Subsidios, mes de Febrero 2008

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1 de Febrero: VIERNES – 3ª SEMANA ORDINARIA

2 Sm 11, 1-4a.5-10a.13-17 / Sal 50 / Mc 4, 26-34 Verde

Salmo Responsorial: Del salmo 50

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

– Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R.

– Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presente mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R.

– Es justa tu sentencia y eres justo, Señor, al castigarme. Nací en la iniquidad y pecador me concibió mi madre. R.

– Haz que sienta otra vez júbilo y gozo y se alegren los huesos quebrantados. Aleja de tu vista mis maldades y olvídate de todos mis pecados. R.


2 de Febrero: VIERNES – La Presentación de Jesús al Templo

Mal 3, 1-4 / Sal 23 / Heb 2, 14-18 / Lc 2, 22-40 Blanco

Salmo Responsorial: Del salmo 23

R. El Señor es el rey de la gloria.

– ¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos: porque va a entrar el rey de la gloria! R.

– Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. R.

– ¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos: porque va a entrar el rey de la gloria! R.

– Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria. R.


3 de Febrero: DOMINGO – 4ª SEMANA ORDINARIA

Sof 2, 3; 3,12-13 / Sal 145 / 1 Cor 1, 26-31 / Mt 5, 1-12a Verde

5. Oración Colecta

+ Oremos: Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros prójimos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Sof 2, 3; 3,12-13

Lectura del libro del profeta Sofonías

Busquen al Señor todos ustedes, los humildes de este mundo, los que obedecen sus mandatos.

Actúen con rectitud y humildad, y quizás así encontrarán refugio en el día de la ira del Señor.

¡También ustedes, los de Etiopía, caerán heridos por la espada del Señor!

Extenderá él su mano contra el norte para destruir Asiria, y dejará desolada la ciudad de Nínive, convirtiéndola en un seco desierto. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 145

R. Dichosos los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

– El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R.

– Abre el Señor lo ojos a los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor el hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R.

– A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu dios, oh Sión, reina por lo siglos. R.

8. Segunda Lectura: 1 Cor 1, 26-31

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios

Hermanos, deben darse cuenta de que Dios los ha llamado a pesar de que pocos de ustedes son sabios según los criterios humanos, y pocos de ustedes son gente con autoridad o pertenecientes a familias importantes. Y es que, para avergonzar a los sabios, Dios ha escogido a los que el mundo tiene por tontos; y para avergonzar a los fuertes, ha escogido a los que el mundo tiene por débiles. Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es decir, a los que no son nada, para anular a los que son algo. Así nadie podrá presumir delante de Dios. Pero Dios mismo los ha unido a ustedes con Cristo Jesús, y ha hecho también que Cristo sea nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra liberación. De esta manera, como dice la Escritura: “Si alguno quiere enorgullecerse, que se enorgullezca del Señor.” Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aleluya.

10. Evangelio: Mt 5, 1-12

† Lectura del Evangelio según san Mateo

Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:

“Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos.

”Dichosos los que sufren, porque serán consolados.

”Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida.

”Dichosos los que tienen hambre y sed  de la justicia, porque serán satisfechos.

”Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos.

”Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios.

”Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.

”Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos.

”Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.”

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles

+ Invoquemos, hermanos y hermanas, con corazón unánime y plegaria ferviente a Dios Padre, fuente y origen de todo bien. Respondemos todos: R. Escúchanos, Señor.

– Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor. R.

– Por nuestra comunidad, por su prosperidad y por todos los que en ella viven, roguemos al Señor. R.

– Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor. R.

– Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor. R.

+ Oremos: Padre, en Cristo, nos das al mediador y liberador; escucha nuestras oraciones y haznos fuertes en la confesión de la fe, para que proclamemos siempre tu palabra y demos testimonio de la felicidad, la esperanza y la paz que nos das. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 

+ Que el sacramento del Cuerpo de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Padre, a vivir más profundamente nuestra fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


4 de Febrero: LUNES – 4ª SEMANA ORDINARIA

2 Sm 15, 13-14.30; 16,5-13a / Sal 3 / Mc 5, 1-20 Verde

Salmo Responsorial: Del Salmo 3

R. Levántate, Señor, y sálvame, Dios mío.

– Mira, Señor, cuántos contrarios tengo y cuántos contra mí se han levantado; cuántos dicen de mí: «Ni Dios podrá salvarlo». R.

– Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria y mi victoria; desde tu monte santo me respondes cuando mi voz te invoca. R.

– En paz me acuesto, duermo y me despierto, porque el Señor es mi defensa. No temeré a la enorme muchedumbre que me cerca y me acecha. R.


5 de Febrero: MARTES – 4ª SEMANA ORDINARIA

2 Sm 18, 9-10.14b.24-25a.30-32; 19,1-3 / Sal 85/ Mc 5,21-43 Verde

Salmo Responsorial: Del salmo 85

R. Protégeme, Señor, porque te amo.

– Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas. Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor, que en ti confía. R.

– Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día; y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. R.

– Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. R.


6 de Febrero: MIÉRCOLES – DE CENIZA

Jl 2, 12-18 / Sal 50 / 2 Cor 5, 20-6, 2 / Mt 6, 1-6.16-18 Morado

5. Oración Colecta

+ Oremos: Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma para que nos mantengamos en espíritu de conversión; que la austeridad penitencial de estos días nos ayude en el combate cristiano contra las fuerzas del mal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Jl 2, 12-18

Lectura del libro del profeta Joel 

“Ahora —lo afirma el Señor—, vuélvanse a mí de todo corazón. ¡Ayunen, griten y lloren!” ¡Vuélvanse ustedes al Señor su Dios, y desgárrense el corazón en vez de desgarrarse la ropa! Porque el Señor es tierno y compasivo, paciente y todo amor, dispuesto siempre a levantar el castigo. Tal vez decida no castigarlos a ustedes, y les envíe bendición: cereales y vino para las ofrendas del Señor su Dios.

¡Toquen la trompeta en el monte Sión!

Convoquen al pueblo y proclamen ayuno; reúnan al pueblo de Dios, y purifíquenlo; reúnan a los ancianos, a los niños y aun a los niños de pecho.

¡Que hasta los recién casados salgan de la habitación nupcial!

Lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan entre el vestíbulo y el altar:

“Perdona, Señor, a tu pueblo; no dejes que nadie se burle de los tuyos; no dejes que otras naciones los dominen y que los paganos digan:

‘¿Dónde está su Dios?’ ”Entonces el Señor mostró su amor por su país; compadecido de su pueblo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 50

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

– Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R.

– Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R.

– Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R.

– Devuélveme tu salvación que regocija y mantén en mí un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. R.

8. Segunda Lectura: 2 Cor 5, 20-6, 2

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios

Hermanos: somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios. Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado; para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo. Ahora pues, como colaboradores en la obra de Dios, les rogamos a ustedes que no desaprovechen la bondad que Dios les ha mostrado. Porque él dice en las Escrituras:

“En el momento oportuno te escuché; en el día de la salvación te ayudé.” 

Y ahora es el momento oportuno. ¡Ahora es el día de la salvación! Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Mt 6, 1-6.16-18

† Lectura del Evangelio según san Mateo 

“No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio”.

“Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio”.

“Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio”.

“Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan tristeza para que la gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre, que está en lo oculto, y tu Padre que ve en lo oculto te dará tu recompensa”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre la Ceniza

Después de la predicación, el celebrante ora sobre la ceniza:

Hermanos: Pidamos humildemente a Dios Padre que bendiga con su gracia esta ceniza, que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en señal de penitencia.

Tú que no quieres la muerte del pecador, sino su arrepentimiento, escucha, Señor, con bondad nuestras súplicas y bendice (†) esta ceniza que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en reconocimiento de que somos débiles y pecadores, a fin de que tu nos cambies los corazones y obtengamos el perdón de los pecados y una vida nueva a imagen de tu Hijo resucitado. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Y en silencio rocía con agua bendita las cenizas. Y luego impone la ceniza, diciendo:

Arrepiéntete y cree en el Evangelio.

13. Oración de los Fieles

+ Con la Iglesia penitente, que sigue las huellas de Cristo, modelo de una nueva humanidad, dirijamos al Padre nuestra humilde y perseverante oración. Respondemos: R. Oh Dios, danos un corazón nuevo.

– Para que el rito de la ceniza, que inaugura el camino cuaresmal, nos recuerde a todos que formamos parte de la Iglesia santa, pero siempre necesitada de penitencia, roguemos al Señor. R.

– Para que nuestra comunidad una a la oración y a la penitencia la caridad fraterna, y todo lo que se quite al egoísmo se transforme en ayuda a los pobres y marginados, roguemos al Señor. R.

– Para que todos los seres humanos adviertan la exigencia de renovarse en la mentalidad y en las obras, y sepan reaccionar con firmeza contra la falta de compromiso moral y social, roguemos al Señor. R.

– Para que los enfermos y los que sufren se sientan, más que nunca, en el centro de la comunidad que ora y lucha contra el mal, y se encamina en la esperanza hacia la victoria pascual, roguemos al Señor. R.

– Para que iluminados por el Evangelio, purificados por el sacramento del perdón y fortalecidos con el pan de la vida, testimoniemos que el Reino de Dios es alegría y paz en el Espíritu, roguemos al Señor. R.

+ Oremos: Oh Dios misericordioso, danos la alegría de sentirnos salvados y guíanos con la fuerza de tu Espíritu a la gran fiesta que tú preparas a los hijos pródigos que vuelven a ti. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 

+ Que esta comunión abra, Señor, nuestro corazón a la justicia y a la caridad, para que observemos el único ayuno que tú quieres y que conduce a nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


7 de Febrero: JUEVES – DE CENIZA

Dt 30,15-20 /Sal 1/ Lc 9,22-25 Morado

Salmo Responsorial: Del Salmo 1

R. Dichoso quien confía en el Señor.

– Dichoso aquél que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R.

– Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R.

– En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R.


8 de Febrero: VIERNES – DE CENIZA

Is 58,1-9a /Sal 50/ Mt 9,14-15 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 50

R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.

– Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R.

– Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R.

– Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R.


9 de Febrero: SÁBADO – DE CENIZA

Is 58, 9b-14 / Sal 85/ Lc 5, 27-32 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 85

R. Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.

– Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas. Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor que en ti confía. R.

– Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día; y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. R.

– Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. R.


10 de Febrero: PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

Gn 2, 7-9; 3, 1-7 / Sal 50 / Rm 5, 12-19 / Mt 4, 1-11 Morado

5. Oración Colecta

+ Oremos: Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales propias de la Cuaresma nos ayuden a progresar en el conocimiento de Cristo y a llevar una vida más cristiana. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Gn 2, 7-9; 3, 1-7

Lectura del libro del Génesis

Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.

Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer:

— ¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín?

Y la mujer le contestó:

—Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos.

Pero la serpiente le dijo a la mujer:

—No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios.

La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 50

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

– Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis pecados. R.

– Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que tus ojos era malo. R.

– Crea en mí Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandatos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo Espíritu. R.

– Devuélveme tu salvación, que regocija, mantén en mí un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. R.

8. Segunda Lectura: Rm 5, 12-19

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos porque todos pecaron. Antes que hubiera ley, ya había pecado en el mundo; aunque el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley. Sin embargo, desde el tiempo de Adán hasta el de Moisés, la muerte reinó sobre los que pecaron, aunque el pecado de estos no consistió en desobedecer un mandato, como hizo Adán, el cual fue figura de aquel que había de venir.

Pero el delito de Adán no puede compararse con el don que Dios nos ha dado. Pues por el delito de un solo hombre, muchos murieron; pero el don que Dios nos ha dado gratuitamente por medio de un solo hombre, Jesucristo, es mucho mayor y en bien de muchos. El pecado de un solo hombre no puede compararse con el don de Dios, pues por un solo pecado vino la condenación; pero el don de Dios, a partir de muchos pecados, hace justa a la humanidad. Pues si la muerte reinó como resultado del delito de un solo hombre, con mayor razón aquellos a quienes Dios, en su gran bondad y gratuitamente, hace justos, reinarán en la nueva vida mediante un solo hombre, Jesucristo.

Y así como el delito de Adán puso bajo condenación a todos los seres humanos, así también el acto justo de Jesucristo hace justos a toda la humanidad, para que tengan vida. Es decir, que por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron hechos pecadores; pero, de la misma manera, por la obediencia de un solo hombre, muchos serán hechos justos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Mt 4, 1-11

† Lectura del Evangelio según san Mateo

Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba.

Estuvo cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió hambre. El diablo se acercó entonces a Jesús para ponerlo a prueba, y le dijo:

—Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes.

Pero Jesús le contestó:

—La Escritura dice: “No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios”.

Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le dijo:

—Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque la Escritura dice:

‘Dios mandará que sus ángeles te cuiden.

Te levantarán con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.

Jesús le contestó:

—También dice la Escritura: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”.

Finalmente el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y la grandeza de ellos, le dijo:

—Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras.

Jesús le contestó:

—Vete, Satanás, porque la Escritura dice: “Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él”.

Entonces el diablo se apartó de Jesús, y unos ángeles acudieron a servirle. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles

+ Intercedamos, amados hermanos, ante la divina clemencia, implorando la misericordia divina en favor de toda la humanidad y suplicando el perdón para cuantos hemos pecado. Respondemos todos: R. Te lo pedimos Padre, escúchanos.

– Para que en este tiempo de Cuaresma, Dios nos conceda la fuerza para luchar contra el mal, convertirnos y seguir el camino del bien, roguemos al Señor. R.

– Para que quienes abundan en bienes de la tierra, sepan compartirlos y no vivan esclavizados por las riquezas, roguemos al Señor. R.

– Para que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza, regresen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor nos perdone nuestros pecados, roguemos al Señor. R.

– Para que nuestros corazones, por medio de la penitencia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la palabra de Dios produce fruto del ciento por uno, roguemos al Señor. R.

+ Oremos: Escucha, Señor, la voz de tu Iglesia que desde el desierto del mundo te invoca, extiende sobre nosotros tu mano misericordiosa y haz que, por medio de la penitencia, la austeridad y la oración, venzamos las tentaciones del Maligno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 

+ Señor, que este pan celestial alimente en nosotros la fe, aumente la esperanza, refuerce la caridad y nos enseñe a sentir hambre de Cristo, que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que proceda de tu boca. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


11 de Febrero: LUNES – 1ª SEMANA DE CUARESMA

Lv 19, 1-2.11-18 / Sal 18 / Mt 25, 31-46 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 18

R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

– La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R.

– En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R.

– La voluntad del Señor es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.

– Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R.


12 de Febrero: MARTES – 1ª SEMANA DE CUARESMA

Is 55, 10-11 / Sal 33 / Mt 6,7-15 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 33

R. El Señor libra al justo de todas sus angustias.

– Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R.

– Confía en el Señor y saltarás de gusto; jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R.

– Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. R.

– Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. R.


13 de Febrero: MIÉRCOLES – 1ª SEMANA DE CUARESMA

Jon 3,1-10/ Sal 50 / Lc 11,29-32 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 50

R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.

– Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R.

– Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R.

– Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R.


14 de Febrero: JUEVES – 1ª SEMANA DE CUARESMA

Est 14, 1.3-5.12-14 / Sal 137 / Mt 7, 7-12 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 137

R. De todo corazón te damos gracias.

– De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R.

– Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R.

– Que todos los reyes de la tierra te reconozcan al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R.

– Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R.


15 de Febrero: VIERNES – 1ª SEMANA DE CUARESMA

Ez 18,21-28/Sal 129/ Mt 5,20-26 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 129

R. Perdónanos, Señor, y viviremos.

– Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. R.

– Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos. R.

– Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela. R.

– Como aguarda a la aurora el centinela, aguarde Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades. R.


16 de Febrero: SÁBADO – 1ª SEMANA DE CUARESMA

Dt 26,16-19/Sal 118/ Mt 5,43-48 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 118

R. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.

– Dichoso el hombre de conducta intachable que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R.

– Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R.

– Te alabaré con sincero corazón, cuando haya aprendido tus justos mandamientos. Quiero cumplir tu ley exactamente. Tú, Señor, no me abandones. R.


17 de Febrero: SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

Gn 12, 1-4a / Sal 32 / 2 Tim 1, 8b-10 / Mt 17, 1-9 Morado

5. Oración Colecta

+ Oremos: Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Gn 12, 1-4ª

Lectura del libro del Génesis

Un día el Señor le dijo a Abram:  “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo.”

Abram salió de Harán tal como el Señor se lo había ordenado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 32

R. Señor, ten misericordia de nosotros.

– Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R.

– Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en época de hambre les da vida. R.

– En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R.

8. Segunda Lectura: 2 Tim 1, 8b-10

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo

Hermano: Con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio. Dios nos salvó y nos ha llamado a formar un pueblo santo, no por lo que nosotros hayamos hecho, sino porque ese fue su propósito y por la bondad que ha tenido con nosotros desde la eternidad, por Cristo Jesús. Esa bondad se ha mostrado gloriosamente ahora en Cristo Jesús nuestro Salvador, que destruyó el poder de la muerte y que, por el evangelio, sacó a la luz la vida inmortal. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Mt 17, 1-9

† Lectura del Evangelio según san Mateo

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de Santiago, y se fue aparte con ellos a un cerro muy alto. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Su cara brillaba como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto vieron a Moisés y a Elías conversando con Jesús. Pedro le dijo a Jesús:

—Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Mientras Pedro estaba hablando, una nube luminosa se posó sobre ellos, y de la nube salió una voz, que dijo: “Este es mi Hijo amado, a quien he elegido: escúchenlo.”

Al oír esto, los discípulos se postraron con la cara en tierra, llenos de miedo. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo:

—Levántense; no tengan miedo.

Y cuando miraron, ya no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Mientras bajaban del cerro, Jesús les ordenó:

—No cuenten a nadie esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles

+ Oremos hermanos y hermanas, al Padre de la misericordia, dueño de nuestra vida y Dios que conoce lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu arrepentido pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente: Respondemos todos: R. Te rogamos, Señor, óyenos.

– Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia, y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón, roguemos al Señor. R.

– Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado, escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor. R.

– Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor. R.

– Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el egoísmo y la avaricia y nos ayude a ser generosos, roguemos al Señor. R.

+ Oremos: Dios grande y fiel, que muestras tu rostro a los que te buscan con sincero corazón, escucha nuestras oraciones, fortalece nuestra fe en el misterio de la cruz y concédenos un corazón dócil, para que, adhiriéndonos a tu voluntad, escuchemos siempre la voz de tu Hijo. Él que vive y reina, por lo siglos de los siglos. Amén.

21. Oración después de la Comunión 

+ Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo, nos permites participar ya desde este mundo de los bienes eternos de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


18 de Febrero: LUNES – 2ª SEMANA DE CUARESMA

Dn 9, 4-10 / Sal 78 / Lc 6, 36-38 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 78

R. No nos trates, Señor, como merecen nuestros pecados.

– No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos. R.

– Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados. R.

– Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo, con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos. R.


19 de Febrero: MARTES – 2ª SEMANA DE CUARESMA

Is 1,10.16-20/Sal 49 / Mt 23,1-12 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 49

R. Muéstranos, Señor, el camino de la salvación.

– No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa, ni cabritos de tus rebaños. R.

– ¿Por qué citas mis preceptos, hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R.

– Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple mi voluntad. R.


20 de Febrero: MIÉRCOLES – 2ª SEMANA DE CUARESMA

Jr 18,18-20/ Sal 30 / Mt 20, 17-28 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 30

R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.

– Sácame, Señor, de la trampa que me han puesto, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. R.

– Oigo las burlas de la gente y todo me da miedo; se conjuran contra mí y tratan de quitarme la vida. R.

– Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios y en tus manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen. R.


21 de Febrero: JUEVES – 2ª SEMANA DE CUARESMA

Jr 17, 5-10 / Sal 1 / Lc 16, 19-31 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 1

R. Dichoso quien confía en el Señor.

– Dichoso aquél que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R.

– Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R.

– En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R.


22 de Febrero: VIERNES – La Cátedra de San Pedro

1 Pe 5, 1-4 / Sal 22 / Mt 16, 13-19 Blanco

Salmo Responsorial: Del Salmo 22

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

– El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. R.

– Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

– Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R.

– Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.


23 de Febrero: SÁBADO – 2ª SEMANA DE CUARESMA

Miq 7, 14-15.18-20 / Sal 102 / Lc 15, 1-3.11-32 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 102

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

– Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R.

– El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R.

– El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R.

– Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R.


24 de Febrero: TERCER DOMINGO DE CUARESMA

Ex 17, 3-7 / Sal 94 / Rm 5, 1-2.5-8 / Jn 4, 5-42 Morado

5. Oración Colecta

+ Oremos: Dios misericordioso, fuente de toda bondad, que nos has propuesto como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia, mira a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por nuestra debilidad y reconfórtanos con tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

6. Primera Lectura: Ex 17, 3-7

Lectura del libro del Éxodo

Pero el pueblo tenía sed, y hablaron en contra de Moisés. Decían:

— ¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?

Moisés clamó entonces al Señor, y le dijo: — ¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Un poco más y me matan a pedradas!

Y el Señor le contestó: —Pasa delante del pueblo, y hazte acompañar de algunos ancianos de Israel. Llévate también el bastón con que golpeaste el río, y ponte en marcha. Yo estaré esperándote allá en el monte Orbe, sobre la roca. Cuando golpees la roca, saldrá agua de ella para que beba la gente.

Moisés lo hizo así, a la vista de los ancianos de Israel, y llamó a aquel lugar Meribá porque los israelitas le habían hecho reclamaciones, y también lo llamó Masá porque habían puesto a prueba a Dios, al decir: “¿Está o no está el Señor con nosotros?”

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

7. Salmo Responsorial: Del salmo 94

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

– Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva.

Acerquémonos a Él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R.

– Vengan, puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R.

– Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la revelación en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”. R.

8. Segunda Lectura: Rm 5, 1-2.5-8

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Puesto que Dios ya nos ha hecho justos gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para gozar de su favor, y estamos firmes, y nos gloriamos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.

Pues cuando nosotros éramos incapaces de salvarnos, Cristo, a su debido tiempo, murió por los pecadores. No es fácil que alguien se deje matar en lugar de otra persona. Ni siquiera en lugar de una persona justa; aunque quizás alguien estaría dispuesto a morir por la persona que le haya hecho un gran bien. Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

9. Aclamación: Tu Palabra me da vida u otra.

10. Evangelio: Jn 4, 5-21.23-26.29-30.39-42

† Lectura del Evangelio según san Juan

Jesús llegó a un pueblo de Samaria que se llamaba Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le dijo: —Dame un poco de agua.

Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió: — ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?

Jesús le contestó:

—Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.

La mujer le dijo:

—Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva? Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?

Jesús le contestó:

—Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna.

La mujer le dijo: —Señor, dame de esa agua, para que no vuelva yo a tener sed ni tenga que venir aquí a sacar agua.

Jesús le dijo: —Ve a llamar a tu marido y vuelve acá.

La mujer le contestó: —No tengo marido.

Jesús le dijo: —Bien dices que no tienes marido; porque has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho.

Al oír esto, la mujer le dijo: —Señor, ya veo que eres un profeta. Nuestros antepasados, los samaritanos, adoraron a Dios aquí, en este monte; pero ustedes los judíos dicen que Jerusalén es el lugar donde debemos adorarlo.

Jesús le contestó: —Créeme, mujer, que llega la hora en que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén. Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran. Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios.

La mujer le dijo: —Yo sé que va a venir el Mesías (es decir, el Cristo); y cuando él venga, nos lo explicará todo.

Jesús le dijo: —Ese soy yo, el mismo que habla contigo.

La mujer dejó su cántaro y se fue al pueblo, donde dijo a la gente:

—Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Mesías?

Entonces salieron del pueblo y fueron a donde estaba Jesús. Muchos de los habitantes de aquel pueblo de Samaria creyeron en Jesús por lo que les había asegurado la mujer: “Me ha dicho todo lo que he hecho.” Así que, cuando los samaritanos llegaron, rogaron a Jesús que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días, y muchos más creyeron al oír lo que él mismo decía. Y dijeron a la mujer:

—Ahora creemos, no solamente por lo que tú nos dijiste, sino también porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que de veras es el Salvador del mundo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Oración de los Fieles

+ Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo. Respondemos todos: R. Escúchanos, Padre.

– Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor. R.

– Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar, a fin de que reine entre los pueblos la justicia y la paz, roguemos al Señor. R.

– Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor. R.

– Por los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda preservar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor. R.

+ Oremos: Dios nuestro, que has enviado a tu hijo, rey profeta, para anunciar el Evangelio a los pobres, la libertad a los cautivos y a los ciegos la vista, escucha nuestras súplicas y haz que tu palabra resuene con fuerza en el mundo, y a nosotros nos transforme e instrumentos eficaces de libertad y salvación para todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oración después de la Comunión 

+Tú que nos has alimentado ya desde esta vida, con el pan del cielo prenda de nuestra salvación, concédenos, Señor, manifestar en todos nuestros actos el misterio de tu Eucaristía. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


25 de Febrero: LUNES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

2 Re 5, 1-15a / Sal 41 y 42 / Lc 4, 24-30 Morado

Salmo Responsorial: De los salmos 41 y 42

R. Estoy sediento del Dios que da la vida.

– Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R.

– Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo? R.

– Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas. R.

– Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara. R.


26 de Febrero: MARTES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

Dn 3, 25.34-43 / Sal 24 / Mt 18, 21-35 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 24

R. Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso.

– Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R.

– Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R.

– Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R.


27 de Febrero: MIÉRCOLES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

Dt 4, 1.5-9/Sal 147 / Mt 5,17-19 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 147

R. Demos gloria a nuestro Dios.

– Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. R.

– El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. El envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. R.

– Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos. R.


28 de Febrero: JUEVES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

Jr 7,23-28 / Sal 94 / Lc 11, 14-23 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 94

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

– Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R.

– Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros sus ovejas. R.

– Hagámosle caso al Señor, que nos dice: «No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí aunque habían visto mis obras». R.


29 de Febrero: VIERNES – 3ª SEMANA DE CUARESMA

Os14,2-10/Sal 80 / Mc12,28-34 Morado

Salmo Responsorial: Del salmo 80

R. Yo soy tu Dios, escúchame.

– Oyó Israel palabras nunca oídas: «He quitado la carga de tus hombros y el pesado canasto de tus manos. Clamaste en la aflicción y te libré. R.

– Te respondí, oculto entre los truenos, y te probé en Meribá, junto a la fuente. Escucha, pueblo mío, mi advertencia. ¡Israel, si quisieras escucharme! R.

– No tendrás otro Dios, fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros, porque yo, el Señor, soy el Dios tuyo, que te sacó de Egipto, tu destierro. R.

– ¡Ojala que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel mis mandamientos! Comería de lo mejor de mi trigo y yo lo saciaría con miel silvestre». R.