruz, concédenos vivir según las enseñanzas de su pasión, para participar con él, de su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura:Is 50, 4-7
Lectura del libro del profeta Isaías
El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento.
Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente.
El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas.
Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían.
El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 21
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas, mueven la cabeza y dicen: “Este confiaba en el Señor; pues que el Señor lo libre. Ya que tanto lo quiere, que lo salve.” R.
Como perros, una banda de malvados me ha rodeado por completo; me han desgarrado las manos y los pies. ¡Puedo contarme los huesos! R.
Se han repartido mi ropa entre sí, y sobre ella echan suertes. Pero tú, Señor, que eres mi fuerza, ¡no te alejes!, ¡ven pronto en mi ayuda! R.
Yo hablaré de ti a mis hermanos, te alabaré en sus reuniones. Ustedes, los que honran al Señor, ¡alábenlo! ¡Glorifíquenlo todos los descendientes de Jacob! ¡Adórenlo todos los descendientes de Israel! R.

8. Segunda Lectura: Flp 2, 6-11
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses 
Hermanos: Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz.
Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mc 14,1-15,47
† Lectura de la Pasión de Jesucristo según san Marcos
N. Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de arrestar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo. Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero a Judas, que comenzó a buscar el momento más oportuno de entregar a Jesús.
El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron:
P. — ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?
N. Entonces envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
—Vayan a la ciudad. Allí encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo, y donde entre, digan al dueño de la casa: ‘El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?’ Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande, arreglado y ya listo para la cena. Prepárennos allí lo necesario.
N. Los discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de Pascua.
Al anochecer llegó Jesús con los doce discípulos. Mientras estaban a la mesa, comiendo, Jesús les dijo:
—Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.
N. Ellos se pusieron tristes, y comenzaron a preguntarle uno por uno:
P. — ¿Acaso seré yo?
N. Jesús les contestó:
—Es uno de los doce, que está mojando el pan en el mismo plato que yo. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.
N. Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:
—Tomen, esto es mi cuerpo.
N. Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron. Les dijo:
—Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza,  sangre que es derramada en favor de muchos. Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.
N. Luego fueron a un lugar llamado Getsemaní. Jesús dijo a sus discípulos:
—Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.
N. Y se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse muy afligido y angustiado, dijo:
—Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos.
N. En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento. En su oración decía:
—“Abbá,  Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.”
N. Luego volvió a donde ellos estaban, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro:
—Simón, ¿estás durmiendo? ¿Ni siquiera una hora pudiste mantenerte despierto? Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.
N. Se fue otra vez, y oró repitiendo las mismas palabras. Cuando volvió, encontró otra vez dormidos a los discípulos, porque sus ojos se les cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle. Volvió por tercera vez, y les dijo:
— ¿Siguen ustedes durmiendo y descansando? Ya basta, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona.
N. Todavía estaba hablando Jesús cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes, de los maestros de la ley y de los ancianos. Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: “Al que yo bese, ese es; arréstenlo y llévenselo bien sujeto.” Así que se acercó a Jesús y le dijo:
P. — ¡Maestro!
N. Y lo besó. Entonces le echaron mano a Jesús y lo arrestaron.
Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley.
Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros. Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:
P. —Nosotros lo hemos oído decir: ‘Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.’
N. Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.
Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús:
P. — ¿No contestas nada? ¿Qué es esto que están diciendo contra ti?
N. Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada. El sumo sacerdote volvió a preguntarle:
P. — ¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?
N. Jesús le dijo:
—Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.
N. Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:
P. —¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?
N. Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.
Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo.
Al amanecer, se reunieron los jefes de los sacerdotes con los ancianos y los maestros de la ley: toda la Junta Suprema.  Y llevaron a Jesús atado, y se lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
P. — ¿Eres tú el Rey de los judíos?
N. Contestó Jesús.
—Tú lo has dicho 
N. Como los jefes de los sacerdotes lo acusaban de muchas cosas, Pilato volvió a preguntarle:
P. — ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te están acusando.
N. Pero Jesús no le contestó; de manera que Pilato se quedó muy extrañado. Durante la fiesta, Pilato dejaba libre un preso, el que la gente pidiera. Un hombre llamado Barrabás estaba entonces en la cárcel, junto con otros que habían cometido un asesinato en una rebelión. La gente llegó, pues, y empezó a pedirle a Pilato que hiciera como tenía por costumbre. Pilato les contestó:
P. — ¿Quieren ustedes que les ponga en libertad al Rey de los judíos?
N. Porque se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes lo habían entregado por envidia. Pero los jefes de los sacerdotes alborotaron a la gente, para que pidieran que les dejara libre a Barrabás. Pilato les preguntó:
P. — ¿Y qué quieren que haga con el que llaman el Rey de los judíos?
N. Ellos contestaron a gritos:
P. — ¡Crucifícalo!
N. Pilato les dijo:
P. —Pues ¿qué mal ha hecho?
N. Pero ellos volvieron a gritar:
P. — ¡Crucifícalo!
N. Entonces Pilato, como quería quedar bien con la gente, dejó libre a Barrabás; y después de mandar que azotaran a Jesús, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados llevaron a Jesús al patio del palacio, llamado pretorio, y reunieron a toda la tropa. Le pusieron una capa de color rojo oscuro,  trenzaron una corona de espinas y se la pusieron. Luego comenzaron a gritar:
P. — ¡Viva el Rey de los judíos!
N. Llevaron a Jesús a un sitio llamado Gólgota  (que significa: “Lugar de la Calavera”); y le dieron vino mezclado con mirra, pero Jesús no lo aceptó. Entonces lo crucificaron. Y los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús y ver qué se llevaría cada uno. Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron. Y pusieron un letrero en el que estaba escrita la causa de su condena: “El Rey de los judíos.” Con él crucificaron también a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo:
P. — ¡Eh, tú, que derribas el templo y en tres días lo vuelves a levantar, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz!
N. De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley. Decían:
P. —Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. ¡Que baje de la cruz ese Mesías, Rey de Israel, para que veamos y creamos!
N. Y hasta los que estaban crucificados con él lo insultaban.
Al llegar el mediodía, toda la tierra quedó en oscuridad hasta las tres de la tarde. A esa misma hora, Jesús gritó con fuerza:
—“Eloí, Eloí, ¿lemá sabactani?”
N. (que significa:)
—“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
N. Algunos de los que estaban allí, lo oyeron y dijeron:
P. —Oigan, está llamando al profeta Elías.
N. Entonces uno de ellos corrió, empapó una esponja en vino agrio, la ató a una caña y se la acercó a Jesús para que bebiera, diciendo:
P. —Déjenlo, a ver si Elías viene a bajarlo de la cruz.
N. Pero Jesús dio un fuerte grito, y murió. Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El capitán romano, que estaba frente a Jesús, al ver que este había muerto, dijo:
P. —Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
N. También había algunas mujeres mirando de lejos; entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé. Estas mujeres habían seguido a Jesús y lo habían ayudado cuando él estaba en Galilea. Además había allí muchas otras que habían ido con él a Jerusalén. Como ese era día de preparación, es decir, víspera del sábado, y ya era tarde, José, natural de Arimatea y miembro importante de la Junta Suprema, el cual también esperaba el reino de Dios, se dirigió con decisión a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato, sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al capitán para preguntarle cuánto tiempo hacía de ello. Cuando el capitán lo hubo informado, Pilato entregó el cuerpo a José. Entonces José compró una sábana de lino, bajó el cuerpo y lo envolvió en ella. Luego lo puso en un sepulcro excavado en la roca, y tapó la entrada del sepulcro con una piedra. María Magdalena y María la madre de José,  miraban dónde lo ponían. Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Imploremos, a Jesús, que en la cruz presentó, oraciones y súplicas al Padre, y oremos por toda la humanidad. Respondemos: R. Escúchanos, Señor.
Para que el Señor, tenga piedad de quienes han caído en el pecado, les dé la gracia de la conversión y les conceda el gozo del perdón, roguemos al Señor. R.
Para que la sangre de Jesús, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia, o el pecado, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y los conforte, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros y nos admita en su reino, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Señor, tú enviaste a tu Hijo al mundo, para que destruyese el pecado y nos diese la vida, escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo.

Oración sobre las Ofrendas
Que la pasión de tu Hijo, actualizada en este santo sacrificio que vamos a ofrecerte, nos alcance, Señor, de tu misericordia, el perdón que no podemos merecer por nuestras obras. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la confianza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


PERIPLOS DEL OBISPO
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2 ABRIL – LUNES SEMANA SANTA

Is 42, 1-7 / Sal 26 / Jn 12, 1-11 – MORADO

5. Oración Colecta
Concédenos, Señor, nueva fuerza para no sucumbir a nuestras humanas debilidades, por los méritos de la pasión de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Is 42, 1-7
Lectura del profeta Isaías
“Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones.
No gritará, no levantará la voz, no hará oír su voz en las calles, no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Verdaderamente traerá la justicia. No descansará ni su ánimo se quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra. Los países del mar estarán atentos a sus enseñanzas.”
Dios, el Señor, que creó el cielo y lo extendió, que formó la tierra y lo que crece en ella, que da vida y aliento a los hombres que la habitan, dice a su siervo:
“Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano, para que seas instrumento de salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo, luz de las naciones. Quiero que des vista a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo donde viven en la oscuridad.” Palabra de Dios. Tealabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? R.
Los malvados, mis enemigos, se juntan para atacarme y destruirme; pero ellos son los que tropiezan y caen. R.
Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo. R.
Pero yo estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. ¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor! R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 12, 1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo: —¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?
Pero Judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella. Jesús le dijo: —Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
Muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba en Betania, y fueron allá, no solo para ver a Jesús sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque por causa suya muchos judíos se estaban separando de ellos para creer en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad, este sacrificio que tú instituiste misericordiosamente para hacernos partícipes de tu vida, y hazlo producir en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Quédate, Señor, con nosotros y protege con tu amor nuestros corazones santificados por esta Eucaristía, para que podamos conservar siempre las gracias que hemos recibido de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PERIPLOS D
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3 ABRIL – MARTES SEMANA SANTA

Is 49, 1-6 / Sal 70 / Jn 13, 21-33.36-38 – MORADO

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a celebrar los misterios de la pasión del Señor con tal fe y arrepentimiento, que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Is 49, 1-6
Lectura del libro del profeta Isaías
Óiganme, países del mar, préstenme atención, naciones lejanas: El Señor me llamó desde antes de que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre. Convirtió mi lengua en espada afilada, me escondió bajo el amparo de su mano, me convirtió en una flecha aguda y me guardó en su aljaba. Me dijo: “Israel, tú eres mi siervo, en ti me mostraré glorioso.” Y yo que había pensado: “He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.” En realidad mi causa está en manos del Señor, mi recompensa está en poder de mi Dios. He recibido honor delante del Señor mi Dios, pues él ha sido mi fuerza. El Señor, que me formó desde el seno de mi madre para que fuera su siervo, para hacer que Israel, el pueblo de Jacob, se vuelva y se una a él, dice así: “No basta que seas mi siervo solo para restablecer las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo haré que seas la luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 70
R. Mi boca contará tu auxilio.
Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Líbrame, ponme a salvo, pues tú eres justo! Dígnate escucharme, y sálvame. R.
Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación! ¡Tú eres mi roca y mi castillo! Dios mío, líbrame de las manos del malvado. R.
Pues tú, Señor, desde mi juventud eres mi esperanza y mi seguridad. Aún estaba yo en el vientre de mi madre y ya me apoyaba en ti. R.
Todo el día anunciaré con mis labios que tú nos has salvado y nos has hecho justicia. ¡Esto es algo que no alcanzo a comprender! Dios mío,  tú me has enseñado desde mi juventud, y aún sigo anunciando tus grandes obras. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Jn 13, 21-33.36-38
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús se sintió profundamente conmovido, y, con toda claridad, dijo a los discípulos: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó: —Señor, ¿quién es?
Jesús le contestó: —Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es.
En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo: —Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres.
Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.
Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: —Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy.
Simón Pedro le preguntó a Jesús: —Señor, ¿a dónde vas?
—A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.
Pedro le dijo: —Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!
Jesús le respondió: —¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el pan y el vino que te presentamos, y concede a cuantos quieres hacernos partícipes del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, participar de la vida de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Por medio de este sacramento, que nos comunica tu fuerza, concédenos, Padre misericordioso, participar, desde ahora, de la vida eterna. Por Jesucristo.


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4 ABRIL – MIÉRCOLES SEMANA SANTA

Is 50, 4-9a /  Sal 68 / Mt 26,14-25 – MORADO

5. Oración Colecta
Padre misericordioso que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Is 50, 4-9a
Lectura del libro del profeta Isaías
Isaías dijo: El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente. El Señor me ha dado entendimiento, y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré la cara de los que me insultaban y escupían. El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo. A mi lado está mi defensor: ¿Alguien tiene algo en mi contra? ¡Vayamos juntos ante el juez! ¿Alguien se cree con derecho a acusarme? ¡Que venga y me lo diga! El Señor es quien me ayuda; ¿quién podrá condenarme? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 68
R. Señor, que tu bondad me proteja en la dificultad.
Por ti he soportado ofensas; mi cara se ha cubierto de vergüenza; ¡soy como un extraño y desconocido para mis propios hermanos! Me consume el celo por tu casa; en mí han recaído las ofensas de los que te insultan. R.
¡Estoy sin ánimo y sin fuerzas! Inútilmente he buscado quien me consuele y compadezca. En mi comida pusieron veneno, y cuando tuve sed me dieron a beber vinagre. R.
Alabaré con cantos el nombre de Dios; lo alabaré con gratitud, Al ver esto, se alegrarán los afligidos y se animará el corazón de los que buscan a Dios; pues el Señor escucha a los pobres y no desprecia a los suyos que están presos. R.

9. Cántico Interleccional.

10. Evangelio: Mt 26,14-25

† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes y les dijo: — ¿Cuánto me quieren dar, y yo les entrego a Jesús?
Ellos le pagaron treinta monedas de plata. Y desde entonces Judas anduvo buscando el momento más oportuno para entregarles a Jesús.
El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: — ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él les contestó: —Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está cerca, y voy a tu casa a celebrar la Pascua con mis discípulos.’
Los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la cena de Pascua.
Cuando llegó la noche, Jesús estaba a la mesa con los doce discípulos; y mientras comían, les dijo: —Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: —Señor, ¿acaso seré yo?
Jesús les contestó: —Uno que moja el pan en el mismo plato que yo, va a traicionarme. El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.
Entonces Judas, el que lo estaba traicionando, le preguntó: —Maestro, ¿acaso seré yo? —Tú lo has dicho —contestó Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos la gracia de traducir en una vida de amor y de obediencia a tu voluntad, el misterio de la pasión de tu Hijo, que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Señor, Dios nuestro, creer profundamente que por la muerte de tu Hijo, padecida en el Calvario y actualizada en cada Eucaristía, tú nos das la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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5 ABRIL – JUEVES SEMANA SANTA

Ex 12, 1-8.11-14 / Sal115 / 1Cor 11,23-26 / Jn 13,1-15 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar aquella Cena en la cual tu Hijo único, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su amor, concédenos alcanzar por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor.
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6. Primera Lectura:Ex 12, 1-8.11-14
Lectura del libro del Éxodo
El Señor habló en Egipto con Moisés y Aarón, y les dijo: Este mes será para ustedes el principal, el primer mes del año. Díganle a toda la comunidad israelita lo siguiente: El día diez de este mes, cada uno de ustedes tomará un cordero o un cabrito por familia, uno por cada casa. Y si la familia es demasiado pequeña para comerse todo el animal, entonces el dueño de la casa y su vecino más cercano lo comerán juntos, repartiéndoselo según el número de personas que haya y la cantidad que cada uno pueda comer. El animal deberá ser de un año, macho y sin defecto, y podrá ser un cordero o un cabrito. Lo guardarán hasta el catorce de este mes, y ese día todos y cada uno en Israel lo matarán al atardecer. Tomarán luego la sangre del animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa donde coman el animal. Esa noche comerán la carne asada al fuego, con hierbas amargas y pan sin levadura. No coman ni un solo pedazo crudo o hervido. Todo el animal, lo mismo la cabeza que las patas y las entrañas, tiene que ser asado al fuego, y no deben dejar nada para el día siguiente. Si algo se queda, deberán quemarlo. Ya vestidos y calzados, y con el bastón en la mano, coman de prisa el animal, porque es la Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por todo Egipto, y heriré de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a las primeras crías de sus animales, y dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor, lo he dicho.
La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo.  Éste es un día que ustedes deberán recordar y celebrar con una gran fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 115
R. El cáliz que bendecimos es comunión con la sangre de Cristo. 
¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? ¡Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre! R.
Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman. ¡Oh Señor, yo soy tu siervo! ¡Yo soy el hijo de tu sierva! Tú has roto los lazos que me ataban. R.
En gratitud, te ofreceré sacrificios, e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo. R.

8. Segunda Lectura: 1Cor 11,23-26
Lectura de la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos, yo recibí esta tradición dejada por el Señor, y que yo a mi vez les transmití: Que la misma noche que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo,  que muere en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.” Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa es la nueva alianzaconfirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.” De manera que, hasta que venga el Señor, ustedes proclaman su muerte cada vez que comen de este pan y beben de esta copa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 13,1-15
† Lectura del Evangelio según san Juan
Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la horade que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.
El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?
Jesús le contestó: —Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.
Pedro le dijo: — ¡Jamás permitiré que me laves los pies!
Respondió Jesús: —Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.
Simón Pedro le dijo: — ¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!
Pero Jesús le contestó: —El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.
Dijo: “No están limpios todos”, porque sabía quién lo iba a traicionar.
Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: — ¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Lavatorio de los Pies
Después de la predicación, el que preside comienza a hacer el lavatorio de pies de las doce personas que han sido elegidas para representar a los apóstoles. Es importante que estas personas representen a toda la Comunidad. Se les lava el pié derecho y luego el celebrante besa el pie que ha lavado y da un saludo de paz. Mientras tanto, se entonan cantos que se refieran a la caridad y al servicio.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos a Dios Padre, que en Jesucristo su Hijo nos ha amado hasta el extremo. Respondemos todos: R. Te rogamos, Señor, óyenos.
Por la Iglesia, cuerpo de Cristo: para que guarde la unidad en la caridad que quiso para ella Jesucristo, y así el mundo crea. Roguemos al Señor. R.
Por los obispos, los presbíteros y todos los que ejercen algún ministerio en la Iglesia: que su vida sea, de servicio y entrega. Roguemos al Señor. R.
Por la unión de los cristianos de Oriente y Occidente: para que encontremos la unidad en la Cena del Señor. Roguemos al Señor. R.
Por nosotros: para que, siguiendo el ejemplo de Cristo, vivamos el mandamiento de amar a todos, incluso a los que nos quieren mal. Roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios, Padre nuestro, que has amado tanto al mundo que entregaste a tu Hijo, concédenos lo que te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión
Señor, tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena instituida por tu Hijo, concédenos participar también del banquete celestial en tu  Reino. Por Jesucristo.


PERIPLOS DEL O
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6 ABRIL – VIERNES SEMANA SANTA

Is52,13-15; 53,1-12 / Sal30 / Heb 4,14-16;5,7-9 / Jn18,1-40;19,1-42 – ROJO

Hoy no se celebra la Misa, sino solamente los Oficios especiales. Por eso la Celebración sigue un orden diferente. Normalmente la celebración se hace por la tarde. Se entra en silencio y lo primero que se hace es la siguiente oración:

CRIST131.jpg5. Oración:
+ ¡Oh Dios!, tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, por medio de su pasión ha destruido la muerte, que, como consecuencia del antiguo pecado, a todos los humanos alcanza. Concédenos hacernos semejantes a él. De este modo, los que hemos llevado grabada, por exigencia de la naturaleza humana, la imagen de Adán, el humano terreno, llevaremos grabada en adelante, por la acción santificadora de tu gracia, la imagen de Jesucristo, el humano celestial. Él que vive y reina, por lo siglos de los siglos.

6. Primera Lectura:Is 52,13-15; 53,1-12
Lectura del libro del profeta Isaías
Mi siervo tendrá éxito, será levantado y puesto muy alto.
Así como muchos se asombraron de él, al ver su semblante, tan desfigurado que había perdido toda apariencia humana, así también muchas naciones se quedarán admiradas; los reyes, al verlo, no podrán decir palabra, porque verán y entenderán algo que nunca habían oído.
¿Quien va a creer lo que hemos oído?
¿A quién ha revelado el Señor su poder?
El Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca. No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta. Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores.
Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado.
Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud.
Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros.
Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan. Se lo llevaron injustamente, y no hubo quien lo defendiera; nadie se preocupó de su destino.
Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los pecados de mi pueblo.
Lo enterraron al lado de hombres malvados, lo sepultaron con gente perversa, aunque nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso oprimirlo con el sufrimiento. Y puesto que él se entregó en sacrificio por el pecado, tendrá larga vida y llegará a ver a sus descendientes; por medio de él tendrán éxito los planes del Señor.
Después de tanta aflicción verá la luz y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos.
Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 30
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Ponme a salvo, pues tú eres justo! En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡rescátame, Señor, Dios de la verdad! R.
Soy el hazmerreír de mis enemigos, objeto de burla de mis vecinos, horror de quienes me conocen. ¡Huyen de mí cuantos me ven en la calle! Me han olvidado por completo, como si ya estuviera muerto. Soy como un jarro hecho pedazos. R.
Pero yo, Señor, confío en ti; yo he dicho: “¡Tú eres mi Dios!” Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos, que me persiguen! R.
Mira con bondad a este siervo tuyo, y sálvame, por tu amor. Den ánimo y valor a sus corazones todos los que confían en el Señor. R.

8. Segunda Lectura: Heb 4,14-16;5,7-9
Lectura de la carta a los Hebreos 
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote que ha entradoen el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. Pues nuestro Sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; solo que él jamás pecó.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.
Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escuchó. Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 18,1-5.12-17.19.21.25-19,20.23a.25-30.34a.
† Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
N. En aquel tiempo, Jesús salió con sus discípulos para ir al otro lado del arroyo de Cedrón. Allí había un huerto, donde Jesús entró con sus discípulos. También Judas, el que lo estaba traicionando, conocía el lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Así que Judas llegó con una tropa de soldados y con algunos guardianes del templo enviados por los jefes de los sacerdotes y por los fariseos. Estaban armados, y llevaban lámparas y antorchas. Pero como Jesús ya sabía todo lo que le iba a pasar, salió y les preguntó:
— ¿A quién buscan?
N. Ellos le contestaron:
P. —A Jesús de Nazaret.
N. Jesús dijo:
—Yo soy.
N. Los soldados de la tropa, con su comandante y los guardianes judíos del templo, arrestaron a Jesús y lo ataron. Lo llevaron primero a la casa de Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Este Caifás era el mismo que había dicho a los judíos que era mejor para ellos que un solo hombre muriera por el pueblo.
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. El otro discípulo era conocido del sumo sacerdote, de modo que entró con Jesús en la casa; pero Pedro se quedó fuera, a la puerta. Por esto, el discípulo conocido del sumo sacerdote salió y habló con la portera, e hizo entrar a Pedro. La portera le preguntó a Pedro:
P. — ¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
N. Pedro contestó:
P. —No, no lo soy.
N. El sumo sacerdote comenzó a preguntarle a Jesús acerca de sus discípulos y de lo que él enseñaba. Jesús le dijo:
—Yo he hablado públicamente delante de todo el mundo; siempre he enseñado en las sinagogas y en el templo, donde se reúnen todos los judíos; así que no he dicho nada en secreto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que me han escuchado, y que ellos digan de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho.
N. Entre tanto, Pedro seguía allí, calentándose junto al fuego. Le preguntaron:
P. — ¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
N. Pedro lo negó, diciendo:
P. —No, no lo soy.
N. Luego le preguntó uno de los criados del sumo sacerdote, pariente del hombre a quien Pedro le había cortado la oreja:
P. — ¿No te vi con él en el huerto?
N. Pedro lo negó otra vez, y en ese mismo instante cantó el gallo. 
Llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Como ya comenzaba a amanecer, los judíos no entraron en el palacio, pues de lo contrario faltarían a las leyes sobre la pureza ritual y entonces no podrían comer la cena de Pascua. Por eso Pilato salió a hablarles. Les dijo:
P. — ¿De qué acusan a este hombre?
N. Le contestaron:
P. —Si no fuera un criminal, no te lo habríamos entregado.
N. Pilato les dijo:
P. —Llévenselo ustedes, y júzguenlo conforme a su propia ley.
N. Pero las autoridades judías contestaron:
P. —Los judíos no tenemos el derecho de dar muerte a nadie.
N. Así se cumplió lo que Jesús había dicho sobre la manera en que tendría que morir. Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó:
P. — ¿Eres tú el Rey de los judíos?
N. Jesús le dijo:
† —¿Eso lo preguntas tú por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí?
N. Le contestó Pilato:
P. — ¿Acaso yo soy judío? Los de tu nación y los jefes de los sacerdotes son los que te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
N. Jesús le contestó:
—Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
N. Le preguntó entonces Pilato:
P. — ¿Así que tú eres rey?
P. Jesús le contestó:
—Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan.
N. Pilato le dijo:
P. — ¿Y qué es la verdad?
N. Después de hacer esta pregunta, Pilato salió otra vez a hablar con los judíos, y les dijo:
P. —Yo no encuentro ningún delito en este hombre. Pero ustedes tienen la costumbre de que yo les suelte un preso durante la fiesta de la Pascua: ¿quieren que les deje libre al Rey de los judíos?
N. Todos volvieron a gritar:
P. — ¡A ese no! ¡Suelta a Barrabás!
N. Y Barrabás era un bandido.
Pilato tomó entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús y lo vistieron con una capa de color rojo oscuro. Luego se acercaron a él, diciendo:
P. — ¡Viva el Rey de los judíos!
N. Y le pegaban en la cara. Pilato volvió a salir, y les dijo:
P. —Miren, aquí lo traigo, para que se den cuenta de que no encuentro en él ningún delito.
N. Salió, pues, Jesús, con la corona de espinas en la cabeza y vestido con aquella capa de color rojo oscuro. Pilato dijo:
P. — ¡Ahí tienen a este hombre!
N. Cuando lo vieron los jefes de los sacerdotes y los guardianes del templo, comenzaron a gritar:
P. — ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
N. Pilato les dijo:
P. —Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes, porque yo no encuentro ningún delito en él.
N. Las autoridades judías le contestaron:
P. —Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se ha hecho pasar por Hijo de Dios.
N. Al oír esto, Pilato tuvo más miedo todavía. Entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús:
P. — ¿De dónde eres tú?
N. Pero Jesús no le contestó nada. Pilato le dijo:
P. — ¿Es que no me vas a contestar? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, lo mismo que para ponerte en libertad?
N. Entonces Jesús le contestó:
—No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si Dios no te lo hubiera permitido; por eso, el que me entregó a ti es más culpable de pecado que tú
N. Desde aquel momento, Pilato buscaba la manera de dejar libre a Jesús; pero los judíos le gritaron:
P. —¡Si lo dejas libre, no eres amigo del emperador! ¡Cualquiera que se hace rey, es enemigo del emperador!
N. Pilato, al oír esto, sacó a Jesús, y luego se sentó en el tribunal, en el lugar que en hebreo se llamaba Gabatá, que quiere decir El Empedrado. Era el día antes de la Pascua, como al mediodía. Pilato dijo a los judíos:
P. — ¡Ahí tienen a su rey!
N. Pero ellos gritaron:
P. — ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!
N. Pilato les preguntó:
P. — ¿Acaso voy a crucificar a su rey?
N. Y los jefes de los sacerdotes le contestaron:
P. — ¡Nosotros no tenemos más rey que el emperador!
N. Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron. Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado “Lugar de la Calavera” (que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, quedando Jesús en el medio. Pilato escribió un letrero que decía: “Jesús de Nazaret, Rey de los judíos”, y lo mandó poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron aquel letrero, porque el lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, latín y griego. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
—Mujer, ahí tienes a tu hijo.
N. Luego le dijo al discípulo:
—Ahí tienes a tu madre.
N. Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, como Jesús sabía que ya todo se había cumplido, y para que se cumpliera la Escritura, dijo:
—Tengo sed.
Había allí un jarro lleno de vino agrio. Empaparon una esponja en el vino, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús bebió el vino agrio, y dijo:
—Todo está cumplido.
N. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. Hasta aquí la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según san Juan.

13. Oración de los Fieles: Se hace la siguiente oración universal:
Por la Santa Iglesia: Oremos, hermanos y hermanas, por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la proteja en todo el mundo y nos conceda una vida serena para alabar a Dios Padre todopoderoso.
+ Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu amor para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

– Por el Obispo de Roma: Oremos por el Sucesor de Pedro, para que Dios nuestro Señor, que lo eligió para presidir en la caridad, lo asista y proteja para que se convierta en signo de unidad entre los cristianos.
+ Dios todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las cosas: atiende nuestras súplicas y protege con tu amor al obispo de Roma, para que, según tu voluntad, se pueda convertir en signo y vínculo de unidad entre todos los cristianos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por el pueblo de Dios y sus ministros: Oremos también por los obispos, presbíteros, diáconos, y por todos los miembros del pueblo Santo de Dios.
+ Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia; escucha nuestras súplicas y concédenos tu gracia para que todos, según nuestra vocación, podamos servirte con fidelidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los catecúmenos: Oremos también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor les ilumine interiormente y les comunique su amor; y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, nuestro Señor.
+ Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia; aumenta en los catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el bautismo a la vida nueva de tus hijos de adopción. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por la unidad de los cristianos: Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo rebaño.
+ Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad; mira con amor a todos los cristianos, a fin de que cuantos están consagrados por un solo bautismo formen una sola familia unida por el amor y la integridad de la fe. Por Jesucristo nuestro Señor.Amén.

Por los judíos: Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a su alianza.
+ Dios todopoderoso y eterno, que prometiste llenar de bendiciones a Abrahán y su descendencia; escucha las súplicas de tu Iglesia y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de la redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que no creen en Cristo: Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo,  puedan encontrar el camino de la salvación.
+ Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente agradarte para que encuentren la verdad; y a nosotros, tus fieles, concédenos progresar en el amor fraterno y en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que no creen en Dios: Oremos también por los que no admiten a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan alcanzar el premio de llegar a él.
+ Dios todopoderoso y eterno, que creaste a los seres humanos para que te busquen, y, sólo al encontrarte hallen descanso; concédenos que, en medio de las adversidades de este mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y estimulados por el testimonio de nuestra vida tengan por fin la alegría de reconocerte como único Dios y Padre de todos los humanos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los gobernantes: Oremos también por los gobernantes de todas las naciones, para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el bien común en un ambiente de paz y libertad.
+ Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos está mover el corazón de los humanos y defender los derechos de los pueblos; asiste a los que gobiernan para que, con tu ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social  y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por los que se encuentran en alguna tribulación: Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso por todos los que en el mundo sufren las consecuencias del pecado, para que cure a los enfermos, dé alimento a los que padecen hambre, libere de la injusticia a los perseguidos, redima a los encarcelados, conceda volver a casa a los emigrantes y desterrados, proteja a los que viajan y dé la salvación a los moribundos.
+ Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los que lloran y fuerza de los que sufren; lleguen hasta ti las súplicas de quienes te invocan en su tribulación, para que sientan en sus adversidades la ayuda de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

VENERACIÓN DE LA CRUZ
Si se considera oportuno, después de la oración universal, se puede pasar a venerar la cruz. Si no se considera oportuno, se pasa directamente a la distribución de la comunión. Si se hace la veneración, se procede así: Semuestratresveceslacruzycuando se muestra se canta o se dice la siguiente frase:

+ «Miren el árbol de la cruz, del cual estuvo colgada la salvación del mundo».

Todos responden:
R. «Vengan a venerarlo».

Después todos los participantes pasan a besar la cruz, en señal de veneración.

Luego se sigue con la guía a partir del Padre nuestro. (Seguir a partir del número 17 del Esquema de Celebración)

21. Oración después de la Comunión 
+ Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo, por medio de nuestra participación en este sacramento prosigue en nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


PERIPLOS DEL OBISPO
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7 ABRIL – SÁBADO –  VIGILIA PASCUAL

Ex 14,15-31;15,1 / Ez 36,16-28 / Rm 6,3-11 / Sal 117 / Mc 16,1-7 – BLANCO

ciripasLa celebración de la Vigilia Pascual, es la más importante de todas las celebraciones cristianas, porque conmemora la resurrección de Jesucristo. Consta de varias partes:
- La bendición del fuego nuevo, encendida del cirio y proclamación de la Resurrección de Cristo.
- Las lecturas del Antiguo Testamento, recordando la Pascua.
- Las lecturas del Nuevo Testamento.
- La bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales.
- La distribución de la Comunión, siguiendo el esquema a partir del No. 13.

La bendición del fuego nuevo, encendida del cirio y proclamación de la Resurrección de Cristo.

Se apagan las luces de la iglesia. En un lugar adecuado fuera del templo, se enciende el fuego.
Se hace el siguiente saludo.
– Hermanos: en esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Si conmemoramos así la Pascua del Señor, escuchando su palabra y participando en sus sacramentos, podremos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con él siempre en Dios.
+ Oremos: Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has comunicado el fuego de tu luz: bendice este fuego, y concédenos que la celebración de estas fiestas pascuales encienda en nosotros el deseo del cielo, para que podamos llegar con el espíritu renovado a la fiesta de la eterna luz.

Bendecido el nuevo fuego, un servidor lleva el cirio pascual ante el que preside, y con un punzón graba la cruz en el mismo cirio. Después hace sobre él la letra griega alfa, y debajo la letra omega, y entre los brazos de la cruz los números que expresan el año en curso, mientras dice:

Cristo ayer y hoy. (Traza la línea vertical.)
Principio y fin. (Traza la línea horizontal.)
Alfa. (Traza la letra alfa arriba de la línea vertical.)
Y omega. (Traza la letra omega debajo de la línea vertical.)
Suyo es el tiempo. (Trazaelnúmero “2” en el ángulo superior izquierdo de la cruz.)
Y la eternidad. (Traza el número “0” el ángulo superior derecho.)
A él la gloria y el poder. (Traza número “0” en el ángulo inferior izquierdo.)
Por los siglos de los siglos. Amén. (Traza el “9” en el ángulo inferior derecho.)

Seguidamente, del fuego nuevo se enciende el cirio pascual, diciendo:
La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu.
Después se entra en procesión al Templo, el cirio lo lleva el que preside. Dice o canta al inicio de la procesión, a la entrada al Templo y al llegar al altar la frase:
LUZ DE CRISTO.
Y todos responden: DEMOS GRACIAS A DIOS.

En la entrada del templo todos encienden las velas que llevan, del cirio que se ha bendecido y al llegar al altar, se prenden las luces del templo. Después, desde el ambón, el que preside u otro ministro elegido, hace la proclamación de la Resurrección, recitando o cantando el Pregón Pascual:

En verdad es justo y necesario, aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del corazón a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán y, derramando su sangre, canceló la condena del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Esta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Esta es la noche en que el fuego esclareció en las tinieblas del pecado.
Esta es la noche en la que, los que creen en Cristo por toda la tierra, son arrancados de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, son restituidos a la gracia y son agregados a los santos.
Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De que nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal redentor!
¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento que Cristo resucitó de entre los muertos.
Esta es la noche de la que estaba escrito: «Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mi gozo». Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos. Amén.

LECTURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO, RECORDANDO LA PASCUA.

Primera Lectura:Ex 14,15-31; 15,1
Lectura del libro del Éxodo
En aquel tiempo, el Señor le dijo a Moisés:
— ¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! Y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los israelitas lo crucen en seco. Yo voy a hacer que los egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el faraón y en todo su ejército, y en sus carros y caballería. Cuando haya mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.
En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos. Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.
Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca, y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: —Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros.
Pero el Señor le dijo a Moisés: —Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería.
Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él. Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda. En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.
Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor: “Cantaré en honor del Señor, que tuvo un triunfo maravilloso al hundir en el mar caballos y jinetes.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial: Éxodo 15
R. Cantemos al Señor por su victoria.
“Cantaré en honor del Señor, que tuvo un triunfo maravilloso al hundir en el mar caballos y jinetes. Mi canto es al Señor, quien es mi fuerza y salvación. Él es mi Dios, y he de alabarlo; es el Dios de mi padre, y he de enaltecerlo. R.
El Señor es un gran guerrero. El Señor, ¡ese es su nombre! El Señor hundió en el mar los carros y el ejército del faraón; ¡sus mejores oficiales se ahogaron en el Mar Rojo! R.
Cayeron hasta el fondo, como piedras, y el mar profundo los cubrió. Oh, Señor, fue tu mano derecha, fuerte y poderosa, la que destrozó al enemigo. R.
Oh, Señor, llévanos a vivir a tu santo monte, al lugar que escogiste para vivir, al santuario que afirmaste con tus manos. ¡El Señor reina por toda la eternidad!” R.

+ Oremos: Tus antiguos prodigios se renuevan, Señor, también en nuestros tiempos, pues lo que tu poder hizo con las aguas para librar un solo pueblo de la esclavitud del faraón, lo repites ahora por medio del agua del bautismo, para salvar a todas las naciones. Concede a los humanos del mundo entero contarse entre los hijos de Abrahán y participar de la dignidad del pueblo elegido. Por Jesucristo.

Segunda Lectura: Ez 36,16-28
Lectura del libro del profeta Ezequiel
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: “Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo sucio y repugnante. Entonces descargué mi ira sobre ellos por los asesinatos que cometieron en el país y por la manera en que lo profanaron adorando a los ídolos, y en castigo de sus malas acciones los dispersé entre los demás países y naciones. Pero en todos los pueblos a donde ellos llegaban, ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: ‘Estos son el pueblo del Señor, pero tuvieron que salir de su país.’ Entonces me dolió ver que, por culpa de Israel, mi santo nombre era profanado en cada nación adonde ellos llegaban.
“Por eso, dile al pueblo de Israel: ‘Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa de ustedes, israelitas, sino por mi santo nombre, que ustedes han ofendido entre las naciones a donde han ido. Yo voy a mostrar ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que ustedes han ofendido entre ellas; cuando yo lo haga, ellas reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. Yo los sacaré a ustedes de todas esas naciones y países; los reuniré y los haré volver a su tierra. Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil. Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos; vivirán en el país que di a sus padres, y serán mi pueblo y yo seré su Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial: De los salmos 41 y 42
R. Como ciervo sediento en busca de un río, así te busco, Dios mío.
Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo volveré a presentarme ante Dios? R.
Recuerdo cuando yo iba con la gente, conduciéndola al templo de Dios entre gritos de alegría y gratitud. ¡Qué gran fiesta entonces! R.
Envía tu luz y tu verdad, para que ellas me enseñen el camino que lleva a tu santo monte, al lugar donde tú vives. R.
Llegaré entonces a tu altar, oh Dios, y allí te alabaré al son del arpa, pues tú, mi Dios, llenas mi vida de alegría. R.

+ Oremos: Señor, Dios todopoderoso, poder inmutable y luz sin ocaso, prosigue bondadoso a través de tu Iglesia, sacramento de salvación, la obra que tu amor dispuso desde la eternidad; que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que se renueva lo que había envejecido y que todo se integra en Aquél que es el principio de todo, Jesucristo, nuestro Señor. Él que vive y reina, por lo siglos.

LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO.
4. Canto del “Gloria a Dios en el cielo”
5. Oración Colecta
+ Oremos: Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor resucitado, aviva en tu Iglesia el espíritu filial para que, renovados en toda nuestra vida, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor.

8. Epístola: Rm 6,3-11
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Hermanos: ¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.
Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siemprerespecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios. Así también, ustedes considérense muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya, aleluya, aleluya.Del Sal 117
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” R. «Aleluya, aleluya, aleluya».
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. R.

10. Evangelio:Mc 16,1-7
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Pasado el sábado, María Magdalena, María la madre de Santiago, y Salomé, compraron perfumes para perfumar el cuerpo de Jesús. Y el primer día de la semana  fueron al sepulcro muy temprano, apenas salido el sol, diciéndose unas a otras: — ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?
Pero, al mirar, vieron que la piedra ya no estaba en su lugar. Esta piedra era muy grande. Cuando entraron en el sepulcro vieron, sentado al lado derecho, a un joven vestido con una larga ropa blanca.  Las mujeres se asustaron, pero él les dijo: —No se asusten. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. Ha resucitado; no está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Vayan y digan a sus discípulos, y a Pedro: ‘Él va a Galilea para reunirlos de nuevo; allí lo verán, tal como les dijo.’ Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se hace una reflexión o predicación a partir de las lecturas de la Sagrada Escritura y de la solemnidad que se celebra.

BENDICIÓN DEL AGUA Y RENOVACIÓN DE PROMESAS BAUTISMALES

Quien preside junto a toda la asamblea, ora para que el agua sea bendecida:
+ Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que bendiga esta agua, que va a ser derramada sobre nosotros en memoria de nuestro bautismo; y pidámosle que nos renueve interiormente para que permanezcamos fieles al espíritu, que hemos recibido.

Todos extienden la mano y oran:
Señor Dios nuestro, escucha las oraciones de tu pueblo que vela en esta noche santa, en que celebramos nuestra creación y la maravilla aún más grande de nuestra redención; dígnate bendecir esta agua.
La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos con el frescor y la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de la esclavitud y al apagar con ella su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como signo de la nueva alianza que quisiste sellar con los humanos. Y cuando Cristo descendió a ella en el Jordán, renovaste nuestra naturaleza pecadora con el baño del nuevo renacimiento. Que esta agua, Señor, avive en nosotros el recuerdo de nuestro bautismo, y nos haga participar en el gozo de nuestros hermanos bautizados en la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Después se hace la Renovación de las promesas bautismales. Quien preside hace las preguntas y todo el pueblo responde:

+ ¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
R. Sí, renuncio.
+ ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que el pecado no los esclavice? R. Sí, renuncio.
+ ¿Renuncian a Satanás, padre y príncipe del pecado? R. Sí, renuncio.
+ ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
R. Sí, creo.
+ ¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de Santa María Virgen, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? R. Sí, creo.
+ ¿Creen en el Espíritu Santo, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria; y en la santa Iglesia que es una, santa, católica y apóstólica; en la comunión de lo santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? R. Sí, creo.
+ Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia, unidos a Jesucristo, nuestro Señor, para la vida eterna.

Seguidamente se rocía con el agua bendecida a toda la Asamblea.

Se sigue el esquema a partir del No. 13.

13. Oración de los Fieles
+ Hermanos: Oremos a Cristo, el Ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas. Todos respondemos: Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que los obispos y todos los ministros, vivan plenamente conformes a Jesús y sean siempre fieles a la misión que han recibido. R.
Para que el Señor conceda la conversión a los que por el pecado se han alejado de la Iglesia, roguemos al Señor. R.
Para que los enfermos, que al ser ungidos con el óleo santo, experimenten la protección del Señor y alivio en sus dolores, roguemos al Señor. R.
Para que el Señor, que, con su sangre nos purifica y con su cuerpo nos alimenta, ilumine también nuestras mentes para que comprendamos y amemos los misterios que hoy celebramos, roguemos al Señor. R.
+ Señor Jesucristo, ya que nos invitas a participar al altar, haz que seamos también invitados al banquete de la Pascua eterna.Tú, que vives y reinas por los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo, que estamos celebrando, nos obtenga la fuerza para participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Infúndenos, Señor, tu espíritu de caridad para que vivamos siempre unidos en tu amor los que hemos participado en este sacramento de la muerte y resurrección de Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.


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8 ABRIL – DOMINGO DE PASCUA

Hch 10, 34a.37-43 / Sal 117 / Col 3, 1-4 / Jn 20, 1-9 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has abierto las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos hoy la Pascua de Resurrección, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo.

pascua26. Primera Lectura:Hch 10, 34a.37-43
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro comenzó a hablar, y dijo: —Ahora entiendo que de veras Dios no hace diferencia entre una persona y otra. Ustedes bien saben lo que pasó en toda la tierra de los judíos, comenzando en Galilea, después que Juan proclamó que era necesario bautizarse. Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con él, y nosotros somos testigos de todo lo que hizo Jesús en la región de Judea y en Jerusalén. Después lo mataron, colgándolo en una cruz. Pero Dios lo resucitó al tercer día, e hizo que se nos apareciera a nosotros. No se apareció a todo el pueblo, sino a nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como testigos. Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó. Y él nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como Juez de los vivos y de los muertos. Todos los profetas habían hablado ya de Jesús, y habían dicho que quienes creen en él reciben por medio de él el perdón de los pecados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. Este es el día del triunfo del Señor, sea nuestra alegría y gozo.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” R.
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. R.

8. Segunda Lectura: Col 3, 1-4
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 
Hermanos: Ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 20, 1-9
† Lectura del Evangelio según san Juan 
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. Entonces se fue corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:
—¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Los dos iban corriendo juntos; pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó a mirar, y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas; y además vio que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado, y creyó. Pues todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Llenos de gozo por la resurrección del Señor y renovados en nuestro espíritu, supliquemos al Señor, diciendo. R. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su resurrección ha vencido la muerte y ha destruido el pecado: pidámosle que los cristianos sean fieles a las promesas del bautismo. R.
A Cristo que, ha hecho renacer a los nuevos hijos de la Iglesia, por el agua y el Espíritu Santo: pidámosle que reafirme en ellos sus dones pascuales. R.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha abierto las puertas de su reino y ha otorgado la vida nueva: pidámosle por los que sufren. R.
A Cristo que, anunció la alegría a las mujeres y a los apóstoles: pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo, roguemos al Señor. R.
+ Señor Jesucristo, enaltecido por el Padre y adorado por tu Iglesia; compadécete de tu pueblo y escucha nuestras súplicas.Tú, que vives y reinas por los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Regocijados con la alegría de la Pascua, te ofrecemos, Señor, esta Eucaristía, mediante la cual tu Iglesia se renueva y alimenta de un modo admirable. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Señor, protege siempre a tu Iglesia con amor paterno, para que, renovada ya por los sacramentos de Pascua, participe de la gloria de la resurrección. Por Jesucristo.


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9 ABRIL – LUNES PRIMERA SEMANA DE PASCUA

Hch 2, 14.22-32 / Sal 15 / Mt 28, 8-15 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que por medio del bautismo das nuevos hijos a tu Iglesia y la haces crecer continuamente, concédenos vivir siempre de acuerdo con la fe que recibimos en el bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 2, 14.22-32
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El día de Pentecostés, Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: “Escuchen, israelitas, lo que voy a decir: Como ustedes saben muy bien, Dios demostró ante ustedes la autoridad de Jesús de Nazaret, haciendo por medio de él grandes maravillas, milagros y señales. Y a ese hombre, que conforme a los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado. El rey David, refiriéndose a Jesús, dijo: ‘Yo veía siempre al Señor delante de mí; con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso se alegra mi corazón, y mi lengua canta llena de gozo. Todo mi ser vivirá confiadamente, porque no me dejarás en el sepulcro ni permitirás que se descomponga el cuerpo de tu santo siervo. Me mostraste el camino de la vida, y me llenarás de alegría con tu presencia.’
“Hermanos, permítanme decirles con franqueza que el patriarca David murió y fue enterrado, y que su sepulcro está todavía entre nosotros. Pero David era profeta, y sabía que Dios le había prometido con juramento que pondría por rey a uno de sus descendientes. Así que, viendo anticipadamente la resurrección del Mesías, David habló de ella y dijo que el Mesías no se quedaría en el sepulcro ni su cuerpo se descompondría. Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos. Palabra de Dios. Tealabamos,Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 15
R. ¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección!
¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección! Yo te he dicho: “Tú eres mi Señor, mi bien. Tú, Señor, eres mi todo; tú me colmas de bendiciones; mi vida está en tus manos. R.
Bendeciré al Señor, porque él me guía, y en lo íntimo de mi ser me corrige por las noches. Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. R.
Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría. Todo mi ser vivirá confiadamente, pues no me dejarás en el sepulcro, ¡no abandonarás en la fosa a tu amigo fiel! R.
Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 28, 8-15
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Las mujeres se fueron rápidamente del sepulcro, con miedo y mucha alegría a la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En eso, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas se acercaron a Jesús y lo adoraron, abrazándole los pies, y él les dijo:—No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allá me verán.
Mientras iban las mujeres, algunos soldados de la guardia llegaron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. Estos jefes fueron a hablar con los ancianos, para ponerse de acuerdo con ellos. Y dieron mucho dinero a los soldados, a quienes advirtieron:—Ustedes digan que durante la noche, mientras ustedes dormían, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo. Y si el gobernador se entera de esto, nosotros lo convenceremos, y a ustedes les evitaremos dificultades.
Los soldados recibieron el dinero e hicieron lo que se les había dicho. Y esta es la explicación que hasta el día de hoy circula entre los judíos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, con bondad, nuestras ofrendas, y tú, que nos llamaste a la fe y nos has hecho renacer por el bautismo, danos la felicidad eterna. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Que la gracia de este sacramento, memorial de la Pascua de tu Hijo, fructifique, Señor, en nuestros corazones para que podamos corresponder a los dones de tu amor, que nos han hecho partícipes de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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10 ABRIL – MARTES PRIMERA SEMANA DE PASCUA

Hch 2,36-41 / Sal 32 / Jn 20,11-18 – BLANCO

5. Oración Colecta
Señor, tú que nos has librado del pecado por medio de la muerte y resurrección de tu Hijo, prosigue en nosotros la obra liberadora de tu gracia y concédenos el gozo de celebrar la Pascua eterna, que ya desde ahora nos llena de esperanza y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 2,36-41
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El día de Pentecostés, Pedro dijo a los judíos: “Sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este mismo Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.”
Cuando los allí reunidos oyeron esto, se afligieron profundamente, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer?
Pedro les contestó: —Vuélvanse a Dios y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así él les dará el Espíritu Santo. Porque esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y también para todos los que están lejos; es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.
Con estas y otras palabras, Pedro les habló y les aconsejó, diciéndoles: — ¡Apártense de esta gente perversa!
Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 32
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
La palabra del Señor es verdadera; sus obras demuestran su fidelidad. El Señor ama lo justo y lo recto; ¡su amor llena toda la tierra! R.
Pero el Señor cuida siempre de quienes lo honran y confían en su amor, para salvarlos de la muerte y darles vida en épocas de hambre. R.
Nosotros confiamos en el Señor; ¡él nos ayuda y nos protege! ¡Que tu amor, Señor, nos acompañe, tal como esperamos de ti! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 20,11-18
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, María se quedó afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro, y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies. Los ángeles le preguntaron: —Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo: —Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.
Apenas dijo esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era él. Jesús le preguntó: —Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo: —Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo.
Jesús entonces le dijo: — ¡María!
Ella se volvió y le dijo en hebreo: — ¡Rabuni! (que quiere decir: “Maestro”).
Jesús le dijo: —No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos  que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes.
Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos, y concédenos tu protección para conservar tu gracia y participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Tú que nos has concedido la gracia inmerecida del bautismo, purifica, Señor, y fortalece nuestros corazones, para que participemos de la felicidad eterna. Por Jesucristo.


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11 ABRIL – MIÉRCOLES PRIMERA SEMANA DE PASCUA

Hch 3,1-10 / Sal 104 / Lc 24,13-35 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que en la liturgia pascual nos concedes cada año la alegría de revivir la resurrección del Señor, haz que por la presencia del Espíritu Santo en nosotros, experimentemos su fuerza transformadora. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 3,1-10
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro y Juan fueron al templo para la oración de las tres de la tarde. Allí, en el templo, estaba un hombre paralítico de nacimiento, al cual llevaban todos los días y lo ponían junto a la puerta llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban. Cuando el paralítico vio a Pedro y a Juan, que estaban a punto de entrar en el templo, les pidió una limosna. Ellos lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: —Míranos.
El hombre puso atención, creyendo que le iban a dar algo. Pero Pedro le dijo: —No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Dicho esto, Pedro lo tomó por la mano derecha y lo levantó, y en el acto cobraron fuerzas sus pies y sus tobillos. El paralítico se puso en pie de un salto y comenzó a andar; luego entró con ellos en el templo, por su propio pie, brincando y alabando a Dios. Todos los que lo vieron andar y alabar a Dios, se llenaron de asombro y de temor por lo que le había pasado, ya que conocían al hombre y sabían que era el mismo que se sentaba a pedir limosna en el templo, en la puerta llamada la Hermosa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 104
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
¡Den gracias al Señor! ¡Proclamen su nombre! Cuenten a los pueblos sus acciones. Canten himnos en su honor. ¡Hablen de sus grandes hechos! R.
Siéntanse orgullosos de su santo nombre. ¡Siéntase alegre el corazón de los que buscan al Señor! Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo. R.
ustedes, descendientes de su siervo Abraham; ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos. Él es el Señor, nuestro Dios; ¡él gobierna toda la tierra! R.
Ni aunque pasen mil generaciones se olvidará de las promesas de su alianza, de la alianza que hizo con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 24,13-35
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban hablando de todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quién era. Jesús les preguntó: — ¿De qué van hablando ustedes por el camino?
Se detuvieron tristes, y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, contestó:
— ¿Eres tú el único que ha estado alojado en Jerusalén y que no sabe lo que ha pasado allí en estos días?
Él les preguntó: — ¿Qué ha pasado?
Le dijeron: —Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso. Aunque algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro, y como no encontraron el cuerpo, volvieron a casa. Y cuentan que unos ángeles se les han aparecido y les han dicho que Jesús vive. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como las mujeres habían dicho, pero a Jesús no lo vieron.
Entonces Jesús les dijo:—¡Qué faltos de comprensión son ustedes y qué lentos para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado? Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.
Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba a seguir adelante. Pero ellos lo obligaron a quedarse, diciendo:—Quédate con nosotros, porque ya es tarde. Se está haciendo de noche.
Jesús entró, pues, para quedarse con ellos. Cuando ya estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció. Y se dijeron el uno al otro: — ¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?
Sin esperar más, se pusieron en camino y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a sus compañeros, que les dijeron:—De veras ha resucitado el Señor, y se le ha aparecido a Simón.
Entonces ellos dos les contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan. Palabra del Señor. Gloria a ti,Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio con el que has redimido a la humanidad, y concédenos, por medio de él, la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Te rogamos, Señor, que, purificados ya de nuestras pasadas culpas, la participación en este sacramento de tu Hijo nos transforme en criaturas nuevas. Por Jesucristo.


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12 ABRIL – JUEVES PRIMERA SEMANA DE PASCUA

Hch 3, 11-26 / Sal 8 / Lc 24,35-48 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que has reunido pueblos de toda la tierra para alabar tu nombre, concede
a todos tus hijos, nacidos a una vida nueva por medio del bautismo, tener una misma fe y manifestarla en la vida con un mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 3, 11-26
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, el paralítico que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan. Toda la gente, admirada, corrió a la parte del templo que se llama Pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver esto, les dijo: “¿Por qué se asombran ustedes, israelitas? ¿Por qué nos miran como si nosotros mismos hubiéramos sanado a este hombre y lo hubiéramos hecho andar por medio de algún poder nuestro o por nuestra piedad? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado el más alto honor a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a las autoridades y a quien ustedes rechazaron, después que Pilato había decidido soltarlo. En vez de pedir la libertad de aquel que era santo y justo, ustedes pidieron que se soltara a un criminal. Y así mataron ustedes al que nos lleva a la vida. Pero Dios lo resucitó, y de esto nosotros somos testigos. Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que ustedes ven y conocen, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que lo ha hecho sanar completamente, como todos ustedes pueden ver.
“Ya sé, hermanos, que cuando ustedes y sus jefes mataron a Jesús, lo hicieron sin saber en realidad lo que estaban haciendo. Pero Dios cumplió de este modo lo que antes había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Mesías tenía que morir. Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que él les borre sus pecados y el Señor les mande tiempos de alivio, enviándoles a Jesús, a quien desde el principio había escogido como Mesías para ustedes. Aunque por ahora Jesucristo debe permanecer en el cielo hasta que Dios ponga en orden todas las cosas, como dijo por medio de sus santos profetas que vivieron en los tiempos antiguos. Moisés anunció a nuestros antepasados: ‘El Señor su Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga, porque todo aquel que no haga caso a ese profeta, será eliminado del pueblo.’
“Y todos los profetas, desde Samuel en adelante, hablaron también de estos días. Ustedes son herederos de las promesas que Dios hizo por medio de los profetas, y son también herederos de la alianza hecha por Dios con los antepasados de ustedes. Pues Dios le dijo a Abraham: ‘Todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.’ Cuando Dios resucitó a su Hijo, lo envió primero a ustedes, para bendecirlos, haciendo que cada uno de ustedes se convierta de su maldad.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 8
R. Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!
Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!, Pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él? R.
Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, le diste autoridad sobre tus obras. R.
Lo pusiste por encima de todo: sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 24,35-48
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, los discípulos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan.
Estaban todavía hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: —Paz a ustedes.
Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús les dijo: — ¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tóquenme y vean: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que tengo yo.
Al decirles esto, les enseñó las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó: — ¿Tienen aquí algo que comer?
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo aceptó y lo comió en su presencia. Luego les dijo: —Lo que me ha pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.
Entonces hizo que entendieran las Escrituras, y les dijo: —Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, con bondad, el sacrificio que vamos a ofrecerte, para darte gracias por los nuevos bautizados y pedirte para ellos tu constante ayuda. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo.


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13 ABRIL – VIERNES PRIMERA SEMANA DE PASCUA

Hch 4, 1-12 / Sal 117 / Jn 21,1-14 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, que en el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo ofreces a la humanidad el pacto de la reconciliación y de la paz, concédenos realizar en nuestra vida este misterio que proclamamos con la fe. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Hch 4, 1-12
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquel tiempo, mientras Pedro y Juan estaban hablándole a la gente, cuando
llegaron los sacerdotes, con el jefe de la guardia del templo y con los saduceos. Estaban enojados porque Pedro y Juan enseñaban a la gente y decían que la resurrección de los muertos había quedado demostrada en el caso de Jesús. Los arrestaron y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero muchos de los que habían escuchado el mensaje, creyeron; y el número de creyentes, contando solamente los hombres, llegó a cerca de cinco mil.
Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los maestros de la ley. Allí estaban también el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y todos los que pertenecían a la familia de los sumos sacerdotes. Ordenaron que les llevaran a Pedro y a Juan, y poniéndolos en medio de ellos les preguntaron: — ¿Con qué autoridad, o en nombre de quién han hecho ustedes estas cosas?
Pedro, lleno del Espíritu Santo, les contestó: —Jefes del pueblo y ancianos: ustedes nos preguntan acerca del bien hecho a un enfermo, para saber de qué manera ha sido sanado. Pues bien, declaramos ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre que está aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret, el mismo a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó. Este Jesús es la piedra que ustedes los constructores despreciaron, pero que se ha convertido en la piedra principal. En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos salvarnos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. La piedra que despreciaron se ha convertido en la piedra principal.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” Que digan los que honran al Señor: “El amor del Señor es eterno.” R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. Este es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices! R.
Por favor, Señor, ¡sálvanos! Por favor, Señor, ¡haz que nos vaya bien! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Bendecimos a ustedes desde el templo del Señor. El Señor es Dios; ¡él nos alumbra! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 21,1-14
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a sus discípulos, a orillas del Lago de Tiberias. Sucedió de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, al que llamaban el Gemelo, Natanael, que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos de Jesús. Simón Pedro les dijo: —Voy a pescar.
Ellos contestaron: —Nosotros también vamos contigo.
Fueron, pues, y subieron a una barca; pero aquella noche no pescaron nada. Cuando comenzaba a amanecer, Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no sabían que era él. Jesús les preguntó: —Muchachos, ¿no tienen pescado? Ellos le contestaron: —No.
Jesús les dijo: —Echen la red a la derecha de la barca, y pescarán.
Así lo hicieron, y después no podían sacar la red por los muchos pescados que tenía. Entonces el discípulo a quien Jesús quería mucho, le dijo a Pedro: — ¡Es el Señor! Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua. Los otros discípulos llegaron a la playa con la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban a cien metros escasos de la orilla. Al bajar a tierra, encontraron un fuego encendido, con un pescado encima, y pan.
Jesús les dijo: —Traigan algunos pescados de los que acaban de sacar.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la playa la red llena de grandes pescados, ciento cincuenta y tres; y aunque eran tantos, la red no se rompió.
Jesús les dijo: —Vengan a desayunarse.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor. Luego Jesús se acercó, tomó en sus manos el pan y se lo dio a ellos; y lo mismo hizo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos, para que nos los conviertas en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo resucitado, y transfórmanos a nosotros, para que, de las alegrías y trabajos de la tierra, podamos elevarnos a la comunión contigo. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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14 ABRIL – SÁBADO PRIMERA SEMANA DE PASCUA

Hch 4,13-21 / Sal 117 / Mc 16,9-15 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que en tu bondad sin límites aumentas cada día el número de los que creen en ti, mira con amor a tus elegidos, que han nacido a una nueva vida por medio del bautismo y concédeles participar de la resurrección gloriosa. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Hch 4,13-21
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, las autoridades vieron la valentía con que hablaban Pedro y Juan, y se dieron cuenta de que eran hombres sin estudios ni cultura, se quedaron sorprendidos, y reconocieron que eran discípulos de Jesús. Además, el que había sido sanado estaba allí con ellos, y por eso no podían decir nada en contra. Entonces los mandaron salir de la reunión, y se quedaron discutiendo unos con otros. Decían: — ¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Todos los habitantes de Jerusalén saben que han hecho esta señal milagrosa, y no lo podemos negar. Pero a fin de que este asunto no siga corriendo de boca en boca, vamos a amenazarlos, para que de aquí en adelante no hablen del nombre de Jesús a nadie.
Así que los llamaron y les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nada acerca del nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les contestaron: —Juzguen ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en lugar de obedecerlo a él. Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
Las autoridades los amenazaron, pero los dejaron libres. No encontraron cómo castigarlos, porque toda la gente alababa a Dios por lo que había pasado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Yo canto al Señor, que me da fuerzas. ¡Él es mi Salvador! En las casas de los hombres fieles hay alegres cantos victoriosos: “¡El poder del Señor alcanzó la victoria! R.
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! El Señor me ha castigado con dureza, pero no me ha dejado morir. R.
¡Abran las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias al Señor! Esta es la puerta del Señor, y por ella entrarán los que le son fieles. Te doy gracias, Señor, porque me has respondido y porque eres mi salvador. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mc 16,9-15
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Después que Jesús hubo resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. Ella fue y avisó a los que habían andado con Jesús, que estaban tristes y llorando. Estos, al oír que Jesús vivía y que ella lo había visto, no lo creyeron. Después de esto, Jesús se apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando hacia el campo. Estos fueron y avisaron a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron.
Más tarde, Jesús se apareció a los once discípulos, mientras ellos estaban sentados a la mesa. Los reprendió por su falta de fe y su terquedad, ya que no creyeron a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia.” Palabra del Señor. Gloria a ti,Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos dé participación en la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y haz que, por tu Espíritu, participen en el gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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15 ABRIL – DOMINGO SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Hch 4,32-35 / Sal 117 / 1 Jn 5,1-6 / Jn 20, 19-31 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios de eterna misericordia, que reavivas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros tu gracia, para que comprendamos a fondo la inestimable riqueza del bautismo que nos ha purificado, del Espíritu que nos ha dado una vida nueva y de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo.

2_pasc_b.jpg6. Primera Lectura: Hch 4,32-35
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Todos los creyentes, que eran muchos, pensaban y sentían de la misma manera. Ninguno decía que sus cosas fueran solamente suyas, sino que eran de todos. Los apóstoles seguían dando un poderoso testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y Dios los bendecía mucho a todos. No había entre ellos ningún necesitado, porque quienes tenían terrenos o casas, los vendían, y el dinero lo ponían a disposición de los apóstoles, para repartirlo entre todos según las necesidades de cada uno. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. Den gracias al Señor, porque su misericordia es eterna.
Que digan los israelitas: “El amor del Señor es eterno.” Que digan los sacerdotes: “El amor del Señor es eterno.” Que digan los que honran al Señor: “El amor del Señor es eterno.” R.
¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria!” ¡No moriré, sino que he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! El Señor me ha castigado con dureza, pero no me ha dejado morir. R.
La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. Este es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices! R.

8. Segunda Lectura: 1 Jn 5,1-6
Lectura de la primera carta del apóstol Juan
Hermanos: Todo el que tiene fe en que Jesús es el Mesías, es hijo de Dios; y el que ama a un padre, ama también a los hijos de ese padre. Cuando amamos a Dios y hacemos lo que él manda, sabemos que amamos también a los hijos de Dios. El amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus mandamientos no son una carga, porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo. Y nuestra fe nos ha dado la victoria sobre el mundo. El que cree que Jesús es el Hijo de Dios, vence al mundo. La venida de Jesucristo quedó señalada con agua y sangre; no solo con agua, sino con agua y sangre. El Espíritu mismo es testigo de esto, y el Espíritu es la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 20, 19-31
† Lectura del Evangelio según san Juan
Al llegar la noche del día de la resurrección, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: — ¡Paz a ustedes!
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús les dijo otra vez: — ¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
Y sopló sobre ellos, y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar.
Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Después los otros discípulos le dijeron: —Hemos visto al Señor. Pero Tomás les contestó: —Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado, no lo podré creer.
Ocho días después, los discípulos se habían reunido de nuevo en una casa, y esta vez Tomás estaba también. Tenían las puertas cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos y los saludó, diciendo: — ¡Paz a ustedes!
Luego dijo a Tomás: —Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree!
Tomás entonces exclamó: — ¡Mi Señor y mi Dios! Jesús le dijo: — ¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto!
Jesús hizo muchas otras señales milagrosas delante de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él. Palabra del Señor. Gloriaa ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros. Respondemos: Reyvencedor,escúchanos.
Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, roguemos al Señor. R.
Para que Cristo, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor. R.
Para que Cristo, el destructor de la muerte, se compadezca de los débiles y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor. R.
Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra comunidad y conceda la paz y la alegría a los que hoy nos hemos reunido aquí, roguemos al Señor. R.
+ Dios nuestro, escucha nuestra oración y abre nuestros corazones para que reconozcamos a tu Hijo al partir el pan. El, que vive y reina, por los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, las ofrendas que (junto con los recién bautizados) te presentamos; tú que nos llamaste a la fe y nos has hecho renacer por el bautismo, danos la participación en la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia recibida en este sacramento nos impulse siempre a servirte mejor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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16 ABRIL – LUNES SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Hch 4,23-31 / Sal 2 / Jn 3,1-8 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en nuestros corazones la actitud de hijos adoptivos tuyos y, por tu Espíritu, haz que participemos de la vida nueva de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 4,23-31
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Pedro y Juan, ya puestos en libertad, fueron a reunirse con sus compañeros y les contaron todo lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Después de haberlos oído, todos juntos oraron a Dios, diciendo: “Señor, tú que hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, dijiste por medio del Espíritu Santo y por boca de nuestro patriarca David, tu siervo: ‘¿Por qué se alborotan los pueblos? ¿Por qué hacen planes sin sentido? Los reyes y gobernantes de la tierra se rebelan, y juntos conspiran contra el Señor y contra su escogido, el Mesías.’
“Es un hecho que Herodes y Poncio Pilato se juntaron aquí, en esta ciudad, con los extranjeros y los israelitas, contra tu santo siervo Jesús, a quien escogiste como Mesías. De esta manera, ellos hicieron todo lo que tú en tus planes ya habías dispuesto que tenía que suceder. Ahora, Señor, fíjate en sus amenazas y concede a tus siervos que anuncien tu mensaje sin miedo. Muestra tu poder sanando a los enfermos y haciendo señales y milagros en el nombre de tu santo siervo Jesús.”
Cuando acabaron de orar, el lugar donde estaban reunidos tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban abiertamente el mensaje de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 2
R. Dichosos los que se refugian en el Señor.
¿Por qué se alborotan los pueblos paganos? ¿Por qué hacen planes sin sentido? Los reyes y gobernantes de la tierra se rebelan, y juntos conspiran contra el Señor y su rey escogido. Y gritan: “¡Vamos a quitarnos sus cadenas! ¡Vamos a librarnos de sus ataduras!” R.
El Señor, el que reina en el cielo, se ríe de ellos; luego, enojado, los asusta; lleno de furor les dice: “Ya he consagrado a mi rey sobre Sión, mi monte santo.” R.
Voy a anunciar la decisión del Señor: él me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy. Pídeme que te dé las naciones como herencia y hasta el último rincón del mundo en propiedad, y yo te los daré. Con cetro de hierro destrozarás a los reyes. ¡Los harás pedazos como a ollas de barro!” R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 3,1-8
† Lectura del Evangelio según san Juan
Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él.
Jesús le dijo: —Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le preguntó: — ¿Y cómo puede uno nacer de nuevo cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer?
Jesús le contestó: —Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: ‘Todos tienen que nacer de nuevo.’ El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con él de la felicidad eterna. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y hazlos partícipes del gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo.


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17 ABRIL – MARTES SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Hch 4,32-37 / Sal 92 / Jn 3,5a.7b-15 – BLANCO

5. Oración Colecta
Haz, Señor, que toda nuestra vida sea testimonio vivo del poder de Cristo resucitado, que nos ha hecho morir con él al pecado, para que podamos resucitar con él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

6. Primera Lectura: Hch 4,32-37
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Todos los creyentes, que eran muchos, pensaban y sentían de la misma manera. Ninguno decía que sus cosas fueran solamente suyas, sino que eran de todos. Los apóstoles seguían dando un poderoso testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y Dios los bendecía mucho a todos. No había entre ellos ningún necesitado, porque quienes tenían terrenos o casas, los vendían, y el dinero lo ponían a disposición de los apóstoles, para repartirlo entre todos según las necesidades de cada uno. Tal fue el caso de un levita llamado José, natural de la isla de Chipre, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé, (que significa: “Hijo de consolación”). Este hombre tenía un terreno, y lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 92
R. ¡El Señor se ha vestido de esplendor!
¡El Señor es Rey! ¡El Señor se ha vestido de esplendor y se ha rodeado de poder! R.
Él afirmó el mundo, para que no se mueva. Desde entonces, Señor, tu trono está firme. ¡Tú siempre has existido! R.
Oh Señor, tus mandatos son muy firmes. ¡La santidad es el adorno eterno de tu templo! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 3,5a.7b-15
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: ‘Todos tienen que nacer de nuevo.’ El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu. 
Nicodemo volvió a preguntarle: — ¿Cómo puede ser esto?
Jesús le contestó: — ¿Tú, que eres el maestro de Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos, y somos testigos de lo que hemos visto; pero ustedes no creen lo que les decimos. Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo me van a creer si les hablo de las cosas del cielo?
“Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo; es decir, el Hijo del hombre. Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Haz, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos dé participación en la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a participar en la felicidad eterna. Por Jesucristo.


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18 ABRIL – MIÉRCOLES SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Hch 5,17-26 / Sal 33 / Jn 3,16-21 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que con la Pascua de tu Hijo has devuelto a la humanidad su dignidad perdida y le has dado la esperanza de la resurrección, concédenos agradecerte siempre, con amor, este sacramento que celebramos. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 5,17-26
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El sumo sacerdote y los del partido de los saduceos que estaban con él, se llenaron de envidia, y arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel y los sacó, diciéndoles: “Vayan y, de pie en el templo, cuenten al pueblo todo este mensaje de vida.” Conforme a esto que habían oído, al día siguiente entraron temprano en el templo y comenzaron a enseñar.
Entonces, el sumo sacerdote y los que estaban con él llamaron a todos los ancianos israelitas a una reunión de la Junta Suprema, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. Pero cuando los guardias llegaron a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con la noticia, diciendo:—Encontramos la cárcel perfectamente cerrada, y a los soldados vigilando delante de las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie dentro.
Al oírlo, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes se preguntaban en qué iría a parar todo aquello. En aquel momento llegó uno, que les dijo: —Los que ustedes metieron en la cárcel, están en el templo enseñando al pueblo. El jefe de la guardia, junto con los guardias, fue a buscarlos; pero no los maltrataron, porque tenían miedo de ser apedreados por la gente. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R. Si el pobre invoca al Señor, él lo escucha y lo libra.
Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Yo me siento orgulloso del Señor; ¡óiganlo y alégrense, hombres humildes! R.
Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor. Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. R.
Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. R.
El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. Prueben, y vean que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 3,16-21
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a Nicodemo: “Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree  en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
“El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. Los que no creen, ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz. Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos manifestar la presencia de tu Reino en todas nuestras acciones. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a superar nuestra fragilidad humana, para vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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19 ABRIL – JUEVES SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Hch 5, 27-33 / Sal 33 / Jn 3, 31-36 – BLANCO

5. Oración Colecta
Concédenos, Padre misericordioso, que veamos fructificar en nuestra vida las gracias recibidas durante esta Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 5, 27-33
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días los guardias llevaron a los apóstoles ante la Junta Suprema, y el sumo sacerdote les dijo:—Nosotros les habíamos prohibido terminantemente que enseñaran nada relacionado con ese hombre. ¿Y qué han hecho ustedes? Han llenado toda Jerusalén con esas enseñanzas, y encima quieren echarnos la culpa de la muerte de ese hombre.
Pedro y los demás apóstoles contestaron: —Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el mismo a quien ustedes mataron colgándolo en una cruz. Dios lo ha levantado y lo ha puesto a su derecha, y lo ha hecho Guía y Salvador, para que la nación de Israel se vuelva a Dios y reciba el perdón de sus pecados. De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen. Cuando oyeron esto, se enfurecieron y quisieron matarlos. Palabra de Dios.Tealabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R. Si el pobre invoca al Señor, él lo escucha y lo libra.
Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Prueben, y vean que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía! R.
El Señor está en contra de los malhechores, para borrar de la tierra su recuerdo. El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. R.
El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza. El hombre honrado pasa por muchos males, pero el Señor lo libra de todos ellos. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 3, 31-36
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a Nicodemo: “El que viene de arriba está sobre todos. El que es de la tierra es terrenal, y habla de las cosas de la tierra. Pero el que viene del cielo está sobre todos, y da testimonio de lo que ha visto y oído; pero nadie acepta su testimonio. Pero si alguien lo acepta, confirma con ello que Dios dice la verdad; pues el que ha sido enviado por Dios, habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente su Espíritu. El Padre ama al Hijo, y le ha dado poder sobre todas las cosas. El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos y purifica nuestros corazones, para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual, en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo.


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20 ABRIL – VIERNES SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Hch 5, 34-42 / Sal 26 / Jn 6, 1-15 – BLANCO

5. Oración Colecta
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo quisiste que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos participar con él de la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.


6. Primera Lectura: Hch 5, 34-42 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Entre las autoridades judías había un fariseo llamado Gamaliel, que era un maestro de la ley muy respetado por el pueblo. Este se puso de pie y mandó que por un momento sacaran de allí a los apóstoles. Luego dijo a las demás autoridades: —Israelitas, tengan cuidado con lo que van a hacer con estos hombres. Recuerden que hace algún tiempo se levantó Teudas, alegando ser un hombre importante, y unos cuatrocientos hombres lo siguieron. Pero a este lo mataron, y sus seguidores se dispersaron, y allí se acabó todo. Más tarde, en los días del censo, se levantó Judas, el de Galilea, y logró que algunos lo siguieran; pero también lo mataron, y todos sus seguidores se dispersaron. En este caso, yo les aconsejo que dejen a estos hombres y que no se metan con ellos. Porque si este asunto es cosa de los hombres, pasará; pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes vencerlos. Tengan cuidado, no se vayan a encontrar luchando contra Dios.
Ellos le hicieron caso. Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les prohibieron seguir hablando en el nombre de Jesús; después los soltaron. Los apóstoles salieron de la presencia de las autoridades muy contentos, porque Dios les había concedido el honor de sufrir injurias por causa del nombre de Jesús. Todos los días enseñaban y anunciaban la buena noticia de Jesús el Mesías, tanto en el templo como por las casas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 26
R. Solo una cosa he pedido al Señor, estar en su templo.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? R.
Solo una cosa he pedido al Señor, solo una cosa deseo: estar en el templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura. R.
Pero yo estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. ¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio:Jn 6, 1-15
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús se fue al otro lado del Lago de Galilea, que es el mismo Lago de Tiberias. Mucha gente lo seguía, porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó con sus discípulos. Ya estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Cuando Jesús miró y vio la mucha gente que lo seguía, le dijo a Felipe: — ¿Dónde vamos a comprar pan para toda esta gente?
Pero lo dijo por ver qué contestaría Felipe, porque Jesús mismo sabía bien lo que había de hacer. Felipe le respondió: —Ni siquiera el salario de doscientos días bastaría para comprar el pan suficiente para que cada uno recibiera un poco.
Entonces Andrés, que era otro de sus discípulos y hermano de Simón Pedro, le dijo: —Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es esto para tanta gente?
Jesús respondió: —Díganles a todos que se sienten.
Había mucha hierba en aquel lugar, y se sentaron. Eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó en sus manos los panes y, después de dar gracias a Dios, los repartió entre los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando ya estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: —Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicie nada.
Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús, decía: —De veras este es el profeta que había de venir al mundo.
Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo rey, se retiró otra vez a lo alto del cerro, para estar solo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, y ayúdanos a conservar tu gracia para participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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21 ABRIL – SÁBADO SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Hch 6, 1-7 / Sal 32 / Jn 6, 16-21 – BLANCO

5. Oración Colecta
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que, cuantos creemos en Cristo, vivamos la verdadera libertad y participemos de la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 6, 1-7
Lectura de los Hechos de los Apóstoles
En aquel tiempo, como el número de los creyentes iba aumentando, los de habla griega  comenzaron a quejarse de los de habla hebrea,  diciendo que las viudas griegas no eran bien atendidas en la distribución diaria de ayuda. Los doce apóstoles reunieron a todos los creyentes, y les dijeron: —No está bien que nosotros dejemos de anunciar el mensaje de Dios para dedicarnos a la administración. Así que, hermanos, busquen entre ustedes siete hombres de confianza, entendidos y llenos del Espíritu Santo, para que les encarguemos estos trabajos. Nosotros seguiremos orando y proclamando el mensaje de Dios.
Todos estuvieron de acuerdo, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, uno de Antioquía que antes se había convertido al judaísmo. Luego los llevaron a donde estaban los apóstoles, los cuales oraron y les impusieron las manos. 
El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. Incluso muchos sacerdotes judíos aceptaban la fe. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 32
R.El amor del Señor llena toda la tierra.
Aclamen al Señor, hombres buenos; en labios de los buenos, la alabanza es hermosa. Den gracias al Señor al son del arpa, cántenle himnos con música de salterio. R.
La palabra del Señor es verdadera; sus obras demuestran su fidelidad. El Señor ama lo justo y lo recto; ¡su amor llena toda la tierra! R.
Pero el Señor cuida siempre de quienes lo honran y confían en su amor, para salvarlos de la muerte y darles vida en épocas de hambre. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 6, 16-21
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago para llegar a Cafarnaúm. Ya estaba completamente oscuro, y Jesús no había regresado todavía. En esto, el lago se alborotó a causa de un fuerte viento que se había levantado. Cuando ya habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús, que se acercaba a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo: —¡Soy yo, no tengan miedo!
Con gusto lo recibieron en la barca, y en un momento llegaron a la tierra adonde iban. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda agradable a Ti. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía, que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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22 ABRIL – DOMINGO TERCERA SEMANA DE PASCUA

Hch 3,13-15.17-19 / Sal 4 / 1 Jn 2,1-5 / Lc 24,35-48 – BLANCO

3_pasc_b.jpg5. Oración Colecta
Señor, tú que nos has renovado en el espíritu al devolvernos la dignidad de hijos tuyos, fortalécenos en la fe, y haznos capaces de reconocer que ya participamos de la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad.

6. Primera Lectura: Hch 3,13-15.17-19
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro dijo: “El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado el más alto honor a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a las autoridades y a quien ustedes rechazaron, después que Pilato había decidido soltarlo. En vez de pedir la libertad de aquel que era santo y justo, ustedes pidieron que se soltara a un criminal. Y así mataron ustedes al que nos lleva a la vida. Pero Dios lo resucitó, y de esto nosotros somos testigos.
“Ya sé, hermanos, que cuando ustedes y sus jefes mataron a Jesús, lo hicieron sin saber en realidad lo que estaban haciendo. Pero Dios cumplió de este modo lo que antes había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Mesías tenía que morir. Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que él les borre sus pecados.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 4
R. Señor, haz brillar tu gloria sobre nosotros.
Dios y defensor mío, ¡contéstame cuando te llame! Tú, que en mi angustia me diste alivio, ¡ten compasión de mí y escucha mi oración! R.
Sepan que el Señor prefiere al hombre que le es fiel; sepan que el Señor me escucha cuando lo llamo. R.
Muchos dicen: “¿Quién nos mostrará la dicha?” ¡Señor, míranos con buenos ojos! R.
Yo me acuesto tranquilo y me duermo en seguida, pues tú, Señor, me haces vivir confiado. R.

8. Segunda Lectura: 1 Jn 2,1-5
Lectura de la primera carta del apóstol Juan
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino los de todo el mundo. Si obedecemos los mandamientos de Dios, podemos estar seguros de que hemos llegado a conocerlo. Pero si alguno dice: “Yo lo conozco”, y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no hay verdad en él. En cambio, si uno obedece su palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios, y de ese modo sabemos que estamos unidos a él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 24,35-48
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Los discípulos que regresaron de Emaús, le contaron a los apóstoles lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan.
Estaban todavía hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: —Paz a ustedes.
Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús les dijo: — ¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tóquenme y vean: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que tengo yo.
Al decirles esto, les enseñó las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó:
— ¿Tienen aquí algo que comer?
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo aceptó y lo comió en su presencia. Luego les dijo: —Lo que me ha pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.
Entonces hizo que entendieran las Escrituras, y les dijo: —Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos para que todos participemos responsablemente en la obra de la salvación. Respondemos: R. Venga a nosotros tu Reino, Señor.
Para que la comunidad cristiana persevere en la fe y dé testimonio de la renovación en el Espíritu con obras de paz, roguemos al Señor. R.
Para que todas las familias compartan los dones de verdad y gracia que han recibido, y hagan respladecer a Cristo resucitado, roguemos al Señor. R.
Para que todos los que reconocen a Cristo en la Palabra y en la fracción del pan, lo reconozcan en los pobres y en los que sufren, roguemos al Señor. R.
Para que los renacidos en el bautismo rechacen toda forma de violencia y de mentira, y se adhieran a la verdad de Cristo, roguemos al Señor. R.
Para que, al terminar nuestra celebración, toda nuestra vida anuncie al mundo la reconciliación y la paz, roguemos al Señor. R.
+ Padre, que en Cristo resucitado has comenzado la nueva creación, haz que, con la gracia del Espíritu Santo, anunciemos el Evangelio. Por Jesucristo.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y haznos partícipes de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Mira, Señor, con bondad a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y haz que vivan en el gozo de participar en la resurrección. Por Jesucristo.


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23 ABRIL – LUNES TERCERA SEMANA DE PASCUA

Hch 6,8-15 / Sal 118 / Jn 6,22-29 – BLANCO

5. Oración Colecta
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos, imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de Él, que vive y reina contigo en la unidad.

6. Primera Lectura: Hch 6,8-15  
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Esteban, lleno del poder y la bendición de Dios, hacía milagros y señales entre el pueblo. Algunos de la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, junto con algunos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a discutir con Esteban; pero no podían hacerle frente, porque hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo. Pagaron entonces a unos para que afirmaran que lo habían oído decir palabras ofensivas contra Moisés y contra Dios. De este modo alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley; por lo cual atacaron a Esteban, lo apresaron y lo llevaron ante la Junta Suprema. Además buscaron testigos falsos, que dijeron: —Ese hombre no deja de hablar contra este santo templo y contra la ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el templo y que va a cambiar las costumbres que nos dejó Moisés.
Las autoridades y todos los que estaban allí sentados, al mirar a Esteban, vieron que su cara era como la de un ángel. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 118
R. Dichoso el que camina con vida intachable.
Aunque hombres poderosos tramen hacerme daño, este siervo tuyo meditará en tus leyes. Yo me alegro con tus mandatos; ellos son mis consejeros. R.
Te he expuesto mi conducta, y me has respondido. ¡Enséñame tus leyes! Dame entendimiento para seguir tus preceptos, pues quiero meditar en tus maravillas. R.
Aléjame del camino de la mentira y favoréceme con tu enseñanza. He escogido el camino de la verdad y deseo tus decretos. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 6,22-29
† Lectura del Evangelio según san Juan
Al día siguiente, la gente que estaba al otro lado del lago se dio cuenta de que los discípulos se habían ido en la única barca que allí había, y que Jesús no iba con ellos. Mientras tanto, otras barcas llegaron de la ciudad de Tiberias a un lugar cerca de donde habían comido el pan después que el Señor dio gracias. Así que, al ver que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, la gente subió también a las barcas y se dirigió a Cafarnaúm, a buscarlo. Al llegar ellos al otro lado del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: —Maestro, ¿cuándo viniste acá?
Jesús les dijo: —Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas. No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Esta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
Le preguntaron: — ¿Qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos?
Jesús les contestó: —La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones, para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual, en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo.


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24 ABRIL – MARTES TERCERA SEMANA DE PASCUA

Hch 7,51-59 / Sal 30 / Jn 6,30-35 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que abres las puertas de tu Reino a quienes renacen del agua y del Espíritu Santo, haz fructificar en nosotros la gracia del bautismo para que, libres de todo pecado, participemos de la herencia que nos has prometido. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Hch 7,51-60
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días Esteban dijo a la gente: “Ustedes siempre han sido tercos, y tienen oídos y corazón paganos. Siempre están en contra del Espíritu Santo. Son iguales que sus antepasados. ¿A cuál de los profetas no maltrataron los antepasados de ustedes? Ellos mataron a quienes habían hablado de la venida de aquel que es justo, y ahora que este justo ya ha venido, ustedes lo traicionaron y lo mataron. Ustedes, que recibieron la ley por medio de ángeles, no la obedecen.”
Cuando oyeron estas cosas, se enfurecieron y rechinaron los dientes contra Esteban. Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios. Entonces dijo: — ¡Miren! Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre a la derecha de Dios.
Pero ellos se taparon los oídos, y dando fuertes gritos se lanzaron todos contra él. Lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon; los que hacían de testigos contra él dejaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oró, diciendo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu.” Luego se puso de rodillas y gritó con voz fuerte: “¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!” Habiendo dicho esto, murió. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 30
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación! ¡Tú eres mi roca y mi castillo! ¡Guíame y protégeme; haz honor a tu nombre! R.
En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡rescátame, Señor, Dios de la verdad! He puesto mi confianza en el Señor. Tu amor me trae gozo y alegría. R.
Mira con bondad a este siervo tuyo, y sálvame, por tu amor. Con la protección de tu presencia los libras de los planes malvados del hombre R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 6,30-35
† Lectura del Evangelio según san Juan
Le preguntaron a Jesús: — ¿Qué señal puedes darnos, para que al verla te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en
el desierto, como dice la Escritura: ‘Les dio a comer pan del cielo.’
Jesús les contestó: —Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a ustedes el pan del cielo, sino que mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo.
Ellos le pidieron: —Señor, danos siempre ese pan.
Y Jesús les dijo: —Yo soy el pan que da vida.  El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con él, de la felicidad eterna. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo.


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25 ABRIL – MIÉRCOLES – SAN MARCOS EVANGELISTA

1Pe 5,5b-14 / Sal 88 / Mc16,15-20 – ROJO

5. Oración Colecta
Señor, tú que confiaste a san Marcos la misión de proclamar el Evangelio, concédenos aprovechar sus enseñanzas para seguir fielmente el ejemplo de Jesucristo, el cual vive y reina  contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios.

6. Primera Lectura: 1Pe 5,5b-14
Lectura de la primera carta del Apóstol Pedro
Hermanos: Todos deben someterse unos a otros con humildad, porque: “Dios se opone a los orgullosos, pero ayuda con su bondad a los humildes.”
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los enaltezca a su debido tiempo. Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle, firmes en la fe, sabiendo que en todas partes del mundo los hermanos de ustedes están sufriendo las mismas cosas. Pero después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios los hará perfectos, firmes, fuertes y seguros.  Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión con Jesucristo. A él sea el poder para siempre. Amén.
Por medio de Silvano, a quien considero un hermano fiel, les he escrito esta breve carta, para aconsejarlos y asegurarlos que las bendiciones que han recibido son prueba verdadera del amor de Dios. ¡Permanezcan fieles a ese amor!
La iglesia que está en Babilonia, la cual Dios ha escogido lo mismo que a ustedes, les manda saludos, y también mi hijo Marcos. Salúdense unos a otros con un beso de amor fraternal. Tengan paz todos ustedes, los que pertenecen a Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 88
R. Señor, siempre proclamaré que tú eres bondadoso.
Señor, siempre diré en mi canto que tú eres bondadoso; constantemente contaré que tú eres fiel. Proclamaré que tu amor es eterno; que tu fidelidad es invariable, invariable como el mismo cielo. R.
Oh Señor, todos los seres celestiales alaban tu fidelidad y tus maravillas. ¡Ningún dios, nadie en el cielo puede compararse a ti, Señor! R.
Oh Señor, feliz el pueblo que sabe alabarte con alegría y camina alumbrado por tu luz, que en tu nombre se alegra todo el tiempo y se entusiasma por tu rectitud. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mc 16,15-20
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús dijo a los once: “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia. El que crea y sea bautizado, obtendrá la salvación; pero el que no crea, será condenado. Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán.” 
Después de hablarles, el Señor Jesús fue levantado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos salieron a anunciar el mensaje por todas partes; y el Señor los ayudaba, y confirmaba el mensaje acompañándolo con señales milagrosas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte y, por intercesión del evangelista san Marcos, concede a tu Iglesia permanecer siempre fiel a la misión de anunciar el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Dios todopoderoso, que la comunión que hemos recibido nos santifique y nos dé fortaleza para vivir conforme al Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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26 ABRIL – JUEVES SS. HERMANO PEDRO E ISIDORO DE SEVILLA

Is 61,1-3a / Sal 116,1.2 / Lc 22,24-30 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, que nos has dado una prueba de tu amor al glorificar al Santo Hermano Pedro, haz que su intercesión y ejemplo nos impulsen a seguir con fidelidad a tu Hijo, sirviendo a los más pobres e irradiando tu amor a toda la humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Is 61,1-3a
Lectura del libro del profeta Isaías
El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a los que están en la cárcel; a anunciar el año favorable del Señor, el día en que nuestro Dios nos vengará de nuestros enemigos. Me ha enviado a consolar a todos los tristes, a dar a los afligidos de Sión una corona en vez de ceniza, perfume de alegría en vez de llanto, cantos de alabanza en vez de desesperación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 116
R. Vayan por todo el mundo y proclamen el evangelio a toda criatura.
Naciones y pueblos todos, alaben al Señor. R.
Pues su amor por nosotros es muy grande; ¡la fidelidad del Señor es eterna! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 22,24-30
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Los discípulos tuvieron una discusión sobre cuál de ellos debía ser considerado el más importante. Jesús les dijo: “Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les da el título de benefactores. Pero ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre ustedes como el que sirve.
“Ustedes han estado siempre conmigo en mis pruebas. Por eso, yo les doy un reino, como mi Padre me lo dio a mí, y ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi reino, y se sentarán en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad, nuestras ofrendas y, por intercesión del Santo Hermano Pedro, que hoy conmemoramos, consérvanos unidos en tu amor para que podamos ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

21. Oración después de la Comunión
Dios nuestro, fuente de consolación y de paz, que nos has concedido celebrar la Eucaristía en la fiesta del Santo Hermano Pedro, haz que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento, sean prenda de nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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27 ABRIL – VIERNES TERCERA SEMANA DE PASCUA

Hch 9,1-20 / Sal 116 / Jn 6,53-58 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios todopoderoso, que nos has dado la gracia de conocer la resurrección de tu Hijo, haz que resucitemos a una vida nueva por medio de tu Espíritu de amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 9, 1-20
Lectura de los Hechos de los Apóstoles
Saulo no dejaba de amenazar de muerte a los creyentes en el Señor. Por eso, se presentó al sumo sacerdote, y le pidió cartas de autorización para ir a las sinagogas de Damasco, a buscar a los que seguían el Nuevo Camino, tanto hombres como mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. Pero cuando ya se encontraba cerca de la ciudad de Damasco, una luz que venía del cielo brilló de repente a su alrededor. Saulo cayó al suelo, y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
Saulo preguntó: “¿Quién eres, Señor?” La voz le contestó: “Yo soy Jesús, el mismo a quien estás persiguiendo. Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que debes hacer.”
Los que viajaban con Saulo estaban muy asustados, porque habían oído la voz pero no habían visto a nadie. Luego, Saulo se levantó del suelo; pero cuando abrió los ojos, no podía ver. Así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber nada.
En Damasco vivía un creyente que se llamaba Ananías, a quien el Señor se le presentó en una visión y le dijo: “¡Ananías!” Él contestó: “Aquí estoy, Señor.”
El Señor le dijo: “Levántate y vete a la calle llamada Derecha, y en la casa de Judas pregunta por un hombre de Tarso que se llama Saulo. Está orando, y en una visión ha visto a uno llamado Ananías que entra y pone sus manos sobre él para que pueda ver de nuevo.”
Al oír esto, Ananías dijo: “Señor, muchos me han hablado de ese hombre y de todos los males que ha causado en Jerusalén a tu pueblo santo. Y ahora ha venido aquí, con autorización de los jefes de los sacerdotes, a llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.”
Pero el Señor le dijo: “Ve, porque he escogido a ese hombre para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas. Yo le mostraré lo mucho que tiene que sufrir por mi causa.”
Ananías fue a la casa donde estaba Saulo. Al entrar, puso sus manos sobre él, y le dijo: —Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.
Al momento cayeron de los ojos de Saulo una especie de escamas, y recobró la vista. Entonces se levantó y fue bautizado. Después comió y recobró las fuerzas, y se quedó algunos días con los creyentes que vivían en Damasco.
Luego Saulo comenzó a proclamar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 116
R.Vayan a todo el mundo y proclamen el Evangelio.
Naciones y pueblos todos, alaben al Señor. R.
Pues su amor por nosotros es muy grande; ¡la fidelidad del Señor es eterna! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 6, 53-60
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los judíos: —Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.
Jesús enseñó estas cosas en la sinagoga en Cafarnaúm. Al oír estas enseñanzas, muchos de los que seguían a Jesús dijeron: —Esto que dice es muy difícil de aceptar; ¿quién puede hacerle caso? Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico, y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda agradable a Ti. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.                                                              


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28 ABRIL – SÁBADO TERCERA SEMANA DE PASCUA

Hch 9,31-42 / Sal 115 / Jn 6,61-70 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que por medio del bautismo haces participar de la vida de Cristo a los que creen en ti, protégenos de los engaños del enemigo, para que podamos conservar fielmente el don de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 9,31-42
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, la iglesia, en todas las regiones de Judea, Galilea y Samaria, tenía paz y crecía espiritualmente. Vivía en el temor del Señor y, con la ayuda del Espíritu Santo, iba aumentando en número.
Pedro, que andaba visitando a los hermanos, fue también a ver a los del pueblo santo que vivían en Lida. Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que desde hacía ocho años estaba en cama, paralítico. Pedro le dijo: —Eneas, Jesucristo te sana. Levántate y arregla tu cama.
Eneas se levantó al momento. Y todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron levantarse, y se convirtieron al Señor.
Por aquel tiempo había en la ciudad de Jope una creyente llamada Tabitá, que en griego significa Dorcas. Esta mujer pasaba su vida haciendo el bien y ayudando a los necesitados. Por aquellos días, Dorcas enfermó y murió. Su cuerpo, después de haber sido lavado, fue puesto en un cuarto del piso alto. Jope estaba cerca de Lida, donde Pedro se encontraba; y como los creyentes supieron que estaba allí, mandaron dos hombres a decirle: “Venga usted a Jope sin demora.”
Y Pedro se fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al cuarto donde estaba el cuerpo; y todas las viudas, llorando, rodearon a Pedro y le mostraron los vestidos y túnicas que Dorcas había hecho cuando aún vivía. Pedro los hizo salir a todos, y se arrodilló y oró; luego, mirando a la muerta, dijo: — ¡Tabitá, levántate!
Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se sentó. Él la tomó de la mano y la levantó; luego llamó a los creyentes y a las viudas, y la presentó viva. Esto se supo en toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 115
R. ¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho?
¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? ¡Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre! R.
Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo. Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman. R.
¡Oh Señor, yo soy tu siervo! ¡Yo soy el hijo de tu sierva! Tú has roto los lazos que me ataban. En gratitud, te ofreceré sacrificios, e invocaré, Señor, tu nombre. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 6,60-69
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, al oír sus enseñanzas, muchos de los que seguían a Jesús dijeron: —Esto que dice es muy difícil de aceptar; ¿quién puede hacerle caso?
Jesús, dándose cuenta de lo que estaban murmurando, les preguntó:— ¿Esto les ofende? ¿Qué pasaría entonces, si vieran al Hijo del hombre subir a donde antes estaba? El espíritu es el que da vida; lo carnal no sirve para nada. Y las cosas que yo les he dicho son espíritu y vida. Pero todavía hay algunos de ustedes que no creen.
Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que lo iba a traicionar. Y añadió:—Por esto les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.
Desde entonces, muchos de los que habían seguido a Jesús lo dejaron, y ya no andaban con él. Jesús les preguntó a los doce discípulos:— ¿También ustedes quieren irse?
Simón Pedro le contestó:—Señor, ¿a quién podemos ir? Tus palabras son palabras de vida eterna. Nosotros ya hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos y concédenos tu protección para conservar tu gracia y participar desde ya, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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29 ABRIL – DOMINGO CUARTA SEMANA DE PASCUA

Hch 4,8-12 / Sal 117 / 1 Jn 3,1-2 / Jn 10, 11-18 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios omnipotente y misericordioso, guíanos a la felicidad eterna de tu Reino, a fin de que el pequeño rebaño de tu Hijo pueda llegar seguro a donde ya está su Pastor, resucitado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo.

4_pasc_b.jpg6. Primera Lectura: Hch 4,8-12
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: —Jefes del pueblo y ancianos: ustedes nos preguntan acerca del bien hecho a un enfermo, para saber de qué manera ha sido sanado. Pues bien, declaramos ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre que está aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret, el mismo a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó. Este Jesús es la piedra que ustedes los constructores despreciaron, pero que se ha convertido en la piedra principal. En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos salvarnos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117
R. La piedra despreciada se ha convertido en la piedra principal.
Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Es mejor confiar en el Señor que confiar en el hombre. Es mejor confiar en el Señor que confiar en grandes hombres. R.
Te doy gracias, Señor, porque me has respondido y porque eres mi salvador. La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y estamos maravillados. R.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Bendecimos a ustedes desde el templo del Señor. Te doy gracias y alabo tu grandeza, porque tú eres mi Dios. Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. R.

8. Segunda Lectura:1 Jn 3,1-2
Lectura de la primera carta del apóstol Juan
Hermanos: Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios,  y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios. Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque no se ve todavía lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque lo veremos tal como es. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 10, 11-18
† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor.  El buen pastor da su vida por las ovejas; pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le importa es la paga, y no las ovejas.
“Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre,  así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán, y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.
“El Padre me ama porque yo doy mi vida para volverla a recibir. Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volver a recibirla. Esto es lo que me ordenó mi Padre.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Levantemos, nuestros ojos a Cristo, pastor de nuestras vidas, y confiémosle las necesidades de la humanidad. Respondemos: Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que los obispos, presbíteros y diáconos, apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor. R.
Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos se arraigue con fuerza y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor. R.
Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren, encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor. R.
Para que Dios derrame en las familias el espíritu de piedad, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor. R.
+ Señor, escucha nuestra oración y sostennos con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos separemos de Jesucristo, que vive y reina por los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y haga partícipes de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión
Vela, Señor, con solicitud, por las ovejas que rescataste con la Sangre preciosa de tu Hijo, para que participen desde ahora de la felicidad eterna de tu Reino. Por Jesucristo.


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30 ABRIL – LUNES CUARTA SEMANA DE PASCUA

Hch 11,1-18 / Sal 41 / Jn 10,1-10 – BLANCO

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar de la santa alegría pascual y, dejarnos transformar plenamente por la acción de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: Hch 11,1-18
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea recibieron noticias de que también los no judíos habían aceptado el mensaje de Dios. Pero cuando Pedro volvió a Jerusalén, lo criticaron algunos de los creyentes procedentes del judaísmo. Le preguntaron: — ¿Por qué fuiste a visitar a los que no son judíos, y comiste con ellos?
Pedro les contó desde el principio todo lo que había pasado. Les dijo: —Yo estaba en la ciudad de Jope, y mientras oraba tuve una visión: Vi algo parecido a una gran sábana que, atada por las cuatro puntas, bajaba del cielo hasta donde yo estaba. Me fijé bien para ver lo que había dentro, y vi cuadrúpedos y fieras, reptiles y aves. Y oí una voz, que me dijo: ‘Levántate, Pedro; mata y come.’ Yo contesté: ‘No, Señor, porque nunca ha entrado en mi boca nada profano ni impuro.’ Entonces la voz del cielo me habló de nuevo, diciéndome: ‘Lo que Dios ha purificado, no lo llames tú profano.’ Esto sucedió tres veces, y luego todo volvió a subir al cielo. En aquel momento, tres hombres enviados desde Cesarea a buscarme llegaron a la casa donde estábamos. El Espíritu me mandó que, sin dudarlo, fuera con ellos. Y también fueron conmigo estos seis hermanos. Todos entramos en casa de cierto hombre, que nos contó cómo en su casa había visto a un ángel, que puesto de pie le había dicho: ‘Manda a alguien a la ciudad de Jope para que haga venir a Simón, que también es conocido como Pedro; él te dirá cómo puedes salvarte, tú y toda tu familia.’ Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo vino sobre ellos de igual manera que al principio vino sobre nosotros. Entonces me acordé de lo que había dicho el Señor: ‘Es cierto que Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.’ Pues bien, si Dios les da también a ellos lo mismo que nos ha dado a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién soy yo para oponerme a Dios?
Cuando los hermanos de Jerusalén oyeron estas cosas, se callaron y alabaron a Dios, diciendo: — ¡De manera que también a los que no son judíos les ha dado Dios la oportunidad de volverse a él y alcanzar la vida eterna! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 41
R. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida.
Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo volveré a presentarme ante Dios? R.
Recuerdo cuando yo iba con la gente, conduciéndola al templo de Dios entre gritos de alegría y gratitud. ¡Qué gran fiesta entonces! R.
Envía tu luz y tu verdad, para que ellas me enseñen el camino que lleva a tu santo monte, al lugar donde tú vives. R.
Llegaré entonces a tu altar, oh Dios, y allí te alabaré al son del arpa, pues tú, mi Dios, llenas mi vida de alegría. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 10,1-10

† Lectura del Evangelio según san Juan
Jesús dijo a los fariseos: “Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz.”
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir.
Jesús volvió a decirles: “Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos;  pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta:  el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos.
“El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con él, de la felicidad eterna. Por Cristo nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y hazlos partícipes del gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo.


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