El sábado seis, Monseñor Eduardo presidió la ceremonia en la que Angélica e Ignacio, una pareja de esposos, contrajo matrimonio.

La pareja había convivido durante treintiún años, solamente casados civilmente. Tienen una numerosa familia y ahora, optaron por que su unión fuera elevada a la dignidad de sacramento.

A través de esa ceremonia, los nuevos esposos han también quedado incorporados a nuestra Iglesia.

A la izquierda, el obispo pide la efusión del Espíritu Santo sobre los esposos, para que su unión quede consagrada sacramentalmente.

El seis por la tarde, Monseñor Eduardo llegó hasta la cabina tres de Radio Nueva Vida de la parroquia de la Epifanía, Nucá, ubicada en Los Ángeles, para tener la transmisión radial habitual.

La temática que fue abordada fue la de las celebraciones de Todos los Santos y los Difuntos, así como las tradiciones que preceden, particularmente en los Estados Unidos, estas fiestas.

Uno de los aspectos tratados por el obispo, fue recordar que muchas de las fiestas cristianas, como la de la Navidad, han tenido un origen pagano y luego, su significado ha sido cambiado, celebrando una fiesta cristiana. Este proceso realizado en los primeros siglos del cristianismo, puede seguirse desarrollando, para que las diferentes tradiciones populares, puedan siempre ser revestidas de un matiz cristiano.

El sábado seis por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía en la sede de la Parroquia de San Miguel Arcángel en Los Ángeles, California.

En esta ocasión la celebración revistió una carácter muy especial, porque los tres niños de una familia que se ha incorporado a la comunidad desde hace largo tiempo, fueron iniciados en la vida cristiana.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas bíblicas, el obispo enfatizó que la meta del cristiano es abrirse para llegar a tener un conocimiento personal y directo de Dios, el cual se da al profundizar en el don inestimables de la vida en el Espíritu Santo, que recibimos a través de los diferentes sacramentos, especialmente de los de la iniciación cristiana.

La iniciación cristiana inició con la administración del bautismo a los tres niños: Emilia, Jumerly y Edwin.

Luego el obispo administró el sacramento de la Crismación, para que recibieran el don del Espíritu Sao.

Finalmente los tres comulgaron con el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.

El sábado seis, por la noche. Monseñor Eduardo, presidió la Eucaristía con la comunidad Pacto Divino, con lo cual dió inicio la solemne vigilia de celebración del Décimo tercer aniversario de la comuidad.

Durante la homilía, el obispo recordó que éste es el octavo aniversario que se celebra conjunmente, después de que en el año 2005, la comunidad fuera la primera comunidad que hiciera alianza en Los Ángeles.

El obispo animó a todos los hermanos a que, contemplando la indudable presencia del Señor, a lo largo de los años pasados, realicen una prunda renovación de sus vida y de su compromiso, para que se tenga la capacidad de cumplir a cabalidad la misión que el Señor le ha confiado a la comunidad, como parte de nuestra Iglesia.

El domingo siete por la mañana, dieron inicio las clases de dos nuevos cursos en el DETYM, Los Ángeles.

Durante las siguientes cinco sesiones, los alumnos estudiarán la Historia de la Iglesia Moderna y Contemporánea y la Historia e implicaciones del Movimiento de la Renovación Carismática.

La formación dio inicio haciendo un resumen de la historia de la Iglesia Antigua y Medieval y recordando que, aunque en el estudio se enfatizarán las cuestiones que ha vivido la Iglesia en occidente, sin embargo, hay que tener en cuenta que en el oriente la vida de la Iglesia se ha preservado en forma más genuina y apegada a sus raíces bíblicas y a la Tradición Apostólica, por lo que el estudio tendrá que tener una visión analítica y crítica.

Al estudiar aspectos de la Reforma, el obispo subrayó que, aunque los ideales de los reformadores son altamente positivos, como: el redescubrimiento de la Sagrada Escritura, la insistencia de que se es salvados únicamente por la fe y la gracia, etc.., sin embargo, al carecer de un conocimiento profundo de la mentalidad y de la tradición de los primeros siglos, en realidad, se desarrolló, en muchos casos, una interpretación alejada de las raíces de la Iglesia, lo que resultó, con frecuencia en la creación de una nueva realidad, más que en el redescubrimiento de la Iglesia, como Cristo la fundó al enviar el Espíritu Santo el día de Pentecostés y como se desarrolló en los primeros tiempos.

El domingo siete por la tarde, el obispo presidió la celebración de la Eucaristía con los alumnos del DETYM Los Ángeles.

La celebración fue animada musicalmente por el Ministerio Querubines Celestiales. Un ministerio bien preparado y con alta capacidad para cumplir su misión.

Ellos habían también sido los invitados principales a la animación musical la noche anterior, en el aniversario de Pacto Divino.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas bíblicas, el obispo subrayó que la realización del ser humano se puede lograr únicamente cuando se es capaz, con la ayuda de Dios, de establecer una relación de igualdad, respeto y reciprocidad, con todos los seres humanos. Comenzando de la vida familiar, esta relación tiene que caracterizar todas las relaciones interpersonales y tiene que extenderse también a las relaciones eclesiales.

Habiendo sido creados a imagen y semejanza de Dios, y siendo Dios una comunión de personas, nuestra realización requiere tambié, con la ayuda del Espíritu Santo, que seamos capaces de realizar una comunión interpersonal, que refleje la comunión interpersonal divina.

Terminada la celebración Litúrgica el domingo siete, el obispo tuvo una reunión con el Consejo Pastoral de la comunidad central de la Parroquia de San Miguel Arcángel.

Uno de los puntos que se acordó, es la urgencia de tener reuniones de esta naturaleza con más frecuencia, para tener una comunicación en cuestiones pastorales y organizativas más directa.

También se decidió bucar formas de asistencia ministerial más cercanas, para mediar en pequeños conflictos que pueden surgir y para garantizar un crecimiento sostenido y armónico de la comunidad y de toda la parroquia.

El jueves 11, Monseñor Eduardo, invitado por la Hermana Mary Fawe, Directora del Hogar Nuestra Señora de la Preciosísima Sangre, llegó hasta nuestro Centro Misionero de María Auxiliadora, La Ciénega, San Raymundo, para presidir la Eucaristía de clausura del año lectivo del Hogar.

En la foto de la izquierda: Después de la homilía, el obispo ora por las señoritas del hogar que terminaban una etapa de su formación, y bendijo unas flores que serían entregadas a quienes eran homenajeadas.

La casi totalidad de los participantes, acudieron al inicio de la celebración a recibir el sacramento de la Reconciliación, después de haber confesado sus pecados. Eso permitió que al momento de la comunión, fueran muy numerosos quienes se acercaron a alimentarse con el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.

El viernes doce, nuestro obispo visitó la comunidad de Pajomel, Santa Cruz la Laguna, Sololá, para presidir la celebración de la Eucaristía con los hermanos.

La participación de los hermanos fue pasticularmente devota. El obispo pidió oraciones a todos los hermanos por la peregrinación que hará al Medio Orientes próximamente.

Al final de la celebración, el obispo invitó a la hermana Cristiana, que estaba celebrando el trigésimo aniversario de que recibiera los dones del Espíritu Santo, a que se acercara y renovara su compromiso de entrega incondicional al Señor .

El viernes doce por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía con los hermanos de la comunidad de Chuitzanchaj.

Con ocasión de la visita del obispo, fue iniciada a la vida cristiana, recibiendo los sacramentos del bautismo, la crismación y la comunión, el hijito de una familia que pertenece a la Iglesia.

En la foto de la derecha, el obispo administra el sacramento de la Crismación, al niño que estaba siendo iniciado en la vida cristiana.

Los hermanos expresaron al obispo su gratitud y alegría por pertenecer a la Iglesia.

Algo notable de esta comunidad es que, habiendo reconocido el derecho de los niños bautizados a participar en la Sagrada Comunión, han formado adecuadamente a los niños, para que, con devoción, se acerquen a recibir la comunión. Unos quince niños de entre uno y seis años, se acercaron con devoción a recibir el Divino Sacramento.

El sábado trece, Monseñor Eduardo llegó hasta la Comunidad de Quiajolá, San Sebasitán Huehuetenango, en donde se habían reunido representantes de las comunidades de todo el Municipio de San Sebastián, como de algunas de Santa Bárbara, para dar la formación que trimestralmente imparte a los hermanos.

Durante la primera parte de la actividad, cada uno de los dirigentes de las comunidades, fueron explicando cuáles han sido los logros y las dificultades en sus respectivas comunidades, durante los últimos meses.

En el intervalo de la formación, una familia de la parte alta del municipio de San Sebastián, se acercó para que se orara por toda la familia y se ungiera con el Santo Olio, a uno de los hermanos, que estaba sufriendo ataques del Maligno.

Durante la segunda parte de la reunión, el obispo explicó cuál es el sentido genuino de las palabras "catóico" y "ortodoxo" dentro de la tradición cristiana e indicó quienes son los que, en forma auténtica e ininterrumpida, han conservado la fe, el culto y la organización de la Iglesia en forma íntegra y auténtica, por lo que se les pueden atribuir con toda propiedad los términos católico y ortodoxo.

El sábado trece por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía con los hermanos de la Comunidd de Quiajolá.

Aunque muchos de los hermanos no pudieron asistir por estar participando en el funeral de un familiar de varios miembos de la Iglesia, la participación fue numerosa.

Se inició con la administración del sacramento de la Reconciliación a quienes sintieron la necesidad de recibirlo y se prepararon debidamente.

Durante la homilía el obispo hizo énfasis en la importancia de vivir en la obediencia radical a la Palabra de Dios, para poder vivir como miembro activo de la familia de Dios, que es la Iglesia.

Al final de la celebración, el obispo animó a los hermanos a renovar su compromiso misionero, por ser parte integral de la vida cristiana y un requisito ineludible, para cumplir a cabalidad la misión que Cristo confía a cada uno de sus discípulos.

El sábado trece, al caer de la tarde, nuestro obispo se dirigió hasta la parte alta del Municipio de San Sebastián Huehuenango, ubicada dentro de las Sierras de los Cuchumatanes, para celebrar la Eucaristía y administrar la iniciación cristiana a tres niños.

El obispo reconoció la fidelidad con la que muchos de los miembros de esta comunidd han estado trabajando, especialmente, en el campo misionero y les animó a seguir adelante con su comrpomiso.

Desde que hemos iniciado a administrar los sacramentos de la Iniciación Cristiana con la simultaneidad con que se hacía en los primeros siglos del cristianismo en todas partes y se sigue haciendo ininterrumpidamente en el oriente, nuestras comunidades han expresado su alegría y se ha dado un fortalecimiento en la espiritualidad de los hermanos.

Debidamente preparados, los niños, a pesar de su temprana edad, son capaces de recibir con devoción y provecho la Sagrada Comunión.

El sábado trece por la noche, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía con los alumnos del Detym Huehuetenango, que en ese día celebraban la clausura del año lectivo.

Durante la celebración recibieron la Confirmación y el Envío Misionero los hermanos Adolfo y Kelly, hijos de Carlos y Floridalma, quienes desde hace más de seis años viven en el Centro de Formación de Huehuetenango y tienen a su cargo e mantenimiento del Centro.

Los dos jóvenes habían sido preparado catequéticamente por el Seminarista José Alfredo Hernández, Coordinador del Detym.

En la celebración participó también el Padre Pedro Martínez, párroco de la parroquia de Cuilco, quien hasta antes de su ordenación había sido Coordinador de la Escuela De Formación.

Espíritu de devoción, gratitud y alegría caracterizó a todos los presentes, quienes en forma masiva, se acercaron a participar de la Comunión.

Los dos confirmados pidieron a Monseñor Eduardo que fuera su padrino. El obispo aceptó gustoso y los exhortó reiteradamente a que dejaran que el Espíritu Santo llenara sus vida y las transformara, para que dieran frutos abundantes, como lo hicieron los apóstoles a partir del día de Pentecostés.

El sábado trece por la noche, se celebró la Clausura y el acto de entrega de Certificados y Diplomas para quienes concluyeron alguna etapa de formación en el Centro.

La ceremonia fue cuidadosamente preparada por los dos seminaristas que se encargan de impartir los cursos y de coordinar el Departamento de Formación Teológica y Ministerial para el Pueblo de Dios.

Se trata de los seminaristas José Alfredo Hernández y José Raul López Mazariegos.

La ceremonia comenzó con la entrega de certificados.

Seguidamente se entregó el Diploma de participación en el curso de "Teología Básica para el Pueblo de Dios", para quienes concluían el tercer año de formación. Fueron nueve los hermanos que concluyeron esa etapa.

Seguidamente, se entregó el diploma a quienes concluyeron el quinto año de formación.

Al final de la entrega de diplomas, el Hermano Mateo Juan -último de izquierda a derecha en la foto del lado-, procedente de Santa Eulalia, dio las palabras de agradecimiento, en nombre de todos los alumnos.

En la foto de la izquierda: todos los alumnos del DETYM Huehuetenango, que siguieron los cursos durante el presente año, junto al obispo y a los seminaristas encargado de impartir la formación.

El domingo catorce, el obispo llegó hasta la pequeña comunad de Tojchiquel, ubicada en Santa Bárbara, Huehuetenango, para celebrar la Eucaristía y la iniciación cristiana de tres niños.

Esta comunidad que inició hace pocos meses, ha crecido en forma sostenida y, a pesar de sus limitaciones económicas, ha logrado ya organizar un bonito ministerio de música, para animar sus celebraciones religiosas.

Durante la homilía el obispo animó al Pueblo de Dios a vivir con compromiso y alegría su vocación cristiana y a seguir trabajando con entusiasmo en el cumplimiento de la misión que el Señor nos ha confiado.

La administración de los sacramentos de la Iniciación Cristiana, dio ocasión al obispo de enfatizar sobre la gran responsabilidad que asumen los padres cuando traen a sus hijos a ser iniciados en la vida cristiana.

Al final de la celebración, fue instituido el Hermano Francisco como ministro de la comunión, para poder colaborar con el hermano Honorio, actual coordinador de la comunidad y ministro de la comunión pero quien, por razones de trabajo, con frecuencia tiene que salir de la comunidad.

Hacia el medio día del domingo catorce, nuestro obispo llegó hasta la comunidad de Camjá, Santa Bárbara Huehuetenango.

Esta comunidad se ha caracterizado por la cuidadosa organización ministerial con la que cuenta.

Esto ha permitido que recientemente haya iniciado un proceso de sostenido crecimiento.

Durante la homilía, el obispo insistió en la radicalidad que se exige de nuestra parte, para poder ser efectivamente, discípulos de Jesucristo y participar de los dones de su Reino y de su divina Sabiduría.

Dentro del marco de la visita del obispo, se administraron los sacramentos de la Iniciación Cristiana a una niña, hija de uno de los dirigentes de la comunidad.

Después del bautismo, el obispo le administró la Sagrada Crismación, para que la nueva cristiana recibiera la unción del Espíritu Santo.

Los hermanos Rey David y Eduardo, fuon instituidos como ministros de la comunión, dentro de la celebración litúrgica.

Ambos hermanos, habían terminado su formación de tres años en el DETYM y la noche anterior, habían recibido el Diploma de participación en la formación teoógica y pastoral.

Con la administración de la Sagrada Comunión, concluyó la iniciación cristiana de Elisa Trinidad, como se observa en la foto de la derecha.

El martes dieciseis, pocas horas antes de que nuestro obispo, Monseñor Eduardo, partiera para una peregrinación por el Medio Oriente, presidió la celebración de la Divina Liturgia, según el rito siro-ortodoxo del Patriarcado de Antioquía. Participaron en el mismo, todos los seminaristas.

Durante la homilía el obispo, a la luz de las lecturas de la Palabra de Dios, hizo énfasis en la necesidad de mantenerse con actitud de permanente discernimiento, para poder reconocer, desde la fe, la presencia actuante del Señor en la vida de cada cristiano.

El obispo pidió a los seminaristas que, junto a toda la iglesia, se unan en oración para que su peregrinación al Medio Oriente dé frutos abundantes y nuestra iglesia llegue a alcanzar la plena comunión eclesial y apostólica.

Los seminaristas participaron con gran devoción en la Sagrada Comunión, la cual fue ofrecida particularmente al Señor, por la intercesión de su Santísima Madre y de todos los Santos, para implorar por la peregrinación del obispo.

Al final, después de recibir la bendición general, cada uno de los seminaristas se acercó a recibir la bendición personal del obispo y a venerar el libro de la Sagrada Escritura.

El 18 por la noche, después de dos días de viaje, Monseñor Eduardo llegó hasta la ciudad de Beirut, en el Líbano, respondiendo a una invitación hecha por Su Santidad Ignacio Zakka I, Patriarca de la Iglesia Católica Apostólica Siro-Ortodoxa de Antioquía, siguiendo lo dispuesto por el Santo Sínodo del Patriarcado.

Aunque la sede del Patriarcado se encuentra en Damasco, Siria, debido a la delicada situación que reina en ese país, el encuentro se realizó en el Monasterio de Santiago de Serug, en Atchaneh, no lejos de la ciudad de Beirut.

Durante la visita nuestro obispo tuvo la oportunidad de visitar diferentes obras ligadas al Monasterio: Un hogar de ancianos, enfrende del cual fue tomada la foto de la izquierda, un horfanatorio y escuela y está en proceso de terminarse un hermosísimo templo, que servirá para celebrar acontecimientos especiales del Monasterio y para atender a los fieles que se encuentran en las diferentes intituciones atendidas por el Patriarcado, así como a numerosos fieles que viven en los alrededores.

La convivencia con Su Santidad, con los obispos, con los monjes y con las monjas, fue muy hermosa. La sencillez, humildad, sinceridad, cercanía y auténtico amor cristiano que reinan en el ambiente, hacen experimentar que no solo históricamente sino tambien en la práctica, la Iglesia Católica Apostólica Siro-Ortodoxa de Antioquía, es la continuidad viva y legítima de la Iglesia que fundó Jesucristo y que los Apóstoles predicaron y organizaron. Lo dicho en Hechos de los Apóstole 2,42 acerca de la primera comunidad cristiana, se puede experimentar hecho realidad en ese ambiente.

En los tiempo libres, El Arzobispo Miguel, llevó en dos ocasiones a nuestro obispo a vivitar el hermosísimo monasterio de San Gabriel, ubicado en la Arquidiócesis de Monte Líbano y cuyo obispo es el Arzobispo George Saliba, Secretario del Santo Sínodo.

La iglesia es de reciente construcción y tiene una gran hermosura, elegancia y, desde el aspecto litúrgico, es muy cercano al modelo que nosotros tenemos.

El altar está ubicado en el fondo del ábside y delante, como es la tradición en los templos Siro-ortodoxos, se encuentra la Sagrada Escritura, para la veneración del pueblo de Dios.

En el fondo del altar, un tabernáculo sobrio, sirve para coservar el Cuerpo de Cristo.

En la foto de la izquierda: el Padre Pablo, monje de Jerusalén que estaba visitando a Su Santidad, nuestro obispo y el Arzobispo Miguel, encargado de la Pastoral Social del Patriarcado en Líbano.

La Parte alta del ábside, encima del altar, está decorada con un fresco del Señor, que acoge a toda la humanidad, atrayéndola a la salvación.

En el ábside norte, un hermoso fresco de la Theotokos "La Madre de Dios", recuerda el misterio de la Encarnación y el papel que el Señor ha querido dar a María dentro de la Iglesia.

En el ábaside sur, en donde se encuentra el Baptisterio, un fresco recordando el bautismo de Jesús, sirve de marco para ilustrar el misterio del bautismo y la crismación.

En el centro del baptisterio, una sobria pila bautismal sirve para simbolizar que por el bautismo somos sepultados con Cristo para resitar con Él y participar de la vida divina.

El Monasterio está pensado también para poder alojar a peregrinos y para la realización de encuentros, retiros y convenciones.

Cuenta con más de cien dormitorios, en los que hay más de 300 camas.

Los días viernes, sábado y domingo, se realizaron diálogos con Su Santidad y el quipo de obispos, designado por el Santo Sínodo, para conocer la solicitud de hacer parte de la Iglesia Católica Apostólica Siro-Ortodoxa de Antioquía.

Los diálogos transcurrieron en un ambiente de profunda armonía, sinceridad y fraternidad.

Nuestro obispo llevó una detallada relación acerca de la vida, situación y organización de nuestra Iglesia.

Además expresó que nuestra fe corresponde íntegra e incondicionalmente con la fe católica, apostólica yortodoxa, como consta en la Sagrada Escritura, en el Credo Niceno-Constantinopolitano y como fue plasmada en los tres Concilios Ecuménicos de Nicea, Constantinopla y Éfeso, la cual es la fe que en forma fiel ha conservado y transmitido la Iglesia Siro-Ortodoxa de Antioquía.

En las reuniones, presididas por Su Santidad el Patriarca Ignacio Zakka I, participaron, como responsable de hacer el acompañamiento a lo largo de los últimos años, Su Eminencia Mor Clemis Eugenio Kaplan, como Secretario del Sínodo y Arzobispo del Monte Líbano, Su Eminencia Mor George Saliba y como miembros del Consejo asignado por el Santo Sínodo, Sus Eminencias Mor Clemis Daniel, Metropolitano de Beirut; Mor Michael, Vicario Patriarcal para la Pastoral Social y Mor Matías, Asistente Patriarcal.

Como conclusion de las reuniones, Su Santidad escribió a nuestro Obispo que, por su trascendencia, será dada a conocer separadamente, en la información que sigue a continuación.

Su Santidad, en la carta, reconoció la comunión entre la Iglesia Católica Apostólica Siro-Ortodoxa de Antioquía y nosotros, reconociéndonos como "Arquidiócesis de Centro América".

Al paso dado, sigue ahora, de acuerdo a la Constitución de la Santa Sede Apostólica de Antioquía, la consulta al Santo Sínodo, para poder llegar a la meta del proceso emprendido, en el cual vemos con toda claridad, el desemboque de la misión que el Señor nos ha confiado.

Al final, Su Santidad impartió la bendición a nuestro obispo y a toda nuestra Iglesia Local, confiándole palabras de gran profundidad y trascendencia, que el Señor le inspiró y que conmovieron profundamente a nuestro obispo.

Como conclusión, Su Santidad entregó a Monseñor Eduardo el pectoral con el icono de la Bienaventurada Madre de Dios, que llevan los obispos de la Iglesia Católica Apostólica Siro-ortodoxa de Antioquía.

A la derecha: foto conclusiva de los encuentros sostenidos. De izquierda a derecha: Sus Eminencias Mor Michael, Mor Matías, Mor Jorge Saliba, Su Santidad, nuestro Obispo, Mor Clemis Eugenio y Mor Clemis Daniel.

Durante los diálogos, Monseñor Eduardo manifestó a Su Santidad el deseo ferviente de contar con Su Bendición Apostólica, tanto para el Sacramentario como para la versión castellana de la Divina Liturgia Siro-ortodoxa de Antioquía.

Benévolamente, Su Santidad accedió a la petición, como consta en las fotografías de la derecha y d abajo.

El Sacramentario consta con el Ordinario de la Misa, en el cual hay nueve Anáforas. Todas estas proceden de los primeros siglos de cristianismo y todas tienen en común la anámnesis y la epíclesis, tomadas de la anáfora de Santiago, así como la estructura en seis dípticos, de los cuales tres son obligatorios y los otros opcionales.

En la Divina Litrgia en uso en el Patriarcado Siro-ortodoxo de Antioquía y, con cuyo ritual celebramos habitualmente una vez por semana en el seminario, se encuentran las Anáforas de Santiago y la de Mar Dionisio Salibi.

El viernes 26 por la tarde, en la Finca María Auxiliadora, de La Ciénega, San Raymundo, se celebró la reunión del presbiterio de ICERGUA.

Nuestro obispo informó detalladamente los resultados de su visita a Su Santidad, el Patriarca Ignacio Zaqueo I, así como las implicaciones de la carta en la que Su Santidad reconoce la comunión existente con nuestra Iglesia y bendice el proceso de incorporación eclesial que hemos emprendido.

Todo el presbiterio se mostró muy complacido por el proceso que se está siguiendo y todos se comprometieron a orar intensamente, para que el mismo llegue a completarse.

Aparte de los temas, también se tuvo ocasión de compartir con sencillez y fraternidad. Fue un momento muy positivo en el que se pudo experimentar la buena disponibilidad de todo el presbiterio a comprometerse en llevar adelante con todas sus dimensiones, la misión que el Señor nos ha confiado.

Entre los temas fundamentales que se trataron fue la creación, a partir de mediados de Enero del año entrante, de tres Vicarías Pastorales. Una abarcará todo el Departamento de Huehuetenango. Otra, llamada Del Norte, abarcará El Quiché, las Verapaces y el Petén. Finalmente la Central abarcará los departamentos del centro de Guatemala.

Cada Vicaría contará con su Consejo Presbiteral y está llamada a crear una identidad eclesial, que en el futuro pueda abrir el camino a la existencia de varios obispados.

Al concretizar la existencia de varias Vicarías, será fundamental que en las mismas se tengan celebraciones y Asambleas con representantes de todas las parroquias, centros pastorales y capellanías, que se establezcan planes pastorales, misioneros y evangelizadores y que se vaya consolidando, en cada una de ellas, una identidad eclesial específica.

El sábado 27, con la presencia de más de 2000 hermanos, se celebró el quinto aniversario del nacimiento sacramental de nuestra Iglesia, al haber sido, entonces, consagrado como Obispo Primado de ICERGUA, Monseñor Eduardo Aguirre.

La celebración se realizó en el Auditorio con el que contamos, ubicado en la Finca María Auxiliadora, San Raymundo.

Unos quinientos representantes, llegaron de las comunidades lejanas, incluyendo El Salvador. Pero las tres cuartas partes de los presentes, provenía de las comunidades cercanas, especialmente de San Juan Sacatepéquez, en donde la Iglesia ha crecido admirablemente en los últimos dos años.

El obispo subrayó durante la homilía la importancia del aniversario que celebramos, así como el significado del proceso de comunión e incorporación que hemos iniciado con la Iglesia Católica Apostólica Siro-Ortodoxa de Antioquía.

Dentro del marco de la celebración, se confirieron las órdenes menores a doce seminaristas.

Ocho, recibieron la orden de Lector: Mauro Vásquez, José Manuel Castro. Domingo, Jesús Silvestre, Luis Miguel Say, Ambrosio Gómez, Oscar Guardado y Juan Carlos Osorio.

Cuatro de los seminaristas recibieron la orden de Acólito.

En la foto: Ángel Cáceres, José Raúl López, Jorge Tomás y Eduardo Mateo.

El obispo, junto al presbiterio pide al Señor que derrame su bendición sobre los seminaristas que estaban siendo ordenados como Lectores.

A cada uno de los ordenados, se le entregó la Sagrada Escritura, simbolizando el ministerio que reciben y recordando las características con las que deben vivirlo.

Terminada la ordenación de Lectores, fueron ordenados los cuatro Acólitos.

Cada uno de los ordenados, para simbolizar el servicio del altar que deben reaizar y el estilo de vida que se comprometen a vivir, recibió la palmatoria con la vela encendida y la patena con el pan eucarístico.

Con la celebración del aniversario, todos los seminaristas comenzaron la pastoral de fin de año. Por lo mismo, durante la celebración Eucarística, fue consagrado el Cuerpo del Señor, que llevarían hasta las comunidades lejanas, en las que realizarían su misión.

El espíritu que animó la celebración fue muy hermoso.

La unidad entre el obispo y todo el presbiterio fue subrayada de diferentes maneras. En la foto de la derecha, el momento en que se canta el Padrenuestro.

Al final de la celebración, los representantes de los hermanos venidos de El Salvador, quisieron entregar a nuestro obispo la bandera de su país, como símbolo de la comunión que se ha establecido y del compromiso que han asumido de pertenecer a la Iglesia y de tratar de que la Iglesia proclame el Evangelio en toda la hermana república de El Salvador. En total llegaron 66 hermanos de el Salvador a la celebración.

Terminada la liturgia Eucrística, se compartió, en un ambiente de alería y fraternidad, un sabroso almuerzo que había sido cocinado por los miembros de la pequeña comunidad de La Antigua Guatemala.

El lugar era hermoso, el clima inmejorable y el espíritu de comunión y la alegría eran evidentes.

Después del almuerzo, los hermanos de las áreas más cercanas permanecieron en oración, alabanza y predicación, hasta las cinco de la tarde.

El domingo 28 por la mañana, con una numerosa participación de líderes, se celebró el decanato de Cunén y Sacapulas, Quiché.

Fue la primera vez que el decanato se celebraba en el Centro Misionero que se ha construido en Cunén.

Los hermanos expresaron cuáles han sido los logros y las dificultades en los útimos meses.

En general el balance fue muy positivo, pues en varias comunidades se han incorporado numerosas familias nuevas y se ha formado también una nueva comunidad en el área de San Juan Cotzal que, sin embargo, pertenece al Centro Pastoral de Cunén.

Después de que los hermanos expusieran la situación general de la Iglesia y antes de que el obispo diera la formación, el Padre Bernabé Mateo, encargado pastoral de la zona, expuso cuál es, a su parecer la situación y exhortó a que se tome conciencia más clara de que el centro de la vida de cada comunidad lo tiene que constituir la Eucaristía.

Después de medio día, en el Centro Misionero de Cunén, Monseñor Eduardo presidió la Eucaristía, en la que un grupo numeroso de hermanos fue confirmado en su crismación y recibió el envío misionero. Además un grupo de hermano de la Comunidad de Cecilia, hizo su primera confesión y la comunión solemne.

Fueron 19 los hermanos, procedentes de varias comunidades de Cunén, los que recibieron la Confirmación y el envío misionero.

Durante la homilía el obispo hizo énfasis en la importancia de que cada uno de los confirmados asuma un compromiso pastoral y apostólico serio, para cumplir como Iglesia, la misión que el Señor nos ha confiado.

Como símbolo del envío misionero, todos los enviados encendieron su vela en lo que simbolizaba el cirio pascual, como señal de que están llamado a ser luz del mundo y sal de la tierra.

El domingo 28 por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía en la parroquia de la Santísima Trinidad de Uspantán.

Los hermanos se mostraron muy gozosos de la celebración y participaron en buen número.

La celebración comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación a todos aquellos que lo necesitaban. A la derecha: el obispo y el Padre Denis Obando, párroco local, dan la absolución a quienes previamente habían confesado sus pecados.

Después de la homilía, cuatro jóvenes fueron confirmados y recibieron el envío misionero.

Al final de la Eucaristía, el obispo presentó a dos de los seminaristas que harían la pastoral en Uspantán. Se trata de Diego Padre y de Samuel, ambos está utilizando túnica, en la foto de la derecha.

Por la noche del día 28, se celebró el Decanato de Uspantán, la Zona Reyna y la parroquia de Chamá Grande.

Los representantes de las diferentes comunidades explicaron cómo sus comunidades han estado en claro crecimiento en los últimos meses.

Fue especialmente notable la intervención de los hermanos de la Zona Reyna que, en estos meses pasados, han logrado organizar tres comunidades y ahora están comprometidos a seguir creciendo y organizándose para que en un futuro no lejano puedan ser constituidos en Parroquia.

El hermano Antonio, presidente del Consejo Parroquial de Chamá Grande, también informó acerca del crecimiento que tienen las comunidades en esa zona.

Finalmente, antes de la intervención del obispo, el Padre Denis, encargado pastoral del Decanato, manifestó su satisfacción por el progreso que se ha estado verificando en los últimos tiempos, tanto en estas zonas, como con las comunidades de Quetzaltenango, que también hacen parte pastoralmente de este Decanato.

El lunes 29 por la mañana, el obispo llegó hasta la comunidad de Paraxtut en Sacapulas, para celebrar la Eucaristía con la comunidad local.

Los hermanos ha trasladado ahora la sede de la comunidad al centro de la Aldea, lo cual significa un buen progreso.

El obispo recordó a los hermanos el compromiso que tienen de trabajar para que las comunidades se vayan multiplicando. Los hermanos manifestaron su asentimiento y compromiso.

Un grupo de hermanos había sido preparado esmeradamente por los líderes, para que hiciera su primera confesión y la comunión solemne.

El 29 por la tarde, Monseñor Eduardo llegó hasta la Comunidad de Puente Chuatuj en el municipio de Sacapulas.

Los hermanos compartieron con el obispo el proyecto de comenzar próximamente, la construcción de un templo.

El ministerio de alabanza de la comunidad, ha logrado prepararse con bastante competencia para acompañar la celebración de la Eucaristía.

El espíritu de devoción y de oración, así como la organización de la comunidad, son características distintivas de esta comunidad.

El 29 por la noche, el obispo llegó hasta el oratorio de Tumanzano en Nebaj, para bendecir los trabajos de remodelación que han hecho en el templo.

Con la ayuda de hermanos que trabajan en los Estados Unidos, lograron colocar el piso cerámico, construyeron el área del presbiterio así como servicios para los fieles.

Los hermanos, así como el Padre Marco Tulio, también informaron al obispo del crecimiento que ha tenido el comunidad en los últimos meses.

El obispo exhortó a los hermanos a seguir trabajando con entusiasmo y con fe.

El martes 30 por la mañana, se celebró el Decanato de las comunidades de Chajul, en el norte del Quiché, el cual tuvo lugar en la casa de oración de Ilom.

Los hermanos informaron al obispo acerca de los progresos que se han tenido. Entre los logros se destacó que en las comunidades de Chel, Ilom, Sotzil, Satzibán y la Perla, la comunidad Católica Renovada, representa la Iglesia más numerosa en cada una de esas comunidades.

El Padre Marco Tulio animó a los hermanos a seguir trabajando con entusiasmo en la labor misionera.

El obispo informó acerca de la situación general de la Iglesia, y tuvo tiempo de formación, respondiendo especialmente a preguntas de los hermanos, acerca de la identidad específica de la Iglesia.

Después del medio día, se celebró la Eucaristía con la comunidad local de Ilom.

A la derecha: el hermano Domingo, Vice-presidente del Consejo Parroquial, proclama la primera lectura.

Durante la homilía, el obispo animo a los hermanos a seguir con el compromiso evangelizador y misionero que les ha caracterizado. Pues los miembros de la comunidad recientemente habían terminado una campaña de evangelización y se están preparando para iniciar una nueva etapa de la misma.

Al caer de la tarde del día 30, Monseñor Eduaro llegó hasta la Comunidad de La Perla, para celebrar la Eucaristía, acompañado por el Padre Marco Tulio.

Durante la homilía el obispo animó a los hermanos a ser fieles en su vida cristiana, tratando de evangelizar a todos con el ejemplo y el amor que se profesan los unos a los otros.

Dado que la celebración había iniciado con la administración de la Reconciliación, fueron muchos los que también acudieron a recibir la comunión.

El miércoles 31 por la mañana, con la participación de representantes de todas las comunidades, se celebró el Decanato de Nebaj.

Los hermanos informaron del claro crecimiento que se ha tenido en los últimos meses.

También compartieron que, como resultado de su compromiso y del crecimiento, han sido fuertemente atacados por otras Iglesias e incluso han llegado a burlarse de ellos. Sin embargo también manifestaron su decisión de seguir evangelizando con fuerza y entusiasmo.

Al final de la presentación de las comunidades, fueron presentados los dos seminaristas que realizan la pastoral en el área: Jesús Silvestre -que en la foto de la derecha se dirige a los hermanos- y Vicente.

Al terminar la formación, los hermanos presentaron al obispo como regalo una hermosa estola que, inicialmente habían planeado llevarla a la celebración del aniversario, pero al no poder asistir, la entregaron en esa ocasión. Se trataba de un fino y hermoso trabajo de tejido propio de Nebaj.

El 31 por la trade, Monseñor Eduardo presidió la bendición de la Casa de Oración de Batzbacá, ubicada en el centro de la población de Nebaj.

La ceremonia estuvo llena de fe, de emoción, de alegría y también de colorido.

Una de las características más hermosas de la celebración es que estuvieron presentes los líderes de cada una de las comunidades católicas renovadas de Nebaj.

Hace algún tiempo entre las comunidades habían existido ciertas divisiones. Ahora con este gesto, se dio testimonio de que, por la acción del Espíritu Santo, las dificultades han quedado atrás y ahora se traba de trabajar intensamente, para lograr la expansión de la misión.

Durante la homilía el obispo hizo énfasis en que, sumando las cuatro comunidades católicas renovadas que se encuentran en el centro del pueblo de Nebaj y viendo su vitalidad y el constante crecimiento en el que se encuentran, dan testimonio de ser efectivamente la presencia viva de la Iglesia una, santa católica y apostólica que el Señor fundó al enviar el Espíritu Santo y que luego los Apóstoles organizaron, a partir de la sede de Antioquía.