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LECTURAS BÍBLICAS PARA LA LITURGIA |
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IGLESIA EN MARCHA
EL PAN VIVO DE CADA DÍA |
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PERIPLOS D |
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LECTURAS DE ENERO 2012
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1 ENERO – DOMINGO – B.V. MARÍA, MADRE DE DIOS
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Gen 17, 4-6.9-10.12-13 / Sal 66 /Gal 4,4-7/ Lc 2, 16-21 – BLANCO
5. Oración Colecta
Señor Dios, que por la fecunda entrega de santa María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos gozar de la intercesión de aquélla por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo.
6. Primera Lectura:Gen 17, 4-6.9-10.12-13
Lectura del libro del Génesis
Dios dijo a Abram:—Esta es la alianza que hago contigo: Tú serás el padre de muchas naciones, y ya no vas a llamarte Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones. Haré que tus descendientes sean muy numerosos; de ti saldrán reyes y naciones.
Además, Dios le dijo a Abraham:—Pero tú, cumple con mi alianza tú y todos tus descendientes. Esta es la alianza que hago con ustedes y que deberán cumplir también todos tus descendientes: todos los hombres entre ustedes deberán ser circuncidados. De hoy en adelante, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días de nacido, lo mismo el niño que nazca en casa que el esclavo comprado por dinero a cualquier extranjero. Tanto el uno como el otro deberá ser circuncidado sin falta. Así mi alianza quedará señalada en la carne de ustedes como una alianza para toda la vida. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del Salmo 66
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.
– Que el Señor tenga compasión y nos bendiga, que nos mire con buenos ojos, para que todas las naciones de la tierra conozcan su voluntad y salvación. R.
– Que las naciones griten de alegría, pues tú gobiernas los pueblos con justicia; ¡tú diriges las naciones del mundo! R.
– Oh Dios, que te alaben los pueblos; ¡que todos los pueblos te alaben! La tierra ha dado su fruto; ¡nuestro Dios nos ha bendecido! ¡Que Dios nos bendiga! ¡Que le rinda honor el mundo entero! R.
8. Segunda Lectura: Gal 4,4-7
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Gálatas
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés, para rescatarnos a los que estábamos bajo esa ley y concedernos gozar de los derechos de hijos de Dios. Y porque ya somos sus hijos, Dios mandó el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones; y el Espíritu clama: “¡Abbá! ¡Padre!” Así pues, tú ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo suyo, es voluntad de Dios que seas también su heredero. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Lc 2, 16-21
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, los pastores fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. Cuando lo vieron, se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oyeron se admiraban de lo que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.
A los ocho días circuncidaron al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel le había dicho a María antes que ella estuviera encinta. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Hermanos, por la poderosa intercesión de la Madre de su Hijo, imploremos la misericordia de Dios por toda la humanidad, clamando: R. Escúchanos, Padre.
– Para que todos, a imitación de María, conservemos en el corazón y anunciemos lo que hemos oído del Hijo de Dios, roguemos al Señor. R.
– Para que los seres humanos de todas las razas y pueblos descubran que tienen un único Dios, Padre de todos, roguemos al Señor. R.
– Para que llegue a la presencia del Señor el lamento de los que sufren a causa de las guerras, y pronto puedan experimentar el retorno de la paz. R.
– Para que los que dedicamos al Señor el comienzo de este año nuevo, vivamos en paz todos sus días y veamos con alegría su fin, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Señor, escucha nuestras súplicas y bendice el año que hoy comenzamos: que nuestro trabajo diario nos dé el pan de cada día, y encontremos también el alimento necesario para avanzar en el camino del bien y del cumplimiento fiel de tu palabra. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, tú que eres el origen de todos los bienes y quien los lleva a su pleno desarrollo, concede a quienes celebramos en santa María, Madre de Dios, las primicias de nuestra redención, alcanzar la plenitud de sus frutos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Señor, que estos sacramentos que hemos recibido con alegría, sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a santa María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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2 ENERO – LUNES – SANTOS BASILIO Y GREGORIO NACIANCENO
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2 ENERO – LUNES – SANTOS BASILIO Y GREGORIO NACIANCENO
1 Jn 2, 22-28 / Sal 97 / Jn 1, 19-28 – BLANCO
5. Oración Colecta
Señor y Dios nuestro, que concediste a tus obispos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, ser agregados al número de los santos pastores por su ardiente caridad y su fe insigne; concédenos, por su intercesión, perseverar en el amor y en la fe, para participar de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: 1 Jn 2, 22-28
Lectura de la primera carta del apóstol Juan
Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso? Precisamente el que dice que Jesús no es el Mesías. Ese es el Anticristo, pues niega tanto al Padre como al Hijo. Cualquiera que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre; pero el que se declara a favor del Hijo, tiene también al Padre.
Por eso, guarden ustedes en su corazón el mensaje que oyeron desde el principio; y si lo que oyeron desde el principio queda en su corazón, también ustedes permanecerán unidos con el Hijo y con el Padre. Esto es precisamente lo que nos ha prometido Jesucristo: la vida eterna.
Les estoy escribiendo acerca de quienes tratan de engañarlos. Pero ustedes tienen el Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas, y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado.
Ahora, hijitos, permanezcan unidos a Cristo, para que tengamos confianza cuando él aparezca y no sintamos vergüenza delante de él cuando venga. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 97
R. ¡Todo el mundo ha visto la victoria de nuestro Dios!
– ¡Canten al Señor una canción nueva, pues ha hecho maravillas! ¡Ha alcanzado la victoria con su gran poder, con su santo brazo! R.
– El Señor ha anunciado su victoria, ha mostrado su justicia a la vista de las naciones; ha tenido presentes su amor y su lealtad hacia el pueblo de Israel. R.
– ¡Hasta el último rincón del mundo ha sido vista la victoria de nuestro Dios! Canten a Dios con alegría, habitantes de toda la tierra; den rienda suelta a su alegría y cántenle himnos. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 1, 19-28
† Lectura del Evangelio según san Juan
Este es el testimonio de Juan, cuando las autoridades judías enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle a Juan quién era él.
Y él confesó claramente: —Yo no soy el Mesías.
Le volvieron a preguntar: —¿Quién eres, pues? ¿El profeta Elías?
Juan dijo: —No lo soy.
Ellos insistieron: —Entonces, ¿eres el profeta que ha de venir?
Contestó: —No.
Le dijeron: —¿Quién eres, pues? Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué nos puedes decir de ti mismo?
Juan les contestó: —Yo soy una voz que grita en el desierto: ‘Abran un camino derecho para el Señor’, tal como dijo el profeta Isaías.
Los que fueron enviados por los fariseos a hablar con Juan, le preguntaron: —Pues si no eres el Mesías, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
Juan les contestó: —Yo bautizo con agua; pero entre ustedes hay uno que no conocen y que viene después de mí. Yo ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias.
Todo esto sucedió en el lugar llamado Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía en la que recordamos la memoria de los santos Basilio y Gregorio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana, para que seamos auténticos discípulos de tu Hijo Jesucristo, como lo fueron los santos padres Basilio y Gregorio. Por Jesucristo.
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PERIPLOS D |
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3 ENERO – MARTES – EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
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Fil 2,5-11 / Sal. 113 / Lc 1,30-33 – BLANCO
5. Oración Colecta
Concede, Padre, que quienes veneramos el santísimo nombre de Jesús, gozando de su dulzura en esta vida, seamos colmados en el cielo de la eterna alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
6. Primera Lectura: Fil 2,5-11
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses
Hermanos: Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz. Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 113
R. ¡Bendito sea ahora y siempre el nombre del Señor!
– ¡Alabado sea el nombre del Señor del oriente al occidente! El Señor está por encima de las naciones; ¡su gloria está por encima del cielo! R.
– Nadie es comparable al Señor nuestro Dios, que reina allá en lo alto; y que, sin embargo, se inclina para mirar el cielo y la tierra. R.
– El Señor levanta del suelo al pobre, y saca del lugar más bajo al necesitado para sentarlo entre gente importante, entre la gente importante de su pueblo. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Lc 1,30-33
† Lectura del Evangelio según san Lucas
El ángel Gabriel dijo a María:—María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios el Señor lo hará Rey, como a su antepasado David, para que reine por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Padre todopoderoso, recibe nuestras ofrendas en nombre de tu Hijo, por cuya promesa confiamos alcanzar cuanto pidamos en ese mismo nombre. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Por tu misericordia, concédenos Señor, venerar dignamente en estos sagrados misterios al Señor Jesús, en cuyo nombre quisiste que se doble toda rodilla y que todos los hombres encuentren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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4 ENERO – MIÉRCOLES DEL TIEMPO DE NAVIDAD
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1 Jn 3, 7-10 / Sal 97 / Jn 1,35-42 – BLANCO
5. Oración Colecta
Concédenos, Señor, que el salvador, venido del cielo como luz nueva para redimir al mundo, ilumine nuestros corazones y los renueve continuamente. Por nuestro Señor.
6. Primera Lectura: 1Jn 3, 7-10
Lectura de la primera carta del Apóstol Juan
Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.
Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. Se sabe quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo, porque cualquiera que no hace el bien o no ama a su hermano, no es de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 97
R. Canten al Señor, pues ha hecho maravillas.
– ¡Canten al Señor una canción nueva, pues ha hecho maravillas! ¡Ha alcanzado la victoria con su gran poder, con su santo brazo! R.
– Que brame el mar y todo lo que contiene, el mundo y sus habitantes; que aplaudan los ríos; que se unan las montañas en gritos de alegría. R.
– Delante del Señor, que viene a gobernar la tierra. Él gobernará a los pueblos del mundo con rectitud e igualdad. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 1, 35-42
† Lectura del Evangelio según san Juan
Al día siguiente, Juan vio a Jesús, que se acercaba a él, y dijo: “¡Miren, ese es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! A él me refería yo cuando dije: ‘Después de mí viene uno que es más importante que yo, porque existía antes que yo.’ Yo mismo no sabía quién era; pero he venido bautizando con agua precisamente para que el pueblo de Israel lo conozca.”
Juan también declaró: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma, y reposar sobre él. Yo todavía no sabía quién era; pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja y reposa, es el que bautiza con Espíritu Santo.’ Yo ya lo he visto, y soy testigo de que es el Hijo de Dios.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestro prójimo, concédenos tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Que tu pueblo, Señor, experimente tu ayuda a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios busque con mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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5 ENERO – JUEVES DEL TIEMPO DE NAVIDAD
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1Jn 3,11-21 / Sal 99 / Jn 1,43-51 – BLANCO
5. Oración Colecta
Señor, Dios nuestro, que iniciaste admirablemente la obra de la redención con el nacimiento de tu Hijo, fortalece en nosotros la fe, para que siguiendo sus enseñanzas, podamos participar de la prometida recompensa de la gloria. Por nuestro Señor.
6. Primera Lectura: 1Jn 3, 11-21
Lectura de la primera carta del Apóstol Juan
Hermanos: Este es el mensaje que han oído ustedes desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos.
Hermanos míos, no se extrañen si los que son del mundo los odian. Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida, y lo sabemos porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama, aún está muerto. Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino puede tener vida eterna en sí mismo. Conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros; así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón? Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos. De esta manera sabremos que somos de la verdad, y podremos sentirnos seguros delante de Dios; pues si nuestro corazón nos acusa de algo, Dios es más grande que nuestro corazón, y lo sabe todo. Queridos hermanos, si nuestro corazón no nos acusa, tenemos confianza delante de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 99
R. Reconozcan que el Señor es Dios.
– Con alegría adoren al Señor; ¡con gritos de alegría vengan a su presencia! R.
– Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo y somos suyos; ¡somos pueblo suyo y ovejas de su prado! R.
– Vengan a las puertas y a los atrios de su templo con himnos de alabanza y gratitud. ¡Denle gracias, bendigan su nombre! R.
– Porque el Señor es bueno; su amor es eterno y su fidelidad no tiene fin. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 1, 43-51
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo: —Sígueme.
Este Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde eran también Andrés y Pedro. Felipe fue a buscar a Natanael, y le dijo: —Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas. Es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.
Dijo Natanael: —¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?
Felipe le contestó: —Ven y compruébalo.
Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo: —Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
Natanael le preguntó: —¿Cómo es que me conoces?
Jesús le respondió: —Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.
Natanael le dijo: —Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!
Jesús le contestó: —¿Me crees solamente porque te he dicho que te vi debajo de la higuera? Pues vas a ver cosas más grandes que estas.
También dijo Jesús: —Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas, que te presentamos para esta Eucaristía, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PERIPLOS DEL O |
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6 ENERO – VIERNES DEL TIEMPO DE NAVIDAD
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1 Jn 5, 5-13 / Sal 147 / Lc 5, 12-16 – BLANCO
5. Oración Colecta
Ilumina, Señor, a tus hijos, y haz arder nuestros corazones con el esplendor de tu gloria, para que conozcamos cada vez más a nuestro salvador y podamos amarlo e imitarlo. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: 1 Jn 5, 5-13
Lectura de la primera carta del apóstol Juan
Queridos hermanos: El que cree que Jesús es el Hijo de Dios, vence al mundo.
La venida de Jesucristo quedó señalada con agua y sangre; no solo con agua, sino con agua y sangre. El Espíritu mismo es testigo de esto, y el Espíritu es la verdad. Tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre; y los tres están de acuerdo. Aceptamos el testimonio de los hombres, pero el testimonio de Dios es de mucho más valor, porque consiste en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, lleva este testimonio en su propio corazón; el que no cree en Dios, lo hace aparecer como mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Este testimonio es que Dios nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo de Dios, tiene también esta vida; pero el que no tiene al Hijo de Dios, no la tiene.
Les escribo esto a ustedes que creen en el Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 147
R. Glorifica al Señor, Jerusalén.
– Jerusalén, alaba al Señor; Sión, alaba a tu Dios. Pues él reforzó los cerrojos de tus puertas y bendijo a tus hijos dentro de la ciudad. R.
– Él trae la paz a tu territorio y te satisface con lo mejor del trigo. Él envía su palabra a la tierra, y su palabra corre a toda prisa. R.
– Él dio a conocer a Jacob, a Israel, su palabra, sus leyes y decretos. No hizo lo mismo con las otras naciones, las cuales nunca conocieron sus decretos. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 1, 7-11
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En su proclamación Juan Bautista decía: “Después de mí viene uno más poderoso que yo, que ni siquiera merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua; pero él los bautizará con el Espíritu Santo.”
Por aquellos días, Jesús salió de Nazaret, que está en la región de Galilea, y Juan lo bautizó en el Jordán. En el momento de salir del agua, Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma. Y se oyó una voz del cielo, que decía: “Tú eres mi Hijo amado, a quien he elegido.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por la fe, las consigamos por este sacramento divino. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia para que así, la recepción de este don tuyo, nos identifique más plenamente con tu Hijo Jesucristo, que vive y reina, por los siglos de los siglos.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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7 ENERO – SÁBADO DEL TIEMPO DE NAVIDAD
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1 Jn 5, 14-21 / Sal 149 / Jn 3, 22-30 – BLANCO
5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno que con la venida de tu Hijo has hecho resplandecer sobre el mundo una luz nueva, concédenos, que así como Jesucristo, al nacer de la santa María, ha querido compartir nuestra condición humana, así también nosotros compartamos en su Reino la gloria de su divinidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: 1 Jn 5, 14-21
Lectura de la primera carta del apóstol Juan
Hermanos: Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye. Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido.
Si alguno ve que su hermano está cometiendo un pecado que no lleva a la muerte, debe orar, y Dios dará vida al hermano, si se trata de un pecado que no lleva a la muerte. Hay un pecado que lleva a la muerte, y por ese pecado no digo que se deba orar. Toda maldad es pecado; pero hay pecado que no lleva a la muerte. Sabemos que el que tiene a Dios como Padre, no sigue pecando, porque el Hijo de Dios lo cuida, y el maligno no lo toca. Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero está bajo el poder del maligno.
Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero. Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna. Hijitos, cuídense de los dioses falsos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 149
R. El Señor es amigo de su pueblo.
– Canten al Señor un canto nuevo; alábenlo en la comunidad de los fieles. Alégrense los israelitas, el pueblo de Sión, porque Dios es su Creador y Rey. R.
– Alaben su nombre con danzas, cántenle himnos al son de arpas y panderos. Porque el Señor se complace en su pueblo; da a los humildes el honor de la victoria. R.
– Alégrense los fieles con el triunfo, y aun dormidos canten de alegría. Haya alabanzas a Dios en sus labios. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn, 2, 1-11
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesús estaba allí, y Jesús y sus discípulos fueron también invitados a la boda. Se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo: —Ya no tienen vino.
Jesús le contestó: —Mujer, ¿por qué me dices esto? Mi hora no ha llegado todavía.
Ella dijo a los que estaban sirviendo: —Hagan todo lo que él les diga.
Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja cabían de cincuenta a setenta litros de agua. Jesús dijo a los sirvientes: —Llenen de agua estas tinajas.
Las llenaron hasta arriba, y Jesús les dijo: —Ahora saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta.
Así lo hicieron. El encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido; solo los sirvientes lo sabían, pues ellos habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio y le dijo: —Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, entonces se sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.
Esto que hizo Jesús en Caná de Galilea fue la primera señal milagrosa con la cual mostró su gloria; y sus discípulos creyeron en él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestro prójimo, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Que tu pueblo, Señor, experimente tu ayuda a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios busque con mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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8 ENERO – DOMINGO – EPIFANÍA DEL SEÑOR
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Is 60,1-6/ Sal 71 / Ef 3, 2-3. 5-6 / Mt 2, 1-12 – BLANCO
5. Oración Colecta
Señor, Dios nuestro, que por medio de una estrella, diste a conocer en este día, a todos los pueblos el nacimiento de tu Hijo, concede a los que ya te conocemos por la fe, contemplarte, cara a cara, la hermosura de tu inmensa gloria. Por nuestro Señor.
6. Primera Lectura: Is 60,1-6
Lectura del libro del profeta Isaías
Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti.
La oscuridad cubre la tierra, la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria. Las naciones vendrán hacia tu luz, los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer.
Levanta los ojos, y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen hacia ti.
Tus hijos vendrán desde lejos; tus hijas serán traídas en brazos.
Tú, al verlos, estarás radiante de alegría, tu corazón se llenará de gozo; te traerán los tesoros de los países del mar, te entregarán las riquezas de las naciones. Te verás cubierta de caravanas de camellos que vienen de Madián y de Efá; vendrán todos los de Sabá, cargados de oro y de incienso, y proclamarán las acciones gloriosas del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del Salmo 71
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
– Concede, oh Dios, al rey, tu propia justicia y rectitud, para que con rectitud y justicia gobierne a tu pueblo y a tus pobres. R.
– ¡Que abunden la paz y la rectitud en los días de su reinado, hasta que la luna deje de existir! ¡Que domine de mar a mar, del río Éufrates al último rincón del mundo! R.
– ¡Que le traigan regalos y tributos los reyes de Tarsis y de las islas, los reyes de Sabá y de Sebá! ¡Que todos los reyes se arrodillen ante él! ¡Que todas las naciones le sirvan! R.
– Pues él salvará al pobre que suplica y al necesitado que no tiene quien lo ayude. Tendrá compasión de los humildes y salvará la vida a los pobres. R.
8. Segunda Lectura: Ef 3, 2-3. 5-6
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Efesios
Hermanos: sin duda sabrán que Dios me ha encargado anunciar a ustedes lo que él, en su bondad, ha dispuesto. Por revelación he conocido el designio secreto de Dios, como ya les escribí brevemente. Que no se dio a conocer a nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio de su Espíritu. El designio secreto es este: que por el evangelio Dios llama a todas las naciones a participar, en Cristo Jesús, de la misma herencia, del mismo cuerpo y de la misma promesa que el pueblo de Israel. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mt 2, 1-12
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús nació en Belén, un pueblo de la región de Judea, en el tiempo en que Herodes era rey del país. Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas, y preguntaron: — ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo.
El rey Herodes se inquietó mucho al oír esto, y lo mismo les pasó a todos los habitantes de Jerusalén. Mandó el rey llamar a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Mesías. Ellos le dijeron: —En Belén de Judea; porque así lo escribió el profeta: “En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre las principales ciudades de esa tierra; porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel.”
Entonces Herodes llamó en secreto a los sabios, y se informó por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Luego los mandó a Belén, y les dijo:-Vayan allá, y averigüen todo lo que puedan acerca de ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a rendirle homenaje.
Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho. Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose le rindieron homenaje. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Después, advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti,Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Presentemos, nuestras oraciones al Señor, en este día santo en que Dios ha manifestado la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria. A cada petición respondemos: R. Te rogamos, Señor, ilumínanos.
– Por la Iglesia: para que ilumine a los seres humanos con la luz de Cristo, y haga brillar la luz del Evangelio en todas las naciones, roguemos al Señor. R.
– Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos: para que su juventud y vigor sean levadura para todos, roguemos al Señor. R.
– Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que lo han abandonado el camino de la verdad: roguemos al Señor. R.
– Por nosotros, que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo: para que sigamos con fidelidad el Evangelio, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Escucha nuestras oraciones, oh Dios, y haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a todos los pueblos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten en oro, incienso y mirra, sino en tu mismo Hijo, Jesucristo, que, bajo las apariencias de pan y de vino, se ofrece en sacrificio y se nos da en alimento. Él vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
21. Oración después de la Comunión
Que tu luz, Señor, nos guíe y nos acompañe siempre para que comprendamos cada día más este sacramento en el que hemos participado y podamos recibirlo con mayor amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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9 ENERO – LUNES – EL BAUTISMO DEL SEÑOR
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Is 42, 1-4.6-7 / Sal 28 / Hch 10, 34-38 / Mc 1, 7-11 – BLANCO
5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste solemnemente que Cristo era tu Hijo amado cuando fue bautizado en el Jordán y descendió el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos adoptivos, renacidos del agua y del Espíritu, perseverar siempre fieles en el cumplimiento de tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura:Is 42, 1-4.6-7
Lectura del libro del profeta Isaías
Esto dice el Señor: “Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones. No gritará, no levantará la voz, no hará oír su voz en las calles, no acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Verdaderamente traerá la justicia. No descansará ni su ánimo se quebrará, hasta que establezca la justicia en la tierra. Los países del mar estarán atentos a sus enseñanzas.”
Dios, el Señor, que creó el cielo y lo extendió, que formó la tierra y lo que crece en ella, que da vida y aliento a los hombres que la habitan, dice a su siervo: “Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano, para que seas instrumento de salvación; yo te formé, pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo luz de las naciones. Quiero que des vista a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo donde viven en la oscuridad.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 28
R. Señor, bendice a tu pueblo con la paz.
– Alaben al Señor, seres celestiales: alaben el poder y la gloria del Señor, alaben el glorioso nombre del Señor, adoren al Señor en su hermoso santuario. R.
– El Dios glorioso hace tronar: y deja sin árboles los bosques. En su templo, todos le rinden honor. El Señor gobierna las lluvias; ¡el Señor gobierna cual rey eterno! R.
8. Segunda Lectura: Hch 10, 34-38
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro comenzó a hablar, y dijo: —Ahora entiendo que de veras Dios no hace diferencia entre una persona y otra, sino que en cualquier nación acepta a los que lo reverencian y hacen lo bueno. Dios habló a los descendientes de Israel, anunciando el mensaje de paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. Ustedes bien saben lo que pasó en toda la tierra de los judíos, comenzando en Galilea, después que Juan proclamó que era necesario bautizarse. Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 1, 7-11
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En su proclamación Juan Bautista decía: “Después de mí viene uno más poderoso que yo, que ni siquiera merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua; pero él los bautizará con el Espíritu Santo.”
Por aquellos días, Jesús salió de Nazaret, que está en la región de Galilea, y Juan lo bautizó en el Jordán. En el momento de salir del agua, Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma. Y se oyó una voz del cielo, que decía: “Tú eres mi Hijo amado, a quien he elegido.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Oremos, hermanos y pidamos a nuestro Salvador, que quiso ser bautizado para santificar nuestro bautismo y renovar por él a la humanidad caída, que se compadezca de quienes ha querido que sean sus hermanos. Respondemos a cada petición: R. Escúchanos, Señor.
– Para que Cristo, el Siervo de Dios, en quien el Padre se complace, mire con amor a quienes se preparan para recibir el bautismo o la confirmación y a aquellos que preparan el bautismo de sus hijos, roguemos al Señor. R.
– Para que Cristo, el Elegido de Dios para llevar el derecho a las naciones, ilumine a los que le buscan con sinceridad de corazón, roguemos al Señor. R.
– Para que Cristo, el Enviado del Padre, que no quiebra la caña resquebrajada, conceda la salud a los que viven oprimidos por el mal, roguemos al Señor. R.
– Para que Cristo, el Hijo amado, que quiso ser bautizado en el Jordán dé fuerza a nuestro bautismo y nos haga descubrir y amar su grandeza, roguemos al Señor. R.
+ Padre todopoderoso, que haces resonar tu voz magnífica en las aguas del bautismo y en la unción de la confirmación, escucha nuestras oraciones y concédenos ser testigos valientes de la fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos al conmemorar el Bautismo y manifestación de tu Hijo amado, y conviértelos en aquel mismo sacrificio con el que Cristo lavó misericordiosamente los pecados del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
A cuantos hemos participado del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, Señor, escuchar con fe su palabra, para que así podamos llamarnos hijos tuyos y serlo de verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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10 ENERO – MARTES PRIMERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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1 Sm 1,9-20 / Sam 2 / Mc 1, 21-28 – VERDE
5. Oración Colecta
Oremos: Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: 1 Sm 1, 9-20
Lectura del primer libro de Samuel
En cierta ocasión, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. El sacerdote Elí estaba sentado en un sillón, cerca de la puerta de entrada del templo del Señor. Y Ana, llorando y con el alma llena de amargura, se puso a orar al Señor y le hizo esta promesa: “Señor todopoderoso: Si te dignas contemplar la aflicción de esta sierva tuya, y te acuerdas de mí y me concedes un hijo, yo lo dedicaré toda su vida a tu servicio, y en señal de esa dedicación no se le cortará el pelo.”
Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca; pero ella oraba mentalmente. No se escuchaba su voz; solo se movían sus labios. Elí creyó entonces que estaba borracha, y le dijo:—¿Hasta cuándo vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino!
—No es eso, señor —contestó Ana—. No es que haya bebido vino ni ninguna bebida fuerte, sino que me siento angustiada y estoy desahogando mi pena delante del Señor. No piense usted que soy una mala mujer, sino que he estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y afligida.
—Vete en paz —le contestó Elí—, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.
—Muchísimas gracias —contestó ella.
Luego Ana regresó por donde había venido, y fue a comer, y nunca más volvió a estar triste. A la mañana siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, regresaron a su casa en Ramá. Después Elcaná se unió con su esposa Ana, y el Señor tuvo presente la petición que ella le había hecho. Así Ana quedó embarazada, y cuando se cumplió el tiempo dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, porque se lo había pedido al Señor. Palabra de Dios. Te alabamos.
7. Salmo Responsorial: De 1 Sm 2
R. Señor, yo me alegro en ti de corazón.
– Señor, yo me alegro en ti de corazón porque tú me das nuevas fuerzas. Puedo hablar contra mis enemigos porque tú me has ayudado. ¡Estoy alegre! R.
– Él destruye los arcos de los poderosos, y reviste de poder a los débiles; los que antes tenían de sobra, ahora se alquilan por un pedazo de pan; pero los que tenían hambre, ahora ya no la tienen. La mujer que no podía tener hijos, ha dado a luz siete veces; pero la que tenía muchos hijos, ahora está completamente marchita. R.
– El Señor quita la vida y la da; nos hace bajar al sepulcro y de él nos hace subir. El Señor nos hace pobres o ricos; nos hace caer y nos levanta. R.
– Dios levanta del suelo al pobre y saca del basurero al mendigo, para sentarlo entre grandes hombres y hacerle ocupar un lugar de honor. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 1, 21-28
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Llegaron a Cafarnaúm, y en el sábado Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. La gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como los maestros de la ley. En la sinagoga del pueblo había un hombre que tenía un espíritu impuro, el cual gritó:—¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios.
Jesús reprendió a aquel espíritu, diciéndole:—¡Cállate y deja a este hombre!
El espíritu impuro hizo que al hombre le diera un ataque, y gritando con gran fuerza salió de él. Todos se asustaron, y se preguntaban unos a otros:—¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, y con plena autoridad! ¡Incluso a los espíritus impuros da órdenes, y lo obedecen!
Y muy pronto la fama de Jesús se extendió por toda la región de Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos, escucha nuestras oraciones y santifica toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
21. Oración después de la Comunión
Oremos: A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable. Por Jesucristo.
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11 ENERO – MIÉRCOLES PRIMERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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1 Sm 3, 1-10.19-20 / Sal 39 / Mc 1, 29-39 – VERDE
6. Primera Lectura: 1 Sm 3, 1-10.19-20
Lectura del primer libro de Samuel
El joven Samuel seguía sirviendo al Señor bajo las órdenes de Elí. En aquella época era muy raro que el Señor comunicara a alguien un mensaje; no era frecuente que alguien tuviera una visión. Pero un día Elí, que había comenzado a quedarse ciego y no podía ver bien, estaba durmiendo en su habitación. Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde se encontraba el arca de Dios. La lámpara del santuario seguía encendida. Entonces el Señor lo llamó:—¡Samuel!
—¡Aquí estoy! —contestó él.
Luego corrió adonde estaba Elí, y le dijo:—Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería?
—Yo no te he llamado —contestó Elí—. Vuelve a acostarte.
Entonces Samuel fue y se acostó. Pero el Señor llamó otra vez:—¡Samuel!
Y Samuel se levantó y fue junto a Elí, diciendo:—Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería?
—Yo no te he llamado, hijo mío —respondió Elí—. Vuelve a acostarte.
Samuel no conocía al Señor todavía, pues él aún no le había manifestado nada. Pero por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y este se levantó y fue a decirle a Elí:—Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería?
Elí, comprendiendo entonces que era el Señor quien llamaba al joven, dijo a este: —Ve a acostarte; y si el Señor te llama, respóndele: ‘Habla, que tu siervo escucha.’
Entonces Samuel se fue y se acostó en su sitio. Después llegó el Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes:—¡Samuel! ¡Samuel!
—Habla, que tu siervo escucha —contestó Samuel.
Samuel creció, y el Señor lo ayudó y no dejó de cumplir ninguna de sus promesas. Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, reconoció que Samuel era un verdadero profeta del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 39
R. A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío.
– Puse mi esperanza en el Señor, y él se inclinó para escuchar mis gritos; ¡Feliz el hombre que confía en el Señor y no busca a los insolentes ni a los que adoran a dioses falsos! R.
– Tú no te complaces en los sacrificios ni en las ofrendas de cereales; tampoco has pedido holocaustos ni ofrendas para quitar el pecado. En cambio, me has abierto los oídos. Por eso he dicho: Aquí estoy R.
– Tal como el libro dice de mí. A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío; ¡llevo tu enseñanza en el corazón! R.
– En presencia de tu pueblo numeroso he dado a conocer lo que es justo. ¡Tú bien sabes, Señor, que no he guardado silencio! R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 1, 29-39
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, y él se acercó, y tomándola de la mano la levantó; al momento se le quitó la fiebre y comenzó a atenderlos.
Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron todos los enfermos y endemoniados a Jesús, y el pueblo entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente, y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba que los demonios hablaran, porque ellos lo conocían.
De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario. Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron:—Todos te están buscando.
Pero él les contestó:—Vamos a los otros lugares cercanos; también allí debo anunciar el mensaje, porque para esto he salido.
Así que Jesús andaba por toda Galilea, anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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12 ENERO – JUEVES PRIMERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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1 Sm 4, 1-11 / Sal 43 / Mc 1, 40-45 – VERDE
6. Primera Lectura: 1 Sm 4, 1-11
Lectura del primer libro de Samuel
Por aquel entonces se juntaron los filisteos para luchar contra Israel, por lo cual salieron los israelitas a hacer frente a los filisteos, y acamparon junto a Eben-ézer. Los filisteos establecieron su campamento en Afec, desplegándose para atacar a los israelitas, y al entablarse la lucha, los filisteos vencieron a los israelitas y mataron a cuatro mil de sus hombres en el campo de batalla. Cuando el ejército israelita volvió al campamento, los ancianos de Israel dijeron: “¿Por qué permitió hoy el Señor que nos derrotaran los filisteos? ¡Vamos a traernos de Siló el arca de la alianza del Señor, para que él marche en medio de nosotros y nos libre de nuestros enemigos!”
Por consiguiente, los israelitas enviaron un destacamento a Siló, y trajeron de allá el arca de la alianza del Señor todopoderoso, que tiene su trono sobre los querubines. Hofní y Finees, los dos hijos de Elí, acompañaban también al arca de la alianza de Dios. Y ocurrió que al llegar al campamento el arca de la alianza del Señor, los israelitas gritaron con tanta alegría que hasta retumbó la tierra.
Cuando los filisteos escucharon aquel griterío, preguntaron: “¿Por qué hay tanto alboroto en el campamento de los hebreos?” Pero al saber que el arca del Señor había llegado al campamento, tuvieron miedo y dijeron: “¡Dios ha llegado al campamento! ¡Ay de nosotros, porque hasta ahora no había sido así! ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de caer en las manos de este Dios tan poderoso? ¡Él es quien destruyó a los egipcios en el desierto con toda clase de plagas! ¡Ármense, pues, de valor, soldados filisteos, y luchen con ardor para que no lleguen a ser esclavos de los hebreos, como ellos lo han sido de ustedes!”
Entonces los filisteos atacaron y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron a su campamento. La matanza que hicieron fue tremenda, pues de la infantería israelita cayeron treinta mil hombres. También capturaron el arca de Dios, y mataron a Hofní y Finees, los dos hijos de Elí. Palabra de Dios. Te alabamos.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 43
R. ¡Levántate, y sálvanos por tu gran amor!
– Nos has rechazado; nos has cubierto de vergüenza. Ya no sales con nuestros ejércitos. Nos has hecho dar la espalda a nuestros enemigos; los que nos odian nos roban y se llevan lo que quieren. R.
– Nos has convertido en objeto de insultos; nuestros vecinos nos ofenden y ridiculizan. Has hecho que los paganos se burlen de nosotros; al vernos, mueven burlones la cabeza. R.
– ¿Por qué duermes, Señor? ¡Despierta, despierta! ¡No nos rechaces para siempre! ¿Por qué te escondes? ¿Por qué te olvidas de nosotros, que sufrimos tanto, tanto? R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 1, 40-45
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Un hombre enfermo de lepra se acercó a Jesús, y poniéndose de rodillas le dijo:—Si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
Jesús tuvo compasión de él; lo tocó con la mano y dijo:—Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento se le quitó la lepra al enfermo, y quedó limpio. Jesús lo despidió en seguida, y le recomendó mucho:—Mira, no se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva, por tu purificación, la ofrenda que ordenó Moisés, para que conste ante los sacerdotes.
Pero el hombre se fue y comenzó a contar a todos lo que había pasado. Por eso Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, sino que se quedaba fuera, en lugares donde no había gente; pero de todas partes acudían a verlo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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13 ENERO – VIERNES – SAN HILARIO DE POITIERS
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1Sm 8, 4-7.10-22a / Sal 88 / Mc 2, 1-12 – BLANCO
5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, que has puesto a san Hilario de Poitiers al frente de tu pueblo, te rogamos que la eficacia de su intercesión ayude a que tu pueblo alcance tu amor y tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: 1 Sm 8, 4-7.10-22a
Lectura del primer libro de Samuel
Se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a entrevistarse con Samuel en Ramá, para decirle: “Tú ya eres un anciano, y tus hijos no se portan como tú; por lo tanto, nombra un rey que nos gobierne, como es costumbre en todas las naciones.”
Samuel, disgustado porque le pedían que nombrara un rey para que los gobernara, se dirigió en oración al Señor; pero el Señor le respondió: “Atiende cualquier petición que el pueblo te haga, pues no es a ti a quien rechazan, sino a mí, para que yo no reine sobre ellos. Desde el día en que los saqué de Egipto, hasta el presente, han hecho conmigo lo mismo que ahora te hacen a ti, pues me han abandonado para rendir culto a otros dioses. Así pues, atiende su petición; pero antes adviérteles seriamente de todos los privilegios que sobre ellos tendrá el rey que los gobierne.”
Entonces Samuel comunicó la respuesta del Señor al pueblo que le pedía un rey. Les dijo:—Esto es lo que les espera con el rey que los va a gobernar: Llamará a filas a los hijos de ustedes, y a unos los destinará a los carros de combate, a otros a la caballería y a otros a su guardia personal. A unos los nombrará jefes de mil soldados, y a otros jefes de cincuenta. A algunos de ustedes los pondrá a arar sus tierras y recoger sus cosechas, o a fabricar sus armas y el material de sus carros de combate. Y tomará también a su servicio a las hijas de ustedes, para que sean sus perfumistas, cocineras y panaderas. Se apoderará de las mejores tierras y de los mejores viñedos y olivares de ustedes, y los entregará a sus funcionarios. Les quitará la décima parte de sus cereales y viñedos, y la entregará a los funcionarios y oficiales de su corte. También les quitará a ustedes sus criados y criadas, y sus mejores bueyes y asnos, y los hará trabajar para él. Se apropiará, además, de la décima parte de sus rebaños, y hasta ustedes mismos tendrán que servirle. Y el día en que se quejen por causa del rey que hayan escogido, el Señor no les hará caso.
Pero el pueblo, sin tomar en cuenta la advertencia de Samuel, respondió:—No importa. Queremos tener rey, para ser como las otras naciones, y para que reine sobre nosotros y nos gobierne y dirija en la guerra.
Después de escuchar Samuel las palabras del pueblo, se las repitió al Señor, y el Señor le respondió:—Atiende su petición y nómbrales un rey. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 88
R. Proclamaré que tu amor es eterno.
– Oh Señor, feliz el pueblo que sabe alabarte con alegría y camina alumbrado por tu luz, que en tu nombre se alegra todo el tiempo y se entusiasma por tu rectitud R.
– En verdad, tú eres su fuerza y hermosura; nuestro poder aumenta por tu buena voluntad. ¡Nuestro escudo es el Señor! ¡Nuestro Rey es el Santo de Israel! R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 2, 1-12
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Algunos días después, Jesús volvió a entrar en Cafarnaúm. En cuanto se supo que estaba en casa, se juntó tanta gente que ni siquiera cabían frente a la puerta; y él les anunciaba el mensaje. Entonces, entre cuatro, le llevaron un paralítico. Pero como había mucha gente y no podían acercarlo hasta Jesús, quitaron parte del techo de la casa donde él estaba, y por la abertura bajaron al enfermo en la camilla en que estaba acostado. Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo:—Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.
Algunos maestros de la ley que estaban allí sentados, pensaron: “¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Solo Dios puede perdonar pecados.” Pero Jesús en seguida se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó:—¿Por qué piensan ustedes así? ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: ‘Tus pecados quedan perdonados’, o decirle: ‘Levántate, toma tu camilla y anda’? Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.
Entonces le dijo al paralítico:—A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos. Por esto, todos se admiraron y alabaron a Dios, diciendo:—Nunca hemos visto una cosa así. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, acepta las ofrendas que te presentamos en la festividad de san Hilario de Poitiers; que ellas nos alcancen tu perdón y te glorifiquen. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Reanimados por estos sacramentos te rogamos, Señor, humildemente que, a ejemplo de san Hilario de Poitiers, nos esforcemos en dar testimonio de aquella misma fe que él profesó en su vida, y en llevar a la práctica todas sus enseñanzas. Por Jesucristo.
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14 ENERO – SÁBADO PRIMERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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1 Sm 9, 1-4. 10-17, 19; 10, 1a / Sal 20 / Mc 2, 13-17 – VERDE
6. Primera Lectura: 1 Sm 9, 1-4.6. 10-17.19; 10,1a
Lectura del primer libro de Samuel
En la tribu de Benjamín había un hombre llamado Quis, que era hijo de Abiel y nieto de Seror; su bisabuelo había sido Becorat, hijo de Afíah. Quis, hombre muy respetado, tenía un hijo, joven y bien parecido, que se llamaba Saúl. No había otro israelita tan bien parecido como él, pues en estatura ninguno le pasaba del hombro.
Un día, a Quis se le perdieron sus asnas. Entonces le dijo a su hijo Saúl:—Prepárate y ve a buscar las asnas. Llévate a uno de los criados.
Saúl se fue, atravesó la región montañosa de Efraín y pasó por la región de Salisá; pero no encontró las asnas. Pasó también por la región de Saalim y por la de Benjamín, y tampoco las halló. Entonces el criado le dijo:—En esta ciudad hay un profeta a quien todos respetan, porque todo lo que anuncia sucede sin falta. Vamos allá, y quizá él nos indique el camino que debemos seguir.
—De acuerdo —dijo Saúl—. Vamos allá. Los dos se dirigieron a la ciudad donde vivía el profeta, y cuando iban subiendo la cuesta, en dirección a la ciudad, se encontraron con unas muchachas que iban a sacar agua y les preguntaron:—¿Es aquí dónde podemos encontrar al vidente?
Ellas les respondieron:—Sí, pero se encuentra más adelante. Dense prisa, pues ha venido a la ciudad porque hoy se celebra el sacrificio en el santuario. En cuanto lleguen ustedes allí, búsquenlo, antes de que se vaya al santuario para la comida. La gente no comerá hasta que él llegue, pues él tiene que bendecir el sacrificio, después de lo cual comerán los invitados. Por eso, vayan ahora, porque en este momento lo encontrarán.
Ellos continuaron subiendo, rumbo a la ciudad. Y precisamente cuando iban llegando a ella, Samuel salía en dirección contraria, para ir al santuario.
El día anterior a la llegada de Saúl, el Señor había hecho la siguiente revelación a Samuel: “Mañana, a esta misma hora, te mandaré un hombre de la región de Benjamín, a quien deberás consagrar como gobernante de mi pueblo Israel. Él lo librará del dominio de los filisteos, porque me he compadecido de mi pueblo cuando sus quejas han llegado hasta mí.”
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo: “Ahí tienes al hombre de quien te hablé. Este gobernará a mi pueblo.”
—Yo soy el vidente —respondió Samuel—. Sube delante de mí al santuario, y come hoy conmigo allí. Mañana temprano te contestaré todo lo que me quieras preguntar, y luego te dejaré marchar.
Entonces Samuel tomó un recipiente con aceite y, derramándolo sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo:—El Señor te consagra hoy gobernante de Israel, su pueblo. Tú lo gobernarás y lo librarás de los enemigos que lo rodean. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 20
R. Señor, el rey está alegre porque le has dado fuerzas.
– Señor, el rey está alegre porque le has dado fuerzas; ¡está muy alegre porque le has dado la victoria! Has cumplido sus deseos; no le has negado sus peticiones. R.
– Lo recibiste con grandes bendiciones y le pusiste una corona de oro. Te pidió vida, y se la diste: vida larga y duradera. R.
– Gracias a tu ayuda, es grande su poder; le has dado honor y dignidad. Lo has bendecido para siempre; con tu presencia lo llenas de alegría. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 2, 13-17
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Después fue Jesús otra vez a la orilla del lago; la gente se acercaba a él, y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:—Sígueme.
Leví se levantó y lo siguió.
Sucedió que Jesús estaba comiendo en casa de Leví, y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama, estaban también sentados a la mesa, junto con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían. Algunos maestros de la ley, que eran fariseos, al ver que Jesús comía con todos aquellos, preguntaron a los discípulos:—¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?
Jesús lo oyó, y les dijo:—Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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15 ENERO – DOMINGO SEGUNDA SEMANA TIEMPO ORDINARIO |
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1Sam 3, 3b-10.19 / Sal 39 / 1Cor 6,13-15.17-20 / Jn 1,35-42 – VERDE
5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios.
6. Primera Lectura: 1Sam 3, 3b-10.19
Lectura del primer libro de Samuel
En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor. Entonces el Señor lo llamó: —¡Samuel!
—¡Aquí estoy! —contestó él.
Luego corrió adonde estaba Elí, y le dijo: —Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería?
—Yo no te he llamado —contestó Elí—. Vuelve a acostarte.
Samuel se acostó. Pero el Señor llamó otra vez:—¡Samuel!
Y Samuel se levantó y fue junto a Elí, diciendo: —Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería?
—Yo no te he llamado, hijo mío —respondió Elí—. Vuelve a acostarte.
Samuel no conocía al Señor todavía, pues él aún no le había manifestado nada. Pero por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y este se levantó y fue a decirle a Elí: —Aquí me tiene usted; ¿para qué me quería?
Elí, comprendiendo entonces que era el Señor quien llamaba al joven, dijo a este: —Ve a acostarte; y si el Señor te llama, respóndele: ‘Habla, que tu siervo escucha.’
Entonces Samuel se fue y se acostó en su sitio. Después llegó el Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes: —¡Samuel! ¡Samuel!
—Habla, que tu siervo escucha —contestó Samuel.
Samuel creció, y el Señor lo ayudó y no dejó de cumplir ninguna de sus promesas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 39
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
– Puse mi esperanza en el Señor, y él se inclinó para escuchar mis gritos. Hizo brotar de mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. R.
– Tú no te complaces en los sacrificios ni en las ofrendas de cereales; tampoco has pedido holocaustos ni ofrendas para quitar el pecado. En cambio, me has abierto los oídos. Por eso he dicho: Aquí estoy, tal como el libro dice de mí. R.
– En presencia de tu pueblo numeroso he dado a conocer lo que es justo. ¡Tú bien sabes, Señor, que no he guardado silencio! R.
8. Segunda Lectura: 1Cor 6,13c-15a.17-20
Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: El cuerpo no es para la prostitución sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo. Y así como Dios resucitó al Señor, también nos va a resucitar a nosotros por su poder.
¿Acaso no saben ustedes que su cuerpo es parte del cuerpo de Cristo? Cuando alguien se une al Señor, se hace espiritualmente uno con él.
Huyan, pues, de la prostitución. Cualquier otro pecado que una persona comete, no afecta a su cuerpo; pero el que se entrega a la prostitución, peca contra su propio cuerpo. ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Jn 1,35-42
† Lectura del Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Juan estaba con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús, Juan dijo: —¡Miren, ese es el Cordero de Dios!
Los dos seguidores de Juan lo oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que lo seguían les preguntó: —¿Qué están buscando?
Ellos dijeron: —Maestro, ¿dónde vives?
Jesús les contestó: —Vengan a verlo.
Fueron, pues, y vieron dónde vivía, y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Al primero que Andrés se encontró fue a su hermano Simón, y le dijo: —Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).
Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús; cuando Jesús lo vio, le dijo: —Tú eres Simón, hijo de Juan, pero tu nombre será Cefas (que significa: Pedro). Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Hermanos, oremos al Señor y pidámosle que escuche nuestras plegarias. Respondemos todos: R. Te rogamos, Señor, óyenos.
– Por la santa Iglesia de Dios, para que Dios nuestro Señor le conceda la paz y la unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor. R.
– Por los gobernantes, para que Dios nuestro Señor dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera, roguemos al Señor. R.
– Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el bautismo, para que Dios nuestro Señor les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al Señor. R.
– Por los que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios nuestro Señor escuche sus oraciones y lleve a realidad sus deseos, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios nuestro, que invitaste a la humanidad a unirse a Cristo, escucha nuestras oraciones y haz que la Iglesia experimente en la celebración de este domingo, la fuerza de su amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, actualiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
21. Oración después de la Comunión
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan espiritual, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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16 ENERO – LUNES SEGUNDA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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1 Sm 15, 16-23 / Sal 49 / Mc 2, 18-22 – VERDE
6. Primera Lectura: 1 Sm 15, 16-23
Lectura del primer libro de Samuel
Samuel dijo a Saúl:—¡Te voy a comunicar lo que el Señor me dijo anoche!
—Habla —respondió Saúl.
Y Samuel le dijo:—¿No te considerabas tú de poca importancia? Sin embargo, has llegado a ser el jefe de las tribus israelitas, y el Señor te ha consagrado como rey de Israel. Ahora bien, si el Señor te envió con la orden estricta de destruir a esos pecadores amalecitas, y de atacarlos hasta acabar con ellos, ¿por qué desobedeciste sus órdenes y te lanzaste sobre lo que se le quitó al enemigo, actuando mal a los ojos del Señor?
Saúl contestó:—Yo obedecí las órdenes del Señor, y cumplí la misión que él me encomendó: he traído prisionero a Agag, rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. Pero la tropa se quedó con ovejas y toros, lo mejor de lo que estaba destinado a la destrucción, para sacrificarlos en honor del Señor tu Dios en Guilgal.
Entonces Samuel dijo:“Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos; vale más obedecerlo y prestarle atención que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros.
Tanto peca el que se rebela contra él como el que practica la adivinación; semejante a quien adora a los ídolos es aquel que lo desobedece. Y como tú has rechazado sus mandatos, ahora él te rechaza como rey.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 49
R. El Señor salva al que permanece en su camino!
– No te censuro por los sacrificios y holocaustos que siempre me ofreces. No te pido becerros de tu ganado ni machos cabríos de tus corrales. R.
– “¿Qué derecho tienes de citar mis leyes o de mencionar mi alianza, si no te agrada que yo te corrija ni das importancia a mis palabras? R.
– Todo esto has hecho, y me he callado; pensaste que yo era igual que tú. Pero voy a acusarte cara a cara, ¡voy a ajustarte las cuentas! El que me ofrece su gratitud, me honra. ¡Yo salvo al que permanece en mi camino! R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 2, 18-22
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Una vez estaban ayunando los seguidores de Juan el Bautista y los fariseos, y algunas personas fueron a Jesús y le preguntaron:—Los seguidores de Juan y los de los fariseos ayunan: ¿por qué no ayunan tus discípulos?
Jesús les contestó:—¿Acaso pueden ayunar los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Mientras está presente el novio, no pueden ayunar. Pero llegará el momento en que se lleven al novio; cuando llegue ese día, entonces sí ayunarán.
“Nadie arregla un vestido viejo con un remiendo de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge y rompe el vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor. Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y se pierden tanto el vino como los cueros. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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17 ENERO – MARTES – SAN ANTONIO ABAD
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Ecclo 45,1-6 / Sal 21,4-6 / Lc 12,35-40 – BLANCO
5. Oración Colecta
Dios nuestro, que concediste a san Antonio, abad, dejar por tu amor cuanto tenía, para servirte heroicamente en el desierto, otórganos, por tu gracia, superar nuestro egoísmo y amarte a ti sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: Ecclo 45,1-6
Lectura del libro del Eclesiástico
Fue un hombre que tuvo el aprecio de todos y que fue amado de Dios y de los hombres. El Señor le concedió honores divinos y lo hizo poderoso entre los grandes. A petición suya, Dios apresuraba los prodigios, y lo sostuvo frente al rey. Dios le dio el mando de su pueblo y le dejó ver su majestad. Por ser fiel y humilde, Dios lo escogió entre los demás hombres. Le hizo oír su voz y entrar en la espesa nube. Le entregó los mandamientos, la ley de la vida y de la sabiduría, para que enseñara a Israel, el pueblo de Jacob, sus órdenes, normas y decretos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 21,4-6
R. ¡Celebraremos con himnos tus victorias, Señor!
– Lo recibiste con grandes bendiciones y le pusiste una corona de oro. Te pidió vida, y se la diste: vida larga y duradera. R.
– Gracias a tu ayuda, es grande su poder; le has dado honor y dignidad. R.
– Lo has bendecido para siempre; con tu presencia lo llenas de alegría. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Lc 12,35-40
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús dijo a sus discípulos: “Sean como criados que están esperando a que su amo regrese de un banquete de bodas, preparados y con las lámparas encendidas, listos a abrirle la puerta tan pronto como llegue y toque. Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos. Les aseguro que el amo mismo los hará sentarse a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a la medianoche o de madrugada. Y sepan ustedes esto: que si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que humildemente te presentamos en la conmemoración de san Antonio, abad, y líbranos de nuestro apego a los bienes materiales para que te tengamos a ti como nuestra única riqueza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Por medio de esta Eucaristía concédenos, Señor, la fuerza necesaria para vencer siempre, a ejemplo de san Antonio, abad, las tentaciones del enemigo. Por Jesucristo.
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18 ENERO – MIÉRCOLES SEGUNDA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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1Sam 17,32-51 / Sal 143 / Mc 3,1-6 – VERDE
6. Primera Lectura: 1Sam 17,32-51
Lectura del primer libro de Samuel
En aquel entonces, David le dijo a Saúl:—Nadie debe desanimarse por culpa de ese filisteo, porque yo, un servidor de Su Majestad, iré a pelear contra él.
—No puedes ir tú solo a luchar contra ese filisteo —contestó Saúl—, porque aún eres muy joven; en cambio, él ha sido hombre de guerra desde su juventud.
David contestó:—Cuando yo, el servidor de Su Majestad, cuidaba las ovejas de mi padre, si un león o un oso venía y se llevaba una oveja del rebaño, iba detrás de él y se la quitaba del hocico; y si se volvía para atacarme, lo agarraba por la quijada y le daba de golpes hasta matarlo. Así fuera un león o un oso, este servidor de Su Majestad lo mataba. Y a este filisteo pagano le va a pasar lo mismo, porque ha desafiado al ejército del Dios viviente. El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de las manos de este filisteo.
Entonces Saúl le dijo:—Anda, pues, y que el Señor te acompañe.
Luego hizo Saúl que vistieran a David con la misma ropa que él usaba, y que le pusieran un casco de bronce en la cabeza y lo cubrieran con una coraza. Finalmente, David se colgó la espada al cinto, sobre su ropa, y trató de andar así, porque no estaba acostumbrado a todo aquello. Pero en seguida le dijo a Saúl:—No puedo andar con esto encima, porque no estoy acostumbrado a ello.
Entonces se quitó todo aquello, tomó su bastón, escogió cinco piedras lisas del arroyo, las metió en la bolsa que traía consigo y, con su honda en la mano, se enfrentó con el filisteo. El filisteo, a su vez, se acercaba poco a poco a David. Delante de él iba su ayudante. Cuando el filisteo miró a David, y vio que era joven, de piel sonrosada y bien parecido, no lo tomó en serio, sino que le dijo:
—¿Acaso soy un perro, para que vengas a atacarme con palos?
Y en seguida maldijo a David en nombre de su dios. Además le dijo:—¡Ven aquí, que voy a dar tu carne como alimento a las aves del cielo y a las fieras!
David le contestó:—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo voy contra ti en nombre del Señor todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que tú has desafiado. Ahora el Señor te entregará en mis manos, y hoy mismo te mataré y te cortaré la cabeza, y los cadáveres del ejército filisteo se los daré a las aves del cielo y a las fieras. Así todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel; todos los aquí reunidos sabrán que el Señor no salva con espada ni con lanza. Esta batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos.
El filisteo se levantó y salió al encuentro de David, quien, a su vez, rápidamente se dispuso a hacer frente al filisteo: metió su mano en la bolsa, sacó una piedra y, arrojándola con la honda contra el filisteo, lo hirió en la frente. Con la piedra clavada en la frente, el filisteo cayó de cara al suelo. Así fue como David venció al filisteo. Con solo una honda y una piedra, David lo hirió de muerte. Y como no llevaba espada, corrió a ponerse al lado del filisteo y, apoderándose de su espada, la desenvainó y con ella lo remató. Después de esto, le cortó la cabeza.
Cuando los filisteos vieron muerto a su mejor guerrero, salieron huyendo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 143
R. ¡Bendito sea el Señor, mi protector!
– ¡Bendito sea el Señor, mi protector! Él es quien me entrena y me prepara para combatir en la batalla R.
– El es mi amigo fiel, mi lugar de protección, mi más alto escondite, mi libertador; él es mi escudo, y con él me protejo; él es quien pone a los pueblos bajo mi poder. R.
– Señor, voy a cantarte una canción nueva; voy a cantarte himnos con el salterio. Tú, que das la victoria a los reyes; tú, que libraste a tu siervo David, líbrame de la espada mortal. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 3,1-6
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús entró otra vez en la sinagoga; y había en ella un hombre que tenía una mano tullida. Y espiaban a Jesús para ver si lo sanaría en sábado, y así tener de qué acusarlo. Jesús le dijo entonces al hombre que tenía la mano tullida:—Levántate y ponte ahí en medio.
Luego preguntó a los otros:—¿Qué está permitido hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?
Pero ellos se quedaron callados. Jesús miró entonces con enojo a los que le rodeaban, y entristecido por la dureza de su corazón le dijo a aquel hombre:—Extiende la mano.
El hombre la extendió, y su mano quedó sana. Pero en cuanto los fariseos salieron, comenzaron a hacer planes con los del partido de Herodes para matar a Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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19 ENERO – JUEVES SEGUNDA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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1 Sm 18, 6-9; 19, 1-7 / Sal 55 / Mc 3, 7-12 – VERDE
6. Primera Lectura: 1 Sm 18, 6-9; 19, 1-7
Lectura del primer libro de Samuel
Cuando las tropas regresaron después que David mató al filisteo, de todas las ciudades de Israel salieron mujeres a recibir al rey Saúl cantando y bailando alegremente con panderos y platillos. Y mientras cantaban y bailaban, las mujeres repetían: “Mil hombres mató Saúl, y diez mil mató David.”
Esto le molestó mucho a Saúl, y muy enojado dijo:—A David le atribuyen la muerte de diez mil hombres, y a mí únicamente la de mil. ¡Ya solo falta que lo hagan rey!
A partir de entonces, Saúl miraba a David con recelo. Saúl ordenó a su hijo Jonatán y a todos sus oficiales que mataran a David. Pero Jonatán, que quería mucho a David, lo puso sobre aviso. Le dijo:—Saúl, mi padre, está tratando de matarte. Así que mañana temprano ten cuidado y quédate escondido en algún lugar secreto. Yo saldré, en compañía de mi padre, al campo donde tú vas a estar. Hablaré con él acerca de ti, a ver qué pasa, y luego te lo haré saber.
Y Jonatán habló con Saúl en favor de David. Le dijo:—Su Majestad no debiera cometer ningún mal contra su siervo David, porque él no le ha hecho ningún mal a Su Majestad, y sí mucho bien; pues jugándose la vida mató al filisteo, y así el Señor libró por completo a todo Israel. Su Majestad lo vio y se alegró de ello. ¿Por qué habrá de atentar Su Majestad contra la vida de un inocente, tratando de matar a David sin motivo?
Al escuchar Saúl las razones de Jonatán, exclamó:—Juro por el Señor que David no morirá. Entonces Jonatán llamó a David y le informó de toda esta conversación. Después lo llevó ante Saúl, y David siguió al servicio de Saúl igual que antes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 55
R. Confío en Dios y no tengo miedo.
– Ten compasión de mí, Dios mío, pues hay gente que me persigue; a todas horas me atacan y me oprimen. A todas horas me persiguen mis enemigos; son muchos los que me atacan con altanería. R.
– Tú llevas la cuenta de mis huidas; tú recoges cada una de mis lágrimas. ¿Acaso no las tienes anotadas en tu libro? Mis enemigos se pondrán en retirada cuando yo te pida ayuda. R.
– Confío en Dios y alabo su palabra; confío en el Señor y alabo su palabra; confío en Dios y no tengo miedo. ¿Qué me puede hacer el hombre? R.
– Las promesas que te hice, oh Dios, te las cumpliré con alabanzas R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 3, 7-12
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús, seguido por mucha gente de Galilea, se fue con sus discípulos a la orilla del lago. Cuando supieron las grandes cosas que hacía, también acudieron a verlo muchos de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del oriente del Jordán y de la región de Tiro y Sidón. Por esto, Jesús encargó a sus discípulos que le tuvieran lista una barca, para evitar que la multitud lo apretujara. Porque había sanado a tantos, que todos los enfermos se echaban sobre él para tocarlo.
Y cuando los espíritus impuros lo veían, se ponían de rodillas delante de él y gritaban:—¡Tú eres el Hijo de Dios!
Pero Jesús les ordenaba severamente que no hablaran de él en público. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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20 ENERO – VIERNES – SANTOS FABIÁN Y SEBASTIÁN
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1 Sm 24, 3-21 / Sal 56 / Mc 3, 13-19 – ROJO
5. Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno que concediste a los mártires Fabián y Sebastián la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad para que, así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: 1 Sm 24, 3-21
Lectura del primer libro de Samuel
Saúl escogió a tres mil hombres de todo Israel y fue a buscar a David y sus hombres por las peñas más escarpadas. En su camino llegó a unos rediles de ovejas, cerca de los cuales había una cueva en la que estaban escondidos David y sus hombres. Saúl se metió en ella para hacer sus necesidades, y los hombres de David le dijeron a este:—Hoy se cumple la promesa que te hizo el Señor de que pondría en tus manos a tu enemigo. Haz con él lo que mejor te parezca.
Entonces David se levantó, y con mucha precaución cortó un pedazo de la capa de Saúl; pero después de hacerlo le remordió la conciencia, y les dijo a sus hombres:—¡El Señor me libre de alzar mi mano contra mi señor el rey! ¡Si él es rey, es porque el Señor lo ha escogido!
De este modo refrenó David a sus hombres y no les permitió atacar a Saúl, el cual salió de la cueva y siguió su camino. Pero en seguida David salió de la cueva tras él, y le gritó:—¡Majestad, Majestad!
Saúl miró hacia atrás, y David, inclinándose hasta el suelo en señal de reverencia, le dijo:—¿Por qué hace caso Su Majestad a quienes le dicen que yo busco su mal? Su Majestad ha podido comprobar que, aunque el Señor puso hoy a Su Majestad en mis manos allá en la cueva, yo no quise matar a Su Majestad, sino que le perdoné la vida, pues me dije que si Su Majestad es rey, es porque el Señor lo ha escogido.
“Mire bien Su Majestad lo que tengo en la mano: es un pedazo de la capa de Su Majestad, a quien bien podría haber matado. Con eso puede darse cuenta Su Majestad de que yo no he pensado en hacerle daño ni en traicionarlo, ni tampoco le he faltado. Sin embargo, Su Majestad me persigue para quitarme la vida. ¡Que el Señor juzgue entre nosotros dos, y me vengue de Su Majestad! Por lo que a mí toca, jamás levantaré mi mano contra Su Majestad. Un antiguo refrán dice: ‘La maldad viene de los malvados’; por eso yo jamás levantaré mi mano contra Su Majestad. Además, ¿tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién está persiguiendo? ¡A mí, que soy como un perro muerto, o como una pulga! Por lo tanto, que el Señor decida y juzgue entre nosotros dos; ¡que sea él quien examine mi causa y me defienda de Su Majestad!”
Cuando David terminó de hablar, Saúl exclamó:—¡Pero si eres tú, David, hijo mío, quien me habla!
Y echándose a llorar, le dijo:—La razón está de tu lado, pues me has devuelto bien a cambio del mal que te he causado. Hoy me has demostrado que tú buscas mi bien, pues habiéndome puesto el Señor en tus manos, no me mataste. En realidad, no hay nadie que, al encontrar a su enemigo, lo deje ir sano y salvo. Por lo tanto, ¡que el Señor te pague con bien lo que hoy has hecho conmigo! Ahora me doy perfecta cuenta de que tú serás el rey, y de que bajo tu dirección el reino de Israel habrá de prosperar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 56
R. Ten compasión de mí, Dios mío.
– Ten compasión de mí, Dios mío, ten compasión de mí, pues en ti busco protección. Quiero protegerme debajo de tus alas hasta que el peligro haya pasado. R.
– Voy a clamar al Dios altísimo, al Dios que en todo me ayuda. Él enviará desde el cielo su amor y su verdad, y me salvará de quienes con rabia me persiguen. R.
– Dios mío, tú estás por encima del cielo. ¡Tu gloria llena toda la tierra! Pues tu amor es grande hasta los cielos; tu lealtad alcanza al cielo azul. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 3, 13-19
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Después Jesús subió a un cerro, y llamó a los que le pareció bien. Una vez reunidos, eligió de entre ellos a doce, para que lo acompañaran y para mandarlos a anunciar el mensaje. A estos les dio el nombre de apóstoles, y les dio autoridad para expulsar a los demonios. Estos son los doce que escogió: Simón, a quien puso el nombre de Pedro; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes llamó Boanerges (es decir, “Hijos del Trueno”); Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás y Santiago, hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el cananeo, y Judas Iscariote, que después traicionó a Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Sea agradable a tus ojos, Señor, esta ofrenda que va a ser consagrada en la festividad gloriosa de tus mártires Fabián y Sebastián, para que nos purifique de nuestros pecados y te mueva a escuchar las plegarias de tu pueblo. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Alimentados con el pan del cielo, viviendo la unidad como miembros del Cuerpo de Cristo, te rogamos, Señor, que no nos separemos del amor de tu Hijo, y a ejemplo de tus mártires Fabián y Sebastián, logremos superar con valentía cualquier dificultad por aquel que nos amó sobre toda medida. Por Jesucristo nuestro Señor.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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21 ENERO – SÁBADO – SANTA INÉS
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2Sm 1,1-27/Sal 79/ Mc 3, 20-21 – ROJO
5. Oración Colecta
Dios de todo poder y misericordia, que infundiste tu fuerza a santa Inés para que pudiera soportar el dolor del martirio, concede a los que hoy celebramos su victoria vivir defendidos de los engaños del enemigo bajo tu protección. Por nuestro Señor.
6. Primera Lectura: 2 Sm 1, 1-27
Lectura del segundo libro de Samuel
Después de la muerte de Saúl, David volvió a Siclag tras haber derrotado a los amalecitas, y allí se quedó dos días. Pero al tercer día llegó del campamento de Saúl un hombre que traía la ropa rasgada y la cabeza cubierta de tierra en señal de dolor. Cuando llegó ante David, se inclinó hasta el suelo en señal de reverencia. David le preguntó:—¿De dónde vienes?
—He logrado escapar del campamento israelita —respondió aquel hombre.
—¿Pues qué ha ocurrido? ¡Dímelo, por favor! —exigió David.
—Pues que el ejército huyó del combate, y que muchos de ellos murieron —contestó aquel hombre—. ¡Y también murieron Saúl y su hijo Jonatán!
—¿Y cómo sabes que Saúl y su hijo Jonatán han muerto? —preguntó David al criado que le había traído la noticia. Este respondió:—Pues de pura casualidad estaba yo en el monte Guilboa, y vi a Saúl apoyándose en su lanza y a los carros de combate y la caballería enemiga a punto de alcanzarlo. En ese momento él miró hacia atrás, y al verme me llamó. Yo me puse a sus órdenes. Luego me preguntó quién era yo, y yo le respondí que era amalecita. Entonces me pidió que me acercara a él y lo matara de una vez, porque ya había entrado en agonía y, sin embargo, todavía estaba vivo. Así que me acerqué a él y lo maté, porque me di cuenta de que no podría vivir después de su caída. Luego le quité la corona de su cabeza y el brazalete que tenía en el brazo, para traérselos a usted, mi señor.
Entonces David y los que lo acompañaban se rasgaron la ropa en señal de dolor, y lloraron y lamentaron la muerte de Saúl y de su hijo Jonatán, lo mismo que la derrota que habían sufrido los israelitas, el ejército del Señor, y ayunaron hasta el atardecer. Después David le preguntó al joven que le había traído la noticia:—¿Tú de dónde eres?
—Soy extranjero, un amalecita —contestó él.
—¿Y cómo es que te atreviste a levantar tu mano contra el rey escogido por el Señor? —exclamó David, y llamando a uno de sus hombres, le ordenó:
—¡Anda, mátalo!
Y él hirió mortalmente al amalecita y lo mató, mientras David decía:—Tú eres responsable de tu propia muerte, pues tú mismo te declaraste culpable al confesar que habías matado al rey escogido por el Señor.
David entonó este lamento por la muerte de Saúl y de su hijo Jonatán, y ordenó que se le enseñara a la gente de Judá. Este lamento se halla escrito en el Libro del Justo: “¡Oh, Israel, herida fue tu gloria en tus montañas! ¡Cómo han caído los valientes! No lo anuncien en Gat ni lo cuenten en las calles de Ascalón, para que no se alegren las mujeres filisteas, para que no salten de gozo esas paganas. “¡Que no caiga más sobre ustedes lluvia ni rocío, montes de Guilboa, pues son campos de muerte! Allí fueron pisoteados los escudos de los héroes. Allí perdió su brillo el escudo de Saúl.
“Jamás Saúl y Jonatán volvieron sin haber empapado espada y flechas en la sangre y la grasa de los guerreros más valientes.
“Saúl y Jonatán, amados y queridos, ni en su vida ni en su muerte estuvieron separados. ¡Más veloces eran que las águilas! ¡Más fuertes que los leones!
“¡Hijas de Israel, lloren por Saúl, que las vestía de púrpura y lino fino, que las adornaba con brocados de oro! ¡Cómo han caído los valientes en el campo de batalla! ¡Jonatán ha sido muerto en lo alto de tus montes!
“¡Angustiado estoy por ti, Jonatán, hermano mío! ¡Con cuánta dulzura me trataste! Para mí tu cariño superó al amor de las mujeres. ¡Cómo han caído los valientes! ¡Las armas han sido destruidas!” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 79
R. Señor: ¡Míranos con buenos ojos y estaremos a salvo!
– Pastor de Israel, que guías a José como a un rebaño, que tienes tu trono sobre los querubines, ¡escucha! ¡Mira con buenos ojos a Efraín, Benjamín y Manasés! ¡Despierta y ven a salvarnos con tu poder! R.
– Señor, Dios todopoderoso, ¿hasta cuándo estarás enojado con la oración de tu pueblo? R.
– Nos has dado lágrimas por comida; por bebida, lágrimas en abundancia. Nos has convertido en la burla de nuestros vecinos, y nuestros enemigos se ríen de nosotros. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 3, 20-21
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús entró en una casa, y otra vez se juntó tanta gente, que ni siquiera podían comer él y sus discípulos. Cuando lo supieron los parientes de Jesús, fueron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Señor, santifica con tu bendición estas ofrendas que te presentamos, y concédenos la gracia de vivir encendidos en el fuego de tu amor que dio fuerza a la mártir santa Inés para soportar los tormentos. Por Jesucristo nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Señor, que el sacramento que hemos recibido nos dé la fortaleza con que santa Inés se mostró siempre fiel a tu servicio y vencedora en el tormento. Por Jesucristo.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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22 ENERO – DOMINGO TERCERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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Jo 3,1-5.10 / Sal 24 / 1Cor 7,29-31 / Mc 1,14-20 – VERDE
5. Oración Colecta
Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo, podamos producir frutos de amor y fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad.
6. Primera Lectura: Jo 3,1-5.10
Lectura del libro de Jonás
El Señor se dirigió por segunda vez a Jonás, y le dijo: “Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia lo que te voy a decir.”
Jonás se puso en marcha y fue a Nínive, como el Señor se lo había ordenado. Nínive era una ciudad tan grande que para recorrerla toda había que caminar tres días. Jonás entró en la ciudad y caminó todo un día, diciendo a grandes voces: “¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!”
Los habitantes de la ciudad, grandes y pequeños, creyeron en Dios, proclamaron ayuno y se pusieron ropas ásperas en señal de dolor.
Dios vio lo que hacía la gente de Nínive y cómo dejaba su mala conducta, y decidió no hacerles el daño que les había anunciado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 24
R. Señor, guíame por tus senderos.
– Señor, muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos; guíame, encamíname en tu verdad, pues tú eres mi Dios y Salvador. R.
– Señor, acuérdate del amor y la ternura que siempre nos has manifestado. Señor, acuérdate de mí, por tu gran amor y bondad. R.
– El Señor es bueno y justo; él corrige la conducta de los pecadores y guía por su camino a los humildes; ¡los instruye en la justicia! R.
8. Segunda Lectura: 1Cor 7,29-31
Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos, lo que quiero decir es esto: Nos queda poco tiempo. Por lo tanto, los casados deben vivir como si no lo estuvieran; los que están de luto deben portarse como si estuvieran de fiesta, y los que están de fiesta deben portarse como si estuvieran de luto; los que compran deben vivir como si nada fuera suyo; y los que están usando de este mundo deben vivir como si no estuvieran sacando provecho de él, porque este mundo que vemos ha de terminar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 1,14-20
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: “Ya se cumplió el plazo señalado, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias.”
Jesús pasaba por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua. Les dijo Jesús: —Síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres.
Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo. Respondemos: R. Escúchanos, Señor.
– Por la Iglesia, para que busque el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor. R.
– Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen por la paz y el bienestar, a fin de que reine la justicia y la paz, roguemos al Señor. R.
– Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en su auxilio, roguemos al Señor. R.
– Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y en el amor, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Dios nuestro, que has enviado a tu Hijo, para anunciar el Evangelio a los pobres, la libertad a los cautivos y a los ciegos la vista, escucha nuestras súplicas y haznos instrumentos eficaces de libertad y salvación para todos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación. Por Jesucristo.
21. Oración después de la Comunión
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente de vida. Por Jesucristo.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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23 ENERO – LUNES TERCERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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2 Sm 5, 1-7.10 / Sal 88 / Mc 3, 22-30 – VERDE
6. Primera Lectura: 2 Sm 5, 1-7.10
Lectura del segundo libro de Samuel
En aquel entonces, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón para hablar con David, y le dijeron: “Nosotros somos de tu misma sangre, y en realidad, aunque Saúl era nuestro rey, tú eras el que verdaderamente dirigía a Israel en sus campañas. Además, el Señor te ha prometido que tú serás quien dirija y gobierne a Israel.”
De esta manera, todos los ancianos de Israel fueron y hablaron con el rey David en Hebrón, y él hizo un pacto con ellos, poniendo al Señor por testigo. Entonces ellos consagraron a David como rey de Israel. David tenía treinta años cuando empezó a reinar, y reinó cuarenta años: en Hebrón fue rey de Judá durante siete años y medio, y luego en Jerusalén fue rey de todo Israel y Judá durante treinta y tres años.
El rey David y sus hombres se dirigieron hacia Jerusalén para atacar a los jebuseos, habitantes de aquella región. Y los jebuseos, creyendo que David no lograría entrar en la ciudad, le dijeron: “Tú no podrás entrar aquí, pues se bastan los ciegos y los inválidos para no dejarte entrar.” Sin embargo, David capturó la fortaleza de Sión, ahora conocida como la Ciudad de David.
El poder de David iba aumentando, y el Señor, el Dios todopoderoso, estaba con él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 88
R. Él contará con mi amor y fidelidad.
– En otro tiempo hablaste en una visión, y dijiste a tus siervos fieles: “He escogido a un valiente de mi pueblo, lo he puesto en alto y lo he ayudado. R.
– ¡He encontrado a mi siervo David! Con mi aceite sagrado lo he designado rey, y nunca le faltará mi ayuda. Con mi poder lo fortaleceré. R.
– Él contará con mi amor y fidelidad, y por mí aumentará su poder. Afirmaré su poder y dominio desde el Mediterráneo hasta el Éufrates. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 3, 22-30
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: “Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien le ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.”
Jesús los llamó, y les puso un ejemplo, diciendo: “¿Cómo puede Satanás expulsar al propio Satanás? Un país dividido en bandos enemigos, no puede mantenerse; y una familia dividida, no puede mantenerse. Así también, si Satanás se divide y se levanta contra sí mismo, no podrá mantenerse; habrá llegado su fin.
“Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus cosas, si no lo ata primero; solamente así podrá robárselas.
“Les aseguro que Dios dará su perdón a los hombres por todos los pecados y todo lo malo que digan: pero el que ofenda con sus palabras al Espíritu Santo, nunca tendrá perdón, sino que será culpable para siempre.”
Esto lo dijo Jesús porque ellos afirmaban que tenía un espíritu impuro. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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24 ENERO – MARTES TERCERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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2 Sm 6, 12b-15.17-19/Sal 23/ Mc 3, 31-35 – VERDE
6. Primera Lectura: 2 Sm 6, 12b-15.17-19
Lectura del segundo libro de Samuel
David fue y con gran alegría trasladó el arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca del Señor habían dado ya seis pasos, David sacrificó un toro y un carnero gordo.
David iba vestido con un efod de lino, y danzaba con todas sus fuerzas, y tanto él como todos los israelitas llevaban el arca del Señor entre gritos de alegría y toque de trompetas.
El arca del Señor fue llevada y puesta en su lugar, dentro de una tienda de campaña que David había levantado con ese propósito. En seguida David ofreció holocaustos y sacrificios de reconciliación delante del Señor, y cuando terminó de ofrecerlos bendijo al pueblo en el nombre del Señor todopoderoso, y a todos los israelitas allí presentes, hombres y mujeres, les dio un pan, una torta de dátiles y otra de pasas. Después todos se volvieron a sus casas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 23
R. ¿Quién es el Rey de la gloria? ¡Es el Señor!
– ¡Ábranse, puertas eternas! ¡Quédense abiertas de par en par, y entrará el Rey de la gloria! R.
– ¿Quién es este Rey de la gloria? ¡Es el Señor, el fuerte y valiente! ¡Es el Señor, valiente en la batalla! R.
– ¡Ábranse, puertas eternas! ¡Quédense abiertas de par en par, y entrará el Rey de la gloria! R.
– ¿Quién es el Rey de la gloria? ¡Es el Señor todopoderoso! ¡Él es el Rey de la gloria! R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 3, 31-35
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Llegaron la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron llamarlo. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo:—Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera, y te buscan.
Él les contestó:—¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió:—Estos son mi madre y mis hermanos. Pues cualquiera que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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25 ENERO – MIÉRCOLES – CONVERSIÓN DE SAN PABLO
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Hch 22, 3-16 / Sal 116 / Mc 16, 15-18 – BLANCO
5. Oración Colecta
Señor, Dios nuestro: Tú que has instruido a todos los pueblos con la predicación del apóstol Pablo, concede a cuantos celebramos su conversión caminar hacia ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el mundo testigos de tu verdad. Por nuestro Señor.
6. Primera Lectura: Hch 22, 3-16
Lectura de los Hechos de los Apóstoles
Pablo dijo al pueblo: “Yo soy judío. Nací en Tarso de Cilicia, pero me crié aquí en Jerusalén y estudié bajo la dirección de Gamaliel, muy de acuerdo con la ley de nuestros antepasados. Siempre he procurado servir a Dios con todo mi corazón, tal como todos ustedes lo hacen hoy día. Antes perseguí a muerte a quienes seguían este Nuevo Camino, y los arresté y metí en la cárcel, ya fueran hombres o mujeres. El jefe de los sacerdotes y todos los ancianos son testigos de esto. Ellos me dieron cartas para nuestros hermanos judíos en Damasco, y fui allá en busca de creyentes, para traerlos aquí a Jerusalén y castigarlos. Pero mientras iba yo de camino, y estando ya cerca de Damasco, a eso del mediodía, una fuerte luz del cielo brilló de repente a mi alrededor, y caí al suelo. Y oí una voz, que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’ Pregunté: ‘¿Quién eres, Señor?’ Y la voz me contestó: ‘Yo soy Jesús de Nazaret, el mismo a quien tú estás persiguiendo.’ Los que iban conmigo vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Yo pregunté: ‘¿Qué debo hacer, Señor?’ Y el Señor me dijo: ‘Levántate y sigue tu viaje a Damasco. Allí se te dirá todo lo que debes hacer.’ Como el brillo de la luz me dejó ciego, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.
“Allí había un hombre llamado Ananías, que era muy piadoso y obediente a la ley de Moisés; todos los judíos que vivían en Damasco hablaban muy bien de él. Ananías vino a verme, y al llegar me dijo: ‘Hermano Saulo, recibe de nuevo la vista.’ En aquel mismo momento recobré la vista, y pude verlo. Luego añadió: ‘El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al que es justo y oigas su voz de sus propios labios. Pues tú vas a ser testigo suyo ante todo el mundo, y vas a contar lo que has visto y oído. Y ahora, no esperes más. Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando el nombre del Señor.’” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 116
R. Vayan por todo el mundo y anuncien el evangelio.
– Naciones y pueblos todos, alaben al Señor. R.
– Pues su amor por nosotros es muy grande;¡la fidelidad del Señor es eterna! ¡Aleluya! R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 16, 15-18
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús les dijo a los apóstoles: “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia. El que crea y sea bautizado, obtendrá la salvación; pero el que no crea, será condenado. Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Al celebrar, Señor, este santo sacrificio, haz que nos ilumine el Espíritu Santo con la luz de la fe que impulsó siempre al apóstol san Pablo a la propagación de tu Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Te pedimos, Señor, Dios nuestro, que los sacramentos que hemos recibido nos enciendan en el fuego de amor que abrasaba el corazón de san Pablo y le impulsaba al servicio de todas las iglesias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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26 ENERO – JUEVES – SANTOS TIMOTEO Y TITO
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2 Tim 1,1-8 11,1-2.8-19 / Sal 132 / Lc 10, 1-9 – BLANCO
5. Oración Colecta
¡Oh Dios!, que hiciste brillar con virtudes apostólicas a los santos Timoteo y Tito; concédenos por su intercesión que, viviendo en justicia y santidad, seamos testigos de la presencia del Reino entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.
6. Primera Lectura: 2 Tim 1,1-8
Comienzo de la segunda carta del Apóstol Pablo a Timoteo
Pablo, apóstol de Cristo Jesús, enviado por voluntad de Dios de acuerdo con la promesa de vida que se obtiene por medio de Cristo Jesús, saluda al querido hijo Timoteo. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Señor derramen su gracia, su misericordia y su paz sobre ti.
Al recordarte siempre en mis oraciones de día y de noche, doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia, como sirvieron también mis antepasados. Me acuerdo siempre de tus lágrimas, y quisiera verte para llenarme de alegría. Porque me acuerdo de la fe sincera que tienes. Primero la tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice, y estoy seguro de que también tú la tienes. Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio. No te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor; ni tampoco te avergüences de mí, preso por causa suya. Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 132
R. ¡Vean qué bueno es que los hermanos vivan unidos!
– Es como el buen perfume que corre por la cabeza de los sacerdotes y baja por su barba hasta el cuello de su ropaje. R.
– Es como el rocío del monte Hermón, que cae sobre los montes de Sión. R.
– Allí es donde el Señor envía la bendición de una larga vida. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Lc 10, 1-9
† Lectura del Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, el Señor escogió a setenta y dos, y los mandó de dos en dos delante de él, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir.
Les dijo: “Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla. Vayan ustedes; miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven dinero ni provisiones ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: ‘Paz a esta casa.’ Y si allí hay gente de paz, su deseo de paz se cumplirá; pero si no, ustedes nada perderán. Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a su paga. No anden de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: ‘El reino de Dios ya está cerca de ustedes.’ Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad, nuestras ofrendas y, por intercesión de los santos Timoteo y Tito, que hoy conmemoramos, consérvanos unidos en tu amor para que podamos ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Dios nuestro, fuente de consolación y de paz, que nos has concedido celebrar la Eucaristía en la fiesta de tus santos Timoteo y Tito, haz que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento, sean prendas de nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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27 ENERO – VIERNES TERCERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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2 Sm 11, 1-4a.5-10a.13-17 / Sal 50 / Mc 4, 26-34 – VERDE
6. Primera Lectura: 2 Sm 11, 1-4a.5-10a.13-17
Lectura del segundo libro de Samuel
En cierta ocasión, durante la primavera, que es cuando los reyes acostumbran salir a campaña, David envió a Joab y a sus oficiales, con todo el ejército israelita, y destruyeron a los amonitas y sitiaron la ciudad de Rabá. David, sin embargo, se quedó en Jerusalén.
Una tarde, al levantarse David de su cama y pasearse por la azotea del palacio real, vio desde allí a una mujer muy hermosa que se estaba bañando. Esta mujer estaba apenas purificándose de su periodo de menstruación. David mandó que averiguaran quién era ella, y le dijeron que era Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita. David ordenó entonces a unos mensajeros que se la trajeran, y se acostó con ella, después de lo cual ella volvió a su casa.
La mujer quedó embarazada, y así se lo hizo saber a David. Entonces David ordenó a Joab que mandara traer a Urías el hitita, y así lo hizo Joab. Y cuando Urías se presentó ante David, este le preguntó cómo estaban Joab y el ejército, y qué noticias había de la guerra. Después le ordenó que se fuera a su casa y se lavara los pies.
En cuanto Urías salió del palacio real, el rey le envió comida especial como regalo; pero Urías, en lugar de ir a su casa, pasó la noche a las puertas del palacio, con los soldados de la guardia real. Cuando le contaron a David que Urías no había ido a su casa, David lo invitó a comer y beber con él, y lo emborrachó. Ya por la noche, Urías salió y se fue a dormir con los soldados de la guardia real, pero no fue a su casa.
A la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab, y la envió por medio de Urías. En la carta decía: “Pongan a Urías en las primeras líneas, donde sea más dura la batalla, y luego déjenlo solo para que caiga herido y muera.”
Así pues, cuando Joab rodeó la ciudad para atacarla, puso a Urías en el lugar donde él sabía que estaban los soldados más valientes, y en un momento en que los que defendían la ciudad salieron para luchar contra Joab, cayeron en combate algunos de los oficiales de David, entre los cuales se encontraba Urías. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 50
R. Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí.
– Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! R.
– Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente. Contra ti he pecado, y solo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas. R.
– Por eso tu sentencia es justa; irreprochable tu juicio. En verdad, soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre. R.
– Lléname de gozo y alegría; alégrame de nuevo, aunque me has quebrantado. Aleja de tu vista mis pecados y borra todas mis maldades. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 4, 26-34
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús dijo a la multitud: “Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra semilla en la tierra: que lo mismo da que esté dormido o despierto, que sea de noche o de día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero el tallo, luego la espiga y más tarde los granos que llenan la espiga. Y cuando ya el grano está maduro, lo recoge, porque ha llegado el tiempo de la cosecha.”
También dijo Jesús: “¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo, pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las otras plantas del huerto, con ramas tan grandes que hasta las aves pueden posarse bajo su sombra.”
De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como estas, según podían entender. Pero no les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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28 ENERO – SÁBADO TERCERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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2 Sm 12,1-7a.10-17/ Sal 50 / Mc 4, 35-41 – VERDE
6. Primera Lectura: 2 Sm 12, 1-7a.10-17
Lectura del segundo libro de Samuel
El Señor envió al profeta Natán a ver a David. Cuando Natán se presentó ante él, le dijo:—En una ciudad había dos hombres. Uno era rico y el otro pobre. El rico tenía gran cantidad de ovejas y vacas, pero el pobre no tenía más que una ovejita que había comprado. Y él mismo la crió, y la ovejita creció en compañía suya y de sus hijos; comía de su misma comida, bebía en su mismo vaso y dormía en su pecho. ¡Aquel hombre la quería como a una hija! Un día, un viajero llegó a visitar al hombre rico; pero este no quiso tomar ninguna de sus ovejas o vacas para preparar comida a su visitante, sino que le quitó al hombre pobre su ovejita y la preparó para dársela al que había llegado.
David se enfureció mucho contra aquel hombre, y le dijo a Natán:—¡Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte! ¡Y debe pagar cuatro veces el valor de la ovejita, porque actuó sin mostrar ninguna compasión!
Entonces Natán le dijo:—¡Tú eres ese hombre! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: ‘Yo te escogí como rey de Israel, y te libré del poder de Saúl. Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia. Yo, el Señor, declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y se las entregaré a uno de tu familia, el cual se acostará con ellas a plena luz del sol. Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.’
David admitió ante Natán:—He pecado contra el Señor.
Y Natán le respondió:—El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás. Pero como has ofendido gravemente al Señor, tu hijo recién nacido tendrá que morir.
Y cuando Natán volvió a su casa, el Señor hizo que el niño que David había tenido con la mujer de Urías se enfermara gravemente. Entonces David rogó a Dios por el niño, y ayunó y se pasó las noches acostado en el suelo. Los ancianos que vivían en su palacio iban a rogarle que se levantara del suelo, pero él se negaba a hacerlo, y tampoco comía con ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 50
R. Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!
–.Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu presencia ni me quites tu santo espíritu. R.
– Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sostenme con tu espíritu generoso, para que yo enseñe a los rebeldes tus caminos y los pecadores se vuelvan a ti. R.
– Líbrame de cometer homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación, y anunciaré con cantos que tú eres justo. Señor, abre mis labios, y con mis labios te cantaré alabanzas. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 4, 35-41
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús dijo a sus discípulos:—Vamos al otro lado del lago.
Entonces dejaron a la gente y llevaron a Jesús en la barca en que ya estaba; y también otras barcas lo acompañaban. En esto se desató una tormenta, con un viento tan fuerte que las olas caían sobre la barca, de modo que se llenaba de agua. Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás, apoyado sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron:—¡Maestro! ¿No te importa que nos estemos hundiendo?
Jesús se levantó y dio una orden al viento, y dijo al mar:—¡Silencio! ¡Quédate quieto!
El viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo. Después dijo Jesús a los discípulos:—¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe?
Ellos se llenaron de miedo, y se preguntaban unos a otros:—¿Quién será este, que hasta el viento y el mar lo obedecen? Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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29 ENERO – DOMINGO CUARTA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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Dt 18,15-20 / Sal 94 / 1Cor 7,32-35 / Mc 1,21-28 – VERDE
5. Oración Colecta
Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
6. Primera Lectura: Dt 18,15-20
Lectura del libro del Deuteronomio
Habló Moisés, diciendo: “El Señor su Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo, y deberán obedecerlo. Esto es en realidad lo que ustedes pidieron al Señor su Dios en el monte Horeb, el día en que todos se reunieron allí y dijeron: ‘No queremos oír otra vez la voz del Señor nuestro Dios, ni ver este gran fuego, para no morir.’ Entonces el Señor me dijo: ‘Está bien lo que han dicho. Yo haré que salga de entre ellos un profeta como tú, uno que sea compatriota de ellos y que les diga lo que yo le ordene decir, y les repita lo que yo le mande. A todo aquel que no haga caso de lo que ese profeta diga en mi nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que presuma de hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir, o hable en nombre de otros dioses, será condenado a muerte.’ Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 94
R. Escuchen hoy lo que el Señor les dice.
– Vengan, cantemos al Señor con alegría; cantemos a nuestro protector y Salvador. Entremos a su presencia con gratitud, y cantemos himnos en su honor. R.
– Vengan, adoremos de rodillas; arrodillémonos delante del Señor, pues él nos hizo. Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo; somos ovejas de sus prados. R.
– Escuchen hoy lo que él les dice: “No endurezcan su corazón, como en Meribá; como aquel día en Masá, en el desierto, cuando me pusieron a prueba sus antepasados, aunque habían visto mis obras.” R.
8. Segunda Lectura: 1 Cor 7,32-35
Lectura de la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Yo quisiera librarlos a ustedes de preocupaciones. El que está soltero se preocupa por las cosas del Señor, y por agradarle; pero el que está casado se preocupa por las cosas del mundo y por agradar a su esposa, y así está dividido. Igualmente, la mujer que ya no tiene esposo y la joven soltera se preocupan por las cosas del Señor, por ser santas tanto en el cuerpo como en el espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo y por agradar a su esposo.
Les digo esto, no para ponerles restricciones, sino en bien de ustedes y para que vivan de una manera digna, sirviendo al Señor sin distracciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 1,21-28
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Llegó Jesús a Cafarnaúm, y en el sábado entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. La gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como los maestros de la ley.
En la sinagoga del pueblo había un hombre que tenía un espíritu impuro, el cual gritó: —¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios.
Jesús reprendió a aquel espíritu, diciéndole: —¡Cállate y deja a este hombre!
El espíritu impuro hizo que al hombre le diera un ataque, y gritando con gran fuerza salió de él. Todos se asustaron, y se preguntaban unos a otros: —¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, y con plena autoridad! ¡Incluso a los espíritus impuros da órdenes, y lo obedecen!
Y muy pronto la fama de Jesús se extendió por toda la región de Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
13. Oración de los Fieles
+ Invoquemos, con corazón unánime y plegaria ferviente a Dios Padre, fuente y origen de todo bien. Respondemos todos: R. Escúchanos, Señor.
– Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor. R.
– Por nuestra comunidad, por su prosperidad y por todos los que en ella viven, roguemos al Señor. R.
– Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor. R.
– Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Padre, en Cristo, nos das al mediador y liberador; escucha nuestras oraciones y haznos fuertes en la confesión de la fe, y de la esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de entrega a ti, y conviértelos en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
21. Oración después de la Comunión
Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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30 ENERO – LUNES CUARTA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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2 Sm 15, 13-14.30; 16,5-13a / Sal 3 / Mc 5, 1-20 – VERDE
6. Primera Lectura: 2 Sm 15, 13-14.30; 16,5-13a
Lectura del segundo libro de Samuel
Un mensajero fue a decirle a David que los israelitas estaban haciéndose partidarios de Absalón. Entonces David ordenó a todos los oficiales que estaban con él en Jerusalén:—¡Huyamos ahora mismo o no podremos escapar de Absalón! ¡Vamos, dense prisa, no sea que nos alcance y nos cause mucho daño y mate a filo de espada a todos en la ciudad!
David subió la cuesta de los Olivos; iba descalzo y llorando, y con la cabeza cubierta en señal de dolor. Toda la gente que lo acompañaba llevaba también cubierta la cabeza y subía llorando.
Cuando el rey David llegó a Bahurim, un hombre de la familia de Saúl salió de allí. Era hijo de Guerá, y se llamaba Simí, e iba maldiciendo y tirando piedras contra David y contra todos sus oficiales; y aunque el rey estaba protegido por la gente y por su guardia personal, Simí lo maldecía diciendo:—¡Largo de aquí, malvado asesino! ¡El Señor te ha castigado por todos los crímenes que cometiste contra la familia de Saúl para reinar en su lugar! ¡Ahora el Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón, y aquí estás, víctima de tu propia maldad, pues no eres otra cosa que un asesino!
Entonces Abisai, hijo de Seruiá, dijo al rey:—¿Por qué este perro muerto ha de ofender a Su Majestad? ¡Ahora mismo voy a cortarle la cabeza!
Pero el rey respondió:—Este no es asunto de ustedes, hijos de Seruiá. Si él me maldice, será porque el Señor se lo ha ordenado. Y en tal caso, ¿quién puede pedirle cuentas de lo que hace?
Luego, dirigiéndose a Abisai y a todos sus oficiales, dijo:—Si hasta mi propio hijo procura quitarme la vida, ¡cuánto más uno de la tribu de Benjamín! ¡Déjenlo que me maldiga, pues el Señor se lo habrá ordenado! Quizá cuando el Señor vea mi aflicción, me envíe bendiciones en lugar de las maldiciones que hoy escucho. Y David y sus hombres siguieron su camino. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 3
R. ¡Levántate, Señor, y ven a salvarnos!
– Señor, muchos son mis enemigos, muchos son los que se han puesto en contra mía, ¡muchos son los que dicen de mí: “Dios no va a salvarlo”! R.
– Pero tú, Señor, eres mi escudo protector, eres mi gloria, eres quien me reanima. A gritos pido ayuda al Señor y él me contesta desde su monte santo. R.
– Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar, porque el Señor me da su apoyo. No me asusta ese enorme ejército que me rodea dispuesto a atacarme. R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 5, 1-20
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Jesús y sus discípulos llegaron al otro lado del lago, a la tierra de Gerasa. En cuanto Jesús bajó de la barca, se le acercó un hombre que tenía un espíritu impuro. Este hombre había salido de entre las tumbas, porque vivía en ellas. Nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Pues aunque muchas veces lo habían atado de pies y manos con cadenas, siempre las había hecho pedazos, sin que nadie lo pudiera dominar. Andaba de día y de noche por los cerros y las tumbas, gritando y golpeándose con piedras. Pero cuando vio de lejos a Jesús, echó a correr, y poniéndose de rodillas delante de él le dijo a gritos:—¡No te metas conmigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo! ¡Te ruego por Dios que no me atormentes!
Hablaba así porque Jesús le había dicho:—¡Espíritu impuro, deja a ese hombre!
Jesús le preguntó:—¿Cómo te llamas?
Él contestó:—Me llamo Legión, porque somos muchos.
Y rogaba mucho a Jesús que no enviara los espíritus fuera de aquella región. Y como cerca de allí, junto al cerro, había gran número de cerdos comiendo, los espíritus le rogaron:—Mándanos a los cerdos y déjanos entrar en ellos.
Jesús les dio permiso, y los espíritus impuros salieron del hombre y entraron en los cerdos. Estos, que eran unos dos mil, echaron a correr pendiente abajo hasta el lago, y allí se ahogaron.
Los que cuidaban de los cerdos salieron huyendo, y fueron a contar en el pueblo y por los campos lo sucedido. La gente acudió a ver lo que había pasado. Y cuando llegaron a donde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su cabal juicio al endemoniado que había tenido la legión de espíritus. La gente estaba asustada, y los que habían visto lo sucedido con el endemoniado y con los cerdos, se lo contaron a los demás. Entonces comenzaron a rogarle a Jesús que se fuera de aquellos lugares.
Al volver Jesús a la barca, el hombre que había estado endemoniado le rogó que lo dejara ir con él. Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo:—Vete a tu casa, con tus parientes, y cuéntales todo lo que el Señor te ha hecho, y cómo ha tenido compasión de ti.
El hombre se fue, y comenzó a contar por los pueblos de Decápolis lo que Jesús había hecho por él; y todos se quedaron admirados. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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PERIPLOS DEL OBISPO |
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31 ENERO – MARTES CUARTA SEMANA TIEMPO ORDINARIO
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2Sm 18, 9-10.14b.24-25.30-32;19,1-3 / Sal 85 / Mc 5,21-43 – VERDE
6. Primera Lectura: 2 Sm 18, 9-10.14b.24-25a.30-32; 19,1-3
Lectura del segundo libro de Samuel
Absalón, que iba montado en un mulo, se encontró de repente frente a los seguidores de David. Entonces el mulo se metió debajo de una gran encina, y a Absalón se le quedó trabada la cabeza en las ramas, por lo que se quedó colgado en el aire, pues el mulo siguió de largo. Alguien que vio esto, fue a decirle a Joab:—He visto a Absalón colgado de una encina.
Joab tomando tres dardos, los clavó en el corazón de Absalón, que aún estaba vivo en la encina.
Mientras tanto, David estaba sentado entre las dos puertas de la entrada de la ciudad, y el centinela había subido a la azotea, encima de la puerta de la muralla. Al levantar la vista, el centinela vio a un hombre solo, que venía corriendo, y lo anunció al rey en voz alta. El rey exclamó:—Si viene solo es que trae buenas noticias.
—¿Está bien el joven Absalón? —preguntó el rey.
Y Ahimaas respondió:—Yo vi un gran alboroto en el momento en que Joab, servidor de Su Majestad, me enviaba, pero no supe lo que pasaba.
Entonces el rey le ordenó:—Colócate a un lado y quédate ahí.
Ahimaas lo hizo así. En aquel momento llegó el etíope, y dijo:—Reciba estas buenas noticias Su Majestad: hoy el Señor ha hecho justicia a Su Majestad, librándolo del poder de todos los que se rebelaron contra Su Majestad.
El rey preguntó al etíope:—Y el joven Absalón, ¿está bien?
El etíope contestó:—Ojalá que los enemigos de Su Majestad y todos los que se rebelen contra Su Majestad y busquen su mal, acaben como ese muchacho.
El rey se conmovió, y subiendo al cuarto que estaba encima de la puerta, se echó a llorar. Y mientras caminaba, decía: “¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío! ¡Ojalá yo hubiera muerto en tu lugar! ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío!”
Cuando la gente supo que el rey lloraba y lamentaba la muerte de su hijo Absalón, fueron a decírselo a Joab. Y así aquel día la victoria se convirtió en motivo de tristeza. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
7. Salmo Responsorial: Del salmo 85
R. Señor, dígnate escucharme.
– Señor, dígnate escucharme, porque estoy muy triste y pobre; protégeme, pues te soy fiel. Tú eres mi Dios; ¡salva a este siervo tuyo que en ti confía! R.
– Señor, ten compasión de mí, que a ti clamo a todas horas. Señor, alegra el ánimo de este siervo tuyo, pues a ti dirijo mi oración. R.
– Porque tú, Señor, eres bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, ¡atiende mi plegaria! R.
9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 5,21-43
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se le reunió mucha gente, y él se quedó en la orilla. En esto llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, que al ver a Jesús se echó a sus pies y le rogó mucho, diciéndole:—Mi hija se está muriendo; ven a poner tus manos sobre ella, para que sane y viva.
Jesús fue con él, y mucha gente lo acompañaba apretujándose a su alrededor. Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. Cuando oyó hablar de Jesús, esta mujer se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó la capa. Porque pensaba: “Tan solo con que llegue a tocar su capa, quedaré sana.” Al momento, el derrame de sangre se detuvo, y sintió en el cuerpo que ya estaba curada de su enfermedad. Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de él, se volvió a mirar a la gente, y preguntó:—¿Quién me ha tocado la ropa?
Sus discípulos le dijeron:—Ves que la gente te oprime por todos lados, y preguntas ‘¿Quién me ha tocado?’
Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién lo había tocado. Entonces la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había pasado, fue y se arrodilló delante de él, y le contó toda la verdad. Jesús le dijo:—Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y curada ya de tu enfermedad.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos de casa del jefe de la sinagoga a decirle al padre de la niña:—Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro?
Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, le dijo al jefe de la sinagoga:—No tengas miedo; cree solamente.
Y no dejó que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga y ver el alboroto y la gente que lloraba y gritaba, entró y les dijo:—¿Por qué hacen tanto ruido y lloran de esa manera? La niña no está muerta, sino dormida.
La gente se rió de Jesús, pero él los hizo salir a todos, y tomando al padre, a la madre y a los que lo acompañaban, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo:—Talitá, cum (que significa: “Muchacha, a ti te digo, levántate. Al momento, la muchacha, que tenía doce años, se levantó y echó a andar. Y la gente se quedó muy admirada. Pero Jesús ordenó severamente que no se lo contaran a nadie, y luego mandó que dieran de comer a la niña. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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