LECTURAS BÍBLICAS PARA LA LITURGIA

 

IGLESIA EN MARCHA

EL PAN VIVO DE CADA DÍA

 
PERIPLOS D


LECTURAS DE JUNIO

 

Junio 2013

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1 JUNIO – SÁBADO – SAN JUSTINO, MÁRTIR.


Ap 12,10-12a / Sal 126 / Lc 9,23-26 – Rojo

5. Oración Colecta
Padre todopoderoso, que concediste a san Justino pelear el combate de la fe hasta derramar su sangre, te rogamos que su intercesión nos ayude a soportar por tu amor la adversidad, y a caminar con valentía hacia ti, fuente de toda vida. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Ap 12,10-12a
Lectura del libro del Apocalípsis
Oí una fuerte voz en el cielo, que decía: “Ya llegó la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Mesías; porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. Nuestros hermanos lo han vencido con la sangre derramada del Cordero y con el mensaje que ellos proclamaron; no tuvieron miedo de perder la vida, sino que estuvieron dispuestos a morir. ¡Alégrense, pues, cielos, y ustedes que viven en ellos! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 126
R. “¡El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros!”

Sí, el Señor había hecho grandes cosas por nosotros, y estábamos alegres. ¡Señor, haz que cambie de nuevo nuestra suerte, como cambia el desierto con las lluvias! R.
Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. Aunque lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre los brazos. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9,23-26
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús les dijo a todos:—Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se destruye a sí mismo? Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con su gloria y con la gloria de su Padre y de los santos ángeles. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Te ofrecemos, Señor, estas ofrendas en la festividad de san Justino, mártir, a quien ninguna tentación ha podido separar de la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Reanimados por estos sacramentos te rogamos, Señor, que imitando la constancia de san Justino merezcamos recibir de tus manos el premio prometido a la paciencia. Por Jesucristo nuestro Señor.


PERIPLOS DEL OBISPO
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2 JUNIO – DOMINGO – CORPUS CHRISTI.

Gn 14, 18-20 / Sal 109 / 1 Cor 11, 23-26 / Lc 9, 11b-17 – Blanco

5. Oración Colecta
Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo.

6. Primera Lectura:Gn 14, 18-20
Lectura del libro del Génesis
Melquisedec, que era rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abram con estas palabras: “Que te bendiga el Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra; y alabado sea el Dios altísimo que te hizo vencer a tus enemigos.”
Entonces Abram le dio a Melquisedec la décima parte de lo que había recobrado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 109
R. “Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.”
El Señor dijo a mi señor: “Siéntate a mi derecha, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.” R.
Desde Sión, el Señor te entrega el cetro, símbolo de tu poder. ¡Domina, pues, a tus enemigos! R.
Tu pueblo se te entrega en el día de tu victoria. Sobre los montes santos, y como el rocío que nace de la aurora, tu juventud se renueva de día en día. R.
El Señor ha hecho un juramento, y no va a desdecirse: “Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.” R.

8. Segunda Lectura: 1 Cor 11, 23-26
Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Yo recibí esta tradición dejada por el Señor, y que yo a mi vez les transmití: Que la misma noche que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que muere en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.” Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.” De manera que, hasta que venga el Señor, ustedes proclaman su muerte cada vez que comen de este pan y beben de esta copa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 11b-17
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús recibió a la multitud, les habló del reino de Dios y sanó a los enfermos.
Cuando ya comenzaba a hacerse tarde, se acercaron a Jesús los doce discípulos y le dijeron:–Despide a la gente, para que vayan a descansar y a buscar comida por las aldeas y los campos cercanos, porque en este lugar no hay nada.
Jesús les dijo:—Denles ustedes de comer.
Ellos contestaron:—No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos a comprar comida para toda esta gente.
Pues eran unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos:—Háganlos sentarse en grupos como de cincuenta.
Ellos obedecieron e hicieron sentar a todos. Luego Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y se los dio a sus discípulos para que los repartieran entre la gente. La gente comió hasta quedar satisfecha, y recogieron en doce canastos los pedazos sobrantes. Palabra del Señor.Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ El Señor hace nuevamente presente su pascua, que salva a la humanidad, sobre el altar; elevémosle nuestras súplicas diciendo: Te rogamos, Señor, óyenos.
- Para que cuando los presbíteros presidan la celebración eucarística, el pueblo vea en ellos la imagen viva de Cristo, roguemos al Señor. R.
- Para que pronto llegue el día en que todos los cristianos celebremos la Eucaristía en la unidad de una sola Iglesia, roguemos al Señor. R.
- Para que los fieles que se encuentran a las puertas de la muerte dejen este mundo fortalecidos con el Cuerpo y Sangre de Cristo, roguemos al Señor. R.
- Para que adoremos siempre en espíritu y verdad a Cristo, realmente presente en el admirable sacramento de la Eucaristía, roguemos al Señor. R.
+ Mira, Padre, a tu pueblo, reunido en torno a la mesa de tu Hijo para celebrar el sacrificio de la nueva alianza y escucha sus súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Señor, concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz, simbolizados en las ofrendas sacramentales que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Concédenos, Señor, disfrutar eternamente del gozo de tu divinidad que ahora pregustamos, en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Tú que vives y reinas.


PERIPLOS D
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3 JUNIO – LUNES – 9ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO.

Tob 1, 3; 2, 1-8 / Sal 111 / Mc 12, 1-12 – Verde
5. Oración Colecta
Nos acogemos, Señor, a tu providencia, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad.

6. Primera Lectura: Tob 1, 3; 2, 1-8.
Lectura del libro de Tobías
Yo, Tobit, llevé una conducta sincera y honrada todos los días de mi vida. Hice muchas obras de caridad entre mis parientes y mis compatriotas que habían sido desterrados conmigo a Asiria, a la ciudad de Nínive. Siendo rey Esarhadón, volví a mi casa y me devolvieron a mi esposa Ana y a mi hijo Tobías. Una vez estábamos celebrando nuestra fiesta de Pentecostés (llamada también “fiesta de las semanas”). Me habían preparado un buen banquete, y me senté a la mesa. Me arreglaron la mesa y me trajeron varios platos preparados. Entonces dije a mi hijo Tobías: —Hijo, ve a ver si encuentras algún israelita, de los que han venido desterrados a Nínive, que haya sido fiel a Dios de todo corazón y que sea pobre, e invítalo a comer con nosotros. Yo te espero, hijo, hasta que vuelvas.
Tobías fue a buscar algún israelita pobre, y luego volvió y me llamó.
—¿Qué pasa, hijo? —contesté.
—¡Padre —me dijo—, hay un israelita asesinado, y está tirado en la plaza! ¡Lo acaban de estrangular!
Yo ni siquiera probé la comida. Rápidamente fui a la plaza, me llevé de allí el cadáver y lo puse en una habitación, esperando que llegara la noche para enterrarlo. Volví a casa, me lavé bien y comí con mucha tristeza. Entonces me acordé de lo que había dicho el profeta Amós al hablar contra Betel: “Cambiaré las fiestas en llanto por los muertos, y los cantos en lamentos fúnebres.” Y me puse a llorar. Cuando llegó la noche, fui, cavé una fosa y enterré al muerto. Mis vecinos se burlaban de mí y decían: “La vez pasada lo estuvieron buscando para matarlo por hacer eso, y se escapó; ¡y todavía no tiene miedo! ¡Ahí está otra vez enterrando a los muertos!”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 111
R. Dichosos los que temen al Señor.
- Feliz el hombre que honra al Señor y se complace en sus mandatos. Los descendientes del hombre honrado serán bendecidos y tendrán poder en la tierra. R.
- En su casa hay abundantes riquezas, y su generosidad es constante. Brilla una luz en la oscuridad para los hombres honrados, para el que es compasivo, clemente y justo. R.
- El hombre de bien presta con generosidad y maneja con honradez sus negocios; por eso jamás llegará a caer. ¡El hombre justo será siempre recordado!. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mc 12, 1-12
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo Jesús comenzó a hablarles por medio de parábolas. Les dijo: “Un hombre plantó un viñedo y le puso un cerco; preparó un lugar donde hacer el vino y levantó una torre para vigilarlo todo. Luego alquiló el terreno a unos labradores y se fue de viaje. A su debido tiempo, mandó un criado a pedir a los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. Pero ellos le echaron mano, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. Entonces el dueño mandó otro criado, pero a este lo hirieron en la cabeza y lo insultaron. Mandó a otro, y a este lo mataron. Después mandó a otros muchos; y a unos los golpearon y a otros los mataron.
“Todavía le quedaba uno: su propio hijo, a quien quería mucho. Por último lo mandó a él, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo. Pero los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el que ha de recibir la herencia; matémoslo, y será nuestra la propiedad.’ Así que lo agarraron, lo mataron y arrojaron el cuerpo fuera del viñedo.
“¿Y qué creen ustedes que hará el dueño del viñedo? Pues irá y matará a esos labradores, y dará el viñedo a otros.
“¿No han leído ustedes la Escritura? Dice: ‘La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal.
Esto lo hizo el Señor, y estamos maravillados.’ ”
Quisieron entonces arrestar a Jesús, porque sabían que había usado esta parábola contra ellos. Pero como tenían miedo de la gente, lo dejaron y se fueron. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que nos purifiques por este memorial que estamos celebrando. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión

Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor e irradiar la presencia de tu Reino. Por Jesucristo.

PERIPLOS DEL OBISPO
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4 JUNIO – MARTES – 9ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Tob 2, 9-14 / Sal 111 / Mc 12, 13-17 – Verde

6. Primera Lectura: Tob 2, 9-14
Lectura del libro Tobías
Una noche, yo Tobías me lavé bien, salí de mi casa y me acosté junto a la pared de fuera con la cabeza descubierta porque estaba haciendo calor. No sabía que sobre la tapia, encima de mí, había unos pájaros, los cuales dejaron caer excremento caliente en mis ojos, y me salieron nubes en ellos. Fui a consultar a los médicos para que me curaran; pero mientras más remedios me untaban, más ciego me iba quedando por las nubes en los ojos, hasta que perdí la vista por completo. Cuatro años estuve sin poder ver. A todos mis parientes les dolía verme en ese estado, y Ajicar me cuidó durante dos años, hasta que se fue a Elimaida. Durante ese tiempo, mi esposa Ana se dedicó a trabajar en labores femeninas. Se las enviaba a sus patrones, y ellos se las pagaban. Un día, el siete del mes de Distro, terminó su tejido y se lo envió a sus patrones. Ellos le pagaron todo y además le regalaron un cabrito para que nos lo comiéramos. Cuando llegó a la casa, el cabrito comenzó a balar. Yo la llamé y le pregunté: —¿De dónde salió ese cabrito? ¿Acaso lo has robado? Devuélveselo a sus dueños, pues no tenemos derecho a comernos nada robado.
Ella me contestó: —Es un regalo que me hicieron, además de mi paga.
Yo no le creí, y seguí insistiendo en que lo devolviera a sus dueños. Me sentía avergonzado por lo que ella había hecho. Entonces me dijo: —¡En eso pararon tus obras de caridad! ¡En eso pararon tus buenas obras! ¡Ahora se ve claro lo que eres! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 111
R. El justo vive confiado en el Señor.
- Feliz el hombre que honra al Señor y se complace en sus mandatos. Los descendientes del hombre honrado serán bendecidos y tendrán poder en la tierra. R.
- No tiene miedo de malas noticias; su corazón está firme, confiado en el Señor. Su corazón está firme; no tiene miedo, y aun mira con burla a sus enemigos. R.
- Reparte limosna entre los pobres, su generosidad es constante, levanta la frente con honor. R.

9. Aleluya.
10. Evangelio: Mc 12, 13-17
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo mandaron a Jesús algunos de los fariseos y del partido de Herodes, para hacerle decir algo de que pudieran acusarlo. Estos fueron y le dijeron: —Maestro, sabemos que tú dices la verdad, sin dejarte llevar por lo que diga la gente, porque no hablas para darles gusto. Tú enseñas de veras el camino de Dios. ¿Está bien que paguemos impuestos al emperador romano, o no? ¿Debemos o no debemos pagarlos?
Pero Jesús, que conocía su hipocresía, les dijo: —¿Por qué me tienden trampas? Tráiganme una moneda de denario, para que la vea.
Se la llevaron, y Jesús les dijo: — ¿De quién es esta cara y el nombre que aquí está escrito? Le contestaron: — Del emperador.
Entonces Jesús les dijo: —Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.

Y su respuesta los dejó admirados. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PERIPLOS DEL OBISPO
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5 JUNIO – MIÉRCOLES – SAN BONIFACIO, OBISPO

Tob 3, 1-11.16-17 / Sal 24 / Mc 12, 18-27 – Rojo

5. Oración Colecta
Mira, Señor, a tu pueblo al que el obispo san Bonifacio evangelizó con la predicación de la palabra y alimentó con el sacramento de la vida, y haz que quienes por tu misericordia se han mantenido fieles a sus enseñanzas, por su intercesión, mantengan siempre vivo el fuego del amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Tob 3, 1-11.16-17
Lectura del libro Tobías
Yo, Tobías, me puse muy triste, y suspiré y lloré; y entre suspiros comencé a orar así: “Tú eres justo, Señor; todo lo que haces es justo. Tú procedes siempre con amor y fidelidad. Tú eres el juez del mundo. Ahora, Señor, acuérdate de mí, vuelve tus ojos hacia mí. No me castigues por mis pecados, por las faltas que yo o mis antepasados hemos cometido sin saberlo. Hemos pecado contra ti, hemos desobedecido a tus mandamientos. Por eso tú nos has entregado al saqueo, al destierro y a la muerte, y en todos los pueblos a donde nos has desterrado has hecho que la gente hable mal de nosotros y nos insulte. Reconozco que todas tus decisiones son justas al castigarme por mis pecados. No hemos cumplido tus órdenes, no hemos sido leales contigo. Trátame como mejor te parezca. Manda que me quiten la vida, para que yo desaparezca de este mundo y me convierta en tierra. Prefiero morir a seguir viviendo. He tenido que aguantar injurias y calumnias, y tengo una gran pena. ¡Señor, líbrame de esta angustia! Déjame ir al lugar del eterno descanso. Señor, no me vuelvas la espalda. Prefiero morir a pasar tantas angustias en mi vida y tener que escuchar tantos insultos.”
Ese mismo día, una mujer llamada Sara, hija de Ragüel, que vivía en la ciudad de Ecbatana, en el país de Media, tuvo que sufrir también los insultos de una criada de su padre. Resulta que Sara había sido dada en matrimonio siete veces, pero en cada caso Asmodeo, un demonio malvado, había matado al esposo antes de que este se uniera a ella como en todo matrimonio.
Entonces la criada le dijo: “¡Tú eres la que matas a tus maridos! Ya has tenido siete maridos, y no has podido llevar el apellido de ninguno de ellos. Pero el que tus maridos se te mueran no es razón para que nos castigues. ¡Muérete con ellos, sin nunca haber tenido hijos!”
Sara se puso muy triste y empezó a llorar. Luego se subió a la parte alta de la casa de su padre, con la intención de ahorcarse. Pero después de pensarlo bien, dijo: “Sería una vergüenza para mi padre que le dijeran: ‘Tenías una hija única, tan querida, y se ahorcó por sus sufrimientos.’ Con eso haría morir de tristeza a mi anciano padre. Es mejor que no me ahorque; pero voy a pedirle al Señor que me haga morir para no tener que oír más insultos en mi vida.”
Entonces extendió los brazos hacia la ventana y dijo: “Alabado seas, Dios compasivo; alabado sea tu nombre por siempre; que todo lo que has creado te alabe eternamente.”
En ese momento las oraciones de Tobit y de Sara llegaron a la presencia gloriosa de Dios, quien las escuchó y envió al ángel Rafael a curar a los dos: a sanar a Tobit de las nubes que tenía en los ojos, para que así pudiera volver a ver la luz de Dios, y a librar a Sara, la hija de Ragüel, de Asmodeo, el demonio malvado, y dársela como esposa a Tobías, el hijo de Tobit. En efecto, Tobías tenía más derecho a casarse con ella que cualquier otro pretendiente. En el mismo momento, Tobit, que estaba fuera, entraba en su casa, y Sara bajaba de la parte alta de la suya. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 24
R. A ti, Señor, levanto mi alma.
- Mi Dios, en ti confío: no dejes que me hunda en la vergüenza. ¡Que no se rían de mí mis enemigos! ¡Que no sea jamás avergonzado ninguno de los que en ti confían!. R.
- Señor, muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos; guíame, encamíname en tu verdad, pues tú eres mi Dios y Salvador. R.
- Señor, acuérdate del amor y la ternura que siempre nos has manifestado. Señor, acuérdate de mí, por tu gran amor y bondad. R.
- El Señor es bueno y justo; él corrige la conducta de los pecadores y guía por su camino a los humildes; ¡los instruye en la justicia! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mc 12, 18-27
† Lectura del Evangelio según san Marcos
En aquel entonces fueron a ver a Jesús algunos saduceos. Estos dicen que los muertos no resucitan; por eso le presentaron este caso: —Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda, para darle hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. Entonces el segundo se casó con la viuda, pero él también murió sin dejar hijos. Lo mismo pasó con el tercero, y con los siete; pero ninguno dejó hijos. Finalmente murió también la mujer. Pues bien, en la resurrección, cuando vuelvan a vivir, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, si los siete estuvieron casados con ella?
Jesús les contestó: —Ustedes están equivocados, porque no conocen las Escrituras ni el poder de Dios. Cuando los muertos resuciten, los hombres y las mujeres no se casarán, pues serán como los ángeles que están en el cielo. Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído ustedes en el libro de Moisés el pasaje de la zarza que ardía? Dios le dijo a Moisés: ‘Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.’ ¡Y él no es Dios de muertos, sino de vivos! Ustedes están muy equivocados. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Dios todopoderoso, que este sacrificio que te ofrece tu pueblo en la fiesta de san Bonifacio traiga consigo los dones del cielo que esperamos de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Celebrando con gozo la fiesta de san Bonifacio hemos recibido, Señor, la prenda de la salvación eterna; que ella sea para nosotros auxilio en esta vida participación en la vida futura. Por Jesucristo nuestro Señor.


PERIPLOS DEL O
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6 JUNIO – JUEVES – 9ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Tob 6, 10a-11a;7,1.9-17;8,4-10 / Sal 127 / Mc 12, 28b-34 – Verde

6. Primera Lectura: Tob 6, 10a-11a;7,1.9-17;8,4-10
Lectura del libro de Tobías
Habiendo llegado a Media, Daniel y Rafael se acercaban ya a Ecbatana. Entonces le dijo el ángel Rafael al muchacho: —Amigo Tobías.
—¡A tus órdenes! —contestó él.
El ángel le dijo:—Debemos pasar esta noche en la casa de Ragüel. Es pariente tuyo.
Cuando llegaron a Ecbatana, dijo Tobías: —Amigo Azarías, llévame inmediatamente a casa de Ragüel, nuestro pariente.
Entonces el ángel lo llevó a casa de Ragüel. Lo encontraron sentado junto a la puerta de entrada de su casa, y se adelantaron a saludarlo. Él les respondió: —¡Muy buenos días, amigos! ¡Bienvenidos!
Y los hizo entrar en la casa.
Luego se bañaron, se lavaron las manos y se sentaron a la mesa. Tobías dijo entonces a Rafael:–Amigo Azarías, dile a Ragüel que me dé a mi parienta Sara.
Ragüel lo alcanzó a oir y dijo al muchacho: —Come y bebe, y pasa alegremente esta noche. Porque, amigo, ningún otro fuera de ti tiene derecho a casarse con mi hija Sara. Por la misma razón, yo no puedo dársela a nadie sino a ti; tú eres mi pariente más cercano. Sin embargo, hijo, te debo decir la verdad. Ya antes se la he dado a siete esposos, parientes nuestros, y todos han muerto la misma noche en que se acercaron a ella. Ahora, hijo, come y bebe; el Señor hará que les vaya bien.
Pero Tobías contestó: —No probaré esta cena hasta que resuelvas mi asunto.
Ragüel le dijo: —Bueno, lo haré. Según está dispuesto en el libro de Moisés, y ya que Dios ha decretado dártela, te la doy. Te entrego, pues, a tu parienta Sara. De ahora en adelante serás su marido, y ella será tu esposa. Es tuya desde hoy y para siempre. Hijo, que el Señor del cielo los favorezca esta noche, y les muestre su amor y les conceda bienestar.
Ragüel llamó a su hija Sara. Cuando llegó, su padre la tomó de la mano y se la entregó a Tobías, diciéndole: —Yo te la entrego conforme a la ley y según el decreto escrito en el libro de Moisés, que manda que te la dé como esposa. Tómala y vuelve sano y salvo a casa de tus padres. Que el Dios del cielo les conceda bienestar.
Entonces llamó a la madre, le pidió que trajera una hoja, y en ella escribió el contrato de matrimonio, certificando que entregaba a su hija para ser la esposa de Tobías, como lo manda la ley de Moisés. Después de esto comenzaron a cenar. Ragüel llamó después a su esposa Edna, y le dijo: —Querida, prepara la otra habitación, y lleva a Sara allá.
Ella fue y preparó la habitación como él se lo había pedido, y llevó allá a su hija. Y empezó a llorar por ella. Luego se secó las lágrimas, y le dijo: —Ten confianza, hija. Que el Señor del cielo te conceda alegría en vez de tristeza. ¡Ten confianza, hija! Y salió.
Las otras personas también salieron de la habitación y cerraron la puerta.
Tobías se levantó de la cama y le dijo a Sara: “Mi amor, levántate y hagamos oración para pedirle al Señor que tenga misericordia de nosotros y nos proteja.”
Ella se levantó, y los dos comenzaron a orar así, pidiendo a Dios que los protegiera: “Alabado seas, Dios de nuestros antepasados, alabado sea tu nombre por siempre. Que el cielo y la creación entera te alaben por todos los siglos. Tú creaste a Adán y le diste a su esposa Eva como compañera y apoyo. Y de ellos dos nació todo el género humano. Tú dijiste: ‘No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él.’Ahora, yo no tomo a esta mujer movido por deseos impuros, sino con intenciones sinceras. Dígnate tener compasión de mí y de ella, y concédenos llegar juntos a la vejez.”
Y ambos añadieron: “Amén, amén”, y se acostaron para pasar la noche.
Mientras tanto Ragüel se levantó y llamó a sus criados, y se fueron a cavar una fosa, pues pensaba: “Si acaso ha muerto, que la gente no se burle de nosotros y nos insulte.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 127
R. ¡Que el Señor te bendiga todos los días de tu vida!  
Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien. R.
Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien. R.
Así bendecirá el Señor al hombre que lo honra. ¡Que el Señor te bendiga desde el monte Sión! ¡Que veas el bienestar de Jerusalén todos los días de tu vida! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mc 12,28b-34
† Lectura del Evangelio según san Marcos
Uno de los maestros de la ley, se acercó a Jesús y le preguntó: — ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
Jesús le contestó: —El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ Pero hay un segundo: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos. El maestro de la ley le dijo:–Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: hay un solo Dios, y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios que se queman en el altar.
Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: —No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Gloriaati,SeñorJesús.


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7 JUNIO – VIERNES – SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ez 34, 11-16 / Sal 22 / Rm 5,5-11 / Lc 15, 3-7 – Blanco

5. Oración Colecta
Padre, que has depositado infinitos tesoros de misericordia en el corazón de tu amado Hijo, herido por nuestros pecados, concédenos que, al rendirle nuestro homenaje de amor, logremos también tributarle una debida reparación. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Ez 34, 11-16
Lectura del laibro del profeta Ezequiel
“Yo, el Señor, lo digo: Yo mismo voy a encargarme del cuidado de mi rebaño. Como el pastor que se preocupa por sus ovejas cuando están dispersas, así me preocuparé yo de mis ovejas; las rescataré de los lugares por donde se dispersaron en un día oscuro y de tormenta. Las sacaré de los países extranjeros, las reuniré y las llevaré a su propia tierra. Las llevaré a comer a los montes de Israel, y por los arroyos, y por todos los lugares habitados del país. Las llevaré a comer los mejores pastos, en los pastizales de las altas montañas de Israel. Allí podrán descansar y comer los pastos más ricos. Yo mismo seré el pastor de mis ovejas, yo mismo las llevaré a descansar. Yo, el Señor, lo afirmo. Buscaré a las ovejas perdidas, traeré a las extraviadas, vendaré a las que tengan alguna pata rota, ayudaré a las débiles, y cuidaré a las gordas y fuertes. Yo las cuidaré como es debido.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 22
R. El Señor es mi pastor; nada me falta.
El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas. R.
Haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. R.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. R.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. R.

8. Segunda Lectura: Rm 5,5-11
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos
Hermanos: La esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.
Pues cuando nosotros éramos incapaces de salvarnos, Cristo, a su debido tiempo, murió por los pecadores. No es fácil que alguien se deje matar en lugar de otra persona. Ni siquiera en lugar de una persona justa; aunque quizás alguien estaría dispuesto a morir por la persona que le haya hecho un gran bien. Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Y ahora, después que Dios nos ha hecho justos mediante la muerte de Cristo, con mayor razón seremos salvados del castigo final por medio de él. Porque si Dios, cuando todavía éramos sus enemigos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón seremos salvados por su vida, ahora que ya estamos reconciliados con él. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, pues por Cristo hemos recibido ahora la reconciliación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 15, 3-7
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús les dijo a los judíos esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, contento la pone sobre sus hombros, y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.’ Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Ten en cuenta, Señor, el inefable amor de tu Hijo, para que este don que te ofrecemos, sea agradable a tus ojos y sirva como expiación de nuestros pecados. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Señor, que este sacramento de caridad nos haga arder en un santo amor que, atrayéndonos siempre hacia tu Hijo, nos enseñe a reconocerlo en cada uno de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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8 JUNIO – SÁBADO – INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Hch 1,12-14 / Sal 45, 11-12.14-17 / Lc 2,41-51 – Blanco

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que formaste en el corazón de santa María una digna morada al Espíritu Santo, ayúdanos, por su maternal intercesión, a que dispongamos nuestro corazón, para que tu Espíritu habite en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 1,12-14
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Desde el monte llamado de los Olivos, regresaron los apóstoles a Jerusalén: un trecho corto, precisamente lo que la ley permitía caminar en sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron al piso alto de la casa donde estaban alojados. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, Simón el Celote, y Judas, el hijo de Santiago. Todos ellos se reunían siempre para orar con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus hermanos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 45
R. Mi corazón se alegra por el Señor, mi salvador.
- El rey desea tu belleza; él es tu señor, y debes obedecerlo. Los más ricos del pueblo procuran con regalos ganarse tu favor. R.
- ¡Aquí entra la princesa, en toda su hermosura! ¡Su vestido es de brocado de oro! Espléndidamente vestida la llevan ante el rey, seguida de sus damas de honor. R.
- Avanzan con gran alegría; alegres entran en el palacio del rey. Tus hijos, oh rey, ocuparán el trono de tus antepasados, y harás que gobiernen en todo el país. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 2,41-51
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y así, cuando Jesús cumplió doce años, fueron allá todos ellos, como era costumbre en esa fiesta. Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarlo entre los parientes y conocidos, no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí.
Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo: —Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.
Jesús les contestó: —¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?
Pero ellos no entendieron lo que les decía.
Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba todo esto en su corazón. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte en esta festividad de la santa María, sea agradable a tus ojos y nos alcance tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Señor, que nos has hecho partícipes del memorial de nuestra redención, concédenos, por intercesión de santa María, la Madre de tu Hijo, participar más profundamente de tu vida y alegrarnos con la abundancia de tus bendiciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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9 JUNIO – DOMINGO – 10ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

1Re 17,17-24 / Sal 29 / Gal 1,11-19 / Lc 7, 11-17 – Verde

10_to_c.jpg5. Oración Colecta
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: 1Re 17,17-24

Lectura del primer libro de los Reyes
Cuando Elías estaba en Sarepta, cayó enfermo el hijo de la viuda, y su enfermedad fue gravísima, tanto que hasta dejó de respirar. Entonces
la viuda le dijo a Elías:—¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios ¿Has venido a recordarme mis pecados y a hacer que mi hijo se muera?
—Dame acá tu hijo —le respondió él.
Y tomándolo del regazo de la viuda, lo subió al cuarto donde él estaba alojado y lo acostó sobre su cama. Luego clamó al Señor en voz alta: “Señor y Dios mío, ¿también has de causar dolor a esta viuda, en cuya casa estoy alojado, haciendo morir a su hijo?”
Y en seguida se tendió tres veces sobre el niño, y clamó al Señor en voz alta: “Señor y Dios mío, ¡te ruego que devuelvas la vida a este niño!”
El Señor atendió a los ruegos de Elías, e hizo que el niño reviviera. Inmediatamente Elías tomó al niño, lo bajó de su cuarto a la planta baja de la casa y lo entregó a su madre, diciéndole:—¡Mira, tu hijo está vivo!
Y la mujer le respondió:—Ahora sé que realmente eres un hombre de Dios, y que lo que dices es la verdad del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 29
R. Señor, yo te alabo porque tú me libertaste.
Señor, yo te alabo porque tú me libertaste, porque no has permitido que mis enemigos se burlen de mí. Señor, mi Dios, te pedí ayuda, y me sanaste; tú, Señor, me salvaste de la muerte; me diste vida, me libraste de morir. R.
Ustedes, fieles del Señor, ¡cántenle himnos!, ¡alaben su santo nombre! Porque su enojo dura un momento, pero su buena voluntad, toda la vida. Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría. R.
Señor, óyeme y ten compasión de mí; Señor, ¡ayúdame! Has cambiado en danzas mis lamentos; ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias!. R.

8. Segunda Lectura: Gal 1,11-19
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Gálatas
Sepan ustedes esto, hermanos: el evangelio que yo anuncio no es invención humana. No lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino que Jesucristo mismo me lo hizo conocer.
Ustedes habrán oído decir cuál era mi conducta anterior en el judaísmo, y cómo perseguí con violencia a la iglesia de Dios y procuré destruirla. En el judaísmo, yo dejaba atrás a muchos de mis paisanos de mi misma edad, porque era mucho más estricto en mantener las tradiciones de mis antepasados. Pero Dios, que me escogió antes de nacer y por su gran bondad me llamó, tuvo a bien hacerme conocer a su Hijo, para que anunciara su evangelio entre los no judíos. Y no fui entonces a consultar con ningún ser humano; ni fui tampoco a Jerusalén a ver a los que eran apóstoles antes que yo. Por el contrario, me dirigí sin tardar a la región de Arabia, y luego volví a Damasco.
Tres años después fui a Jerusalén para conocer a Cefas, con quien estuve quince días. Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, aunque sí a Santiago el hermano del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 7, 11-17
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Jesús se dirigió a un pueblo llamado Naín. Iba acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar cerca del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda. Mucha gente del pueblo la acompañaba. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo:—No llores.
En seguida se acercó y tocó la camilla, y los que la llevaban se detuvieron. Jesús le dijo al muerto:—Joven, a ti te digo: ¡Levántate!
Entonces el que había estado muerto se sentó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a la madre. Al ver esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar a Dios, diciendo:—Un gran profeta ha aparecido entre nosotros.
También decían:—Dios ha venido a ayudar a su pueblo.
Y por toda Judea y sus alrededores se supo lo que había hecho Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos, al Padre que, por Jesucristo nos ha revelado su amor y que  escucha al Espíritu que intercede por nosotros, respondiendo: Escúchanos, Señor.
- Para que el Padre, lleve al mundo a su plenitud, y toda la humanidad alcance la felicidad y contemple su rostro glorioso, roguemos al Señor. R.
- Para que Jesucristo, infunda en la Iglesia un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor. R.
- Para que el Espíritu del Señor, sea padre para los pobres, consuelo para los tris-tes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor. R.
- Para que los que conocemos el misterio de Tdad lo anunciemos a quienes lo desconocen, a fin de que encuentren gozo y paz, roguemos al Señor. R.
+ Padre, que por el bautismo nos haz hecho hijos en tu Hijo único; escucha al Espíritu que clama por nosotros y haznos testigos de tu salvación. Por Jesucristo.

Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Señor, que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos libre de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo.


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10 JUNIO – LUNES – 10ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 1,1-7 / Sal 33/ Mt 5,1-12 – Verdede

6. Primera Lectura: 2 Cor 1,1-7
Comienzo de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios,  saluda, junto con el hermano Timoteo,  a la iglesia de Dios que está en la ciudad de Corinto  y a los demás hermanos de toda la región de Acaya. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre ustedes. 
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela. Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros. Porque así como los sufrimientos de Cristo se desbordan sobre nosotros y nosotros sufrimos con él, así también por medio de Cristo se desborda nuestro consuelo. Pues si nosotros sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y si Dios nos consuela, también es para que ustedes tengan consuelo y puedan soportar con fortaleza los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. Tenemos una esperanza firme en cuanto a ustedes, porque nos consta que, así como tienen parte en los sufrimientos, también tienen parte en el consuelo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R. Feliz el que confía en el Señor.
- Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Yo me siento orgulloso del Señor; ¡óiganlo y alégrense, hombres humildes! R.
- Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor. Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. R.
- Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. R.
- El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. Prueben, y vean que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 5, 1-12
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: “Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos.
“Dichosos los que sufren, porque serán consolados.
“Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida.
“Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos.
“Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos.
“Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios.
“Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
“Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos.
“Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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11 JUNIO – MARTES – SAN BERNABÉ, APÓSTOL

Hch 11, 21b-26; 13, 1-3 / Sal 97/ Mt 10, 7-13 – Rojo

5. Oración Colecta
Señor, tu que llenaste de fe y de amor al apóstol san Bernabé y lo destinaste a predicar la salvación a los paganos, ayúdanos, por su intercesión, dar a conocer a todos tu Evangelio por medio de nuestra vida y de nuestra palabra. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Hch 11, 21b-26. 13,1-3
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días muchos dejaron sus antiguas creencias y creyeron en el Señor.
Los de la iglesia de Jerusalén, al conocer esta noticia, mandaron a Bernabé a Antioquia. Al llegar, Bernabé vio cómo Dios los había bendecido, y se alegró mucho. Les aconsejó a todos que con corazón firme siguieran fieles al Señor.
Porque Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y así mucha gente se unió al Señor.
Después de esto, Bernabé fue a Tarso a buscar a Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquia. Allí estuvieron con la iglesia un año entero, enseñando a mucha gente. Fue en Antioquia donde por primera vez se les dio a los discípulos el nombre de cristianos.
En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros. Eran Bernabé, Simón (al que también llamaban el Negro), Lucio de Cirene, Menahem (que se había criado junto con Herodes, el que gobernó en Galilea) y Saulo. Un día, mientras estaban celebrando el culto al Señor y ayunando, el Espíritu Santo dijo: “Sepárenme a Bernabé y a Saulo para el trabajo al cual los he llamado.”
Entonces, después de orar y ayunar, les impusieron las manos y los despidieron. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 97
R. El Señor revela a las naciones su justicia.
¡Canten al Señor una canción nueva, pues ha hecho maravillas! ¡Ha alcanzado la victoria con su gran poder, con su santo brazo! R.
El Señor ha anunciado su victoria, ha mostrado su justicia a la vista de las naciones; ha tenido presentes su amor y su lealtad hacia el pueblo de Israel. R.
¡Hasta el último rincón del mundo ha sido vista la victoria de nuestro Dios! Canten a Dios con alegría, habitantes de toda la tierra; den rienda suelta a su alegría y cántenle himnos. R.
Canten himnos al Señor al son del arpa, al son de los instrumentos de cuerda. Canten con alegría ante el Señor, el Rey, al son de los instrumentos de viento. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 10, 7-13
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a los apóstoles: “Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
“No lleven oro ni plata ni cobre ni provisiones para el camino. No lleven ropa de repuesto ni sandalias ni bastón, pues el trabajador tiene derecho a su alimento.
“Cuando lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan de allí. Al entrar en la casa, saluden a los que viven en ella. Si la gente de la casa lo merece, su deseo de paz se cumplirá; pero si no lo merece, ustedes nada perderán.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Que el sacrificio que vamos a ofrecerte encienda, Señor, en nosotros el amor que impulsó a san Bernabé, apóstol, a difundir la luz del Evangelio. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Te suplicamos, Señor, por intercesión de san Bernabé, que esta Eucaristía, en la que hemos recibido a Cristo sacramentalmente, nos partícipes de la vida nueva del Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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12 JUNIO – MIÉRCOLES – 10ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 3, 4-11 / Sal 98 / Mt 5, 17-19 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 3, 4-11
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Confiados en Dios por medio de Cristo, estamos seguros de esto. No es que nosotros mismos estemos capacitados para considerar algo como nuestro; al contrario, todo lo que podemos hacer viene de Dios, pues él nos ha capacitado para ser servidores de una nueva alianza, basada no en una ley, sino en la acción del Espíritu. La ley condena a muerte, pero el Espíritu de Dios da vida. Si la promulgación de una ley que llevaba a la muerte y que estaba grabada sobre tablas de piedra se hizo con tanta gloria que los israelitas ni siquiera podían mirar la cara de Moisés, debido a que ese resplandor destinado a desaparecer era tan grande, ¡cuánta más será la gloria del anuncio de una nueva alianza fundada en el Espíritu! Es decir, que si fue tan gloriosa la promulgación de una ley que sirvió para condenarnos, ¡cuánto más glorioso será el anuncio de que Dios nos hace justos! Porque la gloria anterior ya no es nada en comparación con esto, que es mucho más glorioso. Y si fue glorioso lo que había de terminar por desaparecer, mucho más glorioso será lo que permanece para siempre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 98
R. Santo es el Señor, nuestro Dios.
- ¡Alaben al Señor, nuestro Dios, y arrodíllense delante de sus pies! ¡Dios es santo! R.
- Moisés y Aarón están entre sus sacerdotes; Samuel está entre los que alabaron su nombre. El Señor les respondía cuando ellos pedían su ayuda. R.
- Dios habló con ellos desde la columna de nube, y ellos cumplieron sus mandatos y la ley que les dio. R.
- Señor, Dios nuestro, ¡tú les respondías! Fuiste para ellos un Dios de perdón, pero también castigaste sus maldades. R.
- Alaben al Señor nuestro Dios, ¡arrodíllense ante su santo monte! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 5, 17-19
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos: “No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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13 JUNIO – JUEVES – SAN ANTONIO DE PADUA, RELIGIOSO

Rom 12,6-12 / Sal 116,1-2 / Lc 22,24-30 – Blanco

5. Oración Colecta
Señor, que en san Antonio de Padua nos otorgaste un predicador insigne y un protector de los pobres y de los necesitados, concédenos, por su intercesión, que vivamos de verdad conforme al Evangelio y experimentemos tu protección. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura:Rom 12,6-12
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Romanos
Hermanos: Dios nos ha dado diferentes dones, según lo que él quiso dar a cada uno. Por lo tanto, si Dios nos ha dado el don de profecía, hablemos según la fe que tenemos; si nos ha dado el don de servir a otros, sirvámoslos bien. El que haya recibido el don de enseñar, que se dedique a la enseñanza; el que haya recibido el don de animar a otros, que se dedique a animarlos. El que da, hágalo con sencillez; el que ocupa un puesto de responsabilidad, desempeñe su cargo con todo cuidado; el que ayuda a los necesitados, hágalo con alegría.
Ámense sinceramente unos a otros. Aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno. Ámense como hermanos los unos a los otros, dándose preferencia y respetándose mutuamente. Esfuércense, no sean perezosos y sirvan al Señor con corazón ferviente. Vivan alegres por la esperanza que tienen; soporten con valor los sufrimientos; no dejen nunca de orar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Sal 116,1-2
R. Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio
Naciones y pueblos todos, alaben al Señor. R.
Pues su amor por nosotros es muy grande;¡la fidelidad del Señor es eterna! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 22,24-30

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Los discípulos tuvieron una discusión sobre cuál de ellos debía ser considerado el más importante. Jesús les dijo: “Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les da el título de benefactores. Pero ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre ustedes como el que sirve. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio que te ofrecemos en la fiesta de san Antonio de Padua, cuyas enseñanzas y ejemplo nos mueven a alabarte con todo el corazón. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Ya que nos has alimentado con el Cuerpo de Cristo, al recordar a San Antonio de Padua, haz, Señor, que permanezcamos en la verdad y en el amor. Por Jesucristo.


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14 JUNIO – VIERNES – 10ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 4,7-15 / Sal 115 / Mt 5,27-32 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 4,7-15
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: La riqueza la tenemos en nuestro cuerpo, que es como una olla de barro, para mostrar que ese poder tan grande viene de Dios y no de nosotros. Así, aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen. Dondequiera que vamos, llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se muestre en nosotros. Pues nosotros, mientras vivimos, nos vemos expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se muestre en nuestro cuerpo mortal. De ese modo, la muerte actúa en nosotros, y en ustedes actúa la vida.
La Escritura dice: “Tuve fe, y por eso hablé.” De igual manera, nosotros, con esa misma actitud de fe, creemos y también hablamos. Porque sabemos que Dios, que resucitó de la muerte al Señor Jesús, también nos resucitará a nosotros con él, y junto con ustedes nos llevará a su presencia. Todo esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, recibiendo muchos la gracia de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para la gloria de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 115
R. Señor, te ofreceré un sacrificio de alabanza.
- Yo tenía fe, a pesar de que decía que era grande mi aflicción. Desesperado, afirmé que todo hombre es mentiroso. R.
- Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman. ¡Oh Señor, yo soy tu siervo! ¡Yo soy el hijo de tu sierva! Tú has roto los lazos que me ataban. R.
- En gratitud, te ofreceré sacrificios, e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 5, 27-32

† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud: “Ustedes han oído que se dijo: ‘No cometas adulterio.’ Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
“Así pues, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y échala lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al infierno.
“También se dijo: ‘Cualquiera que se divorcia de su esposa, debe darle un certificado de divorcio.’ Pero yo les digo que si un hombre se divorcia de su esposa, a no ser en el caso de una unión ilegal, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una divorciada, comete adulterio.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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15 JUNIO – SÁBADO – 10ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 5, 14-21 / 1 Sam 2 / Mt 5, 33-37 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 5, 14-21
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: El amor de Cristo se ha apoderado de nosotros desde que comprendimos que uno murió por todos y que, por consiguiente, todos han muerto. Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos.
Por eso, nosotros ya no pensamos de nadie según los criterios de este mundo; y aunque antes pensábamos de Cristo según tales criterios, ahora ya no pensamos así de él. Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación. Es decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje. Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios. Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo

R. El Señor es compasivo y misericordioso.
- Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser su santo nombre. Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. R.
- Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades, quien libra mi vida del sepulcro, quien me colma de amor y ternura. R.
- El Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor. No nos reprende en todo tiempo ni su rencor es eterno. R.
- Tan inmenso es su amor por los que lo honran como inmenso es el cielo sobre la tierra. Nuestros pecados ha alejado de nosotros, como ha alejado del oriente el occidente. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 5, 33-37
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud: “Han oído ustedes que se dijo a los antepasados: ‘No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido al Señor bajo juramento.’ Pero yo les digo: simplemente, no juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni juren ustedes tampoco por su propia cabeza, porque no pueden hacer blanco o negro ni un solo cabello. Baste con decir claramente ‘si’ o ‘no’. Pues lo que se aparta de esto, es malo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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16 JUNIO – DOMINGO – 11ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Sam 12,7-10.13 /  Sal 31 / Gal 2,16.19-21 / Lc 7,36-50; 8,1-3 – Verde

5. Oración Colecta
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

6. Primera Lectura: 2 Sam 12,7-10.13
Lectura del libro de Samuel
Natán le dijo a David:—¡Tú eres ese hombre pecador! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: ‘Yo te escogí como rey de Israel, y te libré del poder de Saúl; te di el palacio y las mujeres de tu señor, y aun el reino de Israel y Judá. Por si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas más. ¿Por qué despreciaste mi palabra, e hiciste lo que no me agrada? Has asesinado a Urías el hitita, usando a los amonitas para matarlo, y te has apoderado de su mujer. Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia.
David admitió ante Natán:—He pecado contra el Señor.
Y Natán le respondió:—El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 31
R. Te confesé mi pecado y tú, Señor, me perdonaste.
Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por completo. Feliz el hombre que no es mal intencionado y a quien el Señor no acusa de falta alguna. R.
Pero te confesé sin reservas mi pecado y mi maldad; decidí confesarte mis pecados, y tú, Señor, los perdonaste. R.
Tú eres mi refugio: me proteges del peligro, me rodeas de gritos de liberación. R.
Alégrense en el Señor, hombres buenos y honrados;¡alégrense y griten de alegría! R.

8. Segunda Lectura: Gal 2,16.19-21
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Gálatas
Hermanos: Sabemos que nadie es reconocido como justo por cumplir la ley sino gracias a la fe en Jesucristo. Por esto, también nosotros hemos creído en Jesucristo, para que Dios nos reconozca como justos, gracias a esa fe y no por cumplir la ley. Porque nadie será reconocido como justo por cumplir la ley.
Ahora bien, si buscando ser reconocidos como justos por medio de Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿acaso esto querrá decir que Cristo nos hace pecadores? ¡Claro que no! Pues si destruyo algo y luego lo vuelvo a construir, yo mismo soy el culpable. Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí. No quiero rechazar la bondad de Dios; pues si se obtuviera la justicia por medio de la ley, Cristo habría muerto inútilmente. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 7,36-50; 8,1-3
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Un fariseo invitó a Jesús a comer, y Jesús fue a su casa. Estaba sentado a la mesa, cuando una mujer de mala vida, que vivía en el mismo pueblo y que supo que Jesús había ido a comer a casa del fariseo, llegó con un frasco de alabastro lleno de perfume. Llorando, se puso junto a los pies de Jesús y comenzó a bañarlos con lágrimas. Luego los secó con sus cabellos, los besó y derramó sobre ellos el perfume.
El fariseo que había invitado a Jesús, al ver esto, pensó: “Si este hombre fuera de veras un profeta, se daría cuenta de qué clase de persona es esta que lo está tocando: una mujer de mala vida.”
Entonces Jesús le dijo al fariseo:—Simón, tengo algo que decirte.
El fariseo contestó:—Dímelo, Maestro.
Jesús siguió:—Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y como no le podían pagar, el prestamista les perdonó la deuda a los dos. Ahora dime, ¿cuál de ellos le amará más?
Simón le contestó:—Me parece que el hombre a quien más le perdonó.
Jesús le dijo:—Tienes razón.
Entonces, mirando a la mujer, Jesús dijo a Simón:—¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; en cambio, esta mujer me ha bañado los pies con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me saludaste con un beso, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.
No me pusiste ungüento en la cabeza, pero ella ha derramado perfume sobre mis pies. Por esto te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; pero la persona a quien poco se le perdona, poco amor muestra.
Luego dijo a la mujer:—Tus pecados te son perdonados.
Los otros invitados que estaban allí, comenzaron a preguntarse:—¿Quién es este, que hasta perdona pecados?
Pero Jesús añadió, dirigiéndose a la mujer:—Por tu fe has sido salvada; vete tranquila.
Después de esto, Jesús anduvo por muchos pueblos y aldeas, anunciando la buena noticia del reino de Dios. Los doce apóstoles lo acompañaban, como también algunas mujeres que él había curado de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas iba María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; también Juana, esposa de Cuza, el que era administrador de Herodes; y Susana; y muchas otras que los ayudaban con lo que tenían. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Hermanos, elevemos nuestras súplicas a Dios Padre con la plena confianza de ser escuchados, respondiendo: Te rogamos, Señor, óyenos.
- Para que los presbíteros, vivan plenamente identificados con el Señor, y el pueblo vea en ellos la imagen viva de Cristo, roguemos al Señor. R.
- Para que pronto todos los seres humanos, de un extremo al otro del mundo, ofrezcan el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Cristo, roguemos al Señor. R.
- Para que los fieles que se encuentran a las puertas de la muerte, lleguen al reino de la felicidad y de la vida, roguemos al Señor. R.
- Para que el Señor fortalezca constantemente nuestra fe y acreciente nuestro amor, a fin de que adoremos en espíritu y verdad a Cristo, roguemos al Señor. R.
+ Padre santo, escucha las súplicas de tu pueblo y purifica nuestros corazones para que, participemos de la gloria de la Jerusalén del cielo. Por Jesucristo.

Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos nos otorgas el pan que nos alimenta y el sacramento que nos da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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17 JUNIO – LUNES – 11ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 6, 1-10 / Sal 97 / Mt 5, 38-42 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 6, 1-10
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Como colaboradores en la obra de Dios, les rogamos a ustedes que no desaprovechen la bondad que Dios les ha mostrado. Porque él dice en las Escrituras: “En el momento oportuno te escuché; en el día de la salvación te ayudé.” Y ahora es el momento oportuno. ¡Ahora es el día de la salvación!
En nada damos mal ejemplo a nadie, para que nuestro trabajo no caiga en descrédito. Al contrario, en todo damos muestras de que somos siervos de Dios, soportando con mucha paciencia los sufrimientos, las necesidades, las dificultades, los azotes, las prisiones, los alborotos, el trabajo duro, los desvelos y el hambre. También lo demostramos por nuestra pureza de vida, por nuestro conocimiento de la verdad, por nuestra tolerancia y bondad, por la presencia del Espíritu Santo en nosotros, por nuestro amor sincero, por nuestro mensaje de verdad y por el poder de Dios en nosotros. Usamos las armas de la rectitud, tanto para el ataque como para la defensa. Unas veces se nos honra, y otras veces se nos ofende; unas veces se habla bien de nosotros, y otras veces se habla mal. Nos tratan como a mentirosos, a pesar de que decimos la verdad. Nos tratan como a desconocidos, a pesar de que somos bien conocidos. Estamos medio muertos, pero seguimos viviendo; nos castigan, pero no nos matan. Parecemos tristes, pero siempre estamos contentos; parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos; parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 97
R. El Señor da a conocer su victoria.
- ¡Canten al Señor una canción nueva, pues ha hecho maravillas! ¡Ha alcanzado la victoria con su gran poder, con su santo brazo! R.
- El Señor ha anunciado su victoria, ha mostrado su justicia a la vista de las naciones; ha tenido presentes su amor y su lealtad hacia el pueblo de Israel. R.
- ¡Hasta el último rincón del mundo ha sido vista la victoria de nuestro Dios! Canten a Dios con alegría, habitantes de toda la tierra; den rienda suelta a su alegría y cántenle himnos. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 5, 38-42       
† Lectura del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente.’ Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra y si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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18 JUNIO – MARTES – 11ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 8, 1-9 / Sal 145 / Mt 5, 43-48 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 8, 1-9
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Ahora, hermanos, queremos contarles cómo se ha mostrado la bondad de Dios en las iglesias de Macedonia. A pesar de las pruebas por las que han tenido que pasar, son muy felices; y a pesar de ser muy pobres, sus ofrendas han sido tan generosas como si fueran ricos. Yo soy testigo de que han ofrendado espontáneamente según sus posibilidades, y aun más allá de ellas. Por su propia iniciativa nos rogaron mucho que les permitiéramos tomar parte en esta ayuda para el pueblo de Dios. Y hasta hicieron más de lo que esperábamos, pues se ofrendaron a sí mismos, primero al Señor y luego a nosotros, conforme a la voluntad de Dios. Por eso hemos rogado a Tito que recoja entre ustedes esta bondadosa colecta que él comenzó antes a recoger. Pues ustedes, que sobresalen en todo: en fe, en facilidad de palabra, en conocimientos, en buena disposición para servir y en amor que aprendieron de nosotros, igualmente deben sobresalir en esta obra de caridad.
No les digo esto como un mandato; solamente quiero que conozcan la buena disposición de otros, para darles a ustedes la oportunidad de demostrar que su amor es verdadero. Porque ya saben ustedes que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa de ustedes, para que por su pobreza ustedes se hicieran ricos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 145
R. Alaba, alma mía, al Señor.
- Alabaré al Señor mientras yo viva; cantaré himnos a mi Dios mientras yo exista. R.
- Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob, quien pone su esperanza en el Señor su Dios. Él hizo cielo, tierra y mar, y todo lo que hay en ellos. Él siempre mantiene su palabra. R.
- Hace justicia a los oprimidos y da de comer a los hambrientos. El Señor da libertad a los presos. R.
- El Señor devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; el Señor ama a los hombres honrados; el Señor protege a los extranjeros y sostiene a los huérfanos y a las viudas. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 5, 43-48
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud: “También han oído que se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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19 JUNIO – MIÉRCOLES – 11ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 9, 6-11 / Sal 111 / Mt 6, 1-6.16-18 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 9, 6-11
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: El que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras. La Escritura dice: “Ha dado abundantemente a los pobres, y su generosidad permanece para siempre.”
 Dios, que da la semilla que se siembra y el alimento que se come, les dará a ustedes todo lo necesario para su siembra, y la hará crecer, y hará que la generosidad de ustedes produzca una gran cosecha. Así tendrán ustedes toda clase de riquezas y podrán dar generosamente. Y la colecta que ustedes envíen por medio de nosotros, será motivo de que los hermanos den gracias a Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 111
R. Dichosos quienes temen al Señor.
- Feliz el hombre que honra al Señor y se complace en sus mandatos. Los descendientes del hombre honrado serán bendecidos y tendrán poder en la tierra. R.
- En su casa hay abundantes riquezas, y su generosidad es constante. Brilla una luz en la oscuridad para los hombres honrados, para el que es compasivo, clemente y justo. R.
- Reparte limosna entre los pobres, su generosidad es constante, levanta la frente con honor. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 6,1-6. 16-18
† Lectura del Evangelio según san Mateo
 Jesús dijo a la multitud: “No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio.
“Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
“Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de
pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
“Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan tristeza para que la gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre, que está en lo oculto, y tu Padre que ve en lo oculto te dará tu recompensa.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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20 JUNIO – JUEVES – 11ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 11, 1-11 / Sal 110 / Mt 6, 7-15 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 11, 1-11
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: ¡Ojalá me soportaran ustedes un poco de locura! Como quiera que sea, sopórtenme. Porque el celo que siento por ustedes es un celo que viene de Dios. Yo los he comprometido en casamiento  con un solo esposo, Cristo, y quiero presentarlos ante él puros como una virgen. Pero temo que, así como la serpiente engañó con su astucia a Eva, también ustedes se dejen engañar, y que sus pensamientos se aparten de la actitud sincera y pura hacia Cristo. Ustedes soportan con gusto a cualquiera que llega hablándoles de un Jesús diferente del que nosotros les hemos predicado; y aceptan de buena gana un espíritu diferente del Espíritu que ya recibieron y un evangelio diferente del que ya han aceptado. Pues bien, yo no me siento inferior en nada a esos super apóstoles que vinieron después. Aunque yo sea torpe en mi modo de hablar,  no lo soy en cuanto a conocimientos; y esto se lo hemos demostrado a ustedes siempre y en todos nuestros hechos.
¿Será que hice mal en anunciarles el evangelio de Dios sin cobrarles nada, humillándome yo para enaltecerlos a ustedes? Les he quitado su dinero a otras iglesias, al aceptar que ellos me pagaran para poder servirles a ustedes. Y cuando estando entre ustedes necesité algo, nunca fui una carga para ninguno; pues los hermanos que llegaron de Macedonia me dieron lo que necesitaba.  Procuré no ser una carga para ustedes, y así seguiré haciéndolo. Tan seguro estoy que conozco la verdad de Cristo, como de que nadie me va a quitar este motivo de orgullo en toda la región de Acaya. ¿Por qué hablo así? ¿Será porque no los quiero a ustedes? ¡Dios sabe que sí los quiero! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 110
R. Justas y verdaderas son tus obras, Señor.
- Alabaré al Señor de todo corazón en la reunión de los hombres honrados, en la comunidad entera. Las obras del Señor son grandes, y quienes las aman, las estudian. R.
- Su obra es bella y esplendorosa, y su justicia permanece para siempre. Ha hecho inolvidables sus maravillas. El Señor es tierno y compasivo. R.
- Lo que él hace es justo y verdadero; se puede confiar en sus mandamientos, pues son firmes hasta la eternidad y están hechos con verdad y rectitud. R.

9. Aleluya.
10. Evangelio: Mt 6, 7-15
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud: “Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan. Ustedes deben orar así:
‘Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.
Danos hoy el pan que necesitamos.
Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal.
No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.’
“Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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21 JUNIO – VIERNES – 11ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 11, 18.21b-30 / Sal 33 / Mt 6, 19-23 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 11, 18.21b-30
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios 
¡Ya que hay tantos que se glorían de sus propios méritos, también yo me gloriaré! Pero si los otros se atreven a jactarse, también yo me atreveré, aunque esto sea una locura. ¿Son ellos hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también. ¿Son siervos de Cristo? Yo lo soy más que ellos, aunque al decir esto hablo como un loco. Yo he trabajado más que ellos, me han encarcelado más veces que a ellos, he sido azotado más que ellos, y muchas veces he estado en peligro de muerte. En cinco ocasiones los judíos me castigaron con los treinta y nueve azotes. Tres veces me apalearon, y una me apedrearon. En tres ocasiones se hundió el barco en que yo viajaba, y, a punto de ahogarme, pasé una noche y un día en alta mar. He viajado mucho, y me he visto en peligros de ríos, en peligros de ladrones, y en peligros entre mis paisanos y entre los extranjeros. También me he visto en peligros en la ciudad, en el campo y en el mar, y en peligros entre falsos hermanos. He pasado trabajos y dificultades; muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed; muchas veces no he comido; he sufrido por el frío y por la falta de ropa.
Además de estas y otras cosas, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias. Si alguien enferma, también yo enfermo; y si hacen caer a alguno, yo me indigno. Si de algo hay que gloriarse, me gloriaré de las cosas que demuestran mi debilidad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: DelSalmo 33
R. Alabemos juntos la grandeza del Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Yo me siento orgulloso del Señor; ¡óiganlo y alégrense, hombres humildes! R.
Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor. Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. R.
Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 6, 19-23
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud: “No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.
“Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra será la oscuridad misma! Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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22 JUNIO – SÁBADO – 11ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

2 Cor 12,1-10 / Sal33 / Mt 6,24-34 – Verde

6. Primera Lectura: 2 Cor 12,1-10
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Nada gana uno con gloriarse de sí mismo. Sin embargo, tengo que hablar de las visiones y revelaciones que he recibido del Señor. Conozco a un seguidor de Cristo, que hace catorce años fue llevado al tercer cielo. No sé si fue llevado en cuerpo o en espíritu; Dios lo sabe. Pero sé que ese hombre (si en cuerpo o en espíritu, no lo sé, solo Dios lo sabe) fue llevado al paraíso, donde oyó palabras tan secretas que a ningún hombre se le permite pronunciarlas. Yo podría gloriarme de alguien así, pero no de mí mismo, a no ser de mis debilidades. Aunque si quisiera yo gloriarme, eso no sería ninguna locura, porque estaría diciendo la verdad; pero no lo hago, para que nadie piense que soy más de lo que aparento o de lo que digo, juzgándome por lo extraordinario de esas revelaciones. Por eso, para que yo no me crea más de lo que soy, he tenido un sufrimiento, una especie de espina clavada en el cuerpo, que como un instrumento de Satanás vino a maltratarme. Tres veces le he pedido al Señor que me quite ese sufrimiento; pero el Señor me ha dicho: “Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.” Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del Salmo 33
R. Vengan, voy a enseñarles a honrar al Señor.
El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. Prueben, y vean que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía! R.
Honren al Señor, los consagrados a él, pues nada faltará a los que lo honran. Los ricos se vuelven pobres, y sufren hambre, pero a los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien. R.
Vengan, hijos míos, y escúchenme: voy a enseñarles a honrar al Señor. ¿Quieres vivir mucho tiempo? ¿Quieres gozar de la vida? R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 6,24-34
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
“Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?
“¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo:  no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ‘¿Qué vamos a comer?’ o ‘¿Qué vamos a beber?’ o ‘¿Con qué vamos a vestirnos?’ Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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23 JUNIO – DOMINGO – 12ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Zac 12, 10-11.13,1 / Sal 62 / Gal 3, 26-29 / Lc 9, 18-24 – Verde

5. Oración Colecta
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho tus amigos, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y por el filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad.

Primera Lectura: Zac 12, 10-11.13, 1
Lectura de libro del profeta Zacarías
Esto dice el Señor: “En aquel día llenaré de espíritu de bondad y oración a los descendientes de David y a los habitantes de Jerusalén. Entonces mirarán al que traspasaron, y harán duelo y llorarán por él como por la muerte del hijo único o del hijo mayor. Se hará en Jerusalén un duelo tan grande como el duelo que se hace por el dios Hadad-rimón en la llanura de Seguido.”
En aquel día se abrirá un manantial, para que en él puedan lavar sus pecados y su impureza los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 62
R. ¡Dios mío, tú eres mi Dios!
¡Dios mío, tú eres mi Dios! Con ansias te busco, pues tengo sed de ti; mi ser entero te desea, cual tierra árida, sedienta, sin agua. R.
¡Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu gloria, pues tu amor vale más que la vida! Con mis labios te alabaré. R.
Toda mi vida te bendeciré, y a ti levantaré mis manos en oración. Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría. R.
Pues tú eres quien me ayuda. ¡Soy feliz bajo tus alas! Mi vida entera está unida a ti; tu mano derecha no me suelta. R.

Segunda Lectura: Gal 3, 26-29
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Gálatas
Hermanos: Por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo. Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo. Y si son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Aleluya.

Evangelio: Lc 9, 18-24
† Lectura del Evangelio según san Lucas 
Un día en que Jesús estaba orando solo, y sus discípulos estaban con él, les preguntó:—¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:–Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros dicen que eres uno de los antiguos profetas, que ha resucitado.
—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.
Y Pedro le respondió:—Eres el Mesías de Dios.
Pero Jesús les encargó mucho que no dijeran esto a nadie. Y les dijo:—El Hijo del hombre tendrá que sufrir mucho, y será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al tercer día resucitará.
Después les dijo a todos:—Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía, la salvará. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración de los Fieles
+ Elevemos, hermanos y hermanas, nuestros ojos al Señor y esperemos, confiados, su ayuda salvífica, respondiendo: Escúchanos, Señor.
- Por los obispos, por los presbíteros, diáconos, pastores y líderes de las diferentes Iglesias, roguemos al Señor. R.
- Por el buen tiempo, por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor. R.
- Por todos los consagrados a Dios y por los religiosos y servidores que trabajan en nuestras comunidades, roguemos al Señor. R.
- Por todos los que hacen el bien en nuestras comunidades y por los que cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor. R.
+ Escucha, Señor, nuestras oraciones y fortalece nuestra fe, para que reconozcamos que nos acompañas en el camino de la vida. Por Jesucristo.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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24 JUNIO – LUNES – LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

Is 49, 1-6 / Sal 138 / Hch 13, 22-26 / Lc 1, 57-66.80 – Blanco

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que enviaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, alegra ahora a tu Iglesia con la abundancia de los dones del Espíritu y guíala por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor.
6. Primera Lectura: Is 49, 1-6
Lectura del libro del Profeta Isaías
Óiganme, países del mar, préstenme atención, naciones lejanas: El Señor me llamó desde antes de que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre.
Convirtió mi lengua en espada afilada, me escondió bajo el amparo de su mano, me convirtió en una flecha aguda y me guardó en su aljaba.
Me dijo: “Israel, tú eres mi siervo, en ti me mostraré glorioso.”
Y yo que había pensado: “He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.”
En realidad mi causa está en manos del Señor, mi recompensa está en poder de mi Dios.
He recibido honor delante del Señor mi Dios, pues él ha sido mi fuerza.
El Señor, que me formó desde el seno de mi madre para que fuera su siervo, para hacer que Israel, el pueblo de Jacob, se vuelva y se una a él, dice así: “No basta que seas mi siervo solo para restablecer las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo haré que seas la luz de las naciones, para que lleves mi salvación hasta las partes más lejanas de la tierra.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 138
R. Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.
Señor, tú me has examinado y me conoces; tú conoces todas mis acciones; aun de lejos te das cuenta de lo que pienso. Sabes todas mis andanzas, ¡sabes todo lo que hago! R.
Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo; tú me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo porque estoy maravillado. R.
Es maravilloso lo que has hecho. ¡De ello estoy bien convencido! No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto, mientras era formado en lo más profundo de la tierra. R.

8. Segunda Lectura: Hch 13,22-26
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Pablo dijo al pueblo: “Dios les dio por rey a David, de quien dijo: ‘He encontrado que David, hijo de Jesé, es un hombre que me agrada y que está dispuesto a hacer todo lo que yo quiero.’ Uno de los descendientes de este mismo David fue Jesús, a quien Dios envió para salvar a Israel, como había prometido. Antes que Jesús viniera, Juan anunciaba el mensaje a todo el pueblo de Israel, diciéndoles que debían volverse a Dios y ser bautizados. Y cuando Juan se iba acercando al fin de su vida, dijo: ‘Yo no soy lo que ustedes piensan; pero después de mí viene uno a quien yo ni siquiera merezco desatarle las sandalias de los pies.’ Hermanos descendientes de Abraham, y ustedes, los extranjeros que tienen temor de Dios: este mensaje de salvación es para nosotros.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 1,57-66.80
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Al cumplirse el tiempo en que Isabel debía dar a luz, tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. A los ocho días, llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero su madre dijo: —No. Tiene que llamarse Juan.
Le contestaron: —No hay nadie en tu familia con ese nombre.
Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: ‘Su nombre es Juan.’ Y todos se quedaron admirados. En aquel mismo momento Zacarías volvió a hablar, y comenzó a alabar a Dios. Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. Todos los que lo oían se preguntaban a sí mismos: “¿Qué llegará a ser este niño?” Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.
El niño crecía y se hacía fuerte espiritualmente, y vivió en los desiertos hasta el día en que se dio a conocer a los israelitas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Dios, ha manifestado su misericordia enviando a Juan Bautista como precursor de Jesucristo. Confiadamente oremos diciendo: R. Te rogamos Señor, óyenos.
– Para que la Iglesia de Dios anuncie a Cristo con tal convicción y entusiasmo, que los seres humanos se conviertan y crean en él, roguemos al Señor. R.
Para que el pueblo de Israel, escuchando la voz de Juan y los profetas, llegue a reconocer a Cristo como su Mesías y Salvador de todos, roguemos al Señor. R.
Para que quienes viven esclavizados por el pecado encuentren en su camino una voz que los llame a la conversión, roguemos al Señor. R.
Para que nosotros sigamos a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió, roguemos al Señor. R.
+ Oremos: Bendice, Padre, a tu pueblo y, por la intercesión de san Juan Bautista, concédele todo lo que con fe te ha pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio que vamos a ofrecerte para celebrar el nacimiento de san Juan Bautista, quien anuncio la venida de nuestro Salvador y señaló su presencia en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Señor, que la comunión que hemos recibido, al celebrar el nacimiento del precursor de tu Hijo, renueve en nosotros el amor y la fidelidad a Jesucristo, que vive y reina.


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25 JUNIO – MARTES – 12ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Gn 13, 2.5-18 / Sal 14 / Mt 7, 6.12-14 – Verde

6. Primera Lectura: Gn 13, 2.5-18
Lectura del libro del Génesis
Abram era muy rico, pues tenía oro, plata y muchos animales. Lot también era muy rico, pues, al igual que su tío Abram, tenía muchas ovejas y vacas, y gente que acampaba con él; pero el lugar donde estaban no bastaba para alimentar a tantos animales. Ya no podían vivir juntos, pues los que cuidaban el ganado de Abram se peleaban con los que cuidaban el ganado de Lot. Además, en aquel tiempo, los cananeos y ferezeos todavía vivían allí. Así que un día Abram le dijo a Lot: “Tú y yo somos parientes, así que no está bien que haya pleitos entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos. Ahí está toda la tierra, para que escojas. Por favor, sepárate de mí. Si tú te vas al norte, yo me voy al sur, y si tú te vas al sur, yo me voy al norte.”
Lot miró por todo el valle del río Jordán y vio que, hasta el pueblecito de Sóar, el valle tenía bastante agua y era como un gran jardín. Se parecía a Egipto. (Esto era así antes de que el Señor destruyera las ciudades de Sodoma y Gomorra.) Entonces Lot escogió todo el valle del Jordán, y se fue al oriente del lugar donde estaban. De esta manera, Abram y Lot se separaron. Abram se quedó en Canaán, y Lot se fue a vivir a las ciudades del valle, cerca de la ciudad de Sodoma, donde toda la gente era muy mala y cometía horribles pecados contra el Señor.
Después que Lot se fue, el Señor le dijo a Abram: “Desde el lugar donde estás, mira bien al norte y al sur, al este y al oeste; yo te daré toda la tierra que ves, y para siempre será tuya y de tus descendientes. Yo haré que ellos sean tantos como el polvo de la tierra. Así como no es posible contar los granitos de polvo, tampoco será posible contar tus descendientes. ¡Levántate, recorre esta tierra a lo largo y a lo ancho, porque yo te la voy a dar!”
Así pues, Abram levantó su campamento y se fue a vivir al bosque de encinas de un hombre llamado Mamré, cerca de la ciudad de Hebrón. Allí construyó un altar en honor del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 14
R. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?
- Solo el que vive sin tacha y practica la justicia; el que dice la verdad de todo corazón; el que no habla mal de nadie. R.
- El que no hace daño a su amigo ni ofende a su vecino; el que mira con desprecio a quien desprecio merece, pero honra a quien honra al Señor. R.
- El que presta su dinero sin exigir intereses; el que no acepta soborno en contra del inocente. El que así vive, jamás caerá. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 7, 6.12-14
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos: “No den las cosas sagradas a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los hagan pedazos. Y no echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen. Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes. Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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26 JUNIO – MIÉRCOLES – 12ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Gn 15, 1-12.17-18 / Sal 104 / Mt 7, 15-20 – Verde

6. Primera Lectura: Gn 15, 1-12.17-18
Lectura del libro del Génesis
Después de esto, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo:—No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande.
Pero Abram le contestó:—Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si tú bien sabes que no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados.
El Señor le contestó:—Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño.
Entonces el Señor llevó a Abram afuera, y le dijo:—Mira bien el cielo, y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues bien, así será el número de tus descendientes.
Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo y le dijo:–Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia.
—Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que voy a heredar esta tierra? —contestó Abram.
Y Dios le dijo:—Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma.
Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso una mitad frente a otra; pero no partió las aves. Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba. Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto lo rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo.
Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos. Aquel mismo día el Señor hizo una alianza con Abram y le dijo:—Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 104
R. ¡Den gracias al Señor!
¡Den gracias al Señor! ¡Proclamen su nombre! Cuenten a los pueblos sus acciones Canten himnos en su honor. ¡Hablen de sus grandes hechos! R.
Siéntanse orgullosos de su santo nombre. ¡Siéntase alegre el corazón de los que buscan al Señor! Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo. R.
Ustedes, descendientes de su siervo Abraham; ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos. Él es el Señor, nuestro Dios; ¡él gobierna toda la tierra! R.
Ni aunque pasen mil generaciones se olvidará de las promesas de su alianza, de la alianza que hizo con Abraham, del juramento que hizo a Isaac R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 7, 15-20
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Jesús dijo a la multitud: “Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. De modo que ustedes los reconocerán por sus acciones. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


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27 JUNIO – JUEVES – SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA

Gn 16, 1-12.15-16 / Sal 105 / Mt 7, 21-29 – Blanco

5. Oración Colecta
Señor, Dios nuestro, que has querido infundir en san Cirilo de Alejandría tu admirable doctrina, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre fieles a esa misma doctrina, y modelar conforme a ella nuestra propia conducta. Por nuestro Señor.

6. Primera Lectura: Gn 16, 1-12.15-16
Lectura del libro del Génesis
Sarai no podía darle hijos a su esposo Abram, pero tenía una esclava egipcia que se llamaba Agar. Entonces le dijo a Abram: —Mira, el Señor no me ha permitido tener hijos, pero te ruego que te unas a mi esclava Agar, pues tal vez tendré hijos por medio de ella.
Abram aceptó lo que Sarai le dijo, y entonces ella tomó a Agar la egipcia y se la dio como mujer a Abram, cuando ya hacía diez años que estaban viviendo en Canaán. Abram se unió a Agar, la cual quedó embarazada; pero cuando se dio cuenta de su estado comenzó a mirar a su señora con desprecio. Entonces Sarai le dijo a Abram: —¡Tú tienes la culpa de que Agar me desprecie! Yo misma te la di por mujer, y ahora que va a tener un hijo se cree más que yo. Que el Señor diga quién tiene la culpa, si tú o yo.
Y Abram le contestó: —Mira, tu esclava está en tus manos; haz con ella lo que mejor te parezca.
Entonces Sarai comenzó a maltratarla tanto, que Agar huyó. Pero un ángel del Señor la encontró en el desierto, junto al manantial que está en el camino de Sur, y le preguntó: -Agar, esclava de Sarai, ¿de dónde vienes, y a dónde vas?
—Estoy huyendo de mi señora Sarai —contestó ella.
El ángel del Señor le dijo: —Regresa al lado de tu señora, y obedécela en todo.
Además el ángel del Señor le dijo: “Aumentaré tanto tus descendientes, que nadie los podrá contar. Estás encinta y tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción. Será arisco como un potro salvaje; luchará contra todos, y todos contra él; pero él afirmará su casa aunque sus hermanos se opongan.” 
Y Agar le dio un hijo a Abram, y él lo llamó Ismael. Abram tenía ochenta y seis años cuando Ismael nació. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 105
R. Demos gracias al Señor, porque es bueno.
- Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. ¿Quién podrá describir las victorias del Señor? ¿Quién podrá alabarlo como merece? R.
- Felices los que practican la justicia y hacen siempre lo que es justo. Acuérdate de mí, Señor, cuando hagas bien a tu pueblo. R.
- tenme presente cuando vengas a salvar, para que vea yo la dicha de tus escogidos, para que me alegre y enorgullezca con el pueblo que te pertenece. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 7, 21-29
† Lectura del Evangelio según Mateo
Jesús dijo a la multitud: “No todos los que me dicen: ‘Señor, Señor’, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: ‘Señor, Señor, nosotros comunicamos mensajes en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros.’ Pero entonces les contestaré: ‘Nunca los conocí; ¡aléjense de mí, malhechores!’
“Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre!”
Cuando Jesús terminó de hablar, toda la gente estaba admirada de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad, y no como sus maestros de la ley. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Al celebrar estos divinos misterios, te rogamos, Señor, que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros aquella misma luz con la que iluminó a tu siervo san Cirilo de Alejandría y lo impulsó a la propagación de tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Reanimados con el pan del cielo, te rogamos, Señor, que, a imitación de san Cirilo de Alejandría, permanezcamos en continua acción de gracias por los dones recibidos. Por Jesucristo nuestro Señor.


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28 JUNIO – VIERNES – SAN IRENEO DE LYON

Gn 17,1.9-10.15-22 / Sal 127 / Mt 8,1-4 – Rojo

5. Oración Colecta
Señor, tu que llamaste al obispo san Ireneo a defender tu verdad y a traer la paz a tu Iglesia, aumenta en nosotros la fe y la caridad a fin de que nos esforcemos siempre por fomentar la unidad y la concordia en el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Gn 17,1.9-10.15-22

 

Lectura del libro del Génesis
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo:
—Yo soy el Dios todopoderoso;  vive una vida sin tacha delante de mí.
Además, Dios le dijo a Abraham: —Pero tú, cumple con mi alianza tú y todos tus descendientes. Esta es la alianza que hago con ustedes y que deberán cumplir también todos tus descendientes: todos los hombres entre ustedes deberán ser circuncidados. 
También Dios le dijo a Abraham: —Tu esposa Sarai ya no se va a llamar así. De ahora en adelante se llamará Sara. La voy a bendecir, y te daré un hijo por medio de ella. Sí, voy a bendecirla. Ella será la madre de muchas naciones, y sus descendientes serán reyes de pueblos.
Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y se rió, mientras pensaba: “¿Acaso un hombre de cien años puede ser padre? ¿Y acaso Sara va a tener un hijo a los noventa años?” Entonces le dijo a Dios: —¡Ojalá Ismael pueda vivir con tu bendición!
Y Dios le contestó: —Lo que yo he dicho es que tu esposa Sara te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Isaac. Con él confirmaré mi alianza, la cual mantendré para siempre con sus descendientes. En cuanto a Ismael, también te he oído, y voy a bendecirlo; haré que tenga muchos hijos y que aumente su descendencia. Ismael será el padre de doce jefes importantes, y haré de él una nación muy grande. Pero mi alianza la mantendré con Isaac, el hijo que Sara te va a dar dentro de un año, por estos días.
Cuando Dios terminó de hablar con Abraham, se fue de allí. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 127
R. Esta es la bendición del que sirve al Señor.
- Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien. R.
- En la intimidad de tu hogar, tu mujer será como una vid cargada de uvas; tus hijos, alrededor de tu mesa, serán como retoños de olivo. R.
- Así bendecirá el Señor al hombre que lo honra. ¡Que el Señor te bendiga desde el monte Sión! ¡Que veas el bienestar de Jerusalén todos los días de tu vida! R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 8, 1-4
† Lectura del Evangelio según san Mateo
Cuando Jesús bajó del monte, mucha gente lo siguió. En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, el cual se puso de rodillas delante de él y le dijo: —Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
Jesús lo tocó con la mano, y dijo: —Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad. Jesús añadió:—Mira, no se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que conste ante los sacerdotes. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Que esta Eucaristía con la que celebramos, Señor, la fiesta de san Ireneo, te glorifique a ti y aumente en nosotros el amor a la verdad, a fin de que permanezcamos firmes en la fe y en la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Que la participación en este sacramento nos comunique, Señor, la fe viva por la que gloriosamente murió san Ireneo, a fin de que podamos vivir como verdaderos discípulos de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.


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29 JUNIO – SÁBADO – SANTOS PEDRO Y PABLO, APÓSTOLES

Hch 12, 1-11 / Sal 33 / 2 Tim 4, 6-8.17-18 / Mt 16, 13-19 – Rojo

5. Oración Colecta
Dios nuestro, que nos llenas de alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos Apóstoles, de quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo.

6. Primera Lectura: Hch 12, 1-11
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Por aquel tiempo, el rey Herodes comenzó a perseguir a algunos de la iglesia. Ordenó matar a filo de espada a Santiago, el hermano de Juan; y como vio que esto había agradado a los judíos, hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió en los días de la fiesta en que se come el pan sin levadura. Después de arrestarlo, Herodes metió a Pedro en la cárcel, donde estaba vigilado por cuatro grupos de soldados, de cuatro soldados por grupo. Pensaba presentarlo ante el pueblo después de la Pascua. Así que Pedro estaba en la cárcel, bien vigilado, pero los de la iglesia seguían orando a Dios por él con mucho fervor.
La misma noche anterior al día en que Herodes lo iba a presentar ante el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, mientras otros soldados estaban en la puerta vigilando la cárcel. De pronto se presentó un ángel del Señor, y la cárcel se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó, y le dijo: “¡Levántate en seguida!” Al instante, las cadenas cayeron de las manos de Pedro, y el ángel le dijo: “Vístete y ponte las sandalias.” Así lo hizo Pedro, y el ángel añadió: “Ponte tu capa y sígueme.”
Pedro salió tras el ángel, sin saber si era realidad o no lo que el ángel hacía. Más bien le parecía que estaba viendo una visión. Pero pasaron la primera guardia, luego la segunda, y cuando llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle, la puerta se abrió por sí sola. Salieron, y después de haber caminado una calle, el ángel lo dejó solo.
Pedro comprendió entonces, y dijo: “Ahora veo que verdaderamente el Señor ha enviado a su ángel para librarme de Herodes y de todo lo que los judíos querían hacerme.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 33
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. Yo me siento orgulloso del Señor; ¡óiganlo y alégrense, hombres humildes! R.
Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor. Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. R.
Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. R.
El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. Prueben, y vean que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía! R.

8. Segunda Lectura: 2 Tim 4, 6-8.17-18
Lectura de la segunda carta del Apóstol Pablo a Timoteo
Hermanos: Yo ya estoy para ser ofrecido en sacrificio; ya se acerca la hora de mi muerte. He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su venida gloriosa. Pues el Señor sí me ayudó y me dio fuerzas, de modo que pude llevar a cabo la predicación del mensaje de salvación y hacer que lo oyeran todos los paganos. Así el Señor me libró de la boca del león, y me librará de todo mal, y me salvará llevándome a su reino celestial. ¡Gloria a él para siempre! Amén. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 16, 13-19
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo
Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: — ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Ellos contestaron: —Algunos dicen que Juan el Bautista; otros dicen que Elías, y otros dicen que Jeremías o algún otro profeta.
—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.
Simón Pedro le respondió: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.
Entonces Jesús le dijo: —Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo conociste por medios humanos, sino porque te lo reveló mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Al celebrar a los apóstoles Pedro y Pablo, imploremos la misericordia divina para la Iglesia y pidamos por el mundo entero, diciendo: Escúchanos, Señor.
Para que el obispo de Roma ejerza su ministerio con la sabiduría del Espíritu y con la firmeza de la fe apostólica, roguemos al Señor. R.
Para que Dios, que envió a san Pablo a los paganos, envíe hoy misioneros que proclamen el Evangelio a quienes lo desconocen, roguemos al Señor. R.
Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos a Cristo, el Señor. R.
Para que quienes nos encontramos hoy reunidos aquí, perseveremos en la doctrina apostólica y anunciemos a Cristo al mundo, roguemos al Señor. R.
+ Protege, Señor, a tu pueblo y, por la intercesión de los apóstoles Pedro y Pablo, concédele los bienes que te ha pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y, por intercesión de san Pedro y san Pablo, concédenos celebrar este sacrificio íntimamente unidos a ti en la fe y en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

21. Oración después de la Comunión
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, haz, Señor, que la participación perseverante en el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, y la fidelidad a la doctrina de los Apóstoles nos conserven unidos en tu amor. Por Jesucristo.


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30 JUNIO – DOMINGO – 13ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

1 Re 19, 16b.19-21 / Sal 15 / Gal 5, 1.13-18 / Lc 9, 51-62 – Verde

5. Oración Colecta
Padre de bondad, que por medio de tu gracia nos has hecho hijos de la luz, líbranos de las tinieblas del error y haz que permanezcamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo.

6. Primera Lectura: 1 Re 19, 16b.19-21
Lectura del primer libro de los Reyes
El Señor dijo a Elías: “Consagra a Eliseo, hijo de Safat, del pueblo de Abel-meholá, como profeta en lugar tuyo.
Elías se fue de allí y encontró a Eliseo, que estaba arando. Delante de Eliseo iban doce yuntas de bueyes,  y él mismo llevaba la última. Elías se dirigió a él y le echó su capa encima. Al instante Eliseo dejó los bueyes, corrió tras Elías, y le dijo:—Déjame dar a mis padres un beso de despedida, y luego te seguiré.
—Puedes ir —dijo Elías—, pero recuerda lo que he hecho contigo.
Eliseo se apartó de Elías, y fue, tomó dos toros y los descuartizó, y con la madera del yugo asó la carne  y dio de comer a la gente. Después se fue tras Elías y quedó a su servicio. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 15
R. Tú, Señor, eres mi todo; mi vida está en tus manos.
¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección! Yo te he dicho: Tú, Señor, eres mi todo; tú me colmas de bendiciones; mi vida está en tus manos. R.
Bendeciré al Señor, porque él me guía, y en lo íntimo de mi ser me corrige por las noches. Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. R.
Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría. Todo mi ser vivirá confiadamente, pues no me dejarás en el sepulcro, ¡no abandonarás en la fosa a tu amigo fiel! R.
Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti. R.

8. Segunda Lectura: Gal 5, 1.13-18
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Gálatas
Hermanos: Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por lo tanto, manténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.
Ustedes, hermanos, han sido llamados a la libertad. Pero no usen esta libertad para dar rienda suelta a sus instintos. Más bien sírvanse los unos a los otros por amor. Porque toda la ley se resume en este solo mandato: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Tengan cuidado, porque si ustedes se muerden y se comen unos a otros, llegarán a destruirse entre ustedes mismos.
Por lo tanto, digo: Vivan según el Espíritu, y no busquen satisfacer sus propios malos deseos. Porque los malos deseos están en contra del Espíritu, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. El uno está en contra de los otros, y por eso ustedes no pueden hacer lo que quisieran. Pero si el Espíritu los guía, entonces ya no estarán sometidos a la ley. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 51-62
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén. Envió por delante mensajeros, que fueron a una aldea de Samaria para prepararle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirle, porque se daban cuenta de que se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto le dijeron:—Señor, si quieres, diremos que baje fuego del cielo para que acabe con ellos.
Pero Jesús se volvió y los reprendió. Luego se fueron a otra aldea.
Mientras iban de camino, un hombre dijo a Jesús:—Señor, deseo seguirte adondequiera que vayas.
Jesús le contestó:—Las zorras tienen cuevas y las aves nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.
Jesús dijo a otro:—Sígueme.
Pero él respondió:—Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
Jesús le contestó:—Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el reino de Dios.
Otro le dijo:—Señor, quiero seguirte, pero deja que primero me despida de los míos.
Jesús le contestó:—El que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás, no sirve para el reino de Dios. Palabra del Señor.Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles:
+ Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda, respondiendo: Escúchanos, Señor.
- Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos a Cristo, el Señor. R.
- Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia, roguemos al Dios que con sabiduría gobierna al mundo. R.
- Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso. R.
- Para que pongamos toda nuestra existencia en las manos del Señor y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que somos y tenemos. R.
+ Dios nuestro, que en tu Hijo, nos has enriquecido con tus bienes, escucha nuestras oraciones y haz que anunciemos el Evangelio. Por Jesucristo.

Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, celebrar dignamente esta Eucaristía por medio de la cual tú te dignas hacernos participes de los frutos de la redención. Por Jesucristo.

21. Oración después de la Comunión
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en sacrificio y recibido en comunión, sean para nosotros principio de vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo.


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