El sábado 29 de julio, por la mañana, el arzobispo presidió el decanato del centro de El Quiché, en la parroquia de Cunén, el Quiché.

Se contó con la participación de delegados de la parroquia local, así como de la parroquia de la Zona Reyna y de sus respectivos párrocos, padre Wilfredo y Víctor.

Después de la formación, en la cual el arzobispo actualizó acerca de la reestructuración de la Arquidiócesis y del sentido del pecado, se entabló un diálogo.

Los hermanos agradecieron la formación y recordaron algunos aspectos esenciales de la misión que tenemos.

Seguidamente, los coordinadores de los consejos pastorales de las dos parroquias involucradas en el decanato así como sus respectivos párrocos rindieron sendos informes de la marcha pastoral.

Se pudo constatar de los progresos que se han dado pero, igualmente se exhortó a los participantes a tener más compromiso misionero e identificación eclesial.

Las celebraciones litúrgicas dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que estaban participando.

Después de exhortar a la confesión del ser pecadores, el arzobispo administró la absolución.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se impartió la bendición a los lectores de la parroquia Cristo Redentor de la Zona Reyna, El Quiché.

Los de la parroquia local habían sido bendecidos en el decanato precedente.

También los catequistas de ambas parroquias, recibieron la bendición del arzobispo para ejercer el ministerio que les ha sido confiado.

El arzobispo hizo énfasis en que el catequista tiene que preparar el camino para la llegada del Espíritu Santo, que es el único auténtico maestro.

También los predicadores de las dos parroquias involucradas recibieron la bendición.

El arzobispo imploró del Señor especialmente la gracia de que la predicación que se hace, prepare el camino para recibir desde el cielo, por medio del sacramento, a la Palabra viva de Dios hecha carne.

Los acólitos de las dos parroquias participantes en el decanto también fueron bendecidos.

El arzobispo les animó a esforzarse por ser fieles al Señor y dóciles a las enseñanzas que el mismo Espíritu Santo da a quienes están dispuestos a escuchar.

Los ministros de oración que, en el lenguaje popular se les conoce como profetas o siervos, también fueron invitados a recibir la bendición del arzobispo.

Antes de bendecir, el arzobispo explicó que la bendición tiene como sentido el reconocer que ningún ministerio puede ser ejercido en forma privada o individualista, pues todos han sido dados por el Espíritu para la edificación de la Iglesia.

La actividad litúrgica en el decanato del centro de El Quiché culminó con la celebración de la divina liturgia.

La misma fue presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres Wilfredo y Víctor. Los hermanos participaron con mucha devoción y provecho.

Después del mediodía, se celebró la primera reunión del decanato presbiteral del centro de El Quiché.

El mismo está formado por los padres Norvin, Wilfredo, Óscar Guardado, José Bailiner y Víctor. En la reunión se definieron aspectos referentes a la agenda de la próxima reunión y se eligieron los cargos del consejo de decanato: decano: padre José Bailiner; Vice-decanto padre Víctor y secretario padre Óscar.

El domingo 30 de julio, por la mañana, el arzobispo llegó al centro pastoral de Las Anonas, del municipio de Chicamán, El Quiché, para hacer la visita pastoral.

Se comenzó con dialogar con el pueblo de Dios y, seguidamente se le administró el sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, en la que el arzobispo exhortó a reconocerse pequeños y pecadores para poder recibir el Reino de Dios, se invitó a la oración.

Los hermanos oraron por sí mismos y por las necesidades de todo el centro pastoral de Chicamán.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró la confirmación y el envío misionero a Juan Carlos, Pablo Arturo, Pablo, María, Micaela, Herlinda, Juana María, Ana Yoselyn y Matilde Verónica.

El arzobispo exhortó a quienes recibieron la confirmación a comprometerse activamente en la actividad misionera.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos del centro pastoral de Las Anonas, Chicamán.

Los hermanos participaron con mucha devoción y, en su gran mayoría, recibieron la comunión con los divinos misterios.

Al final de la visita, como sucede habitualmente, el arzobispo se reunió con los miembros del Consejo Pastoral del centro pastoral de Las Anonas, Chicamán.

Se informó de la adhesión de una nueva comunidad y del crecimiento de otras tres comunidades.

El mismo domingo 30 de julio, por la tarde, en la sede de la comunidad de Cholá, del municipio de Uspantán, se celebró el decanato del occidente de El Quiché.

Se contó con numerosa participación de hermanos y el arzobispo les animó a involucrarse activamente en el proceso de reestructuración de la Arquidiócesis.

Seguidamente, los miembros del consejo y el párroco, presentaron un breve informe pastoral.

Se subrayó que siempre sigue habiendo un crecimiento lento, a lo que el arzobispo respondió animando a reavivar el compromiso misionero que el Señor ha encargado.

La actividad litúrgica con los participantes en el decanato del occidente de El Quiché inició con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos.

Todos asumieron una actitud de arrepentimiento y humildad y, seguidamente, recibieron la absolución, para el perdón del pecado.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuáles son las condiciones para poder acoger el don del Reino de Dios en la vida de cada uno de los creyente.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a orar intensamente por sí mismos y por la parroquia, para vivir en la actitud de vaciamiento interior y recibir la unición del Espíritu Santo.

También en el contexto de las celebraciones litúrgicas, un numeroso hermanos que ejercen el ministerio de lectores, fueron bendecidos por el arzobispo.

El arzobispo recordó cuáles son los compromisos de quien acepta la llamada a ser como lector en la asamblea litúrgica.

La visita del arzobispo a la zona occidentl de El Quiché, culminó con la celebración de la divina liturgia.

Ésta fue presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Óscar Guardado. Los hermanos participaron con mucha devoción y comulgaron, en su gran mayoría con los divinos misterios.

El lunes 31 de julio, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Cristo Rey de Chisec, Alta Verapaz, para presidir el decanato del norte de Alta Verapaz y de Petén.

Se contó con numerosa participación de hermanos de todas las parroquias que componen el decanato.

Los coordinadores de las cinco parroquias o centros pastorales de los decanatos del norte de Alta Verapaz y Petén, presentaron su informe.

Se trata de las parroquias de La Libertad y San Luis de Petén y de las de Chisec, Raxruha y el centro pastoral de Tomzul Oculá de Cobán.

También los cuatro presbíteros que están a cargo de las cinco parroquias presentaron su informe pastoral.

Se trata de los padres Juan Sebastián y Juan José Lucero de Alta Verapaz y de Marco Antonio Xumux y Mateo Artola de Petén.

Las celebraciones litúrgicas dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a los participantes en el decanato que se celebraba en Chisec.

Los hermanos, después de confesarse pecadores, recibieron la absolución para la efusión del Espíritu Santo y el perdón de los pecados.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración, para ser capaces de dejar que la presencia del Reino de Dios transforme sus vidas.

Los hermanos oraron durante buen tiempo, con mucha profundidad y devoción.

Fueron preparados también trece hermanos de Chisec y San Fernando, Petén, para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

Después de instruirlos, el arzobispo administró la unción con el santo crisma y se hizo el envío misionero.

Los lectores de varias de las comunidades involucradas en el decanato de Chisec, estuvieron presentes para recibir la bendición para el ejercicio de su ministerio.

El arzobispo les recordó que para ejercer el ministerio con autenticidad, es indispensable dejar que la Palabra Viva de Dios, se haga presente en cada uno de ellos.

Un pequeño grupo de catequistas de las comunidades que participaron en el decanto fue bendecido, para seguir ejerciendo el ministerio de Catequistas.

El arzobispo animó a los hermanos a tener presente que es el Espíritu Santo el único maestro y que la función del catequista es preparar el camino para la llegada del Espíritu.

La institución de ministros de comunión se realiza de ordinario durante el tiempo de Pascua, para todas las comunidades.

En ocasión de la Pascua, sin embargo, tres hermanos no pudieron recibir la institución, por lo que la misma les fue conferida dentro del marco de las celebraciones litúrgicas.

Uno de los ministerios que se ha estado impulsando recientemente en muchas de las parroquias es el de acólitos para servicio de la liturgia.

Un número grande de niños y jóvenes participaron en la celebración, para recibir la bendición para el ejercicio de su ministerio.

La actividad culminó con la celebración de la divina liturgia, para todos los participantes en el decanto del norte de Alta Verapaz y Petén.

La liturgia fue presidida por el arzobispo y concelebrada por los cuatro presbíteros que participaron en el decanato.

Después del mediodía, se tuvo la primera reunión del decanato del norte de la diócesis del norte de Guatemala.

Además de los padres involucrados en el decanato del norte, el decanato está integrado por los padres Jesús y Rovinson, de la parroquia de Ixcán. Fueron elegidos como decano el padre Jesús, como vice-decano el padre Juan José y como secretario el padre Mateo.