Lecturas y celebraciones, Septiembre 2008  
 
D
L
M
M
J
V
S
 
 
 
 
LUNES, 1 SEPTIEMBRE: 22ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 2, 1-5 / Sal 118 / Lc 4, 16-30                                                        Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 2, 1-5

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Hermanos, cuando yo fui a hablarles del designio secreto de Dios, lo hice sin hacer alardes de retórica o de sabiduría. Y, estando entre ustedes, no quise saber de otra cosa sino de Jesucristo y, más estrictamente, de Jesucristo crucificado. Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo, y cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios, para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 118

R. ¡Cuánto amo, Señor, tu voluntad!

- ¡Cuánto amo tu voluntad! Todo el día la estoy meditando. Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos, porque siempre me acompañan. R.
- Soy más prudente que todos mis maestros, porque medito tus preceptos. Soy más sagaz que los ancianos, porque cumplo tus leyes. R.
- Aparto mis pies de toda senda mala para cumplir tus palabras. No me aparto de tus mandamientos, porque tú me has instruido. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 4, 16-30

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.”
Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí tenían la vista fija en él. Él comenzó a hablar, diciendo:
—Hoy mismo se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oír.
Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía. Se preguntaban: — ¿No es este el hijo de José?
Jesús les respondió: —Seguramente ustedes me dirán este refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo.’ Y además me dirán: ‘Lo que oímos que hiciste en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu propia tierra.’
Y siguió diciendo: —Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. Verdaderamente, había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país; pero Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero no fue sanado ninguno de ellos, sino Naamán, que era de Siria.
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarlo abajo desde allí. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MARTES, 2 SEPTIEMBRE: 22ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 2, 10b-16 / Sal 144 / Lc 4, 31-37                                                 Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 2, 10b-16

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
El Espíritu lo examina todo, hasta las cosas más profundas de Dios.
¿Quién entre los hombres puede saber lo que hay en el corazón del hombre, sino solo el espíritu que está dentro del hombre? De la misma manera, solamente el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que entendamos las cosas que Dios en su bondad nos ha dado. Hablamos de estas cosas con palabras que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, y no con palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabiduría. Así explicamos las cosas espirituales con términos espirituales.
El que no es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son tonterías. Y tampoco las puede entender, porque son cosas que tienen que juzgarse espiritualmente. Pero aquel que tiene el Espíritu puede juzgar todas las cosas, y nadie lo puede juzgar a él. Pues la Escritura dice: “¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá instruirle?” Sin embargo, nosotros tenemos la mente de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 144

R. El Señor es justo y bondadoso.
- El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus criaturas. R.
- Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R.
- Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre, y tu imperio, por todas las generaciones. R.
- El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 4, 31-37

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Jesús fue a Cafarnaúm, un pueblo de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Y la gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque hablaba con plena autoridad.
En la sinagoga había un hombre que tenía un demonio o espíritu impuro, el cual gritó con fuerza: —¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios.
Jesús reprendió a aquel demonio, diciéndole: —¡Cállate y deja a este hombre!
Entonces el demonio arrojó al hombre al suelo delante de todos, y salió de él sin hacerle ningún daño. Todos se asustaron, y se decían unos a otros:
— ¿Qué palabras son estas? Con toda autoridad y poder este hombre ordena a los espíritus impuros que salgan, ¡y ellos salen! Y se hablaba de Jesús por todos los lugares de la región. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MIÉRCOLES, 3 SEPTIEMBRE: 22ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 3, 1-9 / Sal 32 / Lc 4, 38-44                                                           Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 3, 1-9

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Yo, hermanos, no pude hablarles entonces como a gente madura espiritualmente, sino como a personas débiles, como a niños en cuanto a las cosas de Cristo. Les di una enseñanza sencilla, igual que a un niño de pecho se le da leche en vez de alimento sólido, porque ustedes todavía no podían digerir la comida fuerte. ¡Y ni siquiera pueden digerirla ahora, porque todavía son débiles! Mientras haya entre ustedes envidias y discordias, es que todavía son débiles y actúan con criterios puramente humanos. Porque cuando uno afirma: “Yo soy de Pablo”, y otro: “Yo soy de Apolo”, están manteniendo criterios puramente humanos.
A fin de cuentas, ¿qué es Apolo?, ¿qué es Pablo? Simplemente servidores, por medio de los cuales ustedes han llegado a la fe. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor le señaló: yo sembré y Apolo regó, pero Dios es quien hizo crecer lo sembrado. De manera que ni el que siembra ni el que riega son nada, sino que Dios lo es todo, pues él es quien hace crecer lo sembrado. Los que siembran y los que riegan son iguales, aunque Dios pagará a cada uno según su trabajo. Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios, y ustedes son un sembrado y una construcción que pertenecen a Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 32

R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.

- Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres. R.
- Desde el lugar de su morada observa a todos los que habitan en el orbe. El formó el corazón de cada uno y entiende sus acciones. R.
- En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo; en el Señor se alegra el corazón y en él hemos confiado. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 4, 38-44

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba enferma, con mucha fiebre, y rogaron por ella a Jesús. Jesús se inclinó sobre ella y reprendió a la fiebre, y la fiebre se le quitó. Al momento, ella se levantó y comenzó a atenderlos.
Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diferentes enfermedades los llevaron a Jesús; y él puso las manos sobre cada uno de ellos, y los sanó. De muchos enfermos también salieron demonios, que gritaban: —¡Tú eres el Hijo de Dios!
Pero Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al amanecer, Jesús salió fuera de la ciudad, a un lugar solitario. Pero la gente lo buscó, y llegaron a donde él estaba. Querían detenerlo, para que no se fuera, pero Jesús les dijo: —También tengo que anunciar la buena noticia del reino de Dios a los otros pueblos, porque para esto fui enviado.
Así iba Jesús anunciando el mensaje en las sinagogas del país de los judíos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


JUEVES, 4 SEPTIEMBRE: 22ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 3, 18-23 / Sal 23 / Lc 5, 1-11                                                        Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 3, 18-23

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Que nadie se engañe: si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este mundo, vuélvase como un ignorante, para así llegar a ser verdaderamente sabio. Pues la sabiduría de este mundo es pura tontería para Dios. En efecto, la Escritura dice: “Dios atrapa a los sabios en la propia astucia de ellos.” Y dice también: “El Señor sabe que los pensamientos de los sabios son tonterías.” Por eso, nadie debe sentirse orgulloso de lo que es propio de los hombres; pues todas las cosas son de ustedes: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro; todo es de ustedes, y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 23

R. El Señor bendice al hombre justo.

- Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares; él fue quien lo asentó sobre los ríos. R.
- ¿Quién subirá hasta el monte del Señor?  ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. R.
- Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su Salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 5, 1-11

† Lectura del Evangelio según san Lucas

En una ocasión, estando Jesús a orillas del Lago de Genesaret, se sentía apretujado por la multitud que quería oír el mensaje de Dios. Jesús vio dos barcas en la playa. Los pescadores habían bajado de ellas a lavar sus redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:
—Lleva la barca a la parte honda del lago, y echen allí sus redes, para pescar.
Simón le contestó: —Maestro, hemos estado trabajando toda la noche sin pescar nada; pero, ya que tú lo mandas, voy a echar las redes.
Cuando lo hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, para que fueran a ayudarlos. Ellos fueron, y llenaron tanto las dos barcas que les faltaba poco para hundirse. Al ver esto, Simón Pedro se puso de rodillas delante de Jesús y le dijo: — ¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!
Es que Simón y todos los demás estaban asustados por aquella gran pesca que habían hecho. También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón: —No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres.
Entonces llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


VIERNES, 5 SEPTIEMBRE: 22ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 4, 1-5 / Sal 36 / Lc 5, 33-39                                                           Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 4, 1-5
Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Ustedes deben considerarnos simplemente como ayudantes de Cristo, encargados de enseñar los designios secretos de Dios. Ahora bien, el que recibe un encargo debe demostrar que es digno de confianza. En cuanto a mí respecta, muy poco me preocupa ser juzgado por ustedes o por algún tribunal humano. Ni siquiera yo mismo me juzgo. Sin embargo, el que mi conciencia no me acuse de nada no significa que yo por esto sea inocente. Pues el que me juzga es el Señor. Por lo tanto, no juzguen ustedes nada antes de tiempo; esperen a que el Señor venga y saque a la luz lo que ahora está en la oscuridad y dé a conocer las intenciones del corazón. Entonces Dios dará a cada uno la alabanza que merezca.  Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 36
R. La salvación del justo es el Señor.
Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R.
Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de mediodía. R.
Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque el Señor ama la justicia y vela por sus fieles; en cambio, a los injustos los borrará de la tierra para siempre. R.
La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo salva de los malvados. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 5, 33-39
† Lectura del Evangelio según san Lucas
Le dijeron a Jesús: —Los seguidores de Juan y de los fariseos ayunan mucho y hacen muchas oraciones, pero tus discípulos siempre comen y beben.
Jesús les contestó: — ¿Acaso pueden ustedes hacer ayunar a los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Pero llegará el momento en que se lleven al novio; cuando llegue ese día, entonces sí ayunarán.
También les puso esta comparación: —Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace así, echa a perder el vestido nuevo; además, el pedazo nuevo no quedará bien con el vestido viejo. Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y tanto el vino como los cueros se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos. Y nadie que toma el vino añejo quiere después el nuevo, porque dice: ‘El añejo es más sabroso.’ Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


SÁBADO, 6 SEPTIEMBRE: 22ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 4, 6-15 / Sal 144 / Lc 6, 1-5                                                           Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 4, 6-15

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Hermanos, les hablo de estas cosas por su propio bien y poniendo como ejemplo a Apolo y a mí mismo. Lo digo para que por nuestro ejemplo aprendan ustedes a no ir más allá de lo que está escrito, y para que nadie se hinche de orgullo, favoreciendo a uno en perjuicio de otro. Pues, ¿quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y qué tienes que Dios no te haya dado? Y si él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo?
Al parecer, ustedes ya son ricos, y tienen todo lo que pueden desear, y se sienten como reyes que nada necesitan de nosotros. ¡Ojalá fueran reyes de verdad, para que nosotros tuviéramos parte en su reino! Pues me parece que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como si fuéramos condenados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. Nosotros, por causa de Cristo, pasamos por tontos; mientras que ustedes, gracias a Cristo, pasan por inteligentes. Nosotros somos débiles, mientras que ustedes son fuertes. A nosotros se nos desprecia, y a ustedes se les respeta. Hasta hoy mismo no hemos dejado de sufrir hambre, sed y falta de ropa; la gente nos maltrata, no tenemos hogar propio y nos cansamos trabajando con nuestras propias manos. A las maldiciones respondemos con bendiciones; somos perseguidos, y lo soportamos. Nos injurian, y contestamos con bondad. Nos tratan como a basura del mundo, como a desperdicio de la humanidad. Y así hasta el día de hoy.
No les escribo esto para avergonzarlos, sino para darles un consejo, como a mis propios hijos, pues los amo. Pues aunque ustedes, como cristianos, tengan diez mil instructores, padres no tienen muchos. Padre de ustedes soy yo, pues les anuncié el evangelio por el cual quedaron incorporados a Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 144

R. El Señor cuida de quienes lo aman.

Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca. R.
Satisface los deseos de sus fieles, escucha sus gritos de auxilio y los salva; el Señor cuida de los que lo aman, pero destruye a los malvados. R.
Que mis labios alaben al Señor, que todos los seres lo bendigan ahora y para siempre. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 6, 1-5

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Un sábado, Jesús caminaba entre los sembrados. Sus discípulos arrancaban espigas de trigo, las desgranaban entre las manos y se comían los granos. Entonces algunos fariseos les preguntaron: — ¿Por qué hacen ustedes algo que no está permitido hacer en sábado?
Jesús les contestó: — ¿No han leído ustedes lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios y tomó los panes consagrados a Dios, comió de ellos y dio también a sus compañeros, a pesar de que solamente a los sacerdotes se les permitía comer de ese pan.
Y añadió: —El Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


DOMINGO, 7 SEPTIEMBRE: 23ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Ez 33, 7-9 / Sal 94 /Rm 13,8-10/ Mt 18, 15-20                                      Verde

5. Oración Colecta
+ Señor, tú que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y herencia eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Ez 33, 7-9

Lectura del libro del profeta Ezequiel
“A ti, hombre, yo te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Tú deberás recibir mis mensajes y comunicarles mis advertencias. Puede darse el caso de que yo pronuncie sentencia de muerte contra un malvado; pues bien, si tú no hablas con él para advertirle que cambie de vida, y él no lo hace, ese malvado morirá por su pecado, pero yo te pediré a ti cuentas de su muerte. Si tú, en cambio, adviertes al malvado que cambie de vida, y él no lo hace, él morirá por su pecado, pero tú salvarás tu vida. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 94

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él, nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: «No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí,  aunque habían visto mis obras». R.

8. Segunda Lectura: Rm 13,8-10

Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos
Hermanos: No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amor que tienen unos con otros; pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido todo lo que la ley ordena. Los mandamientos dicen: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no codicies”; pero estos y los demás mandamientos quedan comprendidos en estas palabras: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 18, 15-20

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo
“Si tu hermano te hace algo malo, habla con él a solas y hazle reconocer su falta. Si te hace caso, ya has ganado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a una o dos personas más, para que toda acusación se base en el testimonio de dos o tres testigos. Si tampoco les hace caso a ellos, díselo a la comunidad; y si tampoco hace caso a la comunidad, entonces habrás de considerarlo como un pagano o como uno de esos que cobran impuestos para Roma.
“Les aseguro que lo que ustedes aten aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que ustedes desaten aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo. “Esto les digo: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi Padre que está en el cielo se lo dará. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Pidamos hermanos y hermanas, al Señor, que escuche nuestras plegarias y atienda a nuestras peticiones, implorando: Escúchanos, Padre.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que el señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor. R.
- Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al Señor. R.
- Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al Señor. R.
- Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admita en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor. R.
+ Tú, Señor, que has elegido a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos de tu Reino, escucha nuestras oraciones y ayúdanos a proclamar con valentía tu Evangelio, para que los oídos de los sordos se abran, los cobardes de corazón recobren ánimos y las lenguas de los mudos canten con nosotros la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.Amén.

21. Oración después de la Comunión
+ Tú que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía, concédenos, Señor, aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después, participar de su vida inmortal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


LUNES, 8 SEPTIEMBRE: NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA Regresar

 

Miq 5, 2-4 / Sal 12 / Mt 1, 18-23                                                           Blanco

6. Primera Lectura: Miq 5, 2-4

Lectura del libro del profeta Miqueas

“En cuanto a ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, de ti saldrá un gobernante de Israel que desciende de una antigua familia.”
Ahora el Señor deja a los suyos, pero solo hasta que dé a luz la mujer que está esperando un hijo.
Entonces se reunirán con sus compatriotas los israelitas que están en el destierro. El rey se levantará para pastorear a su pueblo con el poder y la majestad del Señor su Dios, y ellos podrán vivir en paz, porque el Señor será engrandecido hasta el último rincón de la tierra. Palabra de Dios. Tealabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 12

R. Me llenaré de alegría en el Señor

Confío, Señor, en tu lealtad, mi corazón se alegra con tu salvación. R.
Contaré al Señor por el bien que me ha hecho, tocaré mi música en honor del Dios altísimo. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 1, 18-23      

† Lectura del Evangelio según san Mateo

El origen de Jesucristo fue este: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes que vivieran juntos, se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque su hijo lo ha concebido por el poder del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados.”
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrán por nombre Emmanuel” (que significa: “Dios con nosotros”). Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MARTES, 9 SEPTIEMBRE: 23ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 6, 1-11 / Sal 149 / Lc 6, 12-19                                                      Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 6, 1-11

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Cuando alguno de ustedes tiene un pleito con otro, ¿por qué va a pedir justicia a los jueces paganos, en vez de pedírsela a los del pueblo santo? ¿Acaso no saben ustedes que el pueblo santo ha de juzgar al mundo? Y si ustedes han de juzgar al mundo, ¿cómo no son capaces de juzgar estos asuntos tan pequeños? ¿No saben que incluso a los ángeles habremos de juzgarlos nosotros? ¡Pues con mayor razón los asuntos de esta vida! Así que, si ustedes tienen pleitos por asuntos de la vida diaria, ¿por qué ponen por jueces a los que nada significan para la iglesia? Digo esto para que les dé vergüenza: ¿Acaso no hay entre ustedes ninguno con capacidad suficiente para juzgar un asunto entre sus hermanos? ¡No solo se pelean unos hermanos con otros, sino que llevan sus pleitos ante jueces paganos!
Ya el simple hecho de tener pleitos entre ustedes mismos es un grave defecto. ¿Por qué no, mejor, soportar la injusticia? ¿Por qué no, mejor, dejar que les roben? ¡Pero ustedes, al contrario, cometen injusticias y roban hasta a sus propios hermanos!
¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones. Y esto eran antes algunos de ustedes; pero ahora ya recibieron el baño de la purificación, fueron santificados y hechos justos en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 149

R. El Señor es amigo de su pueblo.

- Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R.
- En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y da la victoria a los humildes. R.
- Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 6, 12-19

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a quienes llamó apóstoles. Estos fueron: Simón, a quien puso también el nombre de Pedro; Andrés, hermano de Simón; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo; Simón, al que llamaban el celote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue quien traicionó a Jesús.
Jesús bajó del cerro con ellos y se detuvo en un llano. Se habían juntado allí muchos de sus seguidores y mucha gente de toda la región de Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían llegado para oír a Jesús y para que los curara de sus enfermedades. Los que sufrían a causa de espíritus impuros, también quedaban sanos. Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MIÉRCOLES, 10 SEPTIEMBRE: 23ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 7, 25-31 / Sal 44 / Lc 6, 20-26                                                      Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 7, 25-31

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

En cuanto a las mujeres no casadas, no tengo ningún mandato especial del Señor; pero doy mi opinión, como uno que es digno de confianza por la misericordia del Señor. A mí me parece que es preferible que cada uno se quede tal como está, por causa de los tiempos difíciles en que vivimos. Si tienes mujer, no la abandones; y si no tienes, no la busques. Si te casas, no cometes pecado; y si una mujer soltera se casa, tampoco comete pecado. Pero los que se casan van a tener los sufrimientos propios de la naturaleza humana, que yo quisiera evitarles.
Hermanos, lo que quiero decir es esto: Nos queda poco tiempo. Por lo tanto, los casados deben vivir como si no lo estuvieran; los que están de luto deben portarse como si estuvieran de fiesta, y los que están de fiesta deben portarse como si estuvieran de luto; los que compran deben vivir como si nada fuera suyo; y los que están usando de este mundo deben vivir como si no estuvieran sacando provecho de él, porque este mundo que vemos ha de terminar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 44

R. El rey está prendado de tu belleza.

Escucha, hija, mira y pon atención: olvida a tu pueblo y la casa paterna; el rey está prendado de tu belleza; ríndele homenaje, porque él es tu Señor. R.
Con todos los honores entra la princesa, vestida de oro y de brocados, y es conducida hasta el rey; un cortejo de doncellas la acompaña. R.
Entre alegría y regocijo van entrando en el palacio real. A cambio de tus padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 6, 20-26

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Jesús miró a sus discípulos, y les dijo:
“Dichosos ustedes los pobres, pues de ustedes es el reino de Dios.
“Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, pues quedarán satisfechos.
“Dichosos ustedes los que ahora lloran, pues después reirán.
“Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten y cuando desprecien su nombre como cosa mala, por causa del Hijo del hombre. Alégrense mucho, llénense de gozo en ese día, porque ustedes recibirán un gran premio en el cielo; pues también así maltrataron los antepasados de esa gente a los profetas.
“Pero ¡ay de ustedes los ricos, pues ya han tenido su alegría!
“¡Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, pues tendrán hambre!
“¡Ay de ustedes los que ahora ríen, pues van a llorar de tristeza!
“¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falsos profetas!” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


JUEVES, 11 SEPTIEMBRE: 23ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 8, 1-13 / Sal 138 / Lc 6, 27-38                                                      Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 8, 1-13

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Ahora paso al asunto de los alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos. Es verdad lo que se dice: que todos tenemos el conocimiento de la verdad; pero el conocimiento hincha de orgullo, en tanto que el amor edifica la comunidad. Si alguien cree que conoce algo, todavía no lo conoce como lo debe conocer. Pero si alguien ama a Dios, Dios lo conoce a él.
En cuanto a esto de comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos, bien sabemos que un ídolo no tiene valor alguno en el mundo, y que solamente hay un Dios. Pues aunque en el cielo y en la tierra existan esos llamados dioses (y en este sentido hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, en quien todo tiene su origen y para quien nosotros existimos. Y hay también un solo Señor, Jesucristo, por quien todas las cosas existen, incluso nosotros mismos.
Pero no todos conocen la verdad. Algunos que estaban acostumbrados a adorar ídolos, todavía comen de esos alimentos pensando que fueron ofrecidos a los dioses; y su conciencia, que es débil, los hace sentirse contaminados por el ídolo. Claro que el que Dios nos acepte no depende de lo que comamos; pues no vamos a ser mejores por comer, ni peores por no comer. Pero eviten que esa libertad que ustedes tienen haga caer en pecado a los que son débiles en su fe. Porque si tú, que sabes estas cosas, te sientas a comer en un lugar dedicado a los ídolos, y algún hermano débil te ve, puede suceder que él se anime a comer de esa ofrenda hecha a un ídolo. Y así tú, por tu conocimiento, haces que se pierda tu hermano débil, por quien Cristo también murió. Al ofender la conciencia de los hermanos débiles en la fe, ofenden ustedes a Cristo mismo. Por eso, si por causa de mi comida hago caer en pecado a mi hermano, no debo comer carne nunca, para no ponerlo en peligro de pecar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 138

R. Señor, no dejes que me pierda.

- Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R.
- Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno. Te doy gracias por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R.
- Examíname, Dios mío, para conoce mi corazón, ponme a prueba para conocer mis sentimientos, y si mi camino se desvía no dejes que me pierda. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 6, 27-38

† Lectura del Evangelio según san Lucas

“A ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan. Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa. A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes.
“Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. Y si dan prestado solo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros. Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo.
“No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará. Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


VIERNES, 12 SEPTIEMBRE: 23ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 9, 16-19.22b-27 / Sal 83 / Lc 6, 39-42                                         Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 9, 16-19.22b-27

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Para mí no es motivo de orgullo anunciar el evangelio, porque lo considero una obligación ineludible. ¡Y ay de mí si no lo anuncio! Por eso, si lo hiciera por propia iniciativa, tendría derecho a una recompensa; pero si lo hago por obligación, es porque estoy cumpliendo un encargo que Dios me ha dado. En este caso, mi recompensa es la satisfacción de anunciar el evangelio sin cobrar nada; es decir, sin hacer valer mi derecho a vivir del anuncio del evangelio.
Aunque no soy esclavo de nadie, me he hecho esclavo de todos, a fin de ganar para Cristo el mayor número posible de personas. Cuando he estado con los que son débiles en la fe, me he vuelto débil como uno de ellos, para ganarlos también. Es decir, me he hecho igual a todos, para de alguna manera poder salvar a algunos. Todo lo hago por el evangelio, para tener parte en el mismo.
Ustedes saben que en una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corran ustedes de tal modo que reciban el premio. Los que se preparan para competir en un deporte, evitan todo lo que pueda hacerles daño. Y esto lo hacen por alcanzar como premio una corona que en seguida se marchita; en cambio, nosotros luchamos por recibir un premio que no se marchita. Yo, por mi parte, no corro a ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo obligo a obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 83

R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
- Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa. R.
- Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío. R.
- Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón. R.
- El Señor es sol y escudo, Dios concede favor y gloria. El Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 6, 39-42

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Jesús les puso esta comparación: “¿Acaso puede un ciego servir de guía a otro ciego? ¿No caerán los dos en algún hoyo? Ningún discípulo es más que su maestro: cuando termine sus estudios llegará a ser como su maestro.
“¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tienes en el tuyo? Y si no te das cuenta del tronco que tienes en tu propio ojo, ¿cómo te atreves a decir a tu hermano: ‘Hermano, déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo’? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


SÁBADO, 13 SEPTIEMBRE: SAN JUAN CRISÓSTOMO Regresar

 

1 Cor 10, 14-22a / Sal 115 / Lc 6, 43-49                                            Blanco

6. Primera Lectura: 1 Cor 10, 14-22a

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Por eso, mis queridos hermanos, huyan de la idolatría. Les hablo como a personas entendidas: juzguen ustedes mismos lo que les digo. Cuando bebemos de la copa bendita por la cual bendecimos a Dios, participamos en común de la sangre de Cristo; cuando comemos del pan que partimos, participamos en común del cuerpo de Cristo. Aunque somos muchos, todos comemos de un mismo pan, y por esto somos un solo cuerpo.
Fíjense en el pueblo de Israel: los que comen de los animales ofrecidos en sacrificio, participan en común del servicio en el altar. Con esto no quiero decir que el ídolo tenga valor alguno, ni que la carne ofrecida al ídolo sea algo más que otra carne cualquiera. Lo que digo es que cuando los paganos ofrecen algo en sacrificio, se lo ofrecen a los demonios, y no a Dios, y yo no quiero que ustedes tengan nada en común con los demonios. No pueden beber de la copa del Señor y, a la vez, de la copa de los demonios; ni pueden participar de la mesa del Señor y, a la vez, de la mesa de los demonios.
¿O acaso queremos poner celoso al Señor? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

7. Salmo Responsorial: Del salmo 115
R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
- ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre. R.
- Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 6, 43-49

† Lectura del Evangelio según san Lucas

“No hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto: no se cosechan higos de los espinos, ni se recogen uvas de las zarzas. El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca.
“¿Por qué me llaman ustedes, ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que les digo? Voy a decirles a quién se parece el que viene a mí y me oye y hace lo que digo: se parece a un hombre que para construir una casa cavó primero bien hondo, y puso la base sobre la roca. Cuando creció el río, el agua dio con fuerza contra la casa, pero ni moverla pudo, porque estaba bien construida. Pero el que me oye y no hace lo que digo, se parece a un hombre que construyó su casa sobre la tierra y sin cimientos; y cuando el río creció y dio con fuerza contra ella, se derrumbó y quedó completamente destruida.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


DOMINGO, 14 SEPTIEMBRE: 24ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Eclo 27, 30; 28, 1-9 / Sal 102 / Rm 14, 7-9 / Mt 18, 21-35                  Verde

5. Oración Colecta

+ Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor para que podamos servirte con todas nuestras fuerzas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Eclo 27, 30; 28, 1-9

Lectura del libro del Eclesiástico
Ira y enojo son cosas detestables, pero del pecador nunca se apartan.
Del vengativo se vengará el Señor; Dios llevará cuenta estricta de sus pecados. Perdona las ofensas a tu prójimo, y Dios perdonará tus pecados cuando se lo pidas. Si uno guarda rencor a su prójimo, ¿cómo querrá que Dios le dé a él la salud?
No tiene compasión de un hombre igual a él, ¿y pide a Dios el perdón de sus pecados?
Es un simple mortal y guarda rencor, ¿quién le obtendrá el perdón de sus pecados?
Piensa en tu fin y ya no odies más; piensa en la muerte y cumple los mandamientos. Recuerda los mandamientos y no odies al prójimo; piensa en la alianza del Altísimo y perdona las faltas. Aléjate de las peleas y evitarás pecados, porque el colérico enciende peleas.
El pecador siembra discordia entre amigos, y donde hay paz esparce calumnias. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 102

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía; que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al señor alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R.
El Señor, perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y ternura. R.
El Señor no nos condena para siempre, ni nos guarda rencor perpetuo. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es grande su misericordia; como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama. R.

8. Segunda Lectura: Rm 14, 7-9

Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos

Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. De manera que, tanto en la vida como en la muerte, del Señor somos. Para eso murió Cristo y volvió a la vida: para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 18, 21-35

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 

Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús: —Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete?
Jesús le contestó: —No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
“Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: ‘Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.’ Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. “Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ‘¡Págame lo que me debes!’ El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.’ Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ‘¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.’ Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.”
Jesús añadió: —Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles

+ Imploremos, hermanos y hermanas, la misericordia de Dios y pidámosle que escuche las oraciones de los que hemos puesto nuestra confianza en él. Respondemos: Te lo pedimos Señor, óyenos.
- Pidamos al Señor una vida santa para los obispos, los presbíteros y los diáconos, como corresponde a su ministerio, de forma que sean testigos del Evangelio, roguemos al Señor. R.
- Pidamos el espíritu de justicia para que los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino de los pueblos, roguemos al Señor. R.
- Para los enfermos e impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesaria, a fin de que no se desanimen ante las dificultades y vivan alegres en la esperanza de los bienes eternos, roguemos al Señor. R.
- Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhechores, pidamos al Señor que nos conserve y aumente los bienes que con tanta generosidad nos ha concedido, roguemos al Señor. R.
+ Dios nuestro, fortaleza de los pobres y auxilio de los que sufren, escucha las oraciones de tu Iglesia y danos el Espíritu Santo, para que, iluminados con su luz, creamos con el corazón y confesemos con las obras que Jesús es el Mesías y vivamos convencidos de que salvaremos nuestra vida si tenemos el valor de perderla para anunciar el Evangelio. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión
+ Que la gracia de esta comunión nos transforme, Señor, tan plenamente que no sea ya nuestro egoísmo, sino tu amor, el que impulse de ahora en adelante nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


LUNES, 15 SEPTIEMBRE: NUESTRA SEÑORA DE DOLORES Regresar

 

Heb 5, 7-9 / Sal 30 / Jn 19, 25-27                                                       Blanco

6. Primera Lectura: Heb 5, 7-9

Lectura de la carta a los Hebreos

Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escuchó. Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen, Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 30

R. Sálvame, Señor, por tu misericordia

A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí. R.
Ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. R.
Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. R.
Pero yo confío en ti, Señor, te digo: "Tú eres mi Dios." En tus manos están mis azares: líbrame de los enemigos que me persiguen. R.
Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles, y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 19, 25-27

† Lectura del Evangelio según san Juan

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
—Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego le dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre.
Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MARTES, 16 SEPTIEMBRE: SAN CIPRIANO Regresar

 

1 Cor 12, 12-14.27-31a / Sal 99 / Lc 7, 11-17                                      Rojo

6. Primera Lectura: 1 Cor 12, 12-14.27-31a

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

El cuerpo humano, aunque está formado por muchos miembros, es un solo cuerpo. Así también Cristo. Y de la misma manera, todos nosotros, judíos o no judíos, esclavos o libres, fuimos bautizados para formar un solo cuerpo por medio de un solo Espíritu; y a todos se nos dio a beber de ese mismo Espíritu.
Un cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.
Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con su función particular. Dios ha querido que en la iglesia haya, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego personas que hacen milagros, y otras que curan enfermos, o que ayudan, o que dirigen, o que hablan en lenguas. No todos son apóstoles, ni todos son profetas. No todos son maestros, ni todos hacen milagros, ni todos tienen poder para curar enfermos. Tampoco todos hablan en lenguas, ni todos saben interpretarlas. Ustedes deben ambicionar los mejores dones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 99

R. Sirvamos al Señor con alegría.

- Alabemos a Dios todos los hombres; sirvamos al Señor con alegría, y con júbilo entremos en su templo. R.
- Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R.
- Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo. R.
- Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 7, 11-17

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Después de esto, Jesús se dirigió a un pueblo llamado Naín. Iba acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar cerca del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda. Mucha gente del pueblo la acompañaba. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: —No llores.
En seguida se acercó y tocó la camilla, y los que la llevaban se detuvieron. Jesús le dijo al muerto: —Joven, a ti te digo: ¡Levántate!
Entonces el que había estado muerto se sentó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a la madre. Al ver esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar a Dios, diciendo: —Un gran profeta ha aparecido entre nosotros.
También decían: —Dios ha venido a ayudar a su pueblo.
Y por toda Judea y sus alrededores se supo lo que había hecho Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MIÉRCOLES, 17 SEPTIEMBRE: 24ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 12, 31; 13, 1-13 / Sal 32 / Lc 7, 31-35                                         Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 12, 31; 13, 1-13
Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Hermanos: Voy a enseñarles un camino mucho mejor.
Si hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Y si tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve.
Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.
El amor jamás dejará de existir. Un día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.
Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño. Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí.
Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 32

R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
- Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos, cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos aclamémoslo. R.
- Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R.
- Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Muéstrate bondadoso con nosotros, porque en ti, Señor, hemos confiado. R.
9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 7, 31-35

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Jesús dijo: “¿A qué compararé la gente de este tiempo? ¿A qué se parece? Se parece a los niños que se sientan a jugar en la plaza y gritan a sus compañeros: ‘Tocamos la flauta, pero ustedes no bailaron; cantamos canciones tristes, pero ustedes no lloraron.’ Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y ustedes dicen que tiene un demonio. Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y ustedes dicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por todos sus resultados.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


JUEVES, 18 SEPTIEMBRE: 24ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 15, 1-11 / Sal 117 / Lc 7, 36-50

6. Primera Lectura: 1 Cor 15, 1-11

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del evangelio que les he predicado. Este es el evangelio que ustedes aceptaron, y en el cual están firmes. También por medio de este evangelio se salvarán, si se mantienen firmes en él, tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.
En primer lugar les he enseñado la misma tradición que yo recibí, a saber, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, también según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos ya han muerto. Después se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles.
Por último se me apareció también a mí, que soy como un niño nacido anormalmente. Pues yo soy el menos importante de los apóstoles, y ni siquiera merezco llamarme apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero soy lo que soy porque Dios fue bueno conmigo; y su bondad para conmigo no ha resultado en vano. Al contrario, he trabajado más que todos ellos; aunque no he sido yo, sino Dios, que en su bondad me ha ayudado. Lo que importa es que, tanto yo como ellos, esto es lo que hemos predicado, y esto es lo que ustedes han creído. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 117

R. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: Su misericordia es eterna. R.

Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos: La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. R.
No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Tú eres mi Dios, te doy gracias; tú eres mi Dios, yo te alabo. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 7, 36-50

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Un fariseo invitó a Jesús a comer, y Jesús fue a su casa. Estaba sentado a la mesa, cuando una mujer de mala vida, que vivía en el mismo pueblo y que supo que Jesús había ido a comer a casa del fariseo, llegó con un frasco de alabastro lleno de perfume. Llorando, se puso junto a los pies de Jesús y comenzó a bañarlos con lágrimas. Luego los secó con sus cabellos, los besó y derramó sobre ellos el perfume. El fariseo que había invitado a Jesús, al ver esto, pensó: “Si este hombre fuera de veras un profeta, se daría cuenta de qué clase de persona es esta que lo está tocando: una mujer de mala vida.” Entonces Jesús le dijo al fariseo: —Simón, tengo algo que decirte.
El fariseo contestó: —Dímelo, Maestro.
Jesús siguió: —Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y como no le podían pagar, el prestamista les perdonó la deuda a los dos. Ahora dime, ¿cuál de ellos le amará más?
Simón le contestó: —Me parece que el hombre a quien más le perdonó.
Jesús le dijo: —Tienes razón.
Entonces, mirando a la mujer, Jesús dijo a Simón: — ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; en cambio, esta mujer me ha bañado los pies con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me saludaste con un beso, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.
No me pusiste ungüento en la cabeza, pero ella ha derramado perfume sobre mis pies. Por esto te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; pero la persona a quien poco se le perdona, poco amor muestra.
Luego dijo a la mujer: —Tus pecados te son perdonados.
Los otros invitados que estaban allí, comenzaron a preguntarse: — ¿Quién es este, que hasta perdona pecados? Pero Jesús añadió, dirigiéndose a la mujer:
—Por tu fe has sido salvada; vete tranquila. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


VIERNES, 19 SEPTIEMBRE: 24ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 15, 12-20 / Sal 16 / Lc 8, 1-3                                                        Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 15, 12-20

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios
Pero si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos.
Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 16

R. Atiéndeme, Dios mío, escucha mi oración.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten. R.
A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues a quien acude a Ti lo salvas de sus contrarios. R.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme; pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro, y al despertarme espero saciarme de tu vista. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio:Lc 8, 1-3

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Después de esto, Jesús anduvo por muchos pueblos y aldeas, anunciando la buena noticia del reino de Dios. Los doce apóstoles lo acompañaban, como también algunas mujeres que él había curado de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas iba María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; también Juana, esposa de Cuza, el que era administrador de Herodes; y Susana; y muchas otras que los ayudaban con lo que tenían. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


SÁBADO, 20 SEPTIEMBRE: 24ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

1 Cor 15, 35-37.42-49 / Sal 55 / Lc 8, 4-15                                           Verde

6. Primera Lectura: 1 Cor 15, 35-37.42-49

Lectura de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios

Tal vez alguno preguntará: “¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?” ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta. Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa. Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible.  Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte. Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo espiritual.
Así dice la Escritura: “El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente”; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida. Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material; después lo espiritual. El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es del cielo. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y los del cielo son como aquel que es del cielo. Así como nos parecemos al hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 55

R. Caminaré en la presencia del Señor.
- Yo sé bien que el Señor está conmigo; por eso en Dios, cuya promesa alabo, sin temor me confío. ¿Qué hombre ha de poder causarme daño? R.
- Te debo, Señor, las promesas que te hice, te las cumpliré con acción de gracias, porque libraste mi vida de la muerte, mis pies de la caída, para que camine en la presencia de Dios, mientras tengo la luz de la vida. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 8, 4-15

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Muchos salieron de los pueblos para ver a Jesús, de manera que se reunió mucha gente. Entonces les contó esta parábola: “Un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y fue pisoteada, y las aves se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras; y cuando esa semilla brotó, se secó por falta de humedad. Otra parte de la semilla cayó entre espinos; y al nacer juntamente, los espinos la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra; y creció, y dio una buena cosecha, hasta de cien granos por semilla.”
Esto dijo Jesús, y añadió con voz muy fuerte: “¡Los que tienen oídos, oigan!” Los discípulos le preguntaron a Jesús qué quería decir aquella parábola. Les dijo: “A ustedes Dios les da a conocer los secretos de su reino; pero a los otros les hablo por medio de parábolas, para que por más que miren no vean, y por más que oigan no entiendan.
“Esto es lo que quiere decir la parábola: La semilla representa el mensaje de Dios; y la parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón, para que no crean y se salven. La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero no tienen suficiente raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba fallan. La semilla que cayó entre espinos representa a los que escuchan, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, de modo que no llegan a dar fruto. Pero la semilla que cayó en buena tierra, son las personas que con corazón bueno y dispuesto escuchan y hacen caso del mensaje y, permaneciendo firmes, dan una buena cosecha.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


DOMINGO, 21 SEPTIEMBRE: 25ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Is 55, 6-9 / Sal 144 / Flp 1, 20c-24.27a / Mt 20, 1-16                           Verde

5. Oración Colecta
+ Dios nuestro, que en el amor a Ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos participar de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Is 55, 6-9

Lectura del libro del profeta Isaías
“Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca. Que el malvado deje su camino, que el perverso deje sus ideas; vuélvanse al Señor, y él tendrá compasión de ustedes; vuélvanse a nuestro Dios, que es generoso para perdonar. Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya.
Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes.” El Señor lo afirma. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 144

R. Bendeciré al Señor eternamente.

Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus criaturas. R.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No esta lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca. R.

8. Segunda Lectura: Flp 1, 20c-24.27a
Lectura de la carta del apóstol Pablo a los Filipenses
Hermanos: se mostrará públicamente en mí la grandeza de Cristo, tanto si sigo vivo como si muero. Porque para mí, seguir viviendo es Cristo, y morir, una ganancia. Y si al seguir viviendo en este cuerpo, mi trabajo puede producir tanto fruto, entonces no sé qué escoger. Me es difícil decidirme por una de las dos cosas: por un lado, quisiera morir para ir a estar con Cristo, pues eso sería mucho mejor para mí; pero, por otro lado, a causa de ustedes es más necesario que siga viviendo. Solamente esto: procuren que su manera de vivir esté de acuerdo con el evangelio de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio:Mt 20, 1-16

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo

Jesús dijo: “Sucede con el reino de los cielos como con el dueño de una finca, que salió muy de mañana a contratar trabajadores para su viñedo. Se arregló con ellos para pagarles el salario de un día, y los mandó a trabajar a su viñedo. Volvió a salir como a las nueve de la mañana, y vio a otros que estaban en la plaza desocupados. Les dijo: ‘Vayan también ustedes a trabajar a mi viñedo, y les daré lo que sea justo.’ Y ellos fueron. El dueño salió de nuevo a eso del mediodía, y otra vez a las tres de la tarde e hizo lo mismo. Alrededor de las cinco de la tarde volvió a la plaza, y encontró en ella a otros que estaban desocupados. Les preguntó: ‘¿Por qué están ustedes aquí todo el día sin trabajar?’ Le contestaron: ‘Porque nadie nos ha contratado.’ Entonces les dijo: ‘Vayan también ustedes a trabajar a mi viñedo.’
“Cuando llegó la noche, el dueño dijo al encargado del trabajo: ‘Llama a los trabajadores, y págales comenzando por los últimos que entraron y terminando por los que entraron primero.’ Se presentaron, pues, los que habían entrado a trabajar alrededor de las cinco de la tarde, y cada uno recibió el salario completo de un día. Después, cuando les tocó el turno a los que habían entrado primero, pensaron que iban a recibir más; pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día. Al cobrarlo, comenzaron a murmurar contra el dueño, diciendo: ‘Estos, que llegaron al final, trabajaron solamente una hora, y usted les ha pagado igual que a nosotros, que hemos aguantado el trabajo y el calor de todo el día.’ Pero el dueño contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te estoy haciendo ninguna injusticia. ¿Acaso no te arreglaste conmigo por el salario de un día? Pues toma tú paga y vete. Si yo quiero darle a este que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti, es porque tengo el derecho de hacer lo que quiera con mi dinero. ¿O es que te da envidia que yo sea bondadoso?’
“De modo que los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos.” Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Reunidos en nombre de Jesús y confiando en su promesa, pidamos por las necesidades de toda la humanidad. Respondemos: Escúchanos Padre.
- Por nuestro obispo, los presbíteros y por todo el pueblo santo de Dios: para que anunciemos sin cesar la buena nueva del Evangelio. Oremos. R.
- Por todas las naciones y sus gobernantes, por todos los que de distintos modos trabajan por la justicia, la libertad y la paz. Oremos R.
Por los pobres, los enfermos, los moribundos y por todos los que necesitan nuestra ayuda y nuestro amor. Oremos. R.
- Por los religiosos y religiosas: para que sean ante el mundo signo vivo de la Buena Nueva de Jesucristo. Oremos. R.
- Por los que celebramos esta Asamblea: para que aumenten los lazos de unión y nos sintamos responsables los unos de la suerte de los otros. R.
+ Escucha, Padre, la oración que te hemos presentado, y haz que caminemos unidos, los que profesamos una misma fe y un mismo amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión

+ Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento transforme continuamente nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


LUNES, 22 SEPTIEMBRE: 25ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Prov 3, 27-34 / Sal 14 / Lc 8, 16-18                                                       Verde

6. Primera Lectura: Prov 3, 27-34

Lectura del libro de los Proverbios

Nunca niegues un favor a tus dueños, cuando en tu mano esté el hacerlo.
No dejes para mañana la ayuda que puedas dar hoy.
No hagas planes perversos contra el que vive confiado en ti.
No busques pelea con nadie, si nadie te ha hecho daño.
No envidies al desalmado ni trates de imitar su conducta; porque al Señor le repugnan los malvados, pero a los buenos les brinda su confianza
El Señor maldice la casa del malvado, pero bendice el hogar del hombre justo. El Señor se burla de los burlones, pero trata con bondad a los humildes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 14

R. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

- El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en todas sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia. R.
- Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero honra a quienes temen al Altísimo. R.
- Quien presta sin usura y quien no acepta sobornos en perjuicio de inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 8, 16-18

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús dijo: “Nadie enciende una lámpara para después taparla con algo o ponerla debajo de la cama, sino que la pone en alto, para que tengan luz los que entran. De la misma manera, no hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse y ponerse en claro.
“Así pues, oigan bien, pues al que tiene se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo que cree tener se le quitará.” Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MARTES, 23 SEPTIEMBRE: 25ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Prov 21, 1-6.10-13 / Sal 118 / Lc 8, 19-21                                            Verde

6. Primera Lectura: 21, 1-6.10-13
Lectura del libro de los Proverbios
La mente del rey, en manos del Señor, sigue, como los ríos, el curso que el Señor quiere.
Al hombre le parece bien todo lo que hace, pero el Señor es quien juzga las intenciones. Practica la rectitud y la justicia, pues Dios prefiere eso a los sacrificios. Ojos altivos, mente orgullosa; la luz de los malvados es pecado. Los planes bien meditados dan buen resultado; los que se hacen a la ligera causan la ruina. Las riquezas que se obtienen por medio de mentiras son ilusión pasajera de los que buscan la muerte. El malvado solo piensa en hacer el mal; jamás mira con bondad a sus semejantes. Del castigo al insolente, el imprudente aprende; el sabio aprende con la sola explicación. El Dios justo observa la casa del malvado, y entrega a los malvados a la ruina. El que no atiende a los ruegos del pobre tampoco obtendrá respuesta cuando pida ayuda. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 118
R. Enséñame, Señor, a cumplir tu voluntad.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor.  Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor. R.
He escogido el camino de la lealtad a tu voluntad y a tus mandamientos. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R.
Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. Cumpliré tu voluntad sin cesar y para siempre. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 8, 19-21

† Lectura del Evangelio según san Lucas

La madre y los hermanos de Jesús se presentaron donde él estaba, pero no pudieron acercarse a él porque había mucha gente. Alguien avisó a Jesús:
—Tu madre y tus hermanos están ahí fuera, y quieren verte.
Él contestó: —Los que oyen el mensaje de Dios y lo ponen en práctica, esos son mi madre y mis hermanos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MIÉRCOLES, 24 SEPTIEMBRE: 25ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Prov 30, 5-9 / Sal 118 / Lc 9, 1-6                                                            Verde

6. Primera Lectura: Prov 30, 5-9

Lectura del libro de los Proverbios
El Señor protege a los que en él confían; todas sus promesas son dignas de confianza. No añadas nada a lo que él diga; de lo contrario, te puede reprender y te hará quedar como mentiroso.
Solo dos cosas te he pedido, oh Dios; concédemelas antes de que muera: aleja de mí la falsedad y la mentira, y no me hagas rico ni pobre; dame solo el pan necesario, porque si me sobra, podría renegar de ti y decir que no te conozco; y si me falta, podría robar y ofender así tu divino nombre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 118

R. Condúceme, Señor, por tu camino.

- Apártame de los caminos falsos y dame la gracia de cumplir tu voluntad.  Para mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata. R.
- Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. Aparto mi pie de toda senda mala para cumplir tus palabras. R.
- Medito tus decretos y odio el camino de la mentira. Detesto y aborrezco la mentira. Y amo tu voluntad. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 1-6          

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Les dijo: —No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni ropa de repuesto. En cualquier casa donde lleguen, quédense hasta que se vayan del lugar. Y si en algún pueblo no los quieren recibir, salgan de él y sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia.
Salieron ellos, pues, y fueron por todas las aldeas, anunciando la buena noticia y sanando enfermos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


JUEVES, 25 SEPTIEMBRE: 25ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Ecl 1, 2-11 / Sal 89 / Lc 9, 7-9                                                                 Verde

6. Primera Lectura: Ecl 1, 2-11

Lectura del libro del Eclesiastés
Estos son los dichos del Predicador, hijo de David, que reinó en Jerusalén.
¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión!
¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar en este mundo?
Unos nacen, otros mueren, pero la tierra jamás cambia.
Sale el sol, se oculta el sol, y vuelve pronto a su lugar para volver a salir.
Sopla el viento hacia el sur, y gira luego hacia el norte. ¡Gira y gira el viento! ¡Gira y vuelve a girar!
Los ríos van todos al mar, pero el mar nunca se llena; y vuelven los ríos a su origen para recorrer el mismo camino.
No hay nadie capaz de expresar cuánto aburren todas las cosas; nadie ve ni oye lo suficiente como para quedar satisfecho. Nada habrá que antes no haya habido; nada se hará que antes no se haya hecho.
¡Nada hay nuevo en este mundo!
Nunca faltará quien diga: “¡Esto sí que es algo nuevo!”
Pero aun eso ya ha existido siglos antes de nosotros.
Las cosas pasadas han caído en el olvido, y en el olvido caerán las cosas futuras entre los que vengan después. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 89

R. Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Tú, Señor, haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen.
Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche. R.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 7-9
† Lectura del Evangelio según san Lucas
El rey Herodes oyó hablar de todo lo que sucedía; y no sabía qué pensar, porque unos decían que Juan había resucitado, otros decían que había aparecido el profeta Elías, y otros decían que era alguno de los antiguos profetas, que había resucitado. Pero Herodes dijo: —Yo mismo mandé que le cortaran la cabeza a Juan. ¿Quién será entonces este, de quien oigo contar tantas cosas? Por eso Herodes procuraba ver a Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


VIERNES, 26 SEPTIEMBRE: 25ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Ecl 3, 1-11 / Sal 143 / Lc 9, 18-22                                                          Verde

6. Primera Lectura: Ecl 3, 1-11

Lectura del libro del Eclesiastés

En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre:
Un momento para nacer, y un momento para morir.
Un momento para plantar, y un momento para arrancar lo plantado.
Un momento para matar, y un momento para curar.
Un momento para destruir, y un momento para construir.
Un momento para llorar, y un momento para reír.
Un momento para estar de luto, y un momento para estar de fiesta.
Un momento para esparcir piedras, y un momento para recogerlas.
Un momento para abrazarse, y un momento para separarse.
Un momento para intentar, y un momento para desistir.
Un momento para guardar, y un momento para tirar.
Un momento para rasgar, y un momento para coser.
Un momento para callar, y un momento para hablar.
Un momento para el amor, y un momento para el odio.
Un momento para la guerra, y un momento para la paz.
¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar? Me doy cuenta de la carga que Dios ha puesto sobre los hombres para humillarlos con ella. Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 143

R. Bendito sea el Señor, mi fortaleza.

Bendito sea el Señor, mi fortaleza, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para la lucha. R.
El es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde. R.
Señor, ¿qué es el hombre para que en él te fijes? ¿Qué hay en él de valor para que así lo estimes? El hombre es como un soplo; sus días, como sombra que se extingue. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 18-22

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Un día en que Jesús estaba orando solo, y sus discípulos estaban con él, les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron: —Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros dicen que eres uno de los antiguos profetas, que ha resucitado.
—Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.
Y Pedro le respondió: —Eres el Mesías de Dios.
Pero Jesús les encargó mucho que no dijeran esto a nadie. Y les dijo:
—El Hijo del hombre tendrá que sufrir mucho, y será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al tercer día resucitará. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


SÁBADO, 27 SEPTIEMBRE: 25ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Ecl 11, 9-10; 12, 1-8 / Sal 89 / Lc 9, 44b-45                                         Verde

6. Primera Lectura: Ecl 11, 9-10; 12, 1-8

Lectura del libro del Eclesiastés

Diviértete, joven, ahora que estás lleno de vida; disfruta de lo bueno ahora que puedes. Déjate llevar por los impulsos de tu corazón y por todo lo que ves, pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas. Aleja de tu mente las preocupaciones y echa fuera de ti el sufrimiento, porque aun los mejores días de la juventud son vana ilusión.
Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven y que aún no han llegado los tiempos difíciles; ya vendrán años en que digas: “No me trae ningún placer vivirlos.” Hazlo ahora, cuando aún no se apaga la luz del sol, de la luna y de las estrellas, y cuando aún hay nubes después de la lluvia. Llegará un día en que tiemblen los guardianes del palacio y se doblen los valientes; quedarán tan pocas molineras, que dejarán de moler; las que miran por las ventanas, comenzarán a perder la vista. Cuando llegue ese día, se cerrarán las puertas que dan a la calle; el ruido del molino se irá apagando; las aves dejarán oír su canto, pero las canciones dejarán de oírse; la altura causará miedo, y en el camino habrá peligros.
El almendro comenzará a florecer, la langosta resultará una carga y la alcaparra no servirá para nada.
Pues el hombre va a su hogar eterno, y en la calle se escucha ya a los que lloran su muerte.
Acuérdate de tu Creador ahora que aún no se ha roto el cordón de plata ni se ha hecho pedazos la olla de oro; ahora que aún no se ha roto el cántaro a la orilla de la fuente ni se ha hecho pedazos la polea del pozo. Después de eso el polvo volverá a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio. Yo, el Predicador, repito: ¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 89

R. Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Tú, Señor, haces, volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años son para ti como un día que ya pasó; como una breve noche. R.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos.  ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 44b-45

† Lectura del Evangelio según san Lucas

Jesús dijo a sus discípulos: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.” Pero ellos no entendían lo que les decía, pues todavía no se les había abierto el entendimiento para comprenderlo; además tenían miedo de pedirle a Jesús que se lo explicara. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


DOMINGO, 28 SEPTIEMBRE: 26ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Ez 18, 25-28 / Sal 24 / Flp 2, 1-11 / Mt 21, 28-32                                 Verde

5. Oración Colecta
+ Dios nuestro, que con tu perdón y tu misericordia nos das la prueba mejor de tu poder; apiádate de nosotros, pecadores, para que no desfallezcamos en la lucha por alcanzar tus promesas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Ez 18, 25-28

Lectura del libro del profeta Ezequiel

Ustedes dirán que yo no estoy actuando con justicia; pero escucha, pueblo de Israel, ¿piensan ustedes que yo no estoy actuando bien? ¿No será más bien lo contrario, que son ustedes los que están actuando mal? Si el justo deja de hacer lo bueno y hace lo malo, morirá por culpa de sus malas acciones. Por el contrario, si el malvado se aparta de su maldad y hace lo que es recto y justo, salvará su vida. Si abre los ojos y se aparta de todas las maldades que había hecho, ciertamente vivirá y no morirá. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 24

R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en Ti nuestra esperanza. R.
R. Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros.
Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R.

8. Segunda Lectura: Flp 2, 1-11

Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Filipenses
Así que, si Cristo les ha dado el poder de animar, si el amor los impulsa a consolar a otros, si todos participan del mismo Espíritu, si tienen un corazón compasivo, llénenme de alegría viviendo todos en armonía, unidos por un mismo amor, por un mismo espíritu y por un mismo propósito. No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros.
Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz. Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 21, 28-32
† Lectura del santo evangelio según san Mateo 
Jesús les preguntó: —¿Qué opinan ustedes de esto? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo a uno de ellos: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a mi viñedo.’
El hijo le contestó: ‘¡No quiero ir!’ Pero después cambió de parecer, y fue. Luego el padre se dirigió al otro, y le dijo lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor, yo iré.’ Pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería? —El primero —contestaron ellos.
Y Jesús les dijo: —Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que ustedes en el reino de los cielos. Porque Juan el Bautista vino a enseñarles el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron; en cambio, esos cobradores de impuestos y esas prostitutas sí le creyeron. Pero ustedes, aunque vieron todo esto, no cambiaron de actitud para creerle. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles
+ Oremos, hermanos y hermanas, por toda la humanidad y por todas sus necesidades, para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad:
A cada petición respondemos: Te lo pedimos Señor, óyenos.
- Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor. R.
- Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la familia humana, roguemos al Señor. R.
- Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que desean y, habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor. R.
- Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en el pecado y nos libre de la tentación, roguemos al Señor. R.
+ Dios nuestro, que no privas nunca a tu pueblo de profetas que anuncien el Evangelio, derrama el Espíritu sobre la Iglesia, tu nuevo Israel, para que todos, enriquecidos con tus dones, proclamemos con valentía ante el mundo tus maravillas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión

+ Que esta Celebración renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu a fin de que podamos participar de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Por Jesucristo nuestro Señor.Amén.


LUNES, 29 SEPTIEMBRE: SANTOS ARCÁNGELES Regresar

 

Dn 7, 9-10.13-14 / Sal 137 / Jn 1, 47-51                                Blanco

6. Primera Lectura: Dn 7, 9-10.13-14

Lectura del libro del profeta Daniel

“Seguí mirando, hasta que fueron puestos unos tronos y un Anciano se sentó.
Su vestido era blanco como la nieve, y su cabello como lana limpia.
El trono y sus ruedas eran llamas de fuego, y un río de fuego salía de delante de él.
Miles y miles le servían, y millones y millones estaban de pie en su presencia.
El tribunal dio principio a la sesión, y los libros fueron abiertos.
“Yo seguía viendo estas visiones en la noche. De pronto: “Vi que venía entre las nubes alguien parecido a un hijo de hombre, el cual fue a donde estaba el Anciano; y le hicieron acercarse a él.
Y le fue dado el poder, la gloria y el reino, y gente de todas las naciones y lenguas le servían. Su poder será siempre el mismo, y su reino jamás será destruido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 137

R. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Jn 1, 47-51

† Lectura del Evangelio según san Juan
Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo: —Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
Natanael le preguntó: — ¿Cómo es que me conoces?
Jesús le respondió: —Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.
Natanael le dijo: —Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!
Jesús le contestó: — ¿Me crees solamente porque te he dicho que te vi debajo de la higuera? Pues vas a ver cosas más grandes que estas.
También dijo Jesús: —Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


  Regresar

MARTES, 30 SEPTIEMBRE: 26ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO

Job 3, 1-3.11-17.20-23 / Sal 87 / Lc 9, 51-56                                       Verde

6. Primera Lectura: Job 3, 1-3.11-17.20-23

Lectura del libro de Job
Por fin Job rompió el silencio, y maldijo el día en que había nacido.
¡Maldita sea la noche en que fui concebido! ¡Maldito sea el día en que nací!
¿Por qué no habré muerto en el vientre de mi madre, o en el momento mismo de nacer? ¿Por qué hubo rodillas que me recibieran y pechos que me alimentaran?
Si yo hubiera muerto entonces, ahora estaría durmiendo tranquilo, descansando en paz, con los reyes y ministros que se construyen grandes pirámides, o con los gobernantes que llenan sus palacios de oro y plata.
¿Por qué no me enterraron como a los abortos, como a los niños muertos antes de nacer? En la tumba tiene fin la agitación de los malvados, y los cansados alcanzan su reposo.
¿Por qué deja Dios ver la luz al que sufre? ¿Por qué le da vida al que está lleno de amargura, al que espera la muerte y no le llega, aunque la busque más que a un tesoro escondido?
La alegría de ese hombre llega cuando por fin baja a la tumba.
Dios lo hace caminar a ciegas, le cierra el paso por todos lados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 87
R. Señor, presta oído a mi clamor.
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Que llegue hasta ti mi súplica, presta oído a mi clamor. R.
Porque mi alma está llena de desdichas y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan entre los que bajan a la tumba, soy como un inválido. R.
Tengo ya mi lugar entre los muertos, igual que los cadáveres que yacen en las tumbas, de los cuales, Señor, ya no te acuerdas, porque fueron arrancados de tu mano. R.
Me has colocado en el fondo de la tumba, en las tinieblas del abismo. Tu cólera pesa sobre mí, y estrellas contra mí todas tus olas. R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 51-56

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén. Envió por delante mensajeros, que fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque se daban cuenta de que se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron:
—Señor, ¿quieres que ordenemos que baje fuego del cielo, y que acabe con ellos?
Pero Jesús se volvió y los reprendió. Luego se fueron a otra aldea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


MIÉRCOLES, 1 OCTUBRE: 26ª SEMANA TIEMPO ORDINARIO Regresar

 

Job 9, 1-12.14-16 / Sal 87 / Lc 9, 57-62                                                Verde

6. Primera Lectura: Job 9, 1-12.14-16
Lectura del libro de Job
Yo sé muy bien que esto es así, y que ante Dios el hombre no puede alegar inocencia.
Si alguno quisiera discutir con él, de mil argumentos no podría rebatirle uno solo.
Dios es grande en poder y sabiduría, ¿quién podrá hacerle frente y salir bien librado?
Dios, en su furor, remueve las montañas; las derrumba, y nadie se da cuenta.
Él hace que la tierra se sacuda y que sus bases se estremezcan.
Él ordena al sol que no salga, y a las estrellas, que no brillen.
Sin ayuda de nadie extendió el cielo y aplastó al monstruo del mar.
Él creó las constelaciones: la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades, y el grupo de estrellas del sur.
¡Él hace tantas y tan grandes maravillas, cosas que nadie es capaz de comprender!
Si Dios pasa junto a mí, no lo podré ver; pasará y no me daré cuenta.
Si de algo se adueña, ¿quién podrá reclamárselo?
¿Quién podrá pedirle cuentas de lo que hace?
¿Cómo, pues, encontraré palabras para contradecir a Dios?
Por muy inocente que yo sea, no puedo responderle; él es mi juez, y solo puedo pedirle compasión. Si yo lo llamara a juicio, y él se presentara, no creo que hiciera caso a mis palabras. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 87

R. Señor, que llegue hasta ti mi súplica.
Todo el día te invoco, Señor, y tiendo mis manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se levantarán las sombras para darte gracias? R.
Se anuncia en el sepulcro tu lealtad? ¿O tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en las tinieblas? ¿O tu justicia en el país del olvido? R.
Pero yo te pido ayuda, Señor, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué, Señor, me rechazas y apartas de mí tu rostro? R.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Lc 9, 57-62   

† Lectura del Evangelio según san Lucas
Mientras iban de camino, un hombre le dijo a Jesús: —Señor, deseo seguirte a dondequiera que vayas.
Jesús le contestó: —Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.
Jesús le dijo a otro: —Sígueme.
Pero él respondió: —Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
Jesús le contestó: —Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve y anuncia el reino de Dios.
Otro le dijo: —Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de los de mi casa.
Jesús le contestó: —El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

 

Index | Arriba | Anterior | Subsidios