El domingo 18 de junio, hacia el final de la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad Nueva Creación ubicada en Urbana, Illinois.

Después de orar, el arzobispo tuvo un tiempo para informar a los hermanos acerca del origen, organización y forma de funcionamiento de la santa iglesia, sí como del proceso de reestructuración que se está llevando acabo en la arquidiócesis de Centroamérica.

Seguidamente, comenzó el tiempo de formación. Se comenzó con una explicación del sentido que tiene la fe, de acuerdo a la perspectiva del Nuevo Testamento.

Seguidamente, el arzobispo habló acerca de la relación que existe entre Palabra de Dios que da la salvación y el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor.

Ante la serie de interpretaciones equívocas que se hacen en el medio ambiente sobre la relación entre Palabra de Dios, Sagrada Escritura y Eucaristía, se tuvo un tiempo de diálogo.

El arzobispo explicó cuál es el sentido que, como consecuencia de la encarnación de la Palabra, tiene el sacramento de la Eucaristía, como medio por el que se nos comunica la Palabra viva de Dios que da la vida eterna.

El domingo 18, al caer el día, se reunieron los hermanos de la comunidad Nueva Creación para hacer las celebraciones que se habían preparado con ocasión de la visita del arzobispo.

Se comenzó con un tiempo de formación en el que el arzobispo explicó el sentido del bautismo de los niños, las normas del matrimonio con respecto a la consanguinidad y el sentido de los ministerios de música.

La celebraciones litúrgicas comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación a los miembros de la comunidad Nueva Creación de Urbana.

Después, se leyó la Sagrada Escritura y el arzobispo animó a los hermanos a tratar de vivir con autenticidad la fe.

Se preparó la administración de los sacramentos del bautismo, la crismación y la primera comunión a los niños Jeiden, Juanita y Brend.

El arzobispo explicó a sus padres cuáles son los compromisos que asumían como parte de la recepción de los sacramentos de sus hijos y procedió a la administración.

También los hermanos prepararon a Diego y a Juana para que recibieran la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo recordó a los confirmandos cómo se convierten en testigos del Evangelio y cuál debe ser su estilo de vida.

También un grupo de hermanos hizo la comunión solemne, después de hacer la primera reconciliación formal.

Se trata de Carlos Uriel, Joaquín, Gregorio, Estrella, Marta, Katty y Manuelita, quienes mostraron su disponibilidad a vivir con radicalidad la fe.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los miembros de la comunidd Nueva Creación.

Dentro del marco de su celebración, hicieron la primera comunión los niños que se bautizaron y la comunión solemne quienes se habían preparado para tal efecto.

Dado que, en los Estados Unidos, el tercer domingo de junio se celebra el día del padre, al final de la celebración, se oró por todos los padres de familia que estaban presentes.

El arzobispo les invitó a ponerse en las manos del Señor y toda la comunidad oró por ellos.

Al final de la celebración litúrgica y antes de un tiempo de ágape fraterno, los hermanos quisieron llegar hasta el arzobispo para despedirse personalmente.

Los hermanos expresaron su gratitud por la visita y su compromiso de perseverar fieles en la fe.

El miércoles 21 de junio, el arzobispo presidió las celebraciones dentro de las cuales serían ordenados cinco seminaristas como subdiáconos, los cuales están haciendo el Ejercicio Pastoral Supervisado.

Se comenzó con la liturgia en la que se leyeron textos de la Sagrada Escritura, referentes a la llamada que el Señor hace y el sentido del ministerio.

En el momento establecido por el ritual, el Vicario de la Vicaría de Huehuetenango, Padre Hugo Patzán hizo el llamado nominal de los cinco candidatos, los cuales están asignados a la Vicaría de Huehuetenango.

Se trata de Lorenzo Mateo, Diego, Enemecio, Daniel Vargas y Wilfredo. Seguidamente, se procedió a tonsurarles, como símbolo de la muerte al mundo.

Seguidamente, se postraron los candidatos, mientras se oraba para invocar la efusión del Espíritu Santo.

Al final de la oración de súplica, el arzobispo impuso las manos sobre la cabeza de cada uno de los candidatos, como medio por el cual se comunica el Espíritu Santo y se oró, mientras estaban bajo su capa, como señal de la comunión que mantendrán en el ejercicio del ministerio.

Al final del rito de ordenación, se hizo la proclamación de los recién ordenados subdiáconos.

Fue un momento emotivo, en el que varios de los presbíteros en donde ejercen el ejercicio pastoral supervisado, estuvieron presentes y fueron los encargados de hacer la proclamación.

Se contó con la participación de nueve presbíteros, con lo cual se subrayó el sentido de comunión eclesial que se vive.

También participaron con mucha disponibilidad y devoción, los seminaristas del Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, de San Lucas Sacatepéquez.

El momento culminante de la ceremonia de ordenación lo tuvo la celebración de la divina liturgia.

Fue presidida por el Arzobispo y concelebraron nueve presbíteros: cuatro de la Vicaría de Huehuetenango, uno de la Vicaría del centro de Guatemala y cuatro de la Arquidiócesis.

Toda la actividad se concluyó con un ágape fraterno.

Los cinco hermanos que fueron ordenados subdiáconos ofrecieron un almuerzo en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, a todos los que habían participado en las ceremonias.

El sábado 24 de junio, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la Catedral de San Juan Bautista, San Juan Comalapa, Chimaltenango, para presidir las fiestas patronales.

Se comenzó con la liturgia de lecturas de la Sagrada Escritura y, en la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a reconocer el patrocinio de San Juan Bautista como una invitación a vivir como él lo hizo.

A raíz de cuanto se abordó en la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos que llenaban la catedral a suplicar al Señor, por itercesión de San Juan Bautista, a ser fieles.

Los hermanos oraron con mucha devoción durante largo tiempo y, al final, se hizo el intercambio del saludo de la paz.

La actividad litúrgica en la catedral de San Juan Bautista culminó con la celebración de la divina liturgia en la solemnidad del nacimiento de San Juan Bautista.

Concelebraron la liturgia presidida por el arzobispo, los cuatro presbíteros que ejercen el ministerio en la catedral y el padre Ángel Cáseres, quien acompañó al arzobispo.

Terminada la celebración de la divina liturgia, dio inicio la preparación del cortejo procesional, el cual, lleva las andas de San Juan Bautista por las calles de la población.

Los encargados pidieron al arzobispo que, antes de la salida del corejo, se hiciera la bendición de las andas, así como de los fieles que estaban en la catedral.

Después de que se salió de la Catedral de San Juan Bautista, el arzobispo fue delante del cortejo procesional, bendiciendo al pueblo de Dios, el cual acogió la bendición con mucha devoción.

San Juan Bautista es un punto de referencia para todo el pueblo de San Juan Comalapa, por lo que la bendición era recibida por todos, indistintamente de iglesias o credos que tuvieran.

El arzobispo, también como parte de su participación en el cortejo procesional, aprovechó la oportunidad para ir saludando a la población de San Juan Comalapa.

Se pudo notar con claridad la alegría y la gratitud del pueblo de Dios por este gesto.