La actividad misionera de nuestro obispo durante el mes de marzo, inició haciendo la segunda visita pastoral a la misión de Venezuela ICERVE (Iglesia Católica Ecuménica Renovada en Venezuela).

El obispo llegó el día 2 y por la tarde tuvo una serie de reuniones con el Padre José Roberto Aguirre, fundador y encargado pastoral de la misión.

El sábado 3 por la mañana la actividad comenzó con la solemne celebración de la iniciación cristiana de varias hermanas. Algunas eran ya jóvenes y una era aún niña.

Como corresponde, la ceremonia incluyó la iniciación cristiana en su totalidad, es decir, la administración del Bautismo, la Crismación y la Comunión.

La participación del pueblo de Dios fue activa y entusiasta.

Durante la homilía el obispo explicó el sentido de la iniciación cristiana y la forma de administrarla. Con alegría pudo constatar que tanto los que serían iniciados como el Pueblo de Dios en general, había sido previamente bien instruidos por el Padre Roberto.

La ceremonia de la Crismación fue especialmente solemne. Padre y padrinos de quienes fueron iniciados, así como ellos mismos, mostraron una profunda compenetración y espíritu de oración.

Por la tarde del día 3, el obispo tuvo un encuentro abierto con algunos de los líderes de las parroquias y comunidades.

Se presentó un informe de cuanto se ha hecho desde la primera visita, lo cual es muy alentador:

- Se prevé que dentro un máximo de seis meses se haya terminado de construir el templo parroquial de San Antonio en las Cocuizas, cuyo terreno fue bendecido por el obispo en su primer viaje pastoral de septiembre del año pasado.

- Además en San Rafael de Onoto van bien encaminados los pasos para la adquisición del terreno en el cual será edificado el templo en el que tendrá su sede la Parroquia ya creada en el viaje precedente, de San José.

-En Acarigua, los hermanos están en proceso de adquirir también un amplio terreno para poder crear, en el futuro, la parroquia de Nuestra Señora de Coromoto.

Ante todas las noticias tan positivas y el entusiasmo manifestado por todos los hermanos, el obispo no pudo menos que dar gracias a Dios, felicitar al Padre José Roberto por su incansable trabajo y a todos los líderes por su compromiso y participación activa y sacrificada en cuanto se está haciendo.

El domingo 4 de marzo, se convocó a representantes de todas las comunidades de la misión de Venezuela, para que participaran en la Eucaristía en la que recibieron la confirmación 68 hermanos, entre adultos y jóvenes, procedentes de las fierentes comunidades.

En la homilía, el obispo hizo énfasis en que el misterio de la Transfiguración de Cristo, que constituía el tema de las lecturas dominicales, es precisamente una expresión de la vocación que tenemos com Iglesia Católica Renovada y que, por lo mismo, como Él y junto a Él, todos tenemos que estar también listos para la confianza, el sufrimiento y la entrega total, sabiendo que Cristo está con nosotros y nos acompaña.

Los hermanos habían logrado conseguir 450 sillas para que se pudieran sentar todos los participantes. Sin embargo, la afluencia fue tal que una tercera parte de los asistentes tuvo que permanecer de pie.

La ceremonia se desarrollo con gran participación del pueblo de Dios.

En la foto de la derecha se puede notar cómo padres y padrinos oran en el momento de la epíclesis, anterior a la unción.

El obispo hizo énfasis en que la administración de la Confirmación implica el compromiso activo de vivir y trabajar con la misma actitud y espíritu con que lo hicieron los apóstoles.

Todos los confirmados igualmente expresaron ser conscientes del compromiso y estar dispuestos a asumirlo fielmente.

Después de las confirmaciones se preparó una larga procesión de ofrendas, en la que participaron varios de los confirmados, como símbolo de la donación de sí mismos al Señor.

De una de las comunidades trajeron también a algunos niños que habían sido preparados para celebrar su primera Reconciliación y la Comunión Solemne. Aunque era un grupo pequeño, los niños habían sido preparados esmeradamente.

Al final de la celebración, el Padre José Roberto agradeció a Monseñor su visita, en nombre de todas las comunidades.

Adelantó que espera una próxima visita dentro de seis meses, con la confianza de que para entonces, el centro de la visita pastoral será la dedicación del templo de las Cocuizas y la creación de la Parroquia Católica Renovada de San Antonio, en el mismo templo.

Por la tarde, los delegados de las comunidades organizaron un alegre convivio.

Debido a que la mayoría de los confirmados tenían actividades en sus respectivas casas, fueron mayormente los representantes de las comunidades los que pudieron participar en el evento.

Todos manifestaron la gran alegría y gratitud que tienen por contar con la posibilidad de vivir en plenitud la Iglesia Católica, como el Señor la fundó, cuando envió el Espíritu Santo el día de Pentecostés.

Muchos de los presentes, expresaron que la celebración y el encuentro les había hecho renovar su compromiso de pertenencia y trabajo dentro de la Iglesia.

El obispo compartió también alegre con los presentes el almuerzo, así como las esperanzas que llenaban sus corazones.

Al final se realizó la rifa de un televisor. Con gran éxito, la rifa se había organizado para recaudar fondos para cubrir los gastos que implicó la actividad que se realizó en esos días.

El Padre Roberto pidió que fuera nuestro obispo quien sacara el número premiado. Por lo que el Padre dijo, la ganadora fue una hermana de una parcela alejada y que realmente necesitaba el premio que se le dio.

Con esa actividad, terminó la visita pastoral del obispo a Venezuela. Los hermanos, así como el Padre Roberto, le manifestaron su gratitud y afecto. El obispo también terminó lleno de gozo y esperanza, por la generosidad de cada quien y por las grandes obras que está realizando el Señor.

El lunes cinco de marzo, nuestro obispo celebró sus sesenta años de vida.

Apenas regresó de Venezuela, fue directamente al Seminario, en donde le estaban esperando para presidir la celebración solemne de la Eucaristía y luego para tener un convivio.

Tanto los Padre que forman el equipo del Seminario: Juan Moisés como Juan Antonio y todos los seminaristas, se habían esforzado por hacer que todo fuera preparado esmeradamente.

Durante la homilía el obispo, tomando como punto de partida las lecturas de la Liturgia, que hablaban del reconocimiento de sí mismo como débil y pecador y de la misericordia y la compasión, hizo énfasis en que esos dos aspectos constituyen la base de toda vida cristiana y, particularmente de quien ha sido llamado al ministerio ordenado.

Dentro de la homilía también subrayó el papel fundamental que la intercesión maternal de la Santísima Virgen María ha jugado en todo su proceso de fe y de vocación. Igualmente mencionó la importancia que han tenido en el mismo proceso los valores que le inculcaron y el el ejemplo que siempre le dieron sus padres Enrique Aguirre y Anna Oestmann de Aguirre, ambos ya gozando de la presencia del Señor.

Después de la Eucaristía, los formadores y la seminaristas habían preparado una cena. Todos compartieron con gran alegría. Además de algunos familiares de nuestro obispo, estuvieron como invitados el Doctor David Greene y el Periodista Giancarlo Norris, ambos grandes amigos del Seminario.

Compartieron con nuestro obispo sus hermanos Gerardo, Ileana y Federico.

En la foto de la izquierda, de izquierda a derecha: Luís Madrid (visto parcialmente), Gerardo Aguirre, Monseñor Eduardo, el Padre Juan Moisés Mendoza (dirigiendo el canto de cumpleaños), Ileana Aguirre y Federico Aguirre.

Después de la cena, los seminaristas prepararon una serie de actos culturales, habiendo cantado diversos cantos y declamado algunos poemas.

El sábado 10 de marzo, nuestro obispo llegó hasta la sede del Arzobispado Siriano Antioqueno de California, para proseguir los diálogos con Su Eminencia, el Delegado Patriarcal. En esta ocasión, los diálogos versaron acerca del concepto del Pecado Original y de las consecuncias que ello conlleva para la vida del ser humano.

Siguiendo la explicación de San Efrén, el pecado original es visto como la pérdida de la vida divina en la humanidad, como fruto de la desobediencia. Por lo mismo, la humanidad queda como muerta a ésta vida, aún cuando tenga la vida biológica. Cristo precisamente por su muerte y resurrección, viene a restablecer la posibilidad de recibir el "aliento divino", que dado en el momento de la creación, se perdió con Adán. Este aliento es recibido por el bautismo.

Además de los diálogos sobre el pecado original y el bautismo, se dialogó sobre la liturgia de Santiago y sobre el proceso que ICERGUA está siguiendo para incluir dentro de sus Anáforas en la celebración de la Misa, las Anáforas de Santiago, San Marcos, San Pedro, San Juan y los Doce Apóstoles.

Se acordó tener nuevos diálogos en julio y se planificó una visita de Su Eminencia Mor Clemis Eugene a Guatemala, para proseguir con el acercamiento.

Por la tarde del día 10, Monseñor Eduardo llegó hasta la cabina 3 de Radio Nueva Vida en Los Angeles, para la habitual transmisión del programa radial.

En esta ocasión la transmisión tuvo una variante, en canto en Guatemala se encadenó con Radio Nueva Vida también Radio Carisma, para hacer la transmisión del programa del Obispo.

Respondiendo a las preguntas planteadas al obispo, los temas abordados fueon tres:

1. La Cuaresma y lo que implica la conversión en un sentido integral.

2. Los diez mandamientos y su formulación correcta, en cuanto los mismos deben ser enseñados de acuerdo a lo que está establecido en el libro del Éxodo, sin hacer acomodos ni cambios, para justificar ciertas variantes de conveniencia.

3. El sentido del traslado del día del Señor del sábado para el domingo y las implicaciones que ésto tiene, al tratarse de una santificación constante del tiempo y la vida del cristiano, a partir de la muerte y resurrección de Cristo.

El sábado 10 por la tarde, el obispo visitó la parroquia de San Miguel Arcángel, para celebrar la misa parroquial. Los hermanos estaban llenos de alegría esperando la celebración.

Durante la homilía el obispo, a partir de la perícopa del Hijo Pródigo, insistió en que la conversión implica no solamente el arrepentimiento y el reconocimiento del propio pecado, como hizo el hijo que se había ido de la casa del padre, sino también el cambio de mentalidad integral, que el padre requirió la hijo bueno que, sin embargo, no tenía compasión del hermano que regresaba, ni estaba dispuesto a acogerlo.

El haber comenzado la celebración con la administración del sacramento de la Reconciliación, permitió que la gran mayoría de hermanos pudiera también participar en la comunión.

Al caer del día, el obispo llegó hasta la comunidad Pacto Divino.

Los hermanos han experimentado el retorno de varios de los hermanos que se habían alejado y se sienten animados a seguir adelante con el compromiso de renovar sus vidas y proclamar el Evangelio a todas las personas.

Los hermanos tuvieron especial devoción en la celebración, ya que el obispo hizo énfasis en que la misma constituye la preparación directa para la pascua, pues su próxima visita tendrá lugar hasta la semana de la octava de pascua.

La fracción del pan tuvo especial importancia y simbolismo dentro de la celebración de la Eucaristía, recordando que todos somos un solo cuerpo, aunque seamos muchos miembros.

Por la noche, Monseñor Eduardo presidió la administración del Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía con la comunidad Restauración en el Espíritu Santo.

A la izquierda: los hermanos, después de haber confesado los pecados, se acercan a recibir la absolución.

El mensaje del obispo hizo énfasis en la importancia de la reconciliación a todos los niveles. Por lo mismo, el momento de orar el Padrenuestro, fue especialmente significativo.

Muchos de los hermanos se acercaron a comulgar, tanto con el Cuerpo como con la Sangre del Señor, como puede observarse en la foto de la izquierda.

El domingo 11 por la mañana, un gran número de alumnos acudió a la formación en el DETYM.

El primero de los temas tratado se refirió, dentro del contexto de los Escritos joánicos, a las Cartas Católicas.

En torno a las diferentes cuestiones, el obispo respondió diferentes dudas y aprovechó la ocasión para explicar la total coincidencia que hay entre la doctrina de Pablo de ser justificados únicamente por la fe y la enseñanza de Santiago, que habla también de las obras, como manifestación de la autenticidad de la fe que nos justifica.

Dentro del curso de historia de la Iglesia Medieval, el obispo explicó cuáles fueron las causas y el proceso que se siguió para que la Iglesia de Roma, distanciándose de las formas católicas de organización de la Iglesia, se fuera configurado como una fuerza monárquica absoluta.

Los hermanos tuvieron el tiempo necesario para plantear sus dudas y al final, agradecieron al obispo la oportunidad que se les está dando de conocer la Sagrada Escritura y la Historia de la Iglesia, para consolidar el proceso que se ha emprendido de redescubrir en su plenitud, las formas y el estilo de la Iglesia una, santa, católica y apostólica.

El domingo 11 por la tarde, el obispo presidió la Eucaristía con los hermanos que habían asistido a la formación teológico-pastoral.

Durante la homilía el obispo señaló la diferencia fundamental que había entre el Antiguo Testamento, simbolizado por el Templo de Jerusalén y el Nuevo Testamento simbolizado por Cristo como nuevo Templo y primicia de lo que cada uno de nosotros está llamado a ser, es decir, Templos del Espíritu Santo. Desde esta perspectiva, enfatizo en la importancia de que, durante el tiempo de Cuaresma, cada uno de nosotros pida al Señor que venga a purificarlo como purificó el templo de Jerusalén, para que podamos irradiar la gloria del Señor, presente dentro de nosotros.

El ministerio que tuvo a su cargo la animación de la liturgia, se caracterizó por la precisión y la belleza. Teniendo como base de la música la marimba, permite hacer una conexión hermosa entre la identidad cultural de la comunidad y la liturgia que se celebra.

El espíritu de unidad y comunión fue experimentado a lo largo de toda la celebración y simbolizado externamente en ciertos momentos, como puede observarse en la foto de la izquierda, durante la oración del Padrenuestro.

El viernes 16, Monseñor Eduardo fue hasta la comunidad de Xolbé, Sololá, para presidir la celebración del Decanato de Sololá-Totonicapán Asistieron unos 45 hermanos, representantes de todas las comunidades y parte de las dos parroquias que cubre el decanato: la de San Miguel Arcángel en Tzanixnam, Totonicapán y la del Espíritu Santo en Sololá.

Todos los hermanos asistentes, después de la formación que les dio el obispo, en la que hizo énfasis en la dimensión misionera como elemento esencial de nuestra identidad, todos los hermanos se comprometieron a trabajar el siguiente trimestre en dos objetivos; vivir la experiencia de conversión a nivel interno y trabajar en las misiones, para cumplir el mandato que Jesús dejó a los apóstoles y que a nosotros nos corresponde asumir como dimensión de nuestra misión.

En la reunión estuvo presente el Padre Gildardo Ramírez, párroco de Tzanixnam. Al final, debido a los quebrantos de salud que sufre, todos los participantes hicieron oración por él.

Es lo que se puede observar en la foto de la derecha.

El viernes 16 por la tarde, el obispo llegó hasta Santiago Atitlán, para presidir la celebración de la Eucaristía con la comunidad Pentecostés.

En esa ocasión contrajeron matrimonio los hermanos José y Mercedes. Ambos son miembros del ministerio de música y pertenecen a la comunidad desde hace muchos años.

La gran mayoría de miembros de la comunidad participaron en la celebración y la casa de oración había sido decorada, mostrando el espíritu festivo que animaba a todos.

Durante la homilía, Monseñor Eduardo, a la luz de las lecturas de la Liturgia, hizo énfasis en que el Amor a Dios, no consiste en hacer muchas cosas por o para Dios sino, simplemente, en abrir el corazón para recibir su amor, recibiendo el don del Espíritu Santo y luego, a partir de este don, se hace posible amar también a los demás y se convierte también en programa cristiano, el amor conyugal.

José y Mercedes participaron muy activamente en toda la celebración.

En la foto de la izquierda, Mercedes impone a José el anillo, en señal de su amor y de su fidelidad para siempre.

Hacia el caer del día 16, el obispo llegó hasta la comunidad Efusión del Espíritu Santo, ubicada en Santiago Atitlán, para celebrar la Reconciliación, la Eucaristía y la iniciación cristiana de cinco hermanos.

A la izquierda, el obispo mientras da la absolución a quienes habían confesado sus pecados. Los miembros del ministerio de música, cantan la penitencia comunitaria.

Durante la homilía, el obispo enfocó la importancia de la admnistración de la Iniciación Cristiana en forma completa, como el medio que el Señor estableció para recibir el amor a Dios y, de tal manera, ser capaces de amar a Dios y amar al prójimo.

Fueron iniciados a la vida cristiana cinco hermanos. Dos niños: Nicolás David y Ruth Noemí y tre señoritas: Nicolasa, Candelaria y María.

A la izquierda, el obispo hace la infusión del agua sobre María, después de que todos habían hecho la profesión de la fe.

Inmediatamente después del bautismo, se celebró la crismación.

Durante el momento de la comunión los cinco iniciados recibieron el sacramento.

En la foto de la derecha: el obispo da la comunón a Ruth Noemí.

El 16 por la noche, Monseñor celebró la Eucaristía con un pequeña comunidad doméstica en Panajachel. Se trata de hermanos que pertenecen a la Iglesia, aunque aún no se logra que se forme una comunidad católica renovada consistente en el lugar.

La celebración inición con la administración del Sacramento de la Reconciliación. Luego siguió la celebración de la Eucaristía.

El obispo hizo énfasis, durante la homilía en la importancia de abrirse a recibir el amor de Dios, para ser capaces de cumplir sus mandamientos y alcanzar la paz y la realización en la vida.

El sábado 17 por la mañana, se había previsto que Monseñor Eduardo celebrara la Eucaristía con alguna de las Comunidades Carismáticas de Quetzaltenango o Totonicapán que, después de largo tiempo, han optado por convertirse y hacer parte de la Iglesia.

Desgraciadamente las calumnias, amenazas, acoso y confrontación que la jerarquía local de la Iglesia Católica Romana emprendieron, en flagrante violación de los derechos humanos fundamentales y del derecho a la libertad religiosa, hizo imposible, por razones de seguridad y prudencia, que la celebración se realizara en el área, pero ese no fue obstáculo para que las comunidades, igualmente, realizaran la alianza y comenzaran a formar parte de la Iglesia.

Cien representantes de 19 comunidades de Quetzaltenango, Salcajá, Olintepeque, San Cristóbal y Totonicapán, llegaron hasta la Parroquia de la Santísima Trinidad de Uspantán, para celebrar la alianza.

El obispo, ante la imposibilidad de llegar hasta allá, por razones de su agenda, delegó al Padre Denis Obando para que le representara en la ceremonia.

Estuvo también participando como concelebrante, el Padre Bernabé Mateo, párroco católico renovado de Cunén.

La ceremonia, de acuerdo a los reportes que ha recibido el Obispo, trancurrió en medio de una profunda alegría.

Ahora nos ha quedado el compromiso de orar para que pronto pueda llegar el obispo personalmente a celebrar la Eucaristía en medio de estos hermanos.

El sábado 17 por la tarde, el obispo llegó a la comunidad de Pajomel, para celebrar la Eucaristía.

La celebración inició con la administración del sacramento de la Penitencia.

Los hermanos progresivamente han ido organizando diversos ministerios dentro de la Liturgia, para participar activamente en la misma.

La gran mayoría de los hermanos que participaron, se acercaron también a recibir la comunión, pues se habían preparado adecuadamente con la confesión.

Al caer de la tarde del día 17, Monseñor Eduardo visitó la comunidad de Chuitzanchaj.

Se encontró con la alegre noticia de que en el último tiempo, dos nuevas familias se han integrado a la comunidad.

Durante la homilía el obispo exhortó a todo el pueblo de Dios a profundizar en el sentido de arrepentimiento y conversión, para ser justificados por la acción del Espíritu y experimentar una auténtica transformación de la vida.

Hubo más de 150 hermanos que se acercaron a recibir la comunión. Todos estaban bien preparados y su participación fue devota.

El domingo 18 por la mañana, en la sede del seminario de San Lucas Sacatepéquez, se celebró el primer Decanato del área de Guatemala y Sacatepéquez.

Con éste, son quince los decanatos en los que está organizada la iglesia actualmente en Guatemala.

Participaron unos 80 hermanos, representantes de las diferentes comunidades del área.

Después de la presentación de lo que es un decanato, hecha por Monseñor Eduardo, los representantes de cada una de las comunidades hicieron una breve relación de la situación en que se encuentran actualmente sus comunidades.

Todos expresaron que las comunidades están experimentando un rápido crecimiento.

El hermano Julián Bal, Canciller y misionero en el área, explicó cómo en el último mes se han organizado cuatro nuevas comunidades en el área de San Juan Sacatepéquez y se está en proceso de organizar nuevas comunidades en Baja Verapaz y Escuintla.

En la reunión estuvo también presente el Padre Juan Antonio Barrera, quien además de trabajar en la formación en el seminario, colabora pastoralmente con algunas de las comunidades de esta zona, en donde además trabajan el Padre Herberth Urrutia y el Padre Juan Moisés Mendoza.

El obispo explicó detalladamente cuáles son las características de la Iglesia que Cristo fundó, al enviar el Espíritu Santo el día de Pentecostés e igualmente relacionó nuestra misión con el compromiso de redescubrir, asumir e implementar esa Iglesia, con todas sus características en todos los lugares en los que trabajamos y en la forma en que ejercemos nuestra misión.

Todos los hermanos expresaron la gran alegría que les causó el haber tenido el decanato, al igual que agradecieron todos los conocimientos que fueron adquiriendo a lo largo de la reunión.

Al final, todos asumieron el compromiso de esforzarse por que cada comunidad sea reflejo de las primeras comunidades cristianas y porque el estilo de trabajo y de misión se modele en base al que tuvieron los apóstoles.

El lunes 19, festividad de San José, el obispo presidió la Eucaristía con la Cofradía de San José Poaquil.

Los hermanos se han incorporado a la iglesia desde febrero del 2005.

Actualmente han asumido el compromiso de esforzarse por evangelizar y trabajar en la misión.

La comunidad se ha organizado bastante bien. Ha desarrollado diferentes ministerios y los hermanos se caracterizan por su fe profunda y su deseo de participar activamente en la vida de la iglesia.

Durante la homilía el obispo presentó la figura de San José como modelo de la actitud y el estilo de vida que se debe asumir.

Centrándose en torno a la fe de José que le lleva a aceptar la voluntad de Dios, aunque eso alterara todos los planes que él tenía, invitó a los hermanos a tratar de modelar su vida de acuerdo a esta figura.

Al final el obispo hizo la bendición de la nueva capitana de San José y de su equipo de apoyo. El cofrade no pudo asistir, por tratarse de un día laboral. Sin embargo, él había asistido a la reunión de Decanato al Seminario, el día domingo.

El miércoles 21, nuestro obispo llegó hasta la Catedral, para continuar con la formación de los misioneros que, a partir del día de Pentecostés, serán enviados a misionar a sus hermanos.

En esta ocasión, debido a la remodelación que está llevándose a cabo en el Salón Parroquial, la reunión tuvo lugar en la Iglesia Colonial, lo cual permitió que el ambiente fuera mucho más silencioso y acogedor.

Prácticamente asistió la totalidad de los 110 misioneros que se comprometerán en el proceso de misión.

Durante la sesión se hizo una revisión de los temas de formación y se respondió a una serie de dudas y cuestiones que presentarion los hermanos.

En la formación también participaron, como de costubre los Padres Rigoberto Upún y Francisco Simón, co-párrocos de la Santa Iglesia Catedral.

A la izquierda, momento en que se distribuye a todos los presentes su credencial de identificación como misioneros.

También se definión cuál será el proceso que se seguirá hasta el día del envío misionero.

El 18 de Abril se continuará con el repaso de las formaciones y con la aclaración de dudas.

Luego el sábado 26 de Mayo se hará un retiro de todo el día, como preparación al envío misionero, el cual será hecho en torno a la celebración de una de las Eucaristías de Pentecostés.

El viernes 23 por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la misa de clausura del aniversario de la Comunidad de Xecajá, ubicada en Santa María Chiquimula, Totonicapán.

Participó la gran mayoría de miembros de la comunidad y durante la celebración fue iniciada en la vida cristiana una hermana adulta, la hermana María y recibieron la confirmación y el envío misionero los hermanos Santiago, Catarina y Adela.

Cuando fue administrado el sacramento de la Penitencia, después de haber confesado los pecados, la mayoría de los hermanos se acercó para recibir la absolución. Eso permitió que más adelante, muchísimos estuvieran preparados para participar en la comunión.

Durante la celebración, la participación de todos fue muy activa. Todos los ministerios del Pueblo de Dios dentro de la liturgia, fueron ejercidos con prontitud.

También se instituyó a dos ministros de la comunión. El hermano Baltazar para servir en la comunidad local y la hermana Catarina para servir en la comunidad central de Santa María Chiquimula.

A la derecha: momento en que el obispo verte agua sobre María, para que sea bautizada.

El sábado 24 por la mañana, Monseñor Eduardo llegó a la comunidad Sacpic, del Municipio de Santa Barbara Huehuetenango, para celebrar la Eucaristía y la Iniciación Cristiana de un niño.

La comunidad que inició hace poco más de un año, ha logrado adquirir un terreno y construir una sencilla casa de oración. La primera vez que el obispo les había visitado, se encontraban reunidos únicamente en el patio de la casa de uno de los dirigentes de la comunidad.

La ceremonia inició con la administración del sacramento de la Reconciliación. Prácticamente todos los presentes, mayores de siete años, se acercaron a participar en el sacramento.

Luego la iniciación cristiana del niño Samuel, comenzó con la celebración del bautismo.

Finalmente se concluyó la iniciación con la administración de la comunión, como puede observarse en la foto de la derecha.

Antes de ésta había sido administrada la Crismación.

Por la tarde, el obispo visitó por primera vez la naciente comunidad de Tojchiquel, en el Municipio de Santa Bárbara. Se trata de una comunidad formada por unas 10 familias que, sin embargo, con gran entusiasmo están trabajando para organizarse, misionar y crecer.

Por el momento su casa de oración no es más que un pequeño espacio construido con láminas. Sin embargo esperan poder hacer pronto una construcción más formal.

Además, tienen planes de poder comprar dentro de poco tiempo los instrumentos para organizar un ministerio.

Los hermanos participaron con gran entusiasmo y profunda atención. Era el primer encuentro con el obispo y, al final expresaron su profunda gratitud por la visita.

Como parte de la celebración se administró la iniciación cristiana a una niña.

A la derecha: momento en que el obispo culmina la iniciación cristiana, administrando la comunión a la niña.

Al caer de la tarde, Monseñor Eduardo llegó hasta la comunidad El Rodel del municipio de Malacatancito. Una hermosa comunidad, después de varios años de orar y pensar, había decidido hacer alianza y entrar a formar parte de la Iglesia. El líder es el hermano Juan Juventino Reyes.

Con ocasión de la visita, se administró la iniciación cristiana a quince hermanos, entre niños jóvenes y adultos.

Todos estaban llenos de alegría y expresaron su compromiso de trabajar intensamente, según el espíritu e identidad de la Iglesia.

La iniciación cristiana de los quince hermanos concluyó con la administración del sacramento de la Eucaristía. En la foto de la izquierda, el obispo da la comunión a uno de los niños que había sido iniciado con el bautismo y la crismación.

El domingo 25 por la mañana nuestro obispo llegó hasta la lejana comunidad de La Soledad, en la cima de los Cuchumatanes, en el Municipio de Cuilco.

Esta es una de la primeras comunidades que entró a formar parte de la Iglesia en esa área.

La razón precisa de la visita era administrar la confirmación a nueve jóvenes.

Durante la homilía, el obispo, a la luz del Evangelio insistió en que ser discípulo de Cristo implica necesariamente el estar dispuesto a morir con Él, para poder vivir con Él, y producir así frutos abundantes, al igual que el grano de trigo.

Los jóvenes expresaron su decisión de asumir un compromiso similar al que los apóstoles asumieron al recibir el Espíritu Santo, el día de Pentecostés.

Después de haber iniciado la celebración con la administración del Sacramento de la Reconciliación, resultó normal que a la hora de la comunión participara una gran multitud.

El día 25 por la tarde, el obispo, acompañado por el Padre Pedro Martínez, párroco de Cuilco, presidió la celebración de la Eucaristía en la sede parroquial.

La ocasión específica de la celebración era la institución de dos hermanos como ministros de la comunión.

Lo hermanos participaron en la celebración en gran número y lo hicieron con gran devoción.

Durante la homilía el obispo hizo énfasis en la importancia de aprovechar este tiempo de conversión para prepararse a la Pascua.

A la luz de las lecturas también subrayó que la promesa que en el Antiguo Testamento hizo el Señor a través de los profetas y que cumplió Jesús con su muerte y resurrección, se actualiza al ingresar en la iglesia y tratar de vivir una auténtica renovación.

Antes de la institución de los hermanos para el ministerio de ministros de la comunión, el obispo recordó que los tres compromisos fundamentales que se asumen se refieren al estilo de vida, que debe identificarse con el de Cristo; al cuidado por la reserva del Santísimo Sacramento, que debe impulsar a una vida de oración y adoración; y la disponibilidad al servicio, administrando la comunión a quienes la necesiten, especialmente a los enfermos y ancianos que no pueden acudir hasta el templo.

La centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia, hace que, desde allí sea donde se mantiene vivo el dinamismo y el impulso misionero que inició en la Iglesia el día de Pentecostés. Para nosotros, cuya misión es precisamente el comprometernos por redescubrir, asumir e implementar en su totalidad las características de la Iglesia que nació el día de Pentecostés; el centrar nuestra vida en torno a la Eucaristía, como el espacio privilegiado de encuentro con el Señor Resucitado y como el medio por Él establecido para mantener vivo y actual el don del Espíritu Santo, constituye, indudablemente, el eje de nuestra vida y la fuente de eficacia de nuestro ministerio y de nuestra misión.

El jueves 29, iniciando con el almuerzo, se celebró la reunión del presbiterio de ICERGUA, en la casa presbiteral de la Catedral de San Juan Bautista, Comalapa. Chimaltenango.

La razón para celebrar allí la reunión era que, inmediatamente después de la misa, comenzaría la celebración de la Misa Crismal y de renovación de los compromisos ministeriales

La reunión, que se desarrolló en un ambiente de profunda fraternidad, comenzó con la intervención del obispo, en la cual, él recordó cómo fueron los inicios de la llamada que se recibió para comenzar lo que actualmente es ICERGUA.

Monseñor Eduardo insitió en que, se trató de una invitación, como respuesta a una llamada recibida y cuyo objetivo era ponerse totamente a la disposición de Dios, para responder integralmente a su voluntad, en lo que resultó ser la llamada a redescubrir, asumir e implementar en su totalidad, las características de la iglesia una, santa, católica y apostólica.

Desde esta perspectiva, el obispo subrayó cuáles son las características de las actitudes personales y pastorales que se dben tener.

Durante la reunión el obispo hizo también la presentación del proyecto de nuevo Estatuto Fundamental.

Redactado sobre la base del primero de 2007, trata de adecuar la situación y las normas a las realidades concretas de ICERGUA en el presente.

Se estableció una ruta de trabajo para el mismo, que consistirá en la lectura, análisis, sugerencia y eventuales modificaciones al proyecto. Las modificaciones deberán ser sugeridas antes de la próxima reunión del presbiterio que se realizará el 12 de Junio.

El obispo también presentó el nuevo Sacramentario con las Liturgia de los Sacramentos, actualizado de acuerdo a las propuestas hechas en la última reunión del presbiterio.

El mismo seguirá siendo utilizado Ad experimentum, durante el tiempo venidero, hasta que una versión revisada del mismo, sea adoptada en el futuro como forma típica del Sacramentario.

El jueves 29 por la tarde, en la Catedral de San Juan Bautista, tuvo lugar la solemne celebración de la Misa Crismal.

Concelebraron con el obispo 20 de los presbíteros miembros de ICERGUA. También participó un grupo numeroso de feligreses provenientes de la Parroquia de la Catedral y de las comunidades de la ciudad de Guatemala.

El Coro San Juan, de la Catedral tuvo a su cargo el acompañamiento musical, habiendo ayudado a que la celebración se revitiera de particular solemnidad.

Después de la homilía en la que el obispo recordó el significado del ministerio ordenado y las características del mismo, se realizó la renovación de los compromisos ministeriales.

En primer lugar, todos los presbíteros pasarona orar por el obispo, como puede observarse en la foto de la izquierda.

Seguidamente el obispo oró, junto al pueblo de Dios, por todos los presbíteros.

Después de la renovación de los compromisos ministeriales, los miembrosdel Consejo Presbiteral, ingresaron procesionalmente con los tres óleos que posteriormente deberían ser consagrados.

A la derecha: el obispo, junto a todo el presbiterio, oran pidiendo al Señor que el Santo Cristma, por la acción del Espíritu Santo, sea consagrado, para que, a través de él, el pueblo sea ungido con la efusión del Espíritu Santo.

Al final de la celebración, el obispo, junto a todo el presbiterio, impartieron la bendición solemne sobre el pueblo de Dios.

El viernes 30 de marzo, el obispo presidió la celebración del Decanato del occidente de Huehuetenango, que abarca Jacaltenango y el área Huista.

Se inició con la presentación, de parte de los representantes de las comunidades, de la situación en que se encuentran las diferentes comunidades.

El balance fue uy positivo, pues en todas partes se nota un claro crecimiento de las comunidades.

El hermano Guadalupe, líder de la comunidad de Pepilpán, explicó cómo se está trabajando para la creación de nuevas comunidades, particularmente en el area de Catarina, aldea de Jacaltenango.

Posteriormente el obispo dio formación a los participantes. En esta vuelta de los decanatos, se inició el estudio particularmente del texto de Mt. 16,18, de acuerdo a la perspectiva que emerge de la misma Escritura y a la iterpretación patrística de los primeros cuatro siglos.

Por la tarde del viernes 30, se realizo la creación de la parroquia Católica Renovada "Cristo Rey", que abarca la mayor parte del territorio de Jacaltenango y Concepción Huista.

En la ceremonia, que se celebró en una cancha sintética, debido a la muchedumbre de fieles, participaron más de 1500 feligreses, representando las comunidades que integraron la nueva parroquia.

El proceso de creación de l parroquia duró más de un año y medio. A lo largo de este tiempo, todas las comunidades fueron tomando conciencia de lo que implica ser una parroquia católica renovada.

El obispo, después de la homilía y de que el presidente leyera públicamente los compromisos que se asumen y que la comunidad ratificara la aceptación de estos compromisos, dio lectura al decreto de creación de la parroquia.

Al final de ésta entregó una copia del decreto al hermano Francisco, presidente del Consejo Parroquial.

Quien acompañó todo el proceso de maduración que finalmente desembocó en la creación de la parroquia, fue el Padre Santos Acosta Sol, quien desde hace casi tres años ha sido encargado pastoral del área. Ahora convertido en nuevo párroco de la nueva parroquia, recibió también una copia del decreto de creación de la Parroquia.

El obispo hizo énfasis en que la creación de la parroquia marca como un matrimonio entre las diferentes comunidades y la Iglesia, por el cual todas las comunidades no solo reafirman su pertenencia permanente a la Iglesia, sino se comprometen a trabajar de tal forma que la Iglesia una, santa, católica y apostólica que Cristo fundó al enviar el Espítu Santo el día de Pentecostés, se haga presente en medio del pueblo Dios y trabaje de la forma en la que trabajaron los apóstoles.

El 30 por la noche, el obispo llegó hasta la comunidad de Onlaj, parte de la nueva parroquia de Jacaltenango, para la celebración del aniversario de la comunidad y de numerosas confirmaciones.

La comunidad de Onlaj, organizada por el hermano Benito Ramos, es una de las comunidades más antiguas del área. Tiene muchísimos miembros y está bien organizada.

Durante la homilía, especialmente dirigida a los que serían confirmados en la efusión del Espíritu Santo, el obispo hizo énfasis en que el don del Esíritu Santo está directamente dirigido al testimonio del Evangelio, por lo que urgió a cada uno de los confirmados a comprometerse activamente en la obra evangelizadora.

Terminado el rito de la confirmación, cada uno de los padrinos de los confirmados oró sobre sus ahijados, pidiendo al Señor que les fortaleciera para cumplir fielmente la misión que recibieron.

El sábado 31 por la mañana, monseñor Eduardo presidió la celebración del Decanato del nor-occidente de Huehuetenango en K'anquintik, Nentón. Había representantes de varias de las comunidades que participan en dicho Decanato.

Durante el diálogo se resaltó el progreso que se ha logrado tener en las comunidades.

El misionero a tiempo completo, Noé Larín, encargado de trabajar en el área, dio un informa de la marcha y crecimiento que se ha experiementado en el área.

En los últimos dos meses se han organizado tres nuevas comunidades que ahora sean acompañadas para lograr que sus miembros se renueven y que se experimente un crecimiento sostenido de las mismas.

La reunión terminó con la oración dirigida por el coordinador de la comunidad anfitriona.

Después del medio dia, se celebró la Eucaristía en la Comunidad de K'anquintik. En esa ocasión, se realizó la aceptación de tres nuevas familias que se han incorporado a la comunidad.

Durante la celebración se oró para que el Señor renueve fuertemente el corazón y la vida de los numerosos hermanos que se están adhiriendo a la iglesia.

El proceso de admisión de los nuevos hermanos concluyó con la administración del Sacramento de la Eucaristía a los que se habían incorporado y a algunos de los feligreses presentes.

Por la tarde del día 31, el obispo llegó hasta Subajasub, para presidir la celebración de la Eucaristía.

La celebración fue precedida por un encuentro entre el obispo y los representantes de las comunidades de Ixcaná y Paleguá, que no habían podido asistir al Decanato. Como resultado del encuentro se determinó que el obispo les visitará por primera vez el 22 de julio.

El hermano José, líder de la comunidad y además del Ministerio musical, animó a los hermanos en su participación.

El obispo hizo énfasis, durante la homilía en la importancia de dejar que el Señor haga una auténtica renovación de la vida de cada quien, para poder irradiar la presencia del Reino en cada uno de nosotros.

Al caer de la tarde del día 31, el obispo llegó hasta la nueva comunidad de Chivalasún, en San Mateo Ixtatán.

Los hermanos estaban llenos de gozo por contar con la primer visita del obispo. Al inicio contaron al obispo la historia de cómo llegaron a formar la comunidad, así como del compromiso que asumen, de trabajar de acuerdo a las características de la Iglesia.

Dado que la nueva comunidad aún con cuenta con un ministerio bien organizado, fueron los hermanos de la comunidad vecina, Ocanté, quienes les apoyaron con la animación musical de la celebración.

El ambiente fue de profunda oración. Era admirable ver que también los niños pequeños oraban y alababan con intesidad. Queda ahora pedir al Señor que la obra que ha comenzado en medio de estos hermanos, la lleve a su término. La meta inmediata que tienen ahora es la construcción de una casa de oración estable, pues actualmente han conseguido tener su oratorio únicamente en una casa prestada.