El viernes 12 de abril, en la sede de la parroqua San Miguel Arcángel, el arzobispo presidió las celebraciones con catequistas y líderes de las comunidades.

Se administró el sacramento de la reconciliación, después de que los fieles se confesaron pecadores y expresaron se propósito de enmienda.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en un período de oración, implorando del Señor la gracia de participar de la resucrrección.

Los hermanos oraron ampliamente y con mucha devoción.

Como es tradición, cuando llega el arzobispo, se invitó a los hermanos que estuvieran sufriendo cualquier tipo de dolencia, espiritual o corporal a que recibieran el sacramento de la unción.

Se oró por todos los hermanos enfermos y, seguidamente, el arzobispo procedió a ungirlos con el óleo santo.

La actividad litúrgica concluyó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y concelebró el padre Jorge Cerda, vicario parroquial.

Los hermanos participaron con mucha devoción y entrega en la celebración.

Terminada la celebración litúrgica, el arzobispo impartió un cierto tiempo de formación para los líderes de las diferentes comunidades, sobre aspectos de historia.

Se explicó cómo fue que, progresivamente el cristianismo del occidente fue rompiendo con la comunión plena con la Tradición Apostólica y cuál es la misión que nos toca cumplir dentro de ese panorama.