El viernes 5 de mayo, por la mañana, acompañado del Padre José Raúl López, párroco local, llegó el arzobispo hasta la parroquia Inspiración del Espíritu Santo.

La visita comenzó con la asamblea del decanato del sur de Huehuetenango, habiéndose contado con una numerosa participación de líderes de las comunidades.

Después de la formación impartida por el arzobispo, se comenzó con un tiempo de diálogo con los hermanos.

Se habló acerca de lo provechoso que es la animación que se da y de la necesidad de profundizar continuamente en la vida en el espíritu y en la conversión.

Seguidamente, los representantes de los diferentes sectores involucrados en el decanato, presentaron algunos datos acerca de la marcha pastoral de las comunidades.

En general, se puso de manifiesto que se sigue experimentando un crecimiento sostenido.

Hacia el final de la mañana, en la sede de la parroquia Inspiración del Espíritu Santo, el arzobispo presidió una serie de celebraciones litúrgicas.

Se inició con la administración del sacramento de la reconciliación a los que se confesaron pecadores.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo administró el sacramento del matrimonio a Misael y Mely.

Después de varios años de convivir y teniendo dos hijos, los esposos respondieron a la llamada a que fuera elevada a sacramento la unión que tenían.

También se contó con la participación de un numeroso número de lectores, procedente de las diferentes regiones que participan en el decanato del sur de Huehuetenango.

Se oró por ellos, se les bendijo y se les animó a perseverar diligentemente en la fe.

La participación del arzobispo en la parroquia Inspiración del Espíritu Santo culminó con la celebración de la divina liturgia con los participantes en el decanato.

El arzobispo animó a los hermanos a vivir el sentido de que toda la vida debe centrarse en torno a al misterio del Cuerpo y la Sangre del Señor.

El mismo viernes 5 de mayo, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Arenal, ubicada en el municipio de San Gaspar Ixchil, Huehuetenango.

Después de llegar y saludar a los hermanos, el arzobispo les invitó reconocerse pecadores para poder recibir, por la efusión del Espíritu Santo, el perdón de los pecados.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a ponerse en oración para suplicar por la propia conversión y por la de toda la comunidad y la Arquidiócesis.

Los hermanos oraron con mucha devoción e instensidad por las intenciones que se habían puesto en la oración.

También dentro del marco de la acción litúrgica, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a una niña, hija de miembros de la comunidad.

El arzobispo recordó cuáles eran los compromisos que se asumían y, ante la disponibilidad de aceptarlos, tanto los padres como los padrinos, se procedió a la administración de los sacramentos.

La actividad en El Arenal concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo.

Todos los que estaban preparados, se plenificaron su participación, comulgando con los divinos misterios.

El sábado 6 de mayo, por la mañana, en el Centro de Formación de Jumaj, Huehuetenango, el arzobispo presidió el decanato del sur oriente de Huehuetenango.

Se contó con la presencia de los padres Santos, Yaider, José Raúl, Roberto Carlos y del diácono Enemecio, así como de delegados de las parroquias y centros pastorales involucrados.

El arzobispo impartió una detallada formación acerca del sentido de la fe, de los sacramentos y de la renovación carismática genuina.

Después los presbíteros y los hermanos iniciaron un diálogo comentando y preguntando acerca de la formación.

Seguidamente, los coordinadores de los consejos pastorales de las parroquias y centros pastorales del área, hicieron una presentación de la situación pastoral.

Se reiteró el hecho de que hay un crecimiento sostenido y de que se profundiza en la identidad eclesial.

Las celebraciones litúrgicas comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación para los participantes en el decato del sur oriente de Huehuetenango.

El arzobispo explicó que el ser purificados por el Señor, como fruto del reconocerse pecadores, es el comienzo de la verdadera renovación.

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se hizo la institución de numerosos ministros para la distribución de la comunión del sur oriente de Huehuetenango.

Se trató de los hermanos que, por diferentes razones, no pudieron estar presentes cuando se hizo la renovación general de ministros.

Seguidamente, se hizo la bendición de numerosos lectores provenientes de las diferentes parroquias y centros pastorales del sur oriente de Huehuetenango.

El arzobispo explicó cuál es la importancia de hacer la renovación de los ministerios y cuál es la preparación que se espera que se pueda dar.

La actividad con los hermanos del sur oriente de Huehuetenango, culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo.

Concelebraron los presbíteros presentes y los fieles participaron con una actitud de profunda piedad y devoción.

Como preparación para la creación de las diócesis de Guatemala, dentro de la Arquidiócesis, el arzobispo instauró la organización de decanatos presbiterales en las diferentes vicarías.

En Huehuetenango se establecieron tres: uno para el sur; otro para el occidente y uno para el norte. En esta ocasión, con mucho provecho y buenas perspectivas, se tuvo el decanato del sur de Huehuetenango.

El sabádo 6 de mayo, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Rodeo de Malacatancito.

Por primera vez, el arzobispo celebró la liturgia en el templo que, aunque aún no ha sido terminado completamente, ha comenzado a utilizarse.

Se inició administrando el sacramento de la reconciliación.

Los hermanos, conscientes de la importancia de asumir una responsabilidad misionera, se prepararon para recibir la confirmación del envío misionero.

Fueron 19 los hermanos que fueron ungidos y recibieron el envío misionero.

La actividad pastoral culminó con la celebración de la divina liturgia presidida por el arzobispo.

La comunidad de El Rodeo, que hasta hace poco trabajaba como una comunidad autónoma, actualmente, está en proceso de incorporarse al Centro Pastoral de Huehuetenango.

El domingo 7 de mayo, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia San Ignacio de Antioquía, en La Vega, Colotenango, para hacer la visita pastoral.

Se comenzó con un tiempo de formación para los líderes de la parroquia y fieles de la comunidad local.

Después de la formación, los participantes tuvieron tiempo para entablar diálogo de aclaración y motivación.

Se agradeció la formación y se invitó a los hermanos a tener el sentido de parroquia y de cumplir con fidelidad la misión que se nos ha confiado como iglesia.

Luego, los líderes de cada una de las comunidades de la parroquia San Ignacio de Antioquía, rindió un breve informe pastoral de su comunidad.

En general se coincidió en que se experimenta un cierto crecimiento, se vive en armonía, a pesar de las dificultades y se requiere mayor compromiso en la acción misionera.

La parte de las celebraciones litúrgicas dio inicio con la administración del sacramento de la reconciliación.

El arzobispo invitó a los hermanos al arrepentimiento para poder recibir el don de la fe y a confesarse pecadores, para recibir la unción del Espíritu Santo.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, se instituyó a dos hermanos como ministros para la distribución de la comunión.

En la ocasión anterior, cuando fue la institución de ministros, éstos no habían podido participar.

También se hizo la bendición de lectores para dos de las comunidades de la parroquia.

El arzobispo recordó que la lectura de la Sagrada Escritura tiene relevancia en la medida en la que ayude para recibir el don de la Palabra viva de Dios que baja del cielo.

Tambiè, se oró por algunos hermanos que pidieron que sus familias fueran bendecidas.

El arzobispo, junto al padre José Raúl, párroco local y a los hermanos, hicieron la oración.

La visita pastoral a la Parroquia San Ignacio de Antioquía culminó con la celebración de la divina liturgia.

Presidió el arzobispo, concelebró el Padre José Raúl y participaron con devoción los hermanos, la mayoría de quienes recibieron los divinos misterios.