El martes 24 de octubre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Glorificación de María, ubicada en Santa Cruz Barillas, Huehuetenango.

Allí presidió la celebración del decanato del nor oriente de Huehuetenango, con participantes de la parroquia local y de la parroquia Santísima Trinidad de Río Hermín.

Después de la formación, en la que el arzobispo explicó a los hermanos cuál es el sentido genuino del ser católico, cristiano y renovado en el Espíritu Santo, invitó a los hermanos a la oración.

Con mucha entrega y devoción, los hermanos estuvieron orando durante largo tiempo, suplicado la gracia de ser auténticos discípulos del Señor.

Después de la oración, quedó el tiempo disponible para la participación de los fieles, con preguntas y reflexiones acerca de la formación que se había impatido.

Fueron numerosos los hermanos que intervinieron, subrayando diferentes aspectos que había abarcado la formación.

Después del diálogo, los presbíteros y los presidentes de las dos parroquias involucradas, presentaron el informe pastoral de la marcha de las parroquias.

Se pudo constatar que se continúa creciendo en número y en identidad eclesial y espiritual.

Hacia el final de la mañana, en la sede de la parroquia Glorificación de María de Santa Cruz Barillas, se comenzó con las diferentes celebraciones litúrgicas.

La primera actividad celebrada fue la administración del sacramento de la reconciliación a los participantes en el decanato del nor oriente de Huehuetenango.

Con ocasión de la visita del arzobispo a la parroquia de la Glorificación de María, fueron preparados 27 hermanos para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo recordó cuáles son los compromisos que se asumen al ser confirmados y administró la unción con el santo crisma a los confirmandos.

Un grupo muy numeroso de niños y jóvenes de las más de 70 comunidades que forman la parroquia de la Glorificación de María, recibieron la bendición para servir como acólitos.

El arzobispo recordó cuáles son las actitudes que se deben asumir y procedió a bendecirlos.

El punto central de la visita del arzobispo a Santa Cruz Barillas, en esta ocasión, lo constituyó la ordenación diaconal del subdiácono Diego Juan Francisco.

La ceremonia dio incio con la presentación del candidato y, seguidamente, con la tonsura.

Después de ser tonsurado, el candidato se postró, mientras el coro y el pueblo de Dios, clamaban al Señor la efusión del Espíritu Santo, para que se realizara la ordenación.

Todo el pueblo estuvo en oración y la ceremonia se desarrolló en un ambiente de profunda oración.

Después de la ordenación, el arzobispo presentó al nuevo diácono al pueblo de Dios. Participaron en la ordenación los padres Hugo, José Armando y José Bailiner.

También estuvo presente el diácono Lorenzo, que había sido ordenado el día anterior y los padres del ordenado, quien es originario de Saclecán, de la parroquia de la glorificación de María.

Las actividades en la sede parroquial culminaron con la celebración de la divina liturgia.

Se vivió un ambiente de profunda espiritualidad y de participación activa de todo el pueblo de Dios.

El mismo día 24 de octubre, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comundiad de la Nueva Providencia, para realizar una visita pastoral a la comunidad.

Los hermanos, después de muchos esfuerzos, han logrado construir el templo, habiendo querido que fuera el arzobispo quien celebrara la primera liturgia en el mismo, aún cuando aún están con trabajos de construcción.

Con ocasión de la visita del arzobispo, los hermanos quisieron que el arzobispo fuera quien administrara los sacramentos de la iniciación cristiana a los niños.

Se prepararon trece niños, algunos de los cuales, pertenecen a familias que, recientemente, se han convertido a la iglesia.

También un grupo de once hermanos fueron preparados para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo recordó cuál es el sentido de la administración de la confirmación y cuáles son los compromisos que se generan como resultado del ser ungidos y enviados como misioneros.

Un grupo de cuatro niños, también fue preparado para hacer la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo les recordó cuáles son las bendiciones que se reciben y cuál debe ser el estilo de vida que les caracterice.

La visita a la comunidad de la Nueva Providencia culminó con la celebración de la divina liturgia.

Presidida por el arzobispo, fue concelebrada por el padre Hugo, párroco local. Los hermanos participaron con mucha alegría y profunda devoción en la celebración.

Al caer el día, el arzobispo, acompañado por el padre Hugo, llegó hasta la comunidad El Sembrador, ubicada en la aldea Florida del municipio de Santa Cruz Barillas.

El arzobispo saludó a los hermanos y comenzó las celebraciones litúrgicas con la administración del sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, con ocasión de la memoria del arcángel San Rafael, el arzobispo invitó a los hermanos a orar, pidiendo que el Señor les diera la sanidad, otorgándoles la vida nueva.

Los hermanos oraron con mucha devoción, pidiendo también por la paz en Guatemala.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad El Sembrador, de Florida, Santa Cruz Barillas.

Los hermanos participaron con mucha devoción. El Padre Hugo concelebró y el nuevo diácono Diego, asistió en la celebración

El miércoles 25 de octubre, por la mañana, acompañado por el padre Hugo Patzán, párroco de Santa Cruz Barillas, el arzobispo llegó hasta la comunidad Campana Dos, del Ixcán de Santa Cruz Barillas.

La visita pastoral a la comunidad comenzó con la administración del sacramento de la reconcilición a los fieles.

Los hermanos de la comunidad Campana Dos, prepararon un grupo de cinco hermanos para que el arzobispo les administrara la Confirmación de la Crismación y el Envío Misionero.

El arzobispo, después de instruirlos y recibir su compromiso, procedió a administrar la confirmación a los hermanos.

La visita a la comunidad Campana Dos concluyó con la celebración de la divina liturgia.

La misma fue presidida por el arzobispo y concelebrada por el Padre Hugo Patzán.

Hacia el final de la mañana, el arzobispo llegó hasta la Parroquia Santísima Trinidad ubicada en Río Hermín, de Santa Cruz Barillas, Huehuetenango.

Le salieron a recibir el párroco, Padre José Armando Hernández, junto a un buen número de feligreses.

Después de saludar al pueblo de Dios, el arzobispo comenzó las celebraciones litúrgicas.

Se inició con la administración del sacramento de la reconciliación, después de que se invitó a los hermanos al arrepentimiento y a una auténtica conversión.

También en la parroquia Santísima Trinidad, se había preparado a cinco jóvenes para que, con ocasión de la visita del arzobispo, se les administrara la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo animó a los confirmandos a asumir con generosidad el compromiso de ser misioneros en todo momento.

Después, fueron presentados los miembros de los ministerios de música y de canto de las diferentes comunidades que forman la parroquia Santísima Trinidad, para ser bendecidos.

El arzobispo recordó cuál es el sentido del ejercer el ministerio de música y de canto en la iglesia y procedió a bendecirlos.

También fue presentado un pequeño grupo de hermanos que ejercen el ministerio de la predicación en las comunidades de la parroquia Santísima Trinidad.

El arzobispo amonestó a los hermanos acerca de la gravísima responsabilidad que se tiene en ejercer tal ministerio y de la urgencia de morir a sí mismos, para que sea Cristo resucitado el que habla por medio de ellos.

La visita pastoral a la Parroquia Santísima Trinidad culminó con la celebración de la divina liturgia, para celebrar el primer aniversario de la creación de la parroquia.

Presidida por el arzobispo, la divina liturgia fue concelebrada por el párroco, padre José Armando y por el padre Hugo.

Seguidamente, el arzobispo, junto al padre Hugo, llegaron a la comunidad ubicada en Capilla San Ramón, del municipio de Santa Cruz Barillas, huehuetenango.

Los hermanos recibieron al arzobispo con gran alegría y las celebraciones dieron incio con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos.

Después de la homilía, en la que el arzobispo enfatizó acerca de la libertad del cristiano, los hermanos entraron en oración profunda, para clamar por la capacidad de vivir la auténtica libertad.

Se oró intensamente durante largo tiempo y los hermanos, llenos de bendición, agradecieron sinceramente la visita que se hacía.

En la comunidad de Capilla San Ramón, qudó pendiente de ser bendecido un lector, junto a su esposa y un acólito, por no haber podido asistir, en su tiempo a la sede parroquial.

Por lo mismo, fueron presentados por el párroco al arzobispo, para ser bendecidos.

La visita pastoral a Capilla san Ramón concluyó con la celebración de la divina liturgia.

Presidida por el arzobispo, concelebró el padre Hugo. Los hermanos participaron con mucha devoción y, casi en su totalidad, comulgaron con los divinos misterios.