El primero de agosto, el arzobispo viajó desde Guatemala, hasta Gadsden, Alabama, para realizar la visita pastoral del Centro San Pablo Apóstol.

El viernes 2 se inició con una visita a la comunidad Cristo Rey, habiendo tenido un largo diálogo acer de la atención que esperan que les sea dada.

Después del diálogo se inició con las celebraciones litúrgicas.

La primera en llevarse a cabo fue la administración del sacramento de la reconciliación, a todos los hermanos que estaban participando en la celebración.

Después de la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a ponerse en oración, para clamar del Señor la gracia de reconocer su presencia en medio de ellos.

Se oró con intensidad y los hermanos experimentaron la presencia silenciosa del Señor.

La primera visita a la comunidad Cristo Rey de Gadsden, Alabama concluyó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo.

Los hermanos participaron con profunda devoción y entrega espiritual.

El sábaado 3, por la mañana, en la sede de la comunidad La Voz del Espíritu Santo, que es también sede del Centro Pastoral, se tuvo una celebración con participación numerosa de fieles.

Se inició con un tiempo de formación, en el que el arzobispo explicó el origen de la Iglesia y el rol que tuvo nuestra Santa Iglesia de Antioquía en todo el proceso.

Seguidamente, con una participación muy numerosa de fieles, el arzobispo invitó al arrepentimiento y a la conversión, confesándose pecadores.

Luego se administró el sacramento de la reconciliación.

Cuatro niños, hijo de hermanos miembros de la comunidad Voz del Espíritu Santo, fueron presentados para que se les administrraran los sacramentos de la iniciación cristiana.

Se trata de Victoria, Isaías, Josué y Keyli.

Un momento muy importante de la celebración lo constituyó la administración del sacramento del matrimonio a Tomás y Eulalia, miembros activos de la comunidad.

Originarios de San Rafael la Independencia, actualmente tienen cinco niños, a los que educarán con el testimonio de la vida de fe.

También fueron preparados tres niños para que recibieran la primera reconciliación e hicieran la comunión solemne.

Se trata de los niños Mary Luz, Glendy y Andrés.

El hermano Francisco Diego es considerado como el que inició la presencia organizada de la Iglesia en Alabama, impulsando la organización de la Voz del Espíritu Santo.

Recientemente se había tomado un tiempo de discernimiento y renovación espiritual y el sábado recibió nuevamente la bendición para ejercer el ministerio de predicador.

Las celebraciones concluyeron con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo.

Los hermanos participaron con profunda devoción y el número de hermanos que acudieron a comulgar con los divinos misterios, fue muy numeroso.

Al caer el día, el arzobispo llegó nuevamente a la comunidad Cristo Rey, que había visitado el día precedente.

En esta ocasión, la visita comenzó con un tiempo de formación acerca de las consecuencias que se generan al ser parte de la Iglesia, madre de todas las iglesias.

Terminada la formación, tuvo inicio la celebración litúrgica.

Después de animar a los hermanos a reconocerse pecadores, al arrepentimiento y a la conversión, se administró el sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, en la que el arzobispo explicó la cercanía que el Señor quiere mantener en la vida de cada cristiano, a través de reconocer su presencia personal, invitó a los fieles a la oración.

Los hermanos oraron con intensidad y mucho fruto.

Con ocasión de la visita del arzobispo a la comunidad Cristo Rey, también se hizo la renovación de la bendición de ministro de la comunión, lectores y ministerios de música.

El arzobispo enfatizó que la bendición se hace únicamente para ejercer el ministerio durante un año, después de los cual, la misma tiene que ser renovada.

La visita pastoral a la comunidad de Cristo Rey concluyó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y contó con la participación de los fieles.

El arzobispo recordó el sentido único e irrepetible de la celebración de la divina litúrgia, para crecer en la vida en el Espíritu Santo.

El domingo 4 de agosto, por la mañana, el Hermano Miguel, de la comunidad la Esperanza de Boaz, Alabama, llevó al arzobispo para visitar la comunidad,

Se inició con un tiempo de formación para los hermanos, acerca de la participación en la vida de la Iglesia.

Después de la formación, el arzobispo administró a los fieles el sacramento de la reconciliación,

Invitó al arrepentimiento y luego se hizo la invocación del Espíritu Santo, para conceder el perdón de los pecados.

Después de la homilía, en la que el arzobispo habló acerca de la elección que hace el Señor a ser profetas suyos, a través de la vida, invitó a los hermanos a la oración.

Los hermanos imploraron la presencia del Señor y la gracia de cumplir la misión para la cual han sido elegidos.

La visita a la comunidad de La Esperanza de Boaz concluyó con la celebración de la divina liturgia.

A pesar de todas las limitaciones, los hermanos de la comunidad se han esforzado en avanzar en la remodelación de su casa de oración y en el acercamiento de nuevos miembros a la comunidad.

Después de más de 3 horas de viaje, por la tarde del domingo 4 de agosto, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad Divino Redentor de Tuscaloosa.

Después de encontrarse brevemento con los líderes, se impartió formación a la comunidad.

Las celebraciones litúrgicas dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a los fieles que estaban participando en la celebración.

Se invitó al arrepentimiento y se invocó la efusión del Espíritu Santo.

Durante la homilía, el arzobispo subrayó la misión a ser profetas, en medio de una serie de desafíos que recibe todo discípulo del Señor de todo tiempo.

Invitó a los hermanos a clamar del Señor la capacidad de ser fieles en el cumplimiento de esta misión.

Seguidamente, se administraron los sacramentos del bautismo, la crismación y la primera comunión a tres niñas, hijitas de miembros de la comunidad. Se trata de Evelyn, Yazely y Sheily.

El arzobispo recordó a padres y padrinos los compromisos que se asumen y procesió a administrrar los sacramentos.

El hijo del hermano Luis, líder de la comunidad Elvys, fue presentado para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

Después de interrogar al candidato y conocer de su prontitud para cumplir los compromisos inherentes, se procedió a administrar la confirmación.

También fue preparado un grupo de niños para recibir la primera reconciliación y hacer la comunión solemne.

El arzobispo recordó cuál es el don que se renueva y cómo se es hecho partícipe de la misma vida del Señor resucitado, que hace partícipes, desde ahora, de la resurrección final.

La visita pastoral concluyó con la bendición de los diferentes ministros de la comunidad. Se bendijo a una nueva acólito, a lectoras y a nuevos miembros del consejo de la comunidad.

Finalmente, se celebró la divina liturgia.