El sábado 28 de octubre, por la mañana, el arzobispo visitó la sede parroquial de la parroquia de San Miguel Acatán, del departamento de Huehuetenango.

La visita inició con la binvenida dada al arzobispo y con un tiempo de formación, durante el cual, el arzobispo explicó temas relacionados con la identidad cristiana.

Después de la formación, el arzobispo invitó a los hermanos a tratar de que el conocimiento que había sido dado intelectualmente, se transformara en fuerza que transformaba.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a entrar en oración, implorando del Señor, la gracia de ser auténticos discípulos suyos.

Al final de la oración, algunos hermanos compartieron reflexiones, tanto sobre la fe y la vida de la santa iglesia, haciendo también algunas preguntas.

El arzobispo les animó a seguir adelanter, llenos de fe y dando testimonio del Evangelio.

Las celebraciones litúrgicas en la parroquia de San Miguel Acatán dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación, para todos los hermanos que estaban preparados.

Después de animar a reconocerse pecadores y a asumir una actitud de conversión, el arzobispo administró la reconciliación.

En esta ocasión, se preparó a los miembros de los ministerios de música y de canto a que, después de una cierta preparación, fueran bendecidos para el ejercicio del ministerio.

El arzobispo recordó a los hermanos cuáles son las actitudes fundamentales para ejercer el ministerio de música y canto y los bendijo.

También fueron presentados al arzobispo los acólitos de diversas comunidades de la parroquia de San Miguel Acatán, para ser bendecidos para el ejercicio de su ministerio.

El arzobispo les exhortó acerca de las características de su estilo de vida y los bendijo.

También se realizó la bendición de los predicadores y de los catequistas de las diferentes comunidades que forman la parroquia de San Miguel Acatán.

El arzobispo les animó a dejár que la Palabra viva de Dios les transforme la vida, para poder ser genuinos testigos en el cumplimiento de su ministerio.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, la cual fue concelebrada por el padre José Luis, párroco de la parroquia de San Miguel Acatán.

Los hermanos, en esta ocasión, estaban celebrando el tercer aniversario de la creación de la parroquia.

El mismo día, sábado 28 de octubre, al final de la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Santa María de Guadalupe de San Pedro Soloma.

Los hermanos se habían reunido para las confirmaciones y la celebración comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los que participarían en las actividades litúrgicas.

El centro de la invitación al arzobispo para visitar la parroquia de Santa María de Guadalupe fue el administrar la confirmación de la crismación y el envío misionero a un buen grupo de hermanos.

El arzobispo explicó el sentido de la confirmación de la unción con el santo crisma y animó a los confirmandos a convertirse en auténticos apóstoles y testigos del Evangelio.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, la cual fue concelebrada por el párroco local, padre Juan Arcadio y por el padre José Luis.

Los hermanos participaron con mucha entrega y devoción, conscientes del sentido que tiene la celebración y comunión con los divinos misterios del Señor.

El domingo 29 de octure, por la mañana, el padre Herbert Urrutia llegó hasta el Seminario de San Lucas para llevar al arzobispo a visitar las comunidades que sirve pastoralmente en la parte norte de la Ciudad de Guatemala.

Los hermanos recibieron al arzobispo con mucha alegría y la celebración litúrgica comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación.

Catorce hermanos, miembros de las comunidades que tiene bajo su cuidado pastoral el padre Herbert, fueron presentados para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo explicó el sentido de la confirmación de la crismación y exhortó a los confirmandos a constituirse en auténticos testigos del Evangelio y procedió a ungirles con el santo crisma.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los miembros de las comunidades que atiende pastoralmente el padre Herbert Urrutia.

Los hermanos participaron con mucha alegría y entrega y, un buen número de ellos, también participó en la comunión sacramental con los divinos misterios.