El domingo 11 de diciembre, a media mañana, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación a servidores y fieles de la parroquia San Miguel Arcángel, East Rancho Domínguez, Compton, Los Ángeles.

Se invitó a la toma de conciencia sobre el hecho de vivir la experiencia de conversión y de reconocerse realmente pecador y luego se administró la absolución.

El arzobispo durante la homilía hizo énfasis en la actitud necesaria, tal como hizo Juan Bautista, para ser capaces de abrir en la propia vida el camino para la llegada del Señor.

A la luz de las reflexiones, invitó a los participantes en la liturgia a ponerse en oración, para clamar del Señor la gracia de saber discernir y renunciar a todo lo que impide la llegada del Señor y su reconocimiento, a la vida de cada quien.

Hacial el final de la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los servidores y fieles de la parroquia San Miguel Arcángel.

Haciendo énfasis en que, cada vez que se celebra la misa, acontece Navidad en la vida de la Iglesia y del creyente, invitó a participar con corazón dispuesto, para recibir los frutos de la participación.

Al final de la divina liturgia, el hermano Cristian fue invitado a acercarse, para recibir la bendición correspondiente, pues recientemente se ha incorporado a un ministerio de música.

El arzobispo recordó cómo el ser parte de un ministerio de música implica dar testimonio de la experiencia viva del Espíritu Santo en la propia vida y, por lo mismo explicó el sentido de la bendición que se administraba.

Finalmente, el arzobispo impartió un tiempo de formación para quienes habían participado en las actividades litúrgicas de la mañana del domingo.

El tema desarrollado fue la relación y diferencia que existe entre el ser pecador y el pecado. Enfatizó que, mientras la realidad de pecador es común a toda criatura, el caer en pecado, es fruto de la decisión personal de no reconocerse como criatura y tratar de sustituirse a Dios.

El domingo 11 de diciembre, a la entrada de la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Santa María de Guadalupe de Riverside, que celebraba su aniversario.

Con tal ocasión y, en seguimiento a la visita que hicieran los padres coptos a la parroquia de San Miguel, el arzobispo invitó al Padre Abraham, quien es párroco copto en Temécula, a que acompañara a la comunidad de Riverside. El padre llegó, acompañado por un diácono y el arzobispo le dio la bienvenida, apenas llegaron.

Después de la llegada a Riverside, el arzobispo impartió formación a los fieles de la comunidad Santa María de Guadalupe.

La temática se centro en torno a los conceptos de Pecador y Pecado.

El domingo 11 de diciembre, ya entrada la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Riverside. La misma, se encontraba celebrando el aniversario de la comunidad.

Después de animar a centrar la vida en torno a la oración y a la comunión entre hermanos, el arzobispo impartió la absolución de los pecados sobre quienes se habían arrepentido y sometido a la voluntad divina.

Después de la homilía y, a la luz de lo que constaba en las Escrituras, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración profunda para pedir del Señor la gracia de ser fieles.

Además, so oró por todos los miembros de nuestra iglesia y por toda la humanidad, así como por la perseverancia el compromiso en el testimonio de cada uno de los fieles.

Ya para concluir, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los miembros de la comunidad Santa María de Guadalupe, de Riverside, California.

Se animó a una participación activa e integral, es decir, que incluya todos los aspectos que, según la Sagrada Escritura, deben de ser implicador en el proceso de vida cristiana.

Al final de las celebraciones litúrgicas, se dieron pequeños encuentros con grupos de fieles, especialmente los que habían participado en algún ministerio en las ceremonias.

Todos los hermanos mostraron su gran alegría por la forma en la que se estaba celebrando el aniversario, así como por la visita del padre Abraham a la comunidad.

Al salir del área de celebración, el arzobispo bendijo a los fieles que se quisieron acerca a recibir la bendición.

A todos los fieles les animó a seguir trabajando intensamente, para ayudar a que se cumpla la misión que el Señor nos ha confiado, de atraer a todos hacia el Señor.

El jueves 15 de diciembre, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración del decanato del Sur del Área Ixil, en la cabecera municipal de Nebaj, El Quiché.

Los problemas viales impidieron que algunos de los representantes de las comunidades pudieran participar, sin embargo, se contó con la presencia de los representantes de la mayoría de comunidades de Nebaj y San Juan Cotzal.

Al final de la formación del arzobispo, los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear algunas cuestiones y de hacer comentarios sobre la situación que viven.

En general, el arzobispo, a las cuestiones planteadas hizo énfasis en que no debemos molestarnos por las críticas que nos hacen sino deben ser oportunidad para que la fe de cada miembro esté fundada sobre la roca.

Terminado el diálogo, los representantes de las comunidades presentaron el informe pastoral de las mismas, haciendo énfasis en que, a pesar de los desafíos, se experimenta un cierto crecimiento.

El padre Norvin, encargado pastoral, también agradeció el apoyo y la participación de los hermanos, así como la colaboración que están dando para la construcción del centro pastoral.

Cuando terminaron las actividades del decanato, el hermano Andrés de Quisis presentó al padre Norvin y al Arzobispo a los hermanos de la nueva comunidad de Chisis.

Para que los mismos puedan ir creciendo y organizándose, se dio la bendición a tres hermanos, de manera que puedan ejercer los ministerios necesarios para la vida de la nueva comunidad.

El mismo día 15, después del mediodía y luego de haber pasado por un camino desafiante, se llegó hasta Uchuch, del municipio de Nebaj, El Quiché, para visitar la comunidad local.

Después de llegar y compartir con los hermanos, se iniciaron las celebraciones litúrgicas con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaron.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró la confirmación y el envío misionero a siete hermanos de la comunidad: Juana, Santiago, Lucía, Ana, Antonio, María y Pedro.

El arzobispo recordó a los hermanos que el sentido de la confirmación es asumir un compromiso activo en la acción misionera y evangelizadora de la iglesia.

También en el contexto de las celebraciones, los hermanos Santiago como Lucía y otra hermana, pidieron al arzobispo que les fuera administrado el sacramento de la unción de los enfermos.

El arzobispo, junto al padre Norvin oró por los enfermos, se les ungió y se les administró el sacramento.

La visita a la comunidad de Uchuch concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Norvin, encargado pastoral local.

El arzobispo animó a los hermanos a hacer de la eucaristía el centro de su existencia, para fortalecer la vida en el Espíritu Santo y ser capaces de dar testimonio del Evangelio.

El viernes 16 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de La Perla del municipio de Chajul, para realizar el decanato del norte del área Ixil.

Participaron el párroco local, padre Bailiner Gregorio, el padre Norvin Ruíz y representantes de la mayor parte de comunidades de la parroquia Fe de los mártires de Chajul.

Después de que el arzobispo hubo terminado la formación, la cual giró en torno a la Iglesia que el Señor fundó y cuáles son sus características y lo que hace miembros de ella, los hermanos plantearon preguntas.

En general, se enfatizaron en subrayar la urgencia continuada que se tiene de ser formados, para tener los elementos suficientes para ir creciendo en la fe.

Después del diálog, los hermanos representantes de la diferentes comunidades, presentaron el informe pastoral de las comunidades, su marcha y dificultades.

Al final, también el padre Bailiner Gregorio, párroco local, presentó el informe, centrándose en torno a lo que se está haciendo con vistas a la construcción del centro pastoral parroquial en La Perla.

Terminada la actividad formativa y de informes pastorales, inició la fase litúrgica con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes estuvieron participando.

El arzobispo, recordó que, como pecadores, lo único que nos puede preparar para la celebración de los divinos misterios es que, con toda humildad, se haga el reconcoimiento de ser pecadores y se reciba de parte del Señor el don del Espíritu Santo.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a la luz de las lecturas bíblicas que el Señor, nos ha confiada la misión de cumplir cuanto se prometió en las Sagradas Escrituras. Para ello, subrayó que es indispensable estar llenos del Espíritu Santo.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a ponerse en oración, para prepararse interiormente a recibir el don precioso, a traves de la celebración de los divinos misterios.

La actividad del decanato con los representantes de las comunidades concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres Bailiner y Norvin.

El arzobispo animó a los hermanos a la participación frecuente, especialmente de la comunión eucarística, para permitir el crecimiento espiritual de los fieles.

El mismo día 16, después del mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Satziván, de Nebaj, pero parte de la parroquia Fe de los mártires de Chajul.

La visita inició con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que, con espíritu humilde, acudieron a clamar por el perdón del Señor.

En el contexto de la celebración litúrgica, se administró la primera reconciliación y la comunión solmne a un número grande de niños y jóvenes de la comunidad.

El arzobispo les recordó que la ceremonia implicaba su compromiso en vivir con fidelidad y conciencia la fe y en dar testimonio de la misma en sus vidas.

La actividad litúrgica culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres Bailiner Gregorio y Norvin Ruíz.

El arzobispo recordó que a través de la divina liturgia es como se mantiene continuada la promesa de la presencia activa del Señor en medio de su Iglesia.

Una hermana que estaba enferma, también pidió al arzobispo que se orara por ella, para recuperar la salud.

El arzobispo administró el sacramento de la unción de los enfermos haciendo énfasis en que a través del mismo, se concede el perdón de los pecados y la gracia de la sanidad espiritual y física, según la voluntad del Señor.